Disclaimer: Junjou Romantica y Sekaiichi Hatsukoi son de Nakamura-sensei, yo solo uso sus personajes para divertirme.
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1 Portum
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El pequeño Akihiko caminaba en la penumbra del bosque, necesitaba un poco de tranquilidad, más que nunca la necesitaba, pues acababa de recibir una noticia que no le agrado: su padre se casaría de nuevo, y lo peor del asunto es que tendría un hermanastro, si de por si la relación con su padre era minima, ya se imaginaba la poca atención que le brindaría con los nuevos integrantes de la familia.
¿Qué tanta atención necesitaba una persona a los ocho años?
Su corazón buscaba el refugio, su cielo, su remanso de estrellas, caminaba, no tenía prisa, sabía que su refugio siempre estaría ahí para él; y esa no era la única mala noticia, su único amigo Hiroki, le había comunicado esa tarde que a la mañana siguiente tendría que irse a vivir a otro lugar, era demasiado para él.
"La vida es una pesadilla"
Por fin llego al claro del bosque deseado, se sentó, y miro hacia la bóveda celeste, sus ojos violetas se impregnaron de los destellos del cielo, apenas se estaba acostando en el pasto, cuando una sombra sobrevoló encima de él, unos ojos rojos fue lo único que alcanzo a ver, y esa cosa estaba por saltarle encima, cuando otra sombra se estrello con la primera, haciendo un ruido como el trueno, Akihiko se cubrió con sus brazos, esperando lo peor.
-Tranquilo, tranquilo- ordeno la segunda persona en aparecer, porque a pesar de estar en las sombras se notaban las formas humanoides- …le dije que no era una buena idea traerlo, es demasiado recient…
Nowaki inmovilizo de un golpe en la nuca al otro, mientras le hablaba a una tercera persona, pero cayó cuando se percato de que no estaban solos, vio al pequeño Akihiko hecho un ovillo en el pasto, y entonces sus ojos rojos se tornaron azules, y preocupados, el ser descubiertos por humanos era un asunto que siempre debían evitar.
A quien le reclamaba Nowaki apareció de la nada, frente Akihiko, dándole la espalda, llevaba puesta una capa, y al igual que su larga cabellera, ondeaba como si lo cubriera una especie de magia, el pequeño Akihiko no le vio claramente, pues en ese momento la luna se oculto entre las nubes, oscureciéndolo todo.
-Llévatelo por favor- ordeno el recién llegado con dulce pero firme.
-De acuerdo, pero apresúrese por favor- Nowaki se alejo con el cuerpo entre sus brazos.
A pesar de la oscuridad, Akihiko pudo percibir que quien se acercaba a él era un muchacho, por la estatura y por su voz, que le pareció hermosa y tranquilizadora.
-¿Te encuentras bien?- pregunto hincándose.
-Si.
-Buen chico, eres muy valiente, no gritaste para nada.
Acaricio la platinada cabellera del pequeño. La brisa movió las copas de los arboles, igual la castaña y larga cabellera.
-¿Te gusta este lugar?- pregunto el desconocido.
-Si, mucho.
-Conocí a una persona que tambien le agradaban sitios así- dijo con tristeza.
-¿Quién?
El extraño sabía que debía borrarle la memoria al pequeño, era una norma entre los de su especie, era eso o beber su sangre hasta matarlo, por supuesto el no haría lo segundo.
-Eres un buen niño, me podrías guardar el secreto de lo que has visto aquí?
-No es como si hubiera visto mucho- dijo Akihiko haciendo un puchero.
Y mientras la cantarina sonrisa de Misaki inundo el lugar, la luna regreso al claro, iluminando su persona, mostrándose como si de un ángel de luz se tratará, sus cabellos largos y castaños brillaron, pero lo más impactante fueron esos ojos verdes, de un verde tan vivo, que parecían irreales.
-¡Ah!- se maravillo Akihiko, sonrosándose.
No había visto alguien parecido, y estaba seguro que nunca vería algo igual.
La visión de Misaki era tan hermosa, su piel parecía porcelana, su sonrisa solo acrecentaba su hermosura eterna, Akihiko tuvo que tallarse los pequeños ojos, pensando si lo que veía no era una visión, sonriendo, volvió a mirar, pero cuando lo hizo, ya estaba solo.
-¿Adonde se fue? Ni siquiera pude preguntar su nombre.
