Amor Impuro

Declaimer: nada me pertenece, todo es de J.K. Rowling…

Primer capitulo, una locura personal…

¿Potter, Black? ¿Mortífagos?

Cuando los buenos son malos y los malos son buenos…y los buenos que siempre son buenos y los malos que siempre son malos, en fin una historia de amor de la pareja que más me gusta James Potter y Lily Evans y su conflicto con la pureza de la sangre…porque Lily Evans era una sangre sucia y nunca dejaría de serlo y James Potter siempre llevaría la pureza en la sangre

Capitulo I amistad entre oscuridad

El tiempo oscuro había llegado, la felicidad se había extinto de la humanidad, ya no se podían apreciar simples detalles de vida, como la dulce sonrisa de un niño, las palabras de amor de dos enamorados, las risas de dos amigas, y la fe de todos aquellos que creyeron que podrían sanar al mundo….

Inglaterra y gran parte del planeta había sucumbido frente a la magia negra, al poder de aquellos que se creyeron superiores y a la cobardía de muchos que no se atrevieron a luchar o de otros que por temor decidieron huir…

Es cierto que no había mucho por hacer, Voldemort se había apoderado del ministerio de la magia, controlaba gran parte de la población mágica, y sus súbditos a los cuales llamaba mortífagos, iban de un lugar a otro encargándose de sembrar el miedo en aquellos que intentaran enfrentar sus ideales…

La limpieza de sangre, motivo por los cuales empleaban sus descabellados métodos de purificación o conocidos por todos como asesinatos a sangre fría sin importar nada…

Un joven caminaba por los bordes de un riachuelo, no tenía más de veinte y tres años, pero su mirada fría, las cicatrices en su rostro y esa expresión sobria vislumbraban las eminentes batallas que había tenido que enfrentar a sus cortos años de edad…el invierno había llegado muy frío ese año, los árboles se secaron de raíz, las flores congeladas murieron en sólo segundos y la poca vida que quedaba era de aquel hombre que avanzaba a grandes zancadas entre la nieve y el viento.

En el horizonte se dejaba ver una pequeña casa, al parecer abandonada…él joven se detuvo al descubrir que su destino estaba cerca, miró sobre sus lentes y pudo ver una hilera de humo sobre la chimenea…

Su misión era clara, eliminar a los McHayans…caminó con decisión hasta llegar a la puerta de la casa de aquella familia. Empuñó la varita y abrió la puerta de un golpe…

Una señora de edad se mecía frente a la chimenea mientras su marido preparaba dos tazas de chocolate caliente.

-señor Potter- exclamó el anciano al ver quien era el encapuchado que se atrevía a entrar a su casa de esa manera tan prepotente.

-señor McHayans- le dijo James Potter con una mezcla de asco y diversión en su voz -…Avada Kedavra- apuntó el moreno sin dudar un segundo.

-no por favor…- escuchó el grito de la anciana que se levantaba innecesariamente de su mecedora al ver a su marido caer al piso sin vida.

-Avada Kedavra- y la anciana se encontraba junto a su esposo, ambos muertos…

o0...0o

Porque la vida era así, ahora ya no importaba nada más que la pureza de sangre… ¿Qué culpa tenían aquellos que nacían con un don especial?, un don no esperado, un regalo de la vida, ¿Qué culpa?, si todos aquellos impuros de sangre preferirían mil veces seguir sus vidas como muggles que ser los culpables de aquella guerra tan sanguinaria…

-me dices que él infeliz te reconoció- se reía un joven de ojos oscuro, de tez morena y perfecta, de una oscuridad atrayente.

-el muy asqueroso se atrevió a nombrarme- siseó el joven de gafas que estaba caminando al lado de su compañero.

-Jajaja…- se rió el moreno -…pero valió la pena, nuestro señor te premio-

-si…esos sangre sucias se lo buscaron, sino hubiesen puesto resistencia a las peticiones no estarían muertos en este momento- susurró observando el pueblo que se avecinaba a lo lejos -…es hora de actuar-

-si- dijo su amigo poniéndose la capucha y la mascara para cubrir su identidad.

Ambos encapuchados caminaron hasta un oscuro bosque cercano al pueblo, allí los esperaban cerca de veinte encapuchados más para completar la misión de ese día.

El ataque al pueblo muggle era inminente, ya no había nada más que discutir, los mortífagos estaban reunidos en aquel lugar y pronto se distribuirían por todo aquel humilde pueblo, para destruir y arrasar con todas las vidas de aquellos sangres sucias.

-las ordenes son claras- se alzó la voz del líder -…debemos acabar con todo y con todos, esos mugrosos sangres sucias no tienen derecho a exigir clemencia…es ahora- el gritó de acción seguido de la marca dirigida directo al cielo era la señal que los veinte encapuchados estaban esperando, todos comenzaron a avanzar hacia el pueblo, los muggles miraban al cielo preocupados, incapaces de reaccionar, incapaces de avecinar lo que venía a continuación.

Gritos de desesperación, de terror, de miedo…el pánico recorría los pequeños caminos de tierra, mientras la gente corría para salvar sus vidas de aquellos extraños que lanzaban rayos con unas varas de madera.

No hubo piedad, no hubo corazón, todo a su paso lo devastaron, mataron, asesinaron, destruyeron vidas y almas inocentes de esa guerra…pero eso sólo era un adelanto a lo que les pasaría a todos ellos que osaban con oponerse al gran señor tenebroso, a Lord Voldemort.

