Una fría tarde de invierno, Tomoyo, la hija pequeña de la familia Midorima, como buena hermanita de Shintaro que era, dedicaba la tarde a hacer tareas de matemáticas para practicar para el próximo semestre escolar. Volvemos a recalcar lo de buena hermanita de Shintaro porque en el suelo detrás de ella se encontraba la hija menor de la familia Takao, Ryoko, jugando con unos bloques de colores y un conejo de peluche. Aunque no eran tan cercanas como sus hermanos debido a la diferencia de edad (Ryoko tiene 5 años y Tomoyo 10), cuando no había nadie que cuidara de Ryoko la familia Midorima siempre se hacía cargo de ella así que ambas niñas pasaban bastante tiempo juntas.

- Oye, Tomo-chan.- Dijo la morena dejando los bloques a un lado.

- ¿Sí?- Preguntó la mencionada sin dejar de atender sus ejercicios de matemáticas.

- ¿Tú sabes por qué nuestros hermanos pasan tanto tiempo juntos?- Cuando preguntó esto Tomoyo se giró hacia ella repentinamente y tragó saliva.

¿Cómo demonios iba a explicarle eso a una niña de cinco años? Sabía que el hermano mayor de su amiga aún mantenía en secreto el hecho de que tuviera novio, al igual que su propio hermano mayor, en resumidas cuentas ella era la única que lo sabía y sabía que si se lo contaba a la morena acabaría por largárselo a todo el mundo también como buena hermana de Kazunari que era.

- Pues... verás Ryoko, ellos son súper mejores amigos.- Fue lo único que se le ocurrió decir.- Y por eso siempre están juntos divirtiéndose y pasando el rato.

- ¿Como mi conejito y yo?- Preguntó Ryoko inocentemente abrazando a un conejo peluche.

- Algo así, pero ellos son muuucho más amigos.

- ¿Por qué? Él y yo también somos súper mejores amigos.- Se quejó inflando los mofletes y abrazando al peluche con más fuerza.

- Porque ellos son mayores, cuando tú y tu conejito seáis mayores seréis tan súper mejores amigos como ellos.- Sonrió la niña feliz de haber sabido salir del apuro.

Takao y Midorima iban paseando de vuelta a casa después de pasar la tarde juntos merendando en una cafetería en el centro de la ciudad, de pronto el más alto de los dos estornudó repentinamente.

- Shin-chan, dicen que cuando estornudas es porque alguien está hablando de tí, ¿no tendrás alguna admiradora secreta por ahí, no?- Dijo el moreno en tono burlón.

- Por supuesto que n... ¡Achús, achús!- Volvió a estornudar.

- Eres muy popular.- Rió Takao.- ¿No habrás pillado un resfri...? ¡Achús! ¡Me lo has pegado!

- Entonces están hablando de nosotros. ¿Quién crees que será?

- Mmm... Tal vez Miyaji-senpai esté planeando cómo matarnos a base de piñazos otra vez.

- Probablemente.

...

Espero que os haya gustado, no hago descripción del fic porque últimamente voy falta de inspiración, lo siento :'(

¡Nos leemos!