Una breve explicación de lo que va a acontecer: Como sabrán, Geneshaft es una serie que fue emitida hace ya un tiempo en la TV. A mi parecer, una serie muy interesante, salvo que dejó varios cabos sueltos que intentare anudar con mi mayor esfuerzo, en especial lo que respeta a la relación de Mika Seido y Hiroto Amagiwa (al cual adoro en demasía). Pero no se preocupen, esto va más allá del romance. Este es mi fic consentido, y a pesar de lo que suceda, si seré aclamada o humillada, si me odiaran o victorearan el nombre de Subaruchan, seguiré por igual hasta el capítulo final. Sin más que decir, acá les dejo a...

"Contraataque"

by Subaruchan

"Férrea es la lucha del ser en búsqueda de su identidad y conocer sus verdaderos deseos. Cuando una sociedad te impone sus reglas y obligaciones para con los demás, te ves abrumado al considerar nuevas verdades. Si un sentimiento te salvase de las temibles garras de lo impuesto¿correrías el riesgo de destruir a la humanidad?"

Capitulo I: "El inicio del alfa-omega"

A cientos de millones de kilómetros de la bella perla azul del sistema solar, una nueva joya comienza a brillar por luz propia. Aun era tenue, pero pronto le dará fiera competencia a la gran Gea, cuna de la raza humana, como una nueva posibilidad de expansión terrestre.

Europa, llamado así por la mortal de quien Zeus se enamoró a primera vista y rapto más tarde con la forma de un hermoso toro blanco, es uno de los mayores satélites acompañantes de Júpiter. Alguna vez sólo recubierto por una gruesa capa de hielo, ahora se presentaba radiante. Dentro de él, el producto de un ataque de una tecnología desconocida había causado estragos en su superficie. Un inmenso azulino mar abría la vista al bordear las costas de cientos de islas y continentes jamás atravesados por ningún ser viviente. Limitándolo, amplios acantilados cortaban abruptamente los imponentes cielo y agua. El terracota, por ende, confirmaba su co-dominancia sobre el paisaje junto al azul. Una leve templada brisa comenzaba sus andares sobre aquella lejana tierra, levantando en su trayecto una débil nube de polvo. Y fue gracias a unas de las nuevas adquisiciones, una atmósfera, que Europa había pasado de ser un satélite inhóspito a la versión de una potencial Tierra en proceso.

Sin embargo, mas allá de la novedosa belleza terrena de Europa, lo que realmente merecía la atención y todos los aplausos era su inimaginable cielo. Por sobre el firmamento pálido azulado, se dibujaban las presencias de gigantes cuerpos celestes prontos a observar los cambios del satélite. El mayor de todos y, casi en exclusividad, propietario del cielo, era el planeta rey, Júpiter, quien, tal como el mítico soberano de los dioses del Olimpo, se mostraba imponente y altivo. Su faz roja-anaranjada inducía al respeto de su ser, mientras que aquella peculiaridad giratoria de gran velocidad, conocida por los humanos con el simple y vulgar nombre de "mancha roja", hipnotizaba al espectador con su dinámica danza. Un que otro ribete blanco de vez en cuando aparecía para disminuir su aparente ira y evidente avasallamiento.

Mas no se encontraba solo. De menor tamaño pero no de menor notoriedad, las hermanas de la luna convertida en planeta mostraban su curiosidad de vez en cuando. Se podía encontrar a la valiente y cálida Io y a la seria y golpeada Calisto junto a la misteriosa Ganímedes saludar como si en realidad se tratasen de seres vivientes omnipresentes y majestuosos imposibles de alcanzar. Y, esforzando un poco más la vista, las demás pequeñas doce lunas compañeras de ruta relucían como diminutos asteroides iluminados con fuerza por el reflejo de la luz solar en la atmósfera de Júpiter.

Se podría decir que Europa formaba parte de un "sistema solar menor" propio de las lunas joviales, donde el sol era representado por el gigante de vientos huracanados, y los dieciséis satélites tomaban el papel de los planetas. Algo único y hermoso de ver. Un verdadero paraíso para el hombre... paraíso... palabra utópica, ya que por mas que se encuentre en él jamás lo poseerá...