Busco con la mirada en los alrededores, triste y decepcionado.
Misaki se había marchado sin saber que ese pequeño niño, en unos años, trastornaría su mundo por completo.
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Ya lejos de ahí, Misaki se reencontró con Nowaki, y el bulto que llevaba este último en la espalda.
-¿No lo hizo verdad?
-No.
-Eso no le agradará a su padre.
-¡¿Vas a ir de chismoso?!
-Esa no es forma la expresarse de un príncipe.
-Pareciera que no me conoces, ya sabes cómo soy.
-Tengo la esperanza de que usted madure algún día.
-Comienzas a parecerte a mi padre.
Nowaki le sonrió y como el viento, desaparecieron de aquel bosque.
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Encerraron al vampiro descontrolado dentro de una celda en una enorme mansión, Misaki dio instrucciones que lo vigilaran y alimentarán, y que cualquier contratiempo, por favor lo buscaran en la casa de sus tíos, hacia mucho que no iba a ese lugar, exactamente trescientos años, de hecho hacia cien años que no regresaba a Japón, había estado viviendo en Francia, pero la noticia reciente del compromiso de su primo lo obligo a regresar, se ato su larga y castaña cabellera, por la premura del contratiempo ni siquiera se había arreglado, y no es como si lo necesitara, como fuera el siempre lucia hermoso. Vio su reflejo triste en el espejo, y trato de componer una sonrisa, su primo seguramente la necesitaría, a decir verdad el mismo la necesitaba, cuando salió de su habitación, su nueva escolta lo esperaba recargado en la puerta.
-Kyo.
-Te escapaste sin avisarme- dijo con voz grave.
Se paro cuán grande era, enfrente de Misaki.
-Tuve que darme prisa, no deseaba que atacara a alguien, él es mi responsabilidad, tú más que nadie debería saberlo.
Y eso finalizo cualquier reclamo, Misaki había sido quien había convertido a Ijuuin Kyo en vampiro.
-No es un regaño- Kyo suavizo su voz y acaricio la barbilla del vampiro menor- sabes que me preocupo, es normal, después de todo somos amantes.
Las mejillas de Misaki se tornaron rojas, y quito la mano de Kyo, este adoraba la forma en que el castaño se sonrojaba, cuando aún era humano, pensaba que los vampiros eran lo más cercanos a estatuas de piedra, sin cambios, sin color, sin temperatura, sin sabor, obviamente con Misaki había descubierto cuan vivo era ese cuerpo. Pero lo que no sabía, es que sería la última vez que podría hablarle con esa cercanía al príncipe vampiro, Misaki desde hace una década deseaba cortar su relación, pero eso esperaría hasta después de ver a Onodera Ritsu, su primo.
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Ritsu se encontraba orando frente a una espada, la rodeaban cuatro velas, a pesar de que esta tenía trescientos años de antigüedad, lucia como nueva, pues él la había cuidado todo ese tiempo como el tesoro más preciado, era el recuerdo que le quedaba de su único y gran amor: un humano.
Esa fecha era importante, especial, trágica, ese día había muerto Masamune.
Las pequeñas flamas de las velas, bailotearon al ser movidas por una brisa que recién llego. Ritsu se paro, y ambos se fusionaron en un abrazo, ambos se querían como hermanos, pero ambos, eran tímidos, y seguramente siempre lo serian, se separaron carraspeando, avergonzados por ese desliz de cariño, ambos ojos verdes se conectaron.
-Misaki.
-Ritsu.
-¿Cuándo vas a cortarte ese cabello? Ya no va con la época, mírame a mí.
Dijo Ritsu tocando su corto pelo.
-¿Eh? ¡Idiota que te pasa! ¿Nos vemos después de tanto tiempo y es lo primero que dices?
Ritsu sonrió de lado.
-Seguramente mis tíos están felices con este compromiso tuyo, por fin les darás un heredero.
La sonrisa de Ritsu se apago.
-Lo siento, perdóname, es que, yo bueno…
-Tranquilo, pero no sé porque mencionas eso, sabes que hay otros tratos más "interesantes".
Misaki se sonrojo hasta las orejas.
-Mi padre no quita el dedo del renglón, pero está muy equivocado en tratar de controlar mi vida, ya soy mayor, aunque no lo parezca- Ritsu alzo una ceja- ¡ah, pero tampoco estoy diciendo que tus padres te controlan primo!
