Buenas!
Quisiera compartir mi primer y único fan fic de Monochrome Factor. Hace mucho que vi esta serie junto a mi hermana y mi prima (a quien se lo dediqué owo) y me gustó muchisimo, por lo que decidí escribir un fan fic para apoyar la causa xD Las cursivas son recuerdos o cosas que no están ocurriendo en el momento, al igual que los pensamientos, pero estos están entre " "
Es una historia bastante corta y la dividí en tres partes. Espero les guste y me dejen sus reviews ^^
Parte 1.
Esa tarde, shirogane estaba sentado sobre el techo de la casa de Akira, pensando. Ese día era muy especial para él, pero su compañero no lo sabía.
-Y seguro tampoco le importa-se dijo y cruzó sus brazos sobre sus rodillas. Casi no lo había visto ese día, el chico había tenido actividades después del colegio, y se reunió con kengo en la tarde para jugar videojuegos.
-No me vayas a seguir, tengo suficiente con tenerte encima todo el día-dijo el joven.
-¿Pero...y los kokushi?
-Puedo lidiar yo solo con esas cosas, además, kengo y aya estarán allí, y me ayudarán por si pasa algo-terminó, cerrando la puerta tras de si.
Solo pudo quedarse allí y esperar a que regresara.
Volvió antes de lo que tenía previsto. Se emocionó de verlo, aunque fuese a últimas horas.
-¡¡Akira-kuuun!! ¡Qué bien que volviste...!
-Sólo volví por unas cosas, aún iremos a la plaza y al ce...
-¿Puedo acompañarte esta vez?-preguntó él con un tono sumiso.
Akira se quedó viéndolo, seriamente como siempre. Shirogane le miró con unos ojos, casi rogándole, sin dejar su sonrisa de lado.
-No-dijo secamente el joven, cogió lo que había venido a buscar y se dirigió a la puerta. Shirogane le retuvo por un brazo.
-Akira-kun... ¿Volverás muy tarde?-su voz sonaba algo triste.
-¿Y eso a ti que te importa?
-Es que...casi no te he visto hoy, y pensé que podríamos...
-¿Podríamos qué?
-Es...estar un rato juntos, siquiera una hora...
-Olvídalo-se soltó para marcharse. Salió de la habitación y escuchó la voz de la sombra tras de si.
-¡Pero akira-kun! ¡Te he extrañado aquí!
-Eso no es nuevo, me alejo de ti un segundo y ya me estás echando de menos-comenzó a bajar las escaleras. Shirogane se acercó por el pasillo.
-¿Y no te importa?
-No mucho en realidad-puso sus pies en el primer piso, y cuando estaba por acercarse a la perilla de la puerta de salida, se chocó contra el pecho del ser oscuro.
-¡Oye!-se quejó el joven. Al darse cuenta, la mirada de shirogane estaba triste, casi apagada, y su sonrisa se había ido.
-¿Por qué...?-dijo despacio.
-¿Por qué qué?-repitió el joven.
-¿Por qué si yo vivo pensando en ti...tu no puedes mostrar un poco de atención hacia mi? ¿Es que no te importo?
Akira estuvo a punto de decir que no a modo de broma y terminar aquella aburrida conversación, pero la seriedad de su par oscuro no lo dejó hablar.
-Ni siquiera eres capaz de preguntarme alguna vez como estoy... ¡¿Sabes acaso si estoy enfermo?! Nunca me preguntas cómo estoy el día de hoy, ¿qué hay si me siento triste alguna vez? ¡¿O si ha ocurrido algo especial para mi?!-shirogane alzó la voz sin querer. Akira le miraba serio, pero extrañado a la vez de verlo así.
-Pues no, no me importan esas cosas, no son de mi incumbencia-dijo fríamente-muévete, llego tarde.
Al ser oscuro le golpeó esta indiferencia.
-¿Qué hay de lo que yo siento...?-titubeó-Cuando me duele... ¿No importa?
El joven le empujó un poco con su brazo y pasó.
-Si algo te duele, puedes ir y decírselo a Master-salió por la puerta y cerró con fuerza.
Shirogane sintió algo amargo bajar por su garganta y atascarse en su pecho. Respiró profundo y trató de pensar en cualquier otra cosa, por muy difícil que eso le resultaba. Regresó a la habitación del chico, a intrusear en sus cosas, curiosear sus notas y llenarse con esas pequeñeces, los vacíos que el chico le dejaba...
