Los personajes de esta historia, no me me pertenecen.

La historia esta inspirada en una hoja y media de un libro que leí hace ya bastante tiempo. Ósea que la historia no es totalmente mía. Sí lo es parcialmente, casi en su totalidad.

Espero que les guste.

Capitulo uno

EL REGALO Y LA HUÍDA

La maldita alarma solar. ¡Mierda!. Ya era hora de levantarme y salir a trabajar con los reponsables del cuidado de la ciudad. Yo era uno de ellos, había trabajado duramente durante los últimos 5 años de mi vida, para desquiciar lo suficimiente a mi padre y dar su confirmación a que formara parte de la guardia real. En realidad mi sitio no debía de ser éste.

Mi padre siempre fué el primero al mando de la flota estelar del planeta Sherkan. Y ahora estaba yo en su lugar; después de una ardúa lucha que casi quita de en medio a mi abuela Marie, la única fémina con vida que vivía a mi alrededor.

Charlie se había jubilado. En un altercado con unos de los mandos de la resistencia, sufrió un disparo con un arma afkon, y le paralizaron la mitad inferior del cuerpo.

Ahora yo era la que estaba en su lugar y dado el grado y el respeto mantenido a lo largo de los años hacia mi padre, al principio me hicieron muchas zancadillas; pensaban que era una arrimada y que me había plantado allí; no por méritos si no por enchufe.

Aquella era la mañana de mi cumpleaños. Apreté fuerte los ojos. Hoy seria la fiesta de cumpleaños de las chicas, me debía hacer la tonta, se suponía que yo no debía de saber nada de todo aquello.

La verdad es que no sé porque lo hacían, sabían perfectamente que odiaba cumplir años y además, ella no eran amigas mias tan intimas como para hacerme una fiesta.

Sólo tenia una amiga y era mi ordenador de mano.

Alice.

Ella era como el pepito grillo de mi vida, mi conciencia. Alice, formaba parte de mi trabajo y de mi vida, era mis ojos y mi alma. La llevaba siempre colgada del cuello. Parecía un medallón antiguo.

Me levanté con el pelo hecho un nido de golondrinas y rascándome todo el cuerpo.

Me metí en la ducha solar y me mantuve quieta unos segundos.

En los paneles de cuatro dimensiones podía ver todo mi vestuario y el color que más me favorecía ese dia; según mi estado de ánimo. El ordenador del panel se decidió por varias tonalidades de azules, en mis pantalones y en mi suéter.

Salí del baño solar y me topé con mi querida abuelita Marie que me cogió la cara con sus arrugadas manos y me besó muy fuerte las mejillas.

-Felicidades, Bella, ya tienes 24 años. Eres toda una mujer. Yo cuando tenia tu edad…

Sonreí a mi abuela, cada año me soltaba el mismo rollo; pero no me importaba, creo que ella se veía reflejada en mi. He sacado rasgos de los Swan, no de la familia de mi madre. Ni el carácter si quiera, cosa que a veces me ponía de muy mal humor, ya que no tenía nada en mi yo, físico que me recordara a mi madre.

Ella había muerto en una sangría en la última revolución. Yo era muy pequeña, alguien me salvó.

Papá siempre dijo que fue un ángel.

Miré hacia la mesa del salón-ar ; allí estaba papá, con la vista perdida. Al oírme entrar, me miró y avanzó sobre su silla de ruedas hacia mi.

Me puse a su altura y le sonreí.

-Hola papá.

-Felicidades, pequeña, Bella, ¿No has encendido a Alice?.- Me dijo mi padre con preocupación.

La verdad es que Alice era para nosotros como nuestra alma máter, siempre tenía una buena frase, una buena reprimenda para mí o un buen chiste para hartarse de reir.

Cogí el gran medallón de forma ovalada y le dí una vuelta.

-Buenos días, queridísima Bella… hoy es el dia de tu vigésimo cuarto cumpleaños y te recuerdo que no has conococido varon.

-Alice..- Le gruñí.

-Ops,¿No me digas que hay moros en la costa?.- La voz de Alice, era preciosa, una muy femenina voz de mujer que a mi padre lo embelesaba.

-Tranquila, Alice, ya me gustaría a mi, que mi hija encontrara un hombre que la arrastrara hacia un hogar tranquilo con hijos. Y no luchando contra la resistencia con la Guardia Real.- Soltó mi padre, ante la atenta mirada de mi abuela Marie que sostenía un plato de galletas de Jenjibre.

-Bueno, diario de a bordo ; Bella Swan, dentro de tres horas tienes una cita con tus supuestas amigas. Te han organizado una fiesta de cumpleaños sorpresa.

-Ya. Sobre todo sorpresa. ¿Puedo saber quien la ha organizado y porqué?

-No es de recibo que te lo diga, Bella. No es ético.

-Oh, vamos Alice,anda, sabes que tiene que haber intereses de por medio, si no , no me lo explico.- Dije masticando una galleta que había cogido del plato de mi abuela. Ella me miraba desde el sofá con una sonrisa en sus labios llenos de estrias.

-Esta bien, pero…

-Vale, mira… ahora me lo dices, cuando nos metamos en la unidad de motor. Ahora dejáme un poco de intimidad con mi familia si no te importa…o como minimo no hablemos de esos asuntos ahora.

-No. No la apagues.- Me dijo mi padre con nerviosismo.

Lo miré extrañada. Sabia que Alice le hacía bien a mi padre, pero aún no comprendía el engache que tenía con ella. A veces la trataba como si fuera su mujer.

