Historia original de makura moderski, "Things Never Change". Traducción del inglés al español por mí :) Los reviews siempre son bienvenidos e irán directo a su autora.
La historia ya está terminada y cuenta con 20 capítulos y una segunda parte. Trataré de actualizarla semanalmente, y se agradecen las palabras de motivación xD
Disfruten!!
Charlie
***
Siempre es igual. Me despierto deseando ser alguien diferente, pero sé que no es posible sin importar qué clase de máscara use. Soy todavía la misma persona. Hago mi mejor esfuerzo por no pensar de esa manera pero, afrontémoslo, mi vida no ha sido un paseo por el parque con la manera en la que he sido tratado. Me pregunto si la aldea algún día me reconocerá... no. Neji tenía razón, la gente nunca cambia. Es decir, en realidad es casi imposible que una persona se cambie a si misma. No puedo cambiar quién soy, y los aldeanos no pueden cambiar quiénes son. ¿A quién trataba de engañar? ¿De verdad era tan ingenuo? No puedo salir de casa sin que me vean feo o peor. No puedo caminar de noche por miedo a que los aldeanos me ataquen. Lo cual han intentado varias veces, pero Iruka o Kakashi siempre han intervenido. Hasta el día de hoy no sé porqué AMO esta aldea y a todos en ella con todo mi corazón.
¡Daría mi vida por salvar a esta gente! ¡La misma gente que ha hecho mi vida un infierno! He sido golpeado y ridiculizado toda mi vida por estas personas y, honestamente, puedo decir que no guardo rencores y que no odio a nadie. Mi sueño por ser Hokage, supongo, no importaría mucho si no tengo el respeto de la aldea. Sé que mis amigos y gran parte de los shinobi aquí me respetan, ¿pero los civiles? No. Ellos jamás lo harán. Ser un Hokage no tendría punto si la gente no puede confiar en mí. ¿Por qué las cosas siempre pasan así? ¿Por qué fui elegido a la casa de Kyuubi? ¡No es justo! Lo odio, y realmente me odio.
El muchacho rubio estaba sentado en el piso de la cocina abrazando sus rodillas contra su pecho, mientras que un flujo constante de lágrimas empañaba su visión. Se mecía de atrás hacia adelante ligeramente, perdido en sus pensamientos y sentimientos de desesperanza. Había intentado dormir, pero no podía. Era temprano en la mañana ahora. Había permanecido de esa manera por horas, esperando el momento de irse para encontrarse con su equipo en el puente. Tal vez debería ir, decirle a Kakashi que se sentía enfermo y regresar a casa. Podría funcionar, quizás.
Sí, claro.
Era una hora antes de que se encontraran en el puente y Naruto se levantó tembloroso del suelo, haciendo su mejor esfuerzo por normalizarse. Pudo detener los temblores después de un rato, y adoptó esa enorme y ridícula sonrisa tan propia de él. Se miró al espejo para asegurarse de que se viese normal. Después de todo, sus problemas eran de él y de nadie más. Cerró la puerta de su departamento y se marchó. No pasó mucho tiempo antes de que las miradas y los susurros comenzaran. Hizo lo mejor que pudo por ser amable, sonriendo e incluso diciendo Buenos días. Todo lo que ganó a cambio fueron más miradas de odio, algunos le aventaron piedras e incluso lo empujaron. Pero él nunca se enojaba ni se defendía; simplemente seguía con su camino. No sería correcto que se defendiese. No era culpa de los aldeanos que se sintiesen así. Sus corazones estaban dañados por lo que había sucedido el día que los Kyuubi atacaron. No tenían manera de sanar las heridas sin alguien a quien culpar. Simplemente era desafortunado que Naruto fuese ese alguien.
No los puedo culpar, todo es mi culpa. Yo soy el zorro de nueve colas.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por una piedra grande que fue lanzada a su cabeza y que lo tomó desprevenido. Se tropezó un poco mientras acariciaba su cabeza. Veía doble. Mantuvo su sonrisa aunque su cabeza le dolía terriblemente.
Lo siento. Por favor, perdónenme. ¡Perdónenme!
Naruto imploraba en sus adentros, pidiendo perdón por cosas que él no había hecho.
-¡Monstruo!
Su mano estaba cubierta en sangre, pero no le importó y siguió caminando. Este tipo de cosas eran parte de su vida. Siempre serían así sin importar cuánto se esforzara por cambiarlas.
Soy un monstruo.
