Heeey, bueno este es mi primer fanfic de South Park porque acabo de volver al fandom y me han dado ganas de escribir. A decir verdad, este no es técnicamente mi primer fanfiction de SP, pero el primero que hice se perdió en alguna parte en un foro de escritura con el cual sinceramente no doy.
No veo la serie tan seguido como antes, de hecho no he visto para nada las ultimas tres temporadas, así que estas me las pasaré por el arco del triunfo en esta historia, o al menos para los primeros capítulos. Espero que les guste y puedan dejarme algún comentario, observación o hasta un puntito (?).
Las mañanas de los fines de semana solían ser bastante calmadas para Eric Cartman en su pueblo escondido entre las montañas. Y por calmadas se refería a completamente aburridas.
Nada interesante había ocurrido en aquél pueblo, no desde la mitad de la escuela secundaría. Lo atribuía a la edad, apenas había pasado de su etapa de niño la gente había dejado de permitir que siguiera saliéndose con la suya con mayor frecuencia que antes, y él mismo había empezado a cambiar. ¿Qué? No todas las personas siguen con los mismos puntos de vista que cuando tenían los 10 años, eso sería estúpido, pero explicaría porque había tanta mierda ocurriendo en el mundo ahora.
También tenía la teoría, aquella teoría de que quizás se estaba volviendo un cínico de mierda justo como el Hippie de Marsh por dos ocasiones; la primera cuando cumplió 10 años y la segunda al cumplir los 15. Aunque debía admitirlo, aquella segunda vez fue completamente insoportable, especialmente porque la asquerosa rata judía de Kyle no estaba ahí para intentar hacerlo reflexionar con alguno de sus discursos gay o al menos vigilar que no se provocara a sí mismo una congestión alcohólica. No, debieron ser él, Kenny y la loca de Wendy que tuvieran que lidiar con el apestoso trasero de Stan. Recordar al hippie completamente desecho en medio de la sala de Kenny oliendo peor que dicha sala aun le daba arcadas. Esto no hubiera ocurrido si el judío hubiese estado ahí, en primer lugar.
¿Suena raro, no? Que Kyle no estuviese pegado a Stan para hacerlo sentir mejor como el besa culos arrastrado que solía ser con Stan desde que estaban en el jardín de niños. Uno esperaría que hubiese movido cielo y mar para no volver a perder esa maricona amistad que tenían entre ellos como cuando el Hippie cumplió 10 años. Pero no, no pasó, y no pasó porque Kyle no estaba en la ciudad, y precisamente fue por eso que Marsh volvió a caer en su ciclo de cinismo de mierda. El asqueroso judío se mudó a Nueva Jersey, lo había anunciado ese verano, algo sobre que el buffet de abogados de su padre había logrado mejores contactos en la ciudad natal de la perra de su madre. En fin, se movían por la misma razón que cualquier familia de judíos podría llegar a moverse, nuevas fuentes de dinero.
Para ser honestos, se había alegrado. Había pasado una semana entera sacando de quicio a Kyle diciendo que finalmente volvería al infierno donde pertenecía un pelirrojo judío de Jersey. No habría nadie que interfiriera con sus planes creyéndose de una alta moral.
Su felicidad duró unos cuatro días, a lo mucho. Después de varios días siendo el pesado que podía llegar a ser completamente sin el pelirrojo interrumpiendo, se encontraba completamente aburrido. Stan no le hablaba más de lo necesario, jamás tuvieron esa clase de cercanía y ni siquiera sabía si podrían llamarse realmente amigos. Kenny era tan cool como un pobretón de su clase podía ser, pero se la pasaba viendo revistas porno, hablando de porno y siendo un asqueroso pajero. Ninguno de ellos realmente le seguía la corriente en sus planes, y las discusiones siempre terminaban rápido, no había ese intercambio de palabrotas que en varias ocasiones terminaban en golpes como con Kyle. Dios, incluso hasta había tenido que recurrir con Butters para poder intentar discutir con alguien, pero el maricón siempre se dejaba aplastar al primer insulto.
Recibió un golpe de Stan en el hombro después de ver como desaparecía la camioneta que contenía a Kyle. La despedida había sido tediosa, estaba seguro que el hippie incluso se arrodillaría pidiéndole a Kyle que no lo dejara. No sucedió así, pero con el tiempo que habían estado abrazados diciéndose que se hablarían seguido era esencialmente lo mismo "Ríe ahora, culón de mierda. Pero sabes muy bien que sin Kyle no eres nada, nadie más se toma la molestia de pelear contigo" Espetó.
Eric rodó los ojos, sonriendo completamente confiado en sí mismo "Pff, por favor, yo no necesito de esa rata judía para nada. Es más, estoy muy aliviado de que finalmente se haya ido de esta ciudad, es una familia de judíos avariciosos en esta ciudad y eso siempre es placentero" Sí, estaba completamente convencido de que disfrutaría y sobreviviría la falta de Kyle "A diferencia tuya, puedo vivir tranquilamente sin la presencia de tu noviecito, hippie".