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La chica de cortos cabellos azules observó esperanzada, a lo lejos, un par de sombras acercándose lentamente a donde ella se encontraba, mientras daba ordenes explicitas de no intervenir; todo parecía calmo. A su lado, una atlética rubia decide ir por su propia cuenta en su ayuda, y sin más apronta su paso. A medida que se acerca, su vista iba más allá de aquellas siluetas difusas que se volvían cada vez más corpóreas. Como si estuviese buscando algo, o mejor dicho a alguien...

Quería hallar a ese hombre por el que casi acaba con la humanidad. Aquel que le daba tan solo un final y ella se entregaba como si su palabra fuese la finita verdad del universo. Su ciega fidelidad no la dejaba ver mas allá de los ojos celestes de su tutor y, por ello, solo tener su punto de vista en referencia a lo que él consideraba la única salvación, la anulación por completo del orden humano. Sin embargo, tuvo la suerte de enfrentarse a la certidumbre legitima, una vivaz chica de gen blanco. Y por que era cierto lo que ella le dijo: "siempre hay una segunda oportunidad".

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Por su parte, aquel hombre tan obstinado y serio, que simplemente procuraba tomar las decisiones correctas y benéficas para la humanidad, solo podía pensar en como llego a estar tan cerca de ella, en tanto miraba fijo al suelo. Su cuerpo se desplomaba con cada paso pero ella estaba ahí, a su lado, sosteniéndolo de un brazo, ayudándolo y a su vez... Preocupándose por él?

El suelo terroso dejó de ser llamativo para el joven de cabellos azulados comparado con el rostro femenino dirigido hacia algún punto fijo delante de ellos. ¿Por que le resultaba tan aditivo pensar en ella¿Por que solo así se encontraba tranquilo y, a la vez, inquieto? Por que ella era alguien especial. Observó su crecido cabello de tonalidad castaño rojiza ondear con el paso del tibio aire circulante, que, tal como si fuese una telaraña, se vio atrapado en él. Pasó por su rostro con su mirar, su expresión de real interés le alertó. ¿Seria cierto¿Estaba interesada en su bienestar? Después de todas sus discusiones, con el nombre de una mujer que ya no existía de por medio, y con ideas totalmente opuestas, habría al fin paz entre ellos?

-Ya casi llegamos, capitán. Soporte un poco más...- pronuncio la principal atacante, despertándolo de su meditación, provocando así un brusco giro de la mirada del hombre, otra vez retenida en el suelo. Ella tampoco se encontraba muy clara en sus pensamientos. '¿Cómo pude hacerlo¿Cómo pude arriesgarme por él sin importarme nada¿No era que no me afectaba lo que le ocurriese?' Dudaba sobre su propio criterio. Era característico de ella actuar de improvisto, sin medir las consecuencias, pero hasta ella misma se sorprendía de lo que acababa de suceder. Él fue su prioridad.

- se encuentran bien?- preguntó una perfecta figura femenina agitada por la previa prisa tomada.

La alférez Seido tan sumisa estaba en sus pensamientos que no se percató del preciso instante en el que Mir Lotus apareció frente a ellos - Este... s-sí- llego a decir recuperándose del susto de haber sido tomada en medio de sus extrañas cavilaciones.

La titulada portadora del mejor DNA de la historia les sonrió feliz por encontrarlos sanos y salvos - Ven que te ayudo- dijo tomando del otro brazo de Amagiwa; sin embargo, antes de dar el primer paso, una siniestra y sonora carcajada a sus espaldas les detuvo. A pesar de la sorpresa, los tres giraron hacia donde provenía aquel particular llamado, aunque Amagiwa y Lotus ya suponían de quien podría tratarse.

- Es todo por su culpa! Ustedes son los culpables!- clamó en vítores de guerra el rubio hombre de presencia temeraria apuntándolos con su arma. Si, él también había sobrevivido de los cambios sufridos por el satélite, pero a costa de la perdida del rasgo primordial del ser humano, la razón. Sus ojos proclamaban el desquicio que sufría su mente a través de intensos destellos ajenos a su propio color, mientras que en su rostro se dibujaba una sonrisa desmedida, que en conjunto resultaba una pose atemorizarte. Al instante, Mika inconscientemente se colocó enfrente de Amagiwa haciéndole de escudo, mientras que Mir hacia lo mismo para con la chica de genotipo blanco.