Sus ojos parecían tristes y su boca portaba una sonrisa poco natural. Sin prestar atención, uno pensaría que no sucedía nada malo debido a las acciones del muchacho y su gran sonrisa. Pero sus ojos lo decían todo, si tan sólo alguien se molestara en mirar...aunque nadie lo haría. Nadie nunca se fijaba. Naruto gritaba por dentro, rogando por alguien que se fijara. Por alguien que se preocupara por él. Suspiró mientras cruzaba el puente cuarenta minutos antes de la hora prevista; lavó la sangre de sus manos e hizo lo mejor posible por arreglar su cabello. La sangre se había secado. Se sentó junto a la corriente, esperando por los demás. Miró su reflejo en el agua y sólo pudo ver al Kyuubi. Se sintió sobrecogido por el asco ante su propio reflejo. Golpeó con su mano la superficie del agua, mientras las lágrimas amenazaban con fluir.
Ya no puedo seguir con esto...
Por dentro se estaba derrumbando. Deseaba ser perdonado por los aldeanos. Deseaba que ese infierno terminase, pero no veía la forma de salir. Estaba atrapado dentro de su propia vida. Una vida que había sido elegida para él.
No pasó mucho tiempo antes de que sus oídos detectaran a Sakura admirando a Sasuke, quien simplemente la ignoraba. Había sido así desde que Naruto casi se mata para traer a Sasuke de vuelta con ella. Sakura ya no habla con Naruto ni parecía que le importara. Ahora tenía lo que quería y ya no tenia tiempo para él. Naruto rápidamente recuperó su sonrisa y se preparó para el plan del día. Ojalá sólo entrenaran. No se sentía con ganas de ir a ninguna misión. La voz de Sasuke se escuchaba más fuerte y Naruto se levantó.
- Uh... ¿dónde está Naruto?... es un perdedor. Es decir, nosotros llegamos puntuales.
¿Un perdedor? Después de todo este tiempo, ¿aún piensas eso de mí? ¿Después de que traje a Sasuke? ¿Qué tengo que hacer para que me des un poco de reconocimiento?
Naruto bajó la cabeza con vergüenza, deseando que el río fuera lo suficientemente profundo como para ahogarse en él, pero no lo era. Suspiró, dio la media vuelta y con una sonrisa se aproximó.
- ¡Llegas tarde, Naruto!- gritó Sakura.
- Lo siento - logró decir, pero las palabras sonaron un poco incómodas.
Sakura probablemente estaba a punto de golpearle sin darse cuenta que, en realidad, él había sido el primero en llegar, mientras que Sasuke había sabido todo el tiempo que él ya estaba ahí; simplemente eligió no decir nada. Aunque pensó que era raro que Naruto no hubiese dicho que había estado ahí todo el tiempo. Antes de que pudiera reflexionar el hecho más a profundidad, Kakashi apareció de la nada (o así podría parecerle a un no shinobi).
- Perdón que llegué tarde, me perdí en el camino de la vida...
- ¡Sí, claro!- gritó Sakura con rabia.
Kakashi miró hacia donde Naruto estaba, esperando una respuesta del rubio acerca de su tardanza, pero nunca llegó. Kakashi se dio cuenta de que eso era extrañó y decidió mencionarlo.
- Eh Naruto, ¿tú no vas a gritarme también?
- ¡El también acaba de llegar, sensei!- intervino Sakura.
- Ya veo, ¿es eso verdad?
- Si...hehe...me desperté tarde.
- Bueno, pues de todas maneras el entrenamiento ha sido cancelado por hoy. ¡El nuevo paraíso Icha icha salió hoy!
Con esto se desvaneció, apresurándose hacia la librería para conseguir el nuevo número de su amada novela porno.
- ¿Qué? ¿¡Nos hizo esperarle sólo para que nos cancelara?!- gritó una muy enojada Sakura.
- Hn- fue todo lo que Sasuke dijo.
Naruto estaba secretamente feliz de que las cosas acabaran así. No estaba de humor. No creía que fuera posible sentirse peor que como se había sentido en la mañana, pero así era. Se sentía terrible. Las palabras de Sakura, aunque aparentemente insignificantes, le habían herido como si se trataran de un kunai.
- ¡Entonces nos vemos pronto, chicos!- Naruto les sonrió mientras se iba.
Sasuke se quedó mirando la sangre seca en la cabeza de Naruto y lo reflexionó antes de deshacerse del pensamiento. Sakura había decidido bombardearlo con preguntas y tonterías.
Naruto podía lucir muy sonriente rumbo a su casa, pero por dentro se estaba muriendo. Detrás de esa sonrisa suya había un pequeño niño atrapado en una esfera de dolor. Se sentía tan solo, con tanto frío. Evitó todo contacto visual en el camino a casa. No estaba seguro si podía seguir manteniendo sus sonrisa falsa. Hizo su mejor esfuerzo por ignorar los horribles nombres que le llamaban, pero en su estado no fue posible. Escuchó cada palabra hiriente y el dolor que le causaban era casi insoportable. Dolía tanto que casi no podía respirar.
No pasó mucho tiempo antes de que llegara a casa. En su estado de tristeza no se percató de que no cerró bien la puerta. Fue hasta el baño y se encerró. Se miró en el espejo. Su reflejo parecía mutar ante sus propios ojos en el Kyuubi. Empezó a llorar.
