¡Yay! ¡Soy tan feliz por muchas razones! La primera es que ¡ya está confirmado que Free! tendrá una segunda temporada! Además ¡éste es mi primer drabble publicado! Hace mucho tiempo que quería hacer uno pero siempre me pasaba con las palabras... Y a parte de ser mi primer drabble, ¡es mi primer Rintori! Sólo con eso ya estoy saltando de alegría. Lástima que la fecha en que inicio clases ya está próxima y eso me impedirá escribir por un tiempo pues a lo profesores les gusta explotarnos desde la primer semana.

Como sea, ya no aburro. Ojalá disfruten de la lectura.

Palabras: 483.

Advertencias: Vocabulario vulgar, posible Ooc.

Ni Free! ni sus personajes me pertenecen, hago esto por el simple gusto de escribir y divertirme.


Controlador de ira

Ya había pensado antes en asistir a terapias para aprender a controlar su ira.

¡Qué bah! No es que lo hubiese pensado, más bien su hermana se lo había sugerido y aunque al principio él había asegurado que no las necesitaba, con el paso del tiempo empezó a pensar que quizá no era tan mala idea.

Y justo ahora que tenía que reconsiderar esa ayuda para el autocontrol o al menos tendría que estar respirando hondo y contando hasta diez para apaciguarse un poco, la furia lo cegaba y descargaba toda su molestia en el indefenso ser que tuvo el infortunio de encontrarse al frente, aunque éste tuviera poco o nada que ver con el origen de su molestia.

Ni siquiera recordaba con exactitud el motivo de su enfado; ahora sólo se limitaba a sentir el fuego ardiente que le recorría las entrañas, calentándole la sangre y alterándole la calma.

Los ojos turquesa lo observaban fijamente mientras el vocabulario más obsceno afloraba desde su garganta, dichas con tanta potencia y empeño que no dudaba que las habitaciones vecinas no hubiesen escuchado ya el alboroto.

Pero el más pequeño no se dejaba intimidar ni un poco, quizá de vez en cuando su cuerpo se estremecía ligeramente o se cubría con sus brazos para protegerse por si las cosas comenzaban a salir volando por los aires, pero se mantenía firme tratando de adoptar una posición decidida para intentar controlar al mayor.

—Senpai —pidió con voz aterciopelada—, por favor, tranquilízate.

El pelirrojo enarcó los ojos y se acercó peligrosamente al chiquillo manteniendo su mirada fiera.

—¡Cállate! —exigió en un grito—. ¡Y a ti que te den por culo!

Y el silencio reinó de repente.

Las palabras salieron antes de que su cerebro pudiese procesarlas, como adoptando vida propia y emergiendo para explorar el mundo por su cuenta, muy lejos de la boca de su dueño y riéndose de sus desgracias antes de retirarse.

Por supuesto que no había sido la intención de Rin decir algo tan… insolente.

Y casi como por arte de magia había dejado de maldecir todo lo que se le cruzase por la cabeza. Ahora tan sólo se dedicaba a exprimir su cerebro buscando una disculpa adecuada por la actitud tan ruda que había manifestado segundos atrás.

Eran estas situaciones en las que se daba cuenta que su compañero de habitación resultaba muy efectivo para apaciguar su ira. Qué sesiones de control ni qué carajos.

Después de largos segundos de brumosa tensión el niño de cabello plata se mordió el labio inferior antes de aventurarse a hablar.

—Senpai, ¿eso fue una ofensa o una invitación?

Y la quijada de Rin se desencajó.

Claro que después de escuchar eso no necesitó pensárselo demasiado para encontrarse sobre el colchón devorando con avidez los labios de su compañero.

Porque él definitivamente, jamás ofendería a Nitori de aquella manera.


Siendo sincera en mi país no es muy común usar esa expresión, de hecho nunca la he escuchado por aquí pero me parece que en España sí la usan y se me hizo un tanto curioso para utilizarlo en este pequeño fic.