- Sergei...- farfulló por lo bajo la mujer de cristalinos ojos verdes claros.

- ustedes provocaron esto y por eso deberán ser eliminados!- infirió duramente. Con el arma sostenida con ímpetu, apuntó a uno y a otro para elegir su primer blanco.- con quien empezaré?- se pregunto a si mismo de modo perverso- será contigo Hiroto? El mejor de tu tipo genético, la persona que con sus decisiones siempre acertadas es uno de los principales causantes de este caos. O será con la pequeña e insignificante Mika Seido? Quién diría que alguien tan inservible y sin talento podría causar tanto daño!- la aludida estuvo a punto de ir hacia él y molerlo a golpes, pero dos razones la contuvieron. La primera era que seria blanco fácil del rubio, apenas diese un paso él la mataría; y la segunda, y a su entender la mas extraña, no quería dejar solo a Hiroto - o tal vez empiece contigo mi querida Mir, maldita traidora!- culminó con desprecio hacia su protegida.

Lotus dio un paso hacia delante sin temor – no me importa lo que digas, Sergei! Jamás permitiré que les hagas daño, ni a ellos ni a nadie más!- le contestó utilizando el mismo tono que él.

Esa fue la gota que rebasó el vaso en IV Sneak. Sus pupilas se dilataron profundizando su perturbado aspecto. Sus largos cabellos ensangrentados por su anterior enfrentamiento con el capitán del Bilkis, se movieron sin control a causa de un fuerte viento surgido inesperadamente. Con su sonrisa intacta jaló el gatillo hacia el corazón de Lotus.

El ensordecedor sonido, tal como el de un trueno, cortó el ambiente. Todo se detuvo por un instante. Todo aparentemente había terminado. Aun siendo injusto luego de tanto sacrificio, ese era el fin.

El olor a sangre contaminó el aire en los pulmones de Seido en el mismo momento en que veía como la imponente figura de aquel hombre integrante de la organización LU caía de espaldas.

-Pero que...- se quedo sin palabras al no poder entender lo que había ocurrido. La chica giró de inmediato hacia donde había provenido el disparo y allí encontró a Beatrice Ratio sosteniendo su arma con determinación contra el cuerpo yacido de IV Sneak.- Beatrice... – la nombró notablemente aliviada.

No obstante, notó algo extraño en la mirada de la register que seguía instalada sobre el cuerpo. Presa de la curiosidad, viró para así ver lo que en ese momento había tomado la atención de la mujer responsable del Bilkis.

- Sergei?- el rostro de Lotus estaba más pálido de lo habitual. En él, sus labios temblaban por el temor que sentía dentro de ella. En ese estado semi-inconsciente, caminó lentamente hacia el hombre que había sido su tutor. Mika se percató de su extravío pero no quiso molestarla, era mejor dejarla sola por el momento. Así volvió ante la figura de Amagiwa para llegar al fin a la nave y descansar un poco de esa agotadora jornada en la que el asunto de Oberas y los añillos había acabado.

-Aun... aún no terminó- la sorprendió el joven que se sostenía por si mismo con gran esfuerzo- Sergei es un inmortal. Él aun no...- Mika trato de encontrar el significado de sus palabras en sus ojos cuando por simple instinto volteó hacia Lotus.

-Mir! Espera, Mir!- gritó con fuerza sacando a la mujer del encanto que la tenia prisionera en el limbo. La rubia se giró y vio a Mika correr hacia ella sin entender el por qué.

El estruendo asonó en sus oídos. Lotus sintió de repente como sus piernas se volvían débiles y no soportaban mas la carga de su propio cuerpo. En un segundo todo se nubló ante sus ojos, lo ultimo que pudo percibir fue como alguien la llego a sostener antes que recayera por completo en el suelo extraterrestre. Luego de eso ya no hubo más nada, la oscuridad la revistió por completo.