-Ya deja eso, sabes que lo hago por protección, An-chan es una linda criatura, no me gustaría que algún desalmando se aprovechará de ella, y por desalmado no me refiero a ti, yo hubiera sido muy feliz que ustedes dos se hubieran entendido, pero con ese oportunista revoloteando a tu alrededor, no tuvo oportunidad, como sea es mi pequeña hermana y cuidare bien de ella.
-Siento no haber correspondido a sus sentimientos, pero como sea, ella estará feliz contigo, además ella más que nadie entenderá que tu corazón está ocupado, no importan los siglos que pasen. Y bueno tampoco es que Kyo sea un oportunista, yo creo que más bien me salvo.
-Mejor no hablemos de eso.
-Me parece bien.
-Si te hace feliz, te diré que antes del amanecer contaré mi relación con Kyo.
-¿Enserio?
Misaki asintió.
-Pero ahora es tu nuevo escolta, ya que Nowaki fue asignado al cuidado del nuevo hechicero, bien pudiste evitarlo, y proponer que mandarán a otro.
-Nowaki es muy dulce, y que mejor vampiro que él para cuidar de Hiroki-san, él apenas es un niño, entrará a un arduo entrenamiento de su abuelo, rodeado de "nosotros", la verdad de su realidad le caerá como una gran bomba.
-Que considerado, pero a lo mejor, más bien estas asustado por que Nowaki te beso, y quisiste deshacerte de él, a lo mejor él si pudo mover ese corazón de piedra que tienes.
-¡Joder! ¡No digas disparates! Más bien yo…
-Quisiste no romper su corazón, como si la pasión que despiertas entre nuestra población fuera inevitable, me temo que solo yo soy inmune a tus encantos.
-Hablas como si tú mismo no fueras blanco de fantasías perversas.
Fue un golpe directo a las mejillas sonrojadas de Ritsu, eso era cierto, ambos eran vampiros muy codiciados.
-Misaki, Misaki, eres el eterno más poderoso que conozco, y eso despierta el deseo, tanto como la sangre, ah pero se me olvidaba que tú no tienes problemas con eso de la sed, ya que tu "odias" a los humanos…o más bien debería decir que…
-Suficiente, no vine a hablar de esos asuntos, solo quería acompañar a mi amargado primo.
-Gracias por esforzarte, a pesar de que...- Ristsu prefirió no hablar de ese terrible pasado de Misaki- gracias.
Ambos se arrodillaron enfrente de la espada. Y comenzarón a orar por el alma de Masamune, un alma que aún no tenía descanso.
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Un disparo, dos, tres, en el centro de una figura colgante de cartón tiros perfectos y todos lanzados por una sola persona: Miyagi, un adolescente sediento de venganza.
-Veo que ya estas casi listo para salir a la acción- dijo otro joven, llamado Kirishima- pero te falta, control.
Kirishima activo un botón y las figuras de cartón comenzaron a moverse en círculos, dios varios disparos, y todos dieron en el blanco.
-Obviamente el vampiro no se esperará quieto a que tú lo elimines.
Miyagi rechino sus dientes de furia.
Ambos eran de un grupo de cazadores de vampiros.
Pero a diferencia de Kirishima, Miyagi tenía grandes motivos para volverse el número uno entre los cazadores.
"Algún día eliminare al príncipe de los vampiros, yo te vengare…"
Y con ese pensamiento, continuo su arduo entrenamiento.
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Comentario.
Pues aquí con una nueva travesura.
Misaki es un principe vampiro , primo de Ritsu :3, y bueno como algunas culturas, aquí se vale casarse entre familiares, para preservar la sangre pura y esas cosas, por eso Ritsu se casará con An-chan.
Hiroki un hechicero, en el siguiente capi diré que pinta en esta historia, pretendo usar a todos los personajes de Junjou y Sekaiichi, esto es solo el comienzo.
Miyagi y Kirishima solo son dos de un gran grupo de cazadores, ¿como quien piensas que agregaré a este grupo? Y bueno Miyagi quiere matar a Misaki, supongo que ya te imaginas porque razón.
Las parejas principales, pues pienso que serán MisakixAkihiko, RitsuxTakano, pero no sé, la musa es caprichosa, me dejare llevar como hoja al viento.
¿Qué te pareció?
