Mirar a un lugar vacío, inexistente, donde mis miedos no existan, donde puedo mirar a él y sentir que nadie me juzga, ni me ignora olímpicamente. Mi vida se trataba de eso en estos tipos de días. Disponerme a escuchar algo de música en mi reproductor y observar cómo todos los miembros de mi salón interactúan unos con otros, y yo me abstengo de todo ese asunto la mayoría de las veces. Esas horribles horas en las cuales tengo que esperar a que pasen lo más rápidamente posible porque, obvio, la ausencia de mi madre se hace notar todos los días y más estos. Es como si me trajera a este colegio para que los docentes me cuiden como lo hacen en una guardería.

"- El profesor de Inglés ha reportado que en el día de hoy no podrá asistir a su clase, por lo tanto tendrán horas libres en las últimas del día". Esa simple frase hizo que todo mi día se fuera por un caño. No me pondría tan histérica si no fuera porque justo al profesor con el que puedo llegar a tener una relación mínimamente amistosa se le ocurre faltar a clase, a la cual ansío llegar toda la maldita semana.

No es como si fuera que no me doy cuenta que estoy sola en el mundo, pero es en estos momentos en los cuales te das cuenta que ni siquiera tienes a alguien a quien puedas llamarle amigo, porque con las personas con las que me relaciono, sinceramente, están muy lejos de llegar a portar esa gran palabra en mi vida.

Estas horas son una salvación para la mayoría de mis compañeros, tiempo libre para poder comportarse como ellos quisieran. Correr por todo el salón, jugar a las cartas, hacer apuestas, relacionarse como los novios que son algunos, y otros, como yo, simplemente piensan que hubiese sido muchísimo mejor que el profesora asistiera y realice su clase normalmente, en vez de estar tratando de pasar el tiempo dibujando, escuchando música o, simplemente, acostados esperando a que el tiempo pase mágicamente rápido.

Y lo que hace todo más absurdo es que tengamos que compartir la sala con otro curso. ¿Qué? ¿Además de tener que estar con mis habituales compañeros tienen que traer a otros chicos que siquiera conozco? A la mierda todo.

Aunque todo parezca horrible, en este momento veo entrar a esa persona que me saca todos los suspiros, a la que sueño todas las noches, a la primera persona la cual considero que no está sumergida en toda la mierda adolescente que muchos denominan secundaria.

Harry Styles, es imposible que una chica que esté en sus cávales o, incluso, si no lo está, no esté enamorada de este chico tan especial. Su manera de caminar, de hablar, de expresarse, de cantar, de bailar, de vestirse, de respirar… Lo acepto, parezco una acosadora hablando así de él, pero es increíble este chico. Es imposible que sea tan único, que un chico defina tan perfectamente la perfección. Y por todo lo que he dicho anteriormente es obvio que jamás me prestará atención a mí. A una chica antisocial, estudiosa (en palabras de las personas populares: "nerd"), que no entra en los estándares de belleza, alta, excesivamente para mí. En definitiva, horrible.

Dejando de lado a mi asquerosa persona sigamos hablando del dios griego que tengo en frente mío. O más específica, a mi lado izquierdo. Sí, digamos que no quedaban más asientos para ser ocupados y el único que quedaba vacío estaba a mi lado. ¡Gracias Emma por faltar!

Obviamente no se hubiera sentado al lado mío si hubiese sido diferente la situación, pero para mí está bien, me da la oportunidad de estar cerca de él y admirar su belleza en más profundidad. Su aroma, sus facciones (y no, no estoy hablando de Divergent, jaja), sus orbes increíblemente verdes, su manera de gesticular las palabras, su sonrisa, su simple y, a la vez, extraordinaria esencia. Todo en él emana, como se lo podría denominar, un cartel enorme en su frente que dictamine "inalcanzable". Hasta el modo de respirar me parecía inhumano; realmente necesitaba un psicólogo, o un psiquiatra, según lo que los profesionales piensen que me vendría mejor.

