Camino por esos amplios y largos pasillos del palacio blanco. Mi largo vestido acaricia el suelo color marfil. Al pasar, la servidumbre se inclina sin mirarme al rostro, me apresuro a seguir mi camino para que se pongan de pie lo antes posible. Sigo andando. Escucho tu voz; un murmullo. Ando más rápido. Intento huir, pero entre más trato de no pensar en ti más claro te escucho.

-vamos- dices.

Sigo caminando. Doblo una esquina, al final del pasillo veo una sombra que se desvanece al instante. Debo estar volviéndome loca. Sigo en esa dirección. Tu voz y ese destello opaco me guían. Avanzo más rápido. Termino corriendo. Ya no estoy huyendo. Te estoy tratando de alcanzar. Los adornos de mi vestido tintinean marcando el ritmo de mi trote. Doblo otra esquina y choco con alguien. El sirviente pone cara de horror y se postra pegando el rostro al suelo. Disculpándose tan rápido que casi no se le entiende. Rápidamente le digo que no hay problema y sigo mi camino. La ruta por la que seguí me llevó al patio interior del palacio. Es de noche, el cielo es negro y estrellado. La luna llena está en el cenit. Estoy jadeando y sudando por el esfuerzo. Respiro hondo para calmarme. Trago grueso y salgo al patio. Está iluminado por múltiples lámparas de gas artesanales. Avanzó por uno de los senderos hacia el centro. El viento sopla. Es frio y trae tierra a mis ojos. Con los nudillos me froto los ojos. Los abro con esfuerzo. Mis vista esta borrosa. Parpadeo varias veces en un intento por enfocar bien.

-ha pasado tiempo- mi corazón da un vuelco. Levanto mi vista y te veo. Estas ahí; a unos tres pasos de mí. Me sonríes- este país es nuevo para mí- te escucho tan claro que no me cuesta creer que es otra alucinación- ¿así que…esta vez serás tú la que me guíes?

Me tiendes la mano. Yo no dudo, ansío volver a sentir ese cálido tacto. Levanto mi mano, la extiendo y esta se cierra en el vacío.

-¡princesa!- doy otro brinco. Me doy la vuelta y veo a mi instructora y guardiana cambiando a pasos pesados hacia mí. Su ceño esta fruncido como siempre y resopla por su nariz aguileña- ¿Qué esta haciendo aquí? recuerde que tiene una reunión importante mañana a primera hora. Debe descansar.

Sus regaños me traen de nuevo a la realidad.

-mil disculpas- digo en un suspiro-iré de inmediato a mi habitación.

Ella asiente sin cambiar su semblante. Se hace a un lado para dejarme pasar. Por un fracción de segundo pienso en darme la vuelta ¿pero para qué? Sé que no estarás ahí. Mi mente…mi corazón me está jugando bromas crueles. Camino de regreso al interior. Suspiro de nuevo. Esa noche era muy linda…si…ya sean lindas, opacas, tormentosas o de cualquier otra forma. Serán noches sin ti. No creo tener la fortuna de volver a verte. Y si lo hago posiblemente no me guste lo que veré…a ti con onodera-san. Por eso es mejor pasar todas estas noches…un sin fin de noches sin ti.