Disclaimer: Todos los lugares y personajes conocidos pertenecen a J. K. Rowling.
Advertencia: Una locura escrita en uno de mis momentos de divagación.
././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././.
Harry empezaba a incomodarse bajo el escrutinio de sus dos mejores amigos.
Desde hacía varios días que lo vigilaban cuando creían que él no se daba cuenta, y cuchicheaban entre ellos, callando apenas aparecía.
¿Qué podía estar pasando? ¿Le habría salido algo en la cara?
Si al menos le dijeran algo, pero sólo se le quedaban mirando en los momentos más inoportunos.
La última vez fue luego de clase de Pociones. Para variar, Snape se había metido con él sólo porque confundió uno de los ingredientes de una poción del olvido. No tenía que ridiculizarlo frente a toda la clase y darles luz verde a Malfoy y sus compañeros para que se burlaran.
Y como si eso fuera poco, Hermione y Ron apenas si lo defendieron, al parecer estaban muy ocupados dándose miradas que parecían más de susto que otra cosa. Menos mal que él podía valerse por sí mismo. Bueno, se había ganado un castigo de dos semanas por contestarle a Snape y hechizar a Goyle, pero aparte de eso, podría decirse que salió bien librado.
¿Entonces porque esos dos lo veían de esa forma?
—¿Qué pasa con ustedes?—mejor averiguarlo de una vez.
Ron mirando el techo. Eso sólo lo hacía cuando algo lo ponía muy nervioso, y no quería decirlo. Mejor ir por Hermione, ella nunca le mentía; sólo debía mirarla de la manera correcta.
—¡Oh, está bien!—resopló su amiga—¿Recuerdas que a Ron lo llamaron el otro día al despacho de Dumbledore por esa discusión con Malfoy?
—Sí, claro, y creo que exageraron, no fue para tanto. ¿Pero qué tiene que ver eso conmigo?—preguntó.
—Bueno, Harry, verás, ya sabes cómo es Ron. Lo dejaron a solas un momento en el despacho, y él simplemente no pudo quedarse quieto—la chica le dirigió una mirada acusadora al pelirrojo.
—¡Sólo estaba mirando!—se defendió él—¿Cómo iba a saberlo?
—¿Saber qué?—empezaba a ponerse nervioso.
—Lo siento tanto, Harry—su amigo lo miró con mal disimulada lástima.
Con manos temblorosas, le extendió un pergamino ajado y vuelto a alisar con mucho cuidado.
—Ve el lado positivo, creo que Dumbledore no va a hacerle caso—Hermione le sonrió alentadora.
El pergamino decía:
"Muy bien, Dumbledore, arreglemos esto de una buena vez. Envía a Potter a la dirección que te indico a la vuelta de la nota. Estoy harto de pelear todo el tiempo, me he quedado sin un cabello, y llevo las uñas hechas un desastre. Quiero vivir hasta los trescientos si no se me da lo de la inmortalidad, así que déjame al chico este verano. Prometo enviártelo de vuelta en cuanto le haya controlado el carácter, y ¿quién sabe? Tal vez le coja cariño, y hasta lo adopte. Espero respuesta, y no olvides empacarle ropa abrigadora; aquí tenemos un frío terrible.
Atentamente: Lord Voldemort (a.k.a.) Tom Riddley."
Sobra decir que el grito de Harry aún retumba desde las mazmorras hasta la Torre de Astronomía.
././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././
N.A. Dije que era una locura, pero siempre vienen bien de vez en cuando.