Mika trató de despertarla, sumergida con ella en un mar de sangre, pero no obtuvo respuesta alguna. Fue en el momento que la apresaba la angustia cuando la repetición de aquel estrepitoso carcajear sádico la llevo a desafiar con la mirada a su propietario. Depositó delicadamente a la joven en el suelo y, enceguecida por la furia, se arrojo contra a aquella siniestra criatura recién revivida de los infiernos. No vio cuando él le apuntó a ella, ya no veía mas allá de su estrafalaria sonrisa que deseaba borrar de una buena vez por todas - Maldito!- repercutió en el ambiente su ira.

En aquel instante, el capitán Amagiwa se desesperó al ver como la chica resultaría acribillada por IV Sneak. Violentamente le sacó el revólver a Beatrice, la cual estaba arrodillada al lado del cuerpo de Lotus comunicándose con el grupo de salvamento de la nave; y aludiendo a su excelente puntería, a pesar de que con dificultad se mantenía de pie, dio justo en medio de la sien del hombre que pensaba arrebatarle a aquella pertinaz mujer. Sin embargo, en el trayecto del disparo, rozó hiriendo levemente al hombro derecho de Seido, quien venia descendiendo de un salto dado para alcanzar a su atacante.

En esta oportunidad, el demonio cayo hacia delante. El daño fue mortal, pero dadas las características de las células autoreparables de Sergei, seria nada más cuestión de tiempo que el sujeto se volviese a levantar e intentase posteriormente atacarlos.

Mika, aturdida todavía por el disparo de Hiroto, se quedó parada a un paso de Sergei. Unas cuantas gotas de sangre la habían salpicado. Su mente estaba en blanco, todos sus recuerdos la abandonaron. Por inercia, giró su rostro hacia donde se encontraba Hiroto. Lo vio apuntando hacia ella, no creía que esa situación se volvería a repetir, no después de lo que había pasado hacia unos momentos atrás. Creía que al fin lo comprendía. Pero no. Sintió dentro de ella una particular mezcla de congoja, tristeza, dolor, que se ahogaba en su garganta. De pronto advirtió un ligero ardor en su brazo, era donde la bala la había rozado. Con un movimiento lento y temeroso llevo sus dedos hacia aquel hilo carmesí que comenzaba a brotar. Tanteó la pequeña herida ensuciándose las yemas de sus dedos índice y medio izquierdos, para luego observar con mayor detenimiento su propia sangre.

Mientras tanto, Hiroto Amagiwa ya había bajado su arma y contemplaba como el rostro de la chica se tornaba sombrío y lejano. Ella volvió la vista hacia él nuevamente y en esta ocasión pudo divisar en sus ojos esa furia que alguna vez supo emanar de ellos para exclusividad de él.

Mika Seido camino lentamente. Su mirada dejó aparte al individuo de ojos cafés y cabellos negro azulado. Se apuró al percatarse de pequeñas convulsiones en el cuerpo de Mir. Se arrodillo al llegar donde estaba ella- Mir... – la sostuvo entre brazos, terminando de ensuciar todo el frente de su uniforme con sangre.

- No te preocupes, Mika. Ya avise al grupo de salvamento de la nave, en unos momentos ya estarán aquí.- Beatrice trata de tranquilizarla al ver como su amiga muerde su labio inferior por la ira de no haber llegado a tiempo.

El rescate no tarda nada en llegar y en una camilla se llevan a Mir. Mika permanece a su lado, aunque su mente volvía a prendarse de la reciente actitud de Amagiwa. 'No le importó. Él es capaz de todo por su estúpida misión, hasta de matar... de matarme'. Su enojo tocó cumbre cuando paso cerca de él en su camino a la nave. Parecía que le diría algo pero se detuvo, se declaró internamente que Mir era más importante.