En menos de cinco minutos el pequeño pueblo estaba totalmente destruido, cientos de cadáveres estaban en las calles, familias enteras habían sido asesinadas en manos de ellos.

Los de la orden no habían demorado en llegar pero el daño ya estaba hecho, la destrucción estaba completa y los veinte mortífagos desaparecían con el atardecer de aquel día…ya nada había por hacer.

-es hora de irnos James- aquel chico de ojos oscuros había mirado a su amigo y había descubierto lo que segundos antes aquel chico había visto.

Una pelirroja lloraba en los brazos de un chico, exclamando por sus padres que yacían muertos en el jardín de una destruida casa.

-es…es Remus- susurró James Potter mirando al chico rubio que estaba consolando a la pelirroja -…Sirius, es nuestro Lupin-

-lo se…pero debemos irnos James, en cualquier momento nos encontraran- exclamó aquel moreno con aplomo al ver que varios aliados de la orden aparecían cerca de ellos.

Ambos desaparecieron justo detrás de ese árbol donde se ocultaban mientras los sollozos de aquella pelirroja inundaban aquel pueblo destruido en manos de los mortífagos.

La guerra estaba en su mayor plenitud y las batallas arremetían en cada momento, enfrentamientos, muertes, todos defendían sus ideales, algunos simplemente se dejaban llevar por el dolor, por el poder, por el desconcierto, por el miedo…por la amistad.

o0...0o

Los tiempos pasaban pero todo seguía igual o peor, el miedo sembrado por los aliados de Voldemort era mucho mayor al valor de aquellos que aún seguían en pie luchando por lo que creían justo…una vida libre

-Potter… ¿Qué hacemos aquí?- eso era señal que su mejor amigo estaba furioso, nunca lo llamaba por el apellido a no ser que un enfrentamiento entre ellos se avecinara.

-Remus nos espera- susurró el joven sabiendo la reacción de su compañero, pero el silencio le sorprendió -¿no dirás nada?- preguntó volteando para ver si su amigo seguía caminando hasta la casa de su antiguo amigo.

-¿Qué quieres que diga?, si igual iras a esa casa con o sin yo- dijo el moreno entrando por la verja de la conocida casa de su amigo.

-me parece bien tu observación- sonrió James golpeando la puerta de la pequeña y acogedora casa.

La silueta de su delgado y demacrado amigo apareció por la puerta.

-entren- dijo con voz sería sin detenerse a observar a las dos personas que estaban frente a él.

James y Sirius entraron siguiendo el camino hasta un acogedor comedor…Remus Lupin venía tras ellos con varita en mano, se acercó con miedo y se plantó frente a ellos.

-bien, ¿Qué quieren?- preguntó sin levantar la varita aún. Sirius que se mantenía serio observo la habitación detenidamente fijándose en las fotografías que el chico tenía sobre la chimenea.

-sólo queríamos saber como estabas- se adelantó a hablar James al ver que Sirius diría cualquier estupidez.

-estoy bien gracias, ahora pueden irse- masculló el rubio con algo de tristeza.

-si hubiese sabido que nos recibiría así, no hubiese venido- exclamó Sirius a James para luego dirigirse hasta la puerta de la casa.

-espera- le detuvo James -…Remus, sólo queremos conversar- se dirigió está vez al licántropo.

-no creo que ahora tengamos temas de conversación- se mofó el chico -…nuestros ideales han cambiado bastante, ¿no?-

-está bien, entiendo- susurró el chico de gafas con tristeza -…pero quiero que sepas que tu amistad sigue siendo más importante-

Remus se había quedado de pie mientras ambos chicos desaparecían por la puerta de su casa, las palabras de James no se borrarían de su mente con facilidad y menos los recuerdos de su infancia.

Amistad se susurró recordando a esos tres animagos en luna llena.

¿Será la amistad una buena arma para combatir en esa oscuridad?

-Remus- le interrumpió cierta pelirroja sus pensamientos.

-¿Qué ocurre Lily?- susurró el chico aún pensando en…sus amigos

-¿Qué querían?- se atrevió a preguntar la chica mirando de reojo la puerta por donde habían salido los mortífagos.

-sólo conversar de viejos tiempos- dijo Remus con tristeza mirando las fotografías sobre la chimenea donde se veía un sonriente grupo de amigos con el uniforme de su antigua escuela.

-¿estás seguro?- preguntó Lily al ver la tristeza en la mirada de su amigo.

-si…son mis amigos, ¿no?- sonrió el chico de lado -…nunca me lastimarían-

-pero dicen que podrían ser mortífagos- exclamó la pelirroja.

-si, lo sé, y me decepciona, pero hasta el momento no me han lastimado- se excusó Remus deteniéndose a pensar -…de hecho, siempre me han protegido cuando he estado en peligro de muerte- y ahora lo veía tan claro, la amistad y lealtad seguían ahí, intactos, nada había logrado derribar y nadie podría nunca.

-pero, pero ellos…- intentó disuadir su amiga

-ellos son mis amigos- le interrumpió Remus con una sonrisa de esperanza, una sonrisa de merodeador…porque ahora había descubierto su mejor arma

La amistad

Continuara…

by: Mainy