¡Maldito zorro!
Naruto golpeó con el puño el espejo. El vidrio se rompió y cayó al suelo. Naruto no estaba muy lejos de hacer lo mismo. Se dejó caer al suelo, sollozando. Su mano sangraba, pero no le importó. Kyuubi sanaba rápido.
¡Maldito zorro! ¿Ni siquiera puedo sangrar por mi cuenta? ¡Me has arruinado, zorro!
Abrazó sus rodillas y empezó a mecerse ligeramente, como antes.
¿Por qué yo? ¿Por qué el Cuarto tuvo que sellar las nueve colas dentro de mí? No es justo...
****
Oficina de Tsunade
- Ah, por fin estás aquí.
- Sí, Hokage-
Aunque es problemático, estaba mirando desde las nubes.
- Necesito que lleves esto papeles a Naruto, por favor.
- Sí, Hokage.
¿Por qué debo hacer tareas problemáticas? Estaba metido en mis propios asuntos cuando ella mandó por mí para hacer su voluntad.
El chico Nara suspiró ligeramente.
Supongo que no puede evitarse. Están etiquetados como importantes, así que asumo que un chunin tiene que entregarlos. De todas formas es problemático.
***
Su llanto incrementó. Se odiaba más de lo que jamás odiaría a nadie más. Odiaba al Kyuubi con cada fibra de su ser.
¡Zorro bastardo!
Se rió amargamente al darse cuenta de que podía ayudar a todos. Tal vez considerarían empezar a respetarlo. Tal vez finalmente sería visto como el héroe el Cuarto dijo que era. Miró los vidrios rotos que ensuciaban el suelo alrededor suyo y sonrió, quizás era falsa, quizás era real, pero era una sonrisa. Tomó el vidrio más filoso que encontró y lo posó frente a sí por un rato. Las lágrimas habían parado, pero su cara estaba hinchada y parecía que se pondría a llorar de nuevo en cualquier momento.
El vidrio brillaba hermoso con la luz del baño. Presionó el filo contra su muñeca y lo clavó profundamente. Se sobrecogió por el dolor, pero de una enferma manera se sentía bien. El Kyuubi empezó casi inmediatamente a sanar sus heridas, pero Naruto siguió apuñalando y cortando su muñeca. Rápidamente cambió a la otra muñeca. El chakra del zorro de desvanecía y no podía ir al paso de Naruto. Pero de todas formas no podía morir con el zorro dentro de él.
¡Jódete! ¡Vamos a morir aquí y ahora, zorro!
Naruto tomó el vidrio y apuñaló su propio estómago. Gritó de dolor, pero continuó apuñalando su abdomen. Paró sólo para saborear el dolor. Para Naruto, el suplicio era una forma de libertad, y podía saborearla. La sangre empezó a formar un charco en torno a él. Escuchó un sonido, pero siguió con el apuñalamiento y las cortadas, tratando de cansar al chakra del zorro para poder sangrar hasta la muerte. Incluso en este estado sentía culpa por todo el sufrimiento que le había causado a los aldeanos.
Perdónenme por todo.
Shikamaru afuera de la casa de Naruto, confundido respecto al porqué la puerta delantera estaba abierta. Después de unos segundos entró a la casa. Sus ojos escanearon el cuarto.
- ¿Naruto?
Se asomó en la cocina y, mientras rondaba el lugar, escuchó los sollozos venir desde el baño.
- ¿Naruto?- llamó, tocando la puerta, pero cuando su llamado fue respondido con sollozos se preocupó.
Abrió la puerta del baño sin pensarlo dos veces. Shikamaru se estremeció ante la escena grotesca que estaba frente a él; lo que vio lo perseguiría por siempre. El rubio estaba casi inconsciente y apuñalándose repetidamente en el abdomen.
- ¡Naruto, para!
Trató de arrebatarle el vidrio, pero Naruto lo clavó tan dentro de su estómago como pudo. Esto trajo lágrimas a los ojos de Shikamaru e intentó levantar a rubio para conseguirle ayuda.
- ¡Déjame en paz!
- ¿Que? ¿Por qué quieres hacer esto?
Naruto perdió la conciencia y Shikamaru lo levantó del suelo y corrió lo más rápido que había corrido en toda su vida, llorando. Estaba en estado de shock y no podía creer que su amigo fuera capaz de algo así. Los aldeanos parecían bastante contentos con la imagen de Naruto cubierto de sangre y agonizando. Observaron, esperando que muriese. Shikamaru no había notado que su mirada estaba enfocada en el hospital que cada vez estaba más cerca. Naruto se movía ligeramente, abrió débilmente sus ojos y miró a Shikamaru.
- ¡No te me mueras!
- Lo siento- suspiró el rubio.
- ¿Por qué, Naruto? ¿¡Por qué?!
- Las personas no pueden cambiar quienes son...