La mirada de Hiroto siguió la figura de la portadora del gen blanco hasta que esta desapareció dentro de la nave. Algo acababa de ocurrir. Él la había salvado, pero a cambio, la hirió profundamente con ese pequeño roce, mas allá de lo físico, provocándole un dolor en lo que creía podía comenzar a confiar. Beatrice Ratio permaneció al lado del capitán del Birkis vislumbrando la escena. No pasó desapercibido para ella, el frío mirar de Mika hacia el hombre. Una nueva tormenta iba a desatarse. No obstante, fue despojada bruscamente de sus pensamientos al ver a Amagiwa dirigirse a unas mujeres que se aproximaban con otra camilla en la que se llevaban el cuerpo de Sergei.

-Llévenlo a la prisión rápidamente y asegúrense de que por ningún motivo pueda escaparse de allí- ordenó atrayendo el asombro de esas mujeres. Por que tanto cuidado con un cadáver, Pensaron antes de ver como la mano de IV Sneak se comenzaba a mover.- Apúrense! – replico Amagiwa viendo que su tiempo se acababa. Entonces sin excusas, el grupo aceleró el paso.

-Capitán...- llamó la register que no se había movido del lugar- Seria mejor que usted vaya a la enfermería. No se ve bien.- Se preocupó Beatrice por la mirada perdida del hombre. Amagiwa, en cambio, no se interesó en contestarle, solo volteó y se dirigió silencioso hacia el Birkis, a hablar muy seriamente con su salvadora.

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- Ya, relájate, Mika. Afortunadamente, la bala no hirió ningún órgano vital. Lo único que resta, es esperar a que se estabilice después de la gran hemorragia que tuvo.- le informo la doctora de apariencia seria aunque a la vez cálida.

Pero a pesar de esas palabras tan esperadas de ser escuchadas, en ese pasillo del Birkis se mantenía la desconfianza y el miedo por la salud de la teniente Lotus.

-Entonces, ella estará bien?- preguntó por enésima vez Seido acompañada por la pequeña Tiki Musicanova, quien al saber lo sucedido en la superficie de Europa, se apresuró hacia la enfermería para conocer el estado de su compañera.

-Si, todo estará bien- repitió la medica serena frente a la insistencia- si quieres, puedes entrar a verla- le concedió antes de retirarse junto a su siempre presente enfermera para examinar al individuo que estaba en la cárcel.- Pero no la molesten. Sean cuidadosas. –alcanzo a decir ya alejándose.

No tardó ni medio segundo que ya Mika estaba sentada sobre la cama a un lado de la inconsciente Mir Lotus que descansaba con una mascarilla de oxigeno cubriendo su rostro y con el tórax completamente vendado. La muchacha tomo una de las manos pálidas percatándose de la baja temperatura con la cual el cuerpo de Mir se revestía.

-Perdóname, Mir. Fue mi culpa, si no me hubiese descuidado, tú... Perdóname.- resonó la tristeza en la voz de la alférez dentro de aquella habitación enteramente blanca. Se sentía totalmente responsable por Mir, si no se hubiese dirigido hacia ese maldito hombre en vez de darle la espalda a ella, de seguro que Mir estaría sana y salva junto a ella. Por dentro de ella se maldecía a si misma y a Amagiwa. A ella, por prestarle atención a la persona equivocada; y a él, por ser la mayor escoria del universo.

- Mika, no fue tu culpa- la mano de Tiki se poso sobre su hombro derecho tratando de consolarla. Mika giro su rostro hacia la niña conocida en el ámbito militar con nombre código "campanilla"- El que le hizo esto a Mir, fue Sergei y no tú. Además la doctora dijo que ella estaría bien, así que ahora levántate y vete a descansar, te lo tienes merecido.- de golpe la inquieta Musicanova tomaba el lugar de un adulto, quizás el lugar de su hermano fallecido.

-Pero, Tiki...- intentó contradecirla, hasta no ver a Mir totalmente recuperada, no se sentiría segura.

-Nada de peros. No querrás que cuando Mir despierte te vea así de demacrada- Dijo la niña rubia señalándole su uniforme y su propia apariencia desaliñada y sucia con tierra y sangre resultado de todo lo que había ocurrido en ese día- Ve tranquila, yo me quedaré cuidándola- aseguró con una amplia sonrisa.

-Esta bien- contesto Mika haciendo el esfuerzo de corresponderle el gesto antes de salir del cuarto.