Desayunamos, recordando a mamá y riéndonos de mi niñez y de lo patosa que era.

Miré la unidad de tiempo y me levanté dando un beso a mi abuela y mi padre.

-Pasatelo bien, hija.- Me susurró mi abuela antes de marcharme.

Me acerqué a mi padre y me puse de rodillas frente a él.

-Dame tu bendición , papá.- Dije cerrando los ojos,mientras él me besaba la frente.

-Que tengas un espléndido dia, hija Swan.

Me levanté y caminé hacia la puerta del apartamento. Bajé por el ascesor rápido y me dirigí hacia mi medio de transporte.

-Vale, Alice. ¿Ahora me lo vas a decir?

-Bella ¿Es estrictamente necesario que te lo diga?

-Te apago por toda la eternidad, Alice, tú misma.- Le dije abriendo la puerta de mi unidad de motor.

-Esta bien. ¡Buff! Las chicas del servicio técnico de la sucursal de la Guardia, están locas con los chicos con los que trabajas, Bella, quieren que se los presentes. Es bien sabido por todas que tienes muy buena relación con ellos y saben además…. Que no tienes interés por ninguno ; aunque no sé lo explican.

-Hum.- La verdad es que algo así me imaginaba, pero me hería el orgullo que fuera puro interés.

-Corren rumores ¿Sabes?

-¿Qué clase de rumores?.- Le dije mientras me pintaba los labios con una unidad de estilo.

-Que te gusta el sexo femenino….

Se me resbaló la unidad de estilo y me hice un garabato en la cara de color coral.

-¿Qué? ¿Qué me estas diciendo Alice? Ya me lo podias haber dicho antes ¿Desde cuando se ha filtrado esa calumnia?.- Dije indignada.

-Desde que le diste calabazas a Michael Newton…. El décimo, Bella…

-Hummm..

Llegué al restaurant que nos habíamos citado. Le dí el pase al ciborg que atendía en la puerta.

Aún me repelía, la apariencia de aquellos hombres y mujeres que no eran otra cosas que máquinas con apariencia humana.

Cuando entré ya estaban todas allí.

-¡Felicidades Bella!.- Gritaron todas al unísono. "falsas! Pensé.

Se acercaron todas a besarme y a darme fuertes apretones. Miré hacia la mesa y allí había un gran pastel de fresa.

-Es para ti.- Me dijo Angela sonriente.

-Gracias.- Las miré a todas.

Nos sentamos , mientras los ciborgs, camareros, hacían su tarea; cortar pastel y plantarlo delante nuestro con una gracia descomunal.

-¿La señorita quiere algo de beber?

-Sí.- Le dije.- Quisiera una copa de Ambrosia.

Todas pidieron lo mismo.

Jessica, Angela y Lauren pidieron mas Ambrosia y cayeron cuatro botellas y todo el pastel.

Alice, me susurró " Bella, aquí llega el tema de marras" . Yo las miré a todas, que de repente se habían quedado muy calladas y me miraban como corderitos.

-Bella….-Era Angela la que hablaba.- Queriamos pedirte si podrías presentarnos a algunos de los chicos de la guardia. Sabemos que tienes muy buena relación con ellos y…

-Eso está hecho,chicas.- Es lo único que me aventuré a decir, ya que se habían portado bien, aún con intereses de por medio.

Todas me dedicaron una gran sonrisa y ví que aquella si que era sincera y las imité.

-Bueno, Bella, ahora lo mejor de la tarde. Tu regalo.

Debí poner una cara de susto horrible porque ellas se pusieron muy serias de repente y la muy cabrona de Alice soltó una risita que no me gustó nada.

-Bella, espero que no te tomes a mal el regalo que te hemos hecho entre todas. No nos queremos meter en tu vida; pero es de todos bien sabido que nunca has tenido una relación con ningún varón, y eso supongo que significa que no has sido desflorada. Te hemos regalado una unidad antidesestresante.- Sentenció Angela.

No pude abrir la boca, porque un enorme estruendo nos dejó mudas de horror a todas.

-Bella ¡Te voy a telestransportar ahora mismo a tu casa y a estas chicas también, está aconteciendo un ataque de la resistencia!

-Haz lo que debas, Alice; confío en ti plenamente.

En unos instantes estaba en el departamento de mi padre… pero todo estaba manga por hombro; no entendía nada.

-Bella coge tus cosas. El ordenador central está siendo violado, no me deja meterme en sus datos. Solamente puedo reconocer de esto una sola cosa.

-¿Y mi familia Alice?.- Pregunté paralizada por el terror.

-Tranquila. Bella, si no están aquí, los habran llevado a puerto seguro. Mira. Coge tu unidad física de almacenamiento,vital y energético y coge la unidade de motor volátil .Nos marchamos ahora mismo de aquí. A un sitio seguro. ¡aH! cojo el regalo de las chicas, me he tomado la libertad de telestransportarlo también.

Fruncí en entrecejo, recogí las cosas que me había dicho Alice y salimos de allí rumbo a un sitio totalmente desconocido. Alice llevaba el mano de la unidad. Sólo ella sabia mi destino.

Ampliamos los metros de abordo y me estiré en la cama de la parte de atrás. Dos lágrimas corrienron silenciosas por mis mejillas. Mi mente estaba con mi abuela y mi padre ¿Qué había sido de ellos?

Continuará.

¿ Algun review chicas? Por favor, saben que lo agradezco de todo corazón. Mil besos!