Un día normal, en una ciudad normal, otro akuma estaba atacando París, y dos héroes estaban protegiendo la ciudad.

-¡Chat Noir, detenlo un momento!- grito Ladubug saliendo de una explosión.

-¡En seguida, my lady!- Chat Noir salió disparado detrás del joven akumatizado lanzando flechas.

-¡Sientan el dolor de un corazón roto!

-Oye- Chat se acercó- Hay muchas chicas en el mundo, ya habrá alguna que te ame.

-¡No entiendes nada!- grito Dark Heart mientras flotaba- ¡¿Sabes lo que significa amar cada día a alguien que te ignora con la misma intensidad?!

Chat solo se quedó callado, y después de una pausa respondió gravemente.

-Si… Mejor de lo que crees.

-¡Listo, Chat!- grito Ladybug.

-Lo siento, pero mi lady me necesita

-¡Lucky Charm!- en las manos de Ladybug apareció un espejo, después de mirar a todos lados, ideo un plan -¡Chat, corre a ese edificio y usa tu Cataclismo!

-¡Entendido!- Chat corrió a la pared- ¡Cataclismo!

La pared se empezó a derrumbar, los pedazos cayeron sobre Dark Heart, haciendo que huyera hacia el frente.

Ladybug aprovechó para que el reflejo del sol le diera en los ojos.

-¡Chat, quítale el arco!

Al saltar, Chat le quito el arco y se lo lanzo a Ladybug.

Rompió el arco y salio una mariposa negra la cual salio volando.

Ladybug purifico esa mariposa.

-Adios, pequeña mariposa.

Lanzo el espejo y grito:

-¡Miraculous Ladybug!

Todo se restauró, cuando Chat Noir se acercó para chocar los puños, sintió que algo no estaba bien, pero ignoro ese mal pensamiento.

-¡Lo hicimos!- justo en ese momento, el anillo de Chat sonó.

-Es hora de que me vaya, my lady- le beso la mano, le llamó la atención que ésta no lo alejara asi que levanto la vista- ¿my lady?

Sin previo aviso, ladybug se desplomó. Chat Noir la sujetó justo a tiempo.

Chat sabía que no tenía mucho tiempo, intentó despertarla, sin éxito.

-¡Ladybug, despierta!

Ladybug hizo ademanes de despertar. Luego abrió los ojos con dificultad.

-Chat…rápido, llévame a la panadería de los Dupaín-Cheng.

-Sí, claro- Chat saltó de casa en casa, en ese momento se oyeron los pendientes de Ladybug. Llegó justo a tiempo a la terraza de Bridgette para ver la transformación desaparecer y que se viera una chica de pelo largo, atado en dos coletas, de un color azul.

Chat estaba pálido, no podía creerlo, su lady…su hermosa dama, era su acosadora.

Bridgette Dupaín-Cheng.

Chat tardo en darse cuenta de que una criatura de color rojo salió de los aretes de Bridgette. Para cuando reparó en esto. Tikki se había acercado a Bridgette y le acariciaba la mejilla.

-Este… tu eres… ¿el Kwami de Ladybug?- preguntó Chat.

Tikki se quedó callada. Finalmente le respondió sin apartar la vista de Bridgette.

-No puedes decirle nada a nadie de esto, te lo pido. Le arruinaría las cosas a Brid.

En ese momento, un jadeo los hizo dirigir su mirada a la chica que seguía en los brazos de Chat.

-¿Tikki? ¿Qué sucede? ¿Dónde estoy? ¿Chat? ¿Pero qué…?

Cuando Bridgette reaccionó se dio cuenta de que estaba en su casa, en su terraza, para ser más exactos. Rebobinó todo lo que recuerda, -la explosión, oh, si, recuerda haber recibido un golpe en el vientre; la reparación de la cuidad, y luego, su derrumbe, recuerda que le pidió a Chat que la trajera, así que levantó la vista hacia su compañero gatuno, sonrió.

-Supongo que ahora que sabes quién soy realmente, estas completamente desilusionado.

Chat no dijo nada, no podía, su corazón no le dejaba creer que la chica a la que amaba fuera la chica que lo desesperaba. Lo irónico de la situación no hacia más que darle dolores de cabeza. La soltó y se levanto.

-Yo…yo… me tengo que ir- y son mas, salto hacia los tejados.

-Bridgette, ¿estas bien? Me preocupa que te hayas desmayado, se supone que el Lucky Charm repara incluso los golpes de la batalla.- Tikki la miraba preocupada

La ojiazul no hizo nada más que sonreír.

-Tranquila, estoy bien, el que me preocupa se acaba de ir por los tejados.

Chat llego a su casa, entro a su habitación por la ventana, se deshizo la transformación, y se dejó caer en su cama. No se molestó en cambiarse siquiera. Fueron demasiadas emociones el día de hoy. Félix no tardo en escuchar las burlas de Plagg.

-No puedes creerlo, ¿verdad? Que la persona por la que siempre suspiras es quien siempre suspira por ti. ¡Oh, adorado Camembert! ¡Por eso yo siempre te elegiré!

-Cállate, Plagg.

Félix necesitaba pensar. Mentiría si dijera que no estaba decepcionado, pero, vamos, ¿quién creería que aquella chica que siempre lo acosaba seria la grandiosa Ladybug? Definitivamente no lo esperaba. Necesitaba respuestas.