Si, se tenía que dar un baño con urgencia coincidió con Tiki en tanto cruzaba por la enfermería. La sangre seca en su traje era asquerosa. Despeinada y maloliente empezó a caminar un poco más tranquila, debía que creer, debía que mantener las esperanzas de que Mir saldría de esa, ella era una mujer fuerte, la mejor de todas.- Si, Mir estará bien.– suspiro para si misma. Fue cuando él se interpuso en su camino.

- Mika... tenemos que hablar.- pidió Amagiwa pero la chica logró esquivarlo e intentó pasar por su lado indiferente. Sin embargo en una rápida maniobra, él llegó a sujetarla decidido de la muñeca derecha queriendo retenerla para que escuche sus razones.

Como era de esperarse por el carácter violento de Mika proveniente de la ira que estaba reprimiendo desde el momento en que lo vio apuntándole a ella, reaccionó al instante deshaciendo su amarre con un tirón brusco de su propio brazo hacia atrás.

- Yo no tengo nada que hablar con usted, Amagiwa!- le levanto la voz entregándole, además, esa mirada con que exteriorizaba todos sus sentimientos de odio que él le inspiraba.- ya esta todo dicho!

- Seido... esa era la única forma de salvarnos.- Trato que su voz no sonara tan dura pero si firme.- tú...

Pero no llego a terminar lo que le diría ya que recibió la rápida contestación de ella.

- De salvarse dirá! Al final era como yo suponía, a usted no le importa la vida de los demás con tal de salvar su propio cuello. – salpico viperina cada gota de odio que rebasaba por su cuerpo- No entiendo como Ryoko se pudo sacrificar por usted. Ella no merecía morir por alguien así!- de golpe, el odio pasó a ser repugnancia pura por el hombre.

Él enmudeció, había tocado su punto débil. Aun lo perseguía la culpa de haber dejado morir a la teniente Burning y ella manoseaba como si nada esa herida jamás cicatrizada. Volvió a escuchar el último pedido de Ryoko tan claro como si ella estuviese allí "Vaya a ver a Mika". Otra vez una sucesión de imágenes del pasado surcaron por su mente. Jamás se imagino que tan difícil seria que Seido lo perdonase y mucho menos horas atrás en la que ambos estaban tan cerca que empezaba a presumir una posible amistad.

-ella era especial para mí y usted me la arrebató de mi lado! Todo por su estúpida misión! De seguro no le importó el que ella muera así como hoy no le importó que yo pueda salir herida por ese disparo.- lo desafió nuevamente- Ya esta todo dicho, Amagiwa.- terminó ella confirmándose que Amagiwa no valía la pena ni para estarle hablando. Ya matarlo no le importaba, quería desligarse por completo de él y ahora que al fin la misión "S" estaba cumplida, que no había Shaft que pilotear, ni amenaza que enfrentar, volvería a su casa y le daría una ceremonia de despedida a aquellos que se fueron, incluyendo a Ryoko, y se olvidaría para siempre de ese ser tan despreciable.

La mujer pudo esta vez pasar por su lado sin impedimento alguno ya que el hombre permaneció estático después de las palabras de Seido. No era cierto nada de lo que había dicho, pero le bastó con mirarla para entender que ella no entendería razones y mucho menos las suyas. Lo odiaba y no había nada que hacerle. Su promesa con Ryoko perdió validez cuando él se apoyó cansado sobre su brazo derecho contra la pared metálica. Un fino hilo de sangre comenzó a surgir desde su nariz. – Lo siento, Mika...

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Beatrice caminaba pensativa por otra parte de la nave espacial. Ella estaba volviendo al puente de mando luego de tener una pequeña e incongruente charla con el prisionero.

"El error esta predicho en la raza humana. Nadie los salvara de la verdad del universo. Pueden que hayan detenido el programa final de Oberas pero tarde o temprano, la aniquilación será completa"- recordaba aquella frase de Sergei IV Sneak de hace un momento.

