Sangre
Emi.Green
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Sobre una mesa se encontraba acostada, más precisamente atada, Seras Victoria, la prestigiosa oficial de policía de la ciudad. Su mirada estaba totalmente aterrada ante la imagen que se presentaba frente a ella; Alucard, el vampiro más temido y oscuro no dejaba de observarla fijamente, su roja mirada mostraba el deseo de sangre que sentía en esos momentos, el deseo de matar y hacer suya a aquella chica policía.
—¿Q-Qué…me-me harás?—Preguntó temblando, él la miró con una sonrisa perversa, mostrando aquellos colmillos afilados.
—Mía.—Contestó simplemente. Luego se acercó hacia ella, le acarició el cuello por la zona de la vena Yugular, y lentamente fue acercando su boca allí, hasta que por fin clavó sus afiladas perlas.
El líquido rojo comenzó a brotar, mientras la chica gritaba y pedía ayuda. El vampiro aprovechó para pasar su ensangrentada boca a la de la chica, haciéndole probar ese metálico y delicioso sabor. De un momento a otro, ambos cuerpos se vieron desnudos, él encima de ella, mordiendo todo trozo de carne que se le pasaba enfrente. Ella gritaba y gemía de dolor.
La sangre brotaba de cada herida que era provocada por él, luego Alucard se posicionó entre sus piernas y comenzó a penetrarla violentamente y sin piedad. Mientras, apretaba, succionaba y mordía sus pechos; lego de varios minutos, él llegó al éxtasis y liberó su esencia dentro de ella, haciendo que se mezclara con la sangre…
Ella ya no reaccionaba…
…Pues ya estaba muerta.
…
La pelirroja abrió los ojos como platos, se sentó en la cama y se inspeccionó. Vestía su típico traje de policía, ninguna herida…ninguna marca. Se acercó a un espejo y notó que su imagen no aparecía; entonces automáticamente llevó sus dedos a sus ahora afilados colmillos.
Esto no podía estarle pasando.
La puerta se abrió dejando ver a Alucard, con su sádica sonrisa impregnada en el rostro.
—¿Qué sucede, chica policía?—
—¿Qué me has hecho?—Preguntó ella.
—Una vampireza.—
—¿Por qué?—Cayó de rodillas, sosteniéndose su cabeza entre sus manos.
—Porque me gustaste. Porque ahora debes asumir que todo tu ser es mío, tu cuerpo, tu vida, tu sangre, tú eres mía…Victoria.—
—S-Sí, maestro.—Contestó sin entender cómo.
Ahora ella era una vampireza…
Y todo gracias a Alucard. Ahora viviría eternamente junto a él.
…
Corto y muy extraño, lo sé. Pero quería poner algo diferente sobre el primer encuentro de estos dos.
¿Qué les parece un review?
Emi.
© Copyright 2008 Kouta Hirano.
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