Plagg parecía saber qué es lo que pensaba el rubio porque añadió.

-Yo que tú, no lo haría, corres el riesgo de hacer enojar a Tikki, recuerda que te pidió no decir nada.

-Espera, ¿eso fue una amenaza?- Félix se incorporó en la cama, y observó al pequeño Kwami que flotaba en su habitación.

-No creo que se deba llamar amenaza, pero tómalo como una advertencia, nosotros sabemos quiénes son ustedes y…

-Espera- Félix lo interrumpió de forma muy brusca, lo cual hizo fruncir el ceño al Kwami- dijiste que saben quiénes somos nosotros, ¿Eso significa que tú siempre supiste quien era Ladybug?

Plagg tardo en contestar, sabía cómo reaccionaría el rubio.

-Si.

-¿Y nunca pensaste que querría saberlo?

-¡Por supuesto que si¡ no soy tonto- se indignó Plagg

-¡¿Y por qué nunca me lo dijiste?!

-¡Nunca preguntaste! ¿¡Que deber tengo yo de decirte las cosas si nunca me preguntas nada!?

Félix entrecerró los ojos, luego sonrió. Plagg tomo distancia, sabía que significaba esa sonrisa y nunca la gradaba.

-No te daré nada de queso por un mes.- sentencio Félix.

Plagg estuvo a punto de desmayarse.

-¡¿Por qué?!

-No me dijiste nada sobre Bridgette.

-¡AGHH! ¡Pagarás por esto¡ ¡Te declaro la guerra¡

Y sin más, se dio la vuelta y se fue al otro lado de la habitación. Félix no pensaba seguir discutiendo, así que se cambió y se metió a la cama.

Al día siguiente, se podía notar que Félix estaba de un humor de perros. Tanto que ni siquiera Bridgette se atrevió a acercase.

Su mejor amigo, Nino fue el valiente que decidió acercase.

-Oye, viejo, ¿Qué tienes? Te ves de muy mal humor

-Nino… es solo que un…gato me despertó de manera muy… molesta.

-¡Viejo, apestas a pescado! ¿Qué demonios te paso!?

Félix no contesto, el solo pensarlo le hacía hervir su sangre.

Estaba durmiendo tranquilamente cuando una sensación de algo frio le hizo despertarse, cuando bajo la mirada a sus pies descubrió un montón de pescados esparcido por toda su habitación.

Félix seguía refunfuñando cuando observo que Bridgette estaba platicando con dos chicos y su amiga un poco más adelante que ellos.

-Nino, ¿Qué tenemos hoy de clases?

-Pues tenemos, Matemáticas, Historia, Literatura, Quimica e Ingles. ¿Por qué la pregunta?

-Tengo que hacer algo, y necesito que me hagas un favor.

-Claro, ¿de qué se trata?

-Necesito que me dejes con Bridgette a solas.

Nino se detuvo a medio camino al salón. ¿Qué le pasó a su mejor amigo?

Sujeto por los hombros a su amigo y lo puso frente a él.

-¿Qué le hiciste a Félix?- le dijo completamente serio.

-Nino, deja de ser tan melodramático- Felix se solto del agarre. Y siguió caminado.

Las clases transcurrieron sin problemas, claro, sin mencionar que Chloé hizo una rabieta cuando la profesora asigno los equipos para un trabajo y Félix le toco trabajar con Bridgette.

-¡Profesora, haga de nuevo los equipos! ¡Yo debo trabajar con Félix! ¡Estamos predestinados a estar juntos!

-No, señorita Burgeois, es mi última palabra.

Cabe decir que Bridgette estaba de los nervios, nunca le había tocado trabajar con su amor platónico.

Niño le susurro a Félix

-Parece que no necesitaras de mi ayuda

-Eso parece.

Félix se volteó para hablarle a Bridgette.

-Oye, con respecto al trabajo… ¿te molesta si vamos a tu casa?

Bridgette se quedó sin habla, por no hablar de Nino y Claude, no esperaban que le hablara tan rápido ni tan abiertamente. Por suerte, Claude estaba con ella.

-No te preocupes, no habrá problema.- respondió este.

Félix no muy convencido asintió con la cabeza. No sabía por qué, pero no le agradaba, que hubieran respondido por ella.

Al finalizar las clases, Félix esperaba a Bridgette para ir a su casa.

Bridgette se acercó a él, pero Nathaniel se apresuró a cruzarse en su camino.

-Eh… Bridgette, qu-queria saber si po-podias… eh, escuchar lo que te-tengo que de-decirte.

-Hum…- miro en dirección a Felix, buscando aprobación, este asintio- claro, pero que no sea demasiado tardado. ¿Ok?

En cuanto Bridgette se alejo con Nathaniel, este saco a su kwami.

Plagg no parecía muy contento.

-Plagg, transfórmame.

-¿Por qué debería?

-Hazlo y ya

Plagg suspiro. Lo transformó y Chat Noir se dedicó a seguir a la pareja que se había alejado.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca para oír su conversación, observo que Nathaniel sostenía una rosa y se la entregó a Bridgette.

-Esto es para ti.

-Nath, que lindo de tu parte.

-Quería saber si tu… Tú... querrías ser mi- no pudo terminar la frase, pues cierto héroe gatuno había aparecido en mitad de los dos y se llevó a Bridgette.

-¡¿Chat?!- gritó Bridgette