Bueno, tendré que volver a lo que sea que había estado haciendo antes de que apareciera en mi campo de visión, de otra manera ellos confirmarían las dudas que yo misma tengo con respecto a mi estabilidad mental.

Regresé a ver las cosas que tenía encima de mi mesa y al no saber qué hacer para distraerme, agarré mi cuaderno, y busqué la parte donde tenía anotaciones, previamente escritas por mí, y me dispuse a continuar con esa jodida canción que me mataba la cabeza hace más de una semana. Son sólo palabras sueltas y, a veces, frases, pero que no coincidían unas con las otras, haciéndome imposible realizar la tarea, además que no la puedo cuadrar con la melodía que ya tengo creada. ¡Dios! Y yo que pensaba que iba a ser divertido incursionarme en el mundo musical.

No pude formular ni una sola oración en todos los minutos que estuve absorta en la ocupación de proseguir un poco con la canción o, al menos, tratar de poner en conjunto algunas de las frases ya que estaban elaboradas. Las ideas no venían a mí, y creo tener la leve idea de quién se trata la persona que crea este campo de aislamiento en mi cerebro.

Aunque sé que es errado pensar que uno dice "Voy a escribir una canción" e inmediatamente lo hace, pero necesito terminar ya esta canción o, si no, todo mi ser se autodestruirá muy pronto. Vale, estoy exagerando un poco.

Dispuesta a leer, antes de buscar mi adorada mochila la edición de "Beautiful Desaster" que compré hace poco con mi propio dinero (no puedo estar más orgullosa de ello. Con el dinero que conseguí de las clases particulares de inglés pude ahorrar y comprármelo. Fue mi primera adquisición verdadera y no puede haber invertido mi dinero en algo más maravilloso), me puse los auriculares para escuchar un poco de música y luego empecé a leer un nuevo capítulo. Anoche quería continuarlo, pero era muy tarde para leerme otro capítulo, así que lo dejé para hoy a la tarde, pero parece que me adelanté. Este es justo el siguiente al que, después de la fiesta de parejas que Travis llevó a Birdy, él le declara su amor a ella. Travis, y la puta, no podés ser más perfecto.

Es muy trillado, pero yo también quiero que un chico que parece extremadamente malo venga hacia mí, nos enamoremos uno del otro y así poder descubrir cada secreto, cada cicatriz del pasado, el por qué de esa actitud de superioridad de él y contarle las historias más dolorosas que he sufrido. Pero amarnos a pesar de todo.

Estando tan inmersa en mi lectura y la música resonando en mis oídos, no me percaté de que él chico extremadamente cautivador que tenía a mi lado me estaba dirigiendo la palabra, a mi persona, a mí. Esto debe ser un sueño, uno bastante hermoso, pero sólo eso, fantasía.

No pude escucharlo con claridad y me sentí estúpida al pensarlo, él me estaba hablando, que seguro sea la primera y última vez que lo haga, y no le presto la suficiente atención que él se merece. ESTÚPIDA.

- ¿Q-q-ué?- Logré articular con mi voz temblorosa, intentando hacerle saber que quería que vuelva a repetir lo que anteriormente dijo.

- Dije que si ¿Te gusta Bastille?- dijo él, con los una sonrisa fantástica en su rostro, y pensar que iba dirigida a mí, la hizo más hermosa todavía.

Me costó procesar sus palabras, por muy simples que sean. Estaba tratando de encontrar un significado oculto a través de esas palabras, imaginando que se me estaba insinuando. Sí, lo sé, parezco desesperada. Pero quién no lo estaría con semejante espécimen hablándole.

Apartando a un lado mis pensamientos pervertidos y, a la vez, balanceado mi cabeza a los lados para recobrar la poca cordura que me queda, dirijo mi atención a Harry, pensando en qué repuesta podría ser la correcta a una pregunta tan simple.

Pero... ¿He comentado ya que mi sociabilidad está del asco? ¿No? bueno, lo digo ahora.

- Hm, sí. Me encantan- Obviamente, dije eso arrastrando casi todas las palabras.