Según la doctora, la bala alojada en la parte frontal de su cerebro era la causante de esos absurdos que disparaban de su lengua hacia la register como si la estuviera acusando y a la vez amenazando de que nada que hagan detendría el final. Mientras hablaba con él, temió a esos ojos celestes que se le habían encimado como si fuera la presa de un lobo rabioso. Y cuando no soportó mas la infernal carcajada retumbante sobre las paredes, un llamado a tiempo del puente de mando la hizo abandonar aquel lúgubre escenario.

-Beatrice, están por el canal 4- Afirmo Hiun, una de las programadoras, al verla entrar.

Ratio se acercó a la plataforma central y desplegó su teclado- comunícame, Hiun- ordeno la register.

En la gran pantalla frontal de la sala se visualizo un código que luego fue sustituido por la imagen de un hombre de aproximadamente 25 años, vestía un traje blanco y azul con la insignia de IESA sobre el lado izquierdo de su pecho.

-Señorita Ratio, habla el mayor William Grade desde la central europea de IESA. Estamos enterados de los hechos acontecidos en Europa. Se les informa a la tripulación de la nave de combate Birkis que su orden de arresto fue anulada, pero es necesario que ustedes se presenten a convalecer ante el tribunal de faltas.-tomó un poco de aire para aseverar las siguientes palabras. - Esa es una orden de los altos mandos.

El silencio se apropio de la sala. Las programadoras se miraron una a otra con temor. Era algo que tenia que suceder y estaban esperando ese llamado, solo que aun no podían entender de que los acusaban. Si todo había sido un plan de IV Sneak, y ellos en varias ocasiones estuvieron a punto de perder la vida. Ciertamente, no era justo.

-Se ha comprendido el mensaje. El Birkis está regresando de inmediato a la Tierra, señor.- Habló claro y fuerte la register para demostrarle que ellos estaban totalmente limpios de culpas.

-Ratio, me podría decir donde se encuentra el coronel Amagiwa- ordenó para confirmar los dichos previos de la operadora con la que se había comunicado en primer lugar.

-El capitán se encuentra en la enfermería, él está enfermo. Y en cuanto al mayor Musicanova, él...-quiso adelantársele a la pregunta pero la congoja volvió con el recuerdo de Mario- El murió.- cerró fuertemente el puño para que las palabras salieran de una vez.

-Cuantas bajas han sufrido- volvió a ordenar con frialdad.

- 3, señor. El mayor Musicanova, la teniente Galgalim y la alférez Levistrauss.- le comunicó disimulando el dolor de la perdida de sus compañeros.- Además, la teniente Mir Lotus se está recuperando de una intervención quirúrgica.

- Que ocurrió con Lotus?- Se noto preocupado.

- IV Sneak le disparo por la espalda, pero su diagnostico es bueno.- aseguro Beatrice.- Señor, en cuanto al Shaft...

- No hace falta que lo explique. Sabemos que se encuentra en mal estado en Europa.-la interrumpió- Ustedes solo preocúpense de volver que luego aquí se les harán todas las preguntas pertinentes.– fue lo ultimo que se pudo escuchar de ese hombre ya que la pantalla volvía a ponerse negra.

No había mas chances, el Birkis retomaba el rumbo hacia la Tierra.

Continuara...

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Y esto recién comienza...;) quedan muchas sorpresas...

Notas de la autora: podría hablar (sería escribir en todo caso) que este fic será una meta a alcanzar. Espero que les agrade por mas que les halla gustado o no la serie. Sus comentarios son muy importantes para mí, mientras que no sean mal intencionados . Y una ultima aclaración: "los personajes y ciertos hechos a los que se le tiene alusión previa de la serie GS no me pertenecen" (aunque estaría feliz de la vida si el frío capitán Amagiwa fuese solo y únicamente mío!). Así que a abstenerse de demandarme por que es una simple historia (aunque no tanto, ya se darán cuenta :P) producto de mi alocada inventiva sin intención de sacar ningún beneficio mas que el de desahogarme escribiendo.

Bueno este es el fin del primer capitulo, restan 12 (13, tal como la serie :P). Nos veremos de acá a un mes, ojala aguanten la espera :) tiempo suficiente para ir adelantando y arreglando nuevos caps y así darles lo mejor de Subaruchan. Bye y no se olviden, Reviews!

Love and peace xD Los quiere, Subaru-chan ô-ô