¡Bien! ¡Qué buena que soy disimulando! No sé, si dijera que estaba nerviosa, él seguro me miraría y me diría: "-¿No, enserio?, pensé que te estaba cagando un dinosaurio, por eso es que pareces una hoja, con el viento meciéndote".

- ¡Wow! A mí también. Son fantásticos- ¡Dios! Este chico es increíble.

Además de ser excesivamente hermoso físicamente, también tiene mis mismos gustos musicales. ¿Hay alguna parte de él que no sea perfecta? Al parecer no.

Muchos dirán que estoy demente por todo el alborotamiento mental que estoy haciendo en este instante, pero no saben lo que es saber que no soy la única anormal que escucha a Bastille. No había encontrado a ninguna persona todavía a la cual le guste esa banda. Es que, no sé, se me hace fabuloso que una persona con él tenga como banda preferida a la misma que yo tengo como favorita. Es increíble.

Pero pensándolo bien, ¿cómo sabe que me gusta aquella banda? ¿Acaso me espía todas las noches, escondido atrás de los arbustos, y escucha cuando canto "The things we lost, the things we lost in the fire, fire, fireeeeee"?

Eso sería algo perturbador.

- Pero, oye, ¿cómo es que sabes que me gusta esa banda?- Me atreví a preguntarle.

Él hizo como si estuviera pensándolo, obviamente, burlándose de la situación.

- Bueno, no es del todo un secreto cuando tienes la música al tope y la mochila llena de pins de ellos, chica- Me sentí al instante una idiota al escuchar con el tono con el cual dijo esa frase.

"-Será porque lo eres". Me dije a mi misma.

- Oh, soplo el-poder, avergonzada.

Si dijera que en este momento lo estaba mirando obnubilada mentiría. Aunque mi torpeza me hizo desviar la mirada de él, no pudo hacerlo por mucho tiempo porque me siguió hablando y yo ya estaba flipando.

- ¿Hace mucho que estás en esta escuela?- Preguntó, dirigiendo su mirada a todo el lugar, menos a mí.

- Más o menos, en primero me cambié a esta- Me apoyé, con los brazos cruzados, encima de la mesa, para luego descansar mi cabeza en ellos. Estaba ya en más confianza con este chico, pero el nerviosismo todavía no se esfumaba, y creo que es imposible que lo haga.

Tengo una pregunta que tengo que hacer, pero me da temor la repuesta que pueda llegar a tener esta. Aunque no sea lo suficientemente valiente la mayoría de las veces, esta vez me encuentro a mí misma, sorprendida, realizando la interrogante.

- ¿Por qué hablas conmigo?- Lo miré expectante a que diga o haga algo. Él simplemente se dispuso a mirar, lo que no estaba segura si era mi rostro o la pared.

Abrió la boca para poder responder a mi pregunta, pero, de pronto y sin que me diera cuenta, suena el timbre que dictamina que han acabo las clases y todos mis compañeros, incluido Harry, se levantaron rápidamente de sus sillas para, luego, salir del salón y seguidamente del establecimiento.

Y yo me quedé sola, pensando en el por qué de la huida tan repentina de él del salón y la desviación también hacia mi pregunta.


Primer capítulo de esta historia que me hacía tener un debate interno en si subirla o dejarla con los otros proyectos no consumados que tengo. Pero bueno, lo estoy subiendo por una compañera que lo leyó y me incentivó a publicarlo. Esto es para vos.

Espero que les guste la historia. Realmente me esforzaré en esta.

(La portada está basada en otra imagen que creó una, para mí, excelentísima escritora que en Wattpad es conocida. Su user es: xniallscrownx. Gracias por el tutorial de YouTube, sin él no hubiera logrado nada en lo que la portada respecta, te lo agradezco. Aunque sé que ni verás esto, pero intentando crear una conversación con vos no pierdo nada, jaja)

Bueno, ahora sí me voy. Dejen comentarios las personas que lleguen a leer esto, me encantaría que, si alguien lee esto me lo haga saber.

¡Gracias totales! Gustavo Cerati, cuánta falta nos vas a ser.