Una semana después de eso comprendió que no, realmente no podía sobrevivir sin la sucia rata judía en esa ciudad. O al menos no en la forma de antes. Si el mundo se había vuelto aburrido justo cuando empezó a crecer, sin alguien que le diera pelea todos los días, su vida se había vuelto monótona. Pero eso jamás se lo confesaría a nadie, suficiente tenía con que McCormick lo hubiese descubierto por sí mismo (de alguna forma, había olvidado lo irritablemente observante que podía ser Kenny) y se encargara de restregárselo las noches en las que se juntaban en su casa a jugar algún video juego en los años siguientes a la partida de Kyle. Se encargaba de darle una golpiza a Kenny cada vez que sacaba aquél tema para molestarlo… o lo intentaba, porque el desgraciado corría más rápido que un nigeriano.
Odiaba que le recordara que Stan tuviera razón.
¿Pero que iba a hacer? ¿Volver a jalarlo a él y a toda su familia a la ciudad como lo había hecho en San Francisco? Por supuesto que no, si había algo que detestaba más que San Francisco era Nueva Jersey, ni con dos trajes de buzo se metería a ese agujero de estado.
Y en eso se podía resumir todo lo que había pasado desde que Kyle se había ido. Habían sido 2 años aburridos, si ese transcurso de tiempo tuviese que ser clasificado como algún tipo de especia definitivamente sería un costal de harina, insípida y aburrida harina. No había ocurrido absolutamente nada interesante en ese lapso de tiempo más que uno que otro evento que podría contar con los dedos de una de sus manos; Butters finalmente se había conseguido una novia, ese episodio de Stan completamente depresivo (que más que interesante había sido tedioso) y Kenny solo había muerto dos veces. Esto empezaba a hartarlo.
Miró por la ventana, chasqueando la lengua contra los dientes y haciendo una mueca. Ese sería otro de esos días donde gastaría su vida haciendo absolutamente nada interesante en una de las ciudades menos interesantes del país.
El viento comenzaba a sentirse fresco, el otoño estaba a la vuelta de la esquina y con eso el regreso a clases. Por una parte se sentía fastidiado, Eric jamás fue alguien que apreciase el sistema educativo de su escuela, era uno de los primeros en admitir que era una completa basura pero por las razones equivocadas. Por otro lado, regresar a la escuela le daba algo más de variedad a sus días, en vez de pasar la mayor tiempo del día en el sillón de su casa al menos ahora podía hacer de su meta llegar a fastidiar a un maestro, y si tenía suerte, tendría algún sustituto al cual podría sacar de quicio hasta hacerlo renunciar como a todas esas nanas que tuvo alguna vez.
Kenny ya estaba en la parada del autobús, punto donde usualmente se veían para decidir qué hacer a partir de ahí.
El rubio estaba muy concentrado mordiéndose la uña del dedo pulgar mientras miraba a la pantalla de su teléfono. Esa cosa era ancestral, ya llevaba con ella más de 4 años y estaba seguro que estaba a una caída más de hacerse añicos, si sobrevivía era a base de cinta adhesiva y el milagro de Dios.
"¡Hey!"
El rubio levantó un poco la mirada de su teléfono, dedicándole una sonrisa descuidada "Hey Cartman"
"¿Qué tanto estás viendo, pobretón? Creí que no tenías crédito para sacar ni una llamada, menos usar el internet desde hace un año" Inquirió, intentando asomarse para ver que tanto es lo que veía el desafanado rubio.
"No, pero tengo algo mejor con lo cual entretenerme"
Desnudos, de los que parecían ser una de las ultimas conquistas de Kenny, con poses provocativas y toda la cosa. La chica tenía buen cuerpo, pero no era del tipo de Eric, mucho menos que si tomaba en cuenta que era una de las chicas del rubio seguramente era tan o más pobre que él. Eric rodó los ojos "¿Esto quiere decir que morirás de Gonorrea? Porque la zorra no luce muy limpia"
"Solo pasó UNA vez, y no compré condones"
"¿Y cuando te la mamaron y aun así tenías un condón puesto?" Alzó una ceja, notando rápidamente el titubear del rubio parando de ver las imágenes. Casi de manera inmediata, solo alzó los hombros.
"Supongo que deberé comprar unos más buenos" Sonrió ladino. Sip, clásico Kenny.
La interacción fue interrumpida, el sonido de pasos apresurados haciendo voltear a Eric y a Kenny, Butters parecía muy agitado y corría como si el diablo quisiera robarse su alma "¡CHICOS!" gritó, bajando de velocidad para evitar no chocar con ninguno de los dos.
"¿Butters?" Era inusual verlo tan agitado a menos de que estuviera asustado de que sus padres le decidieran castigar por una semana entera de nuevo solo por no haber colocado el azúcar en donde usualmente lo ponían.
"¡CHICOS! ¡UF!" Se le iba el aliento "¡NO VAN A CREERLO!" Casi se estampa contra Kenny, usándolo de poste para poder descansar y recobrar el aliento. Eric y Kenny se intercambiaron miradas extrañas, preguntándose qué demonios podría tener el maricón de Butters. Kenny solo alzó los hombres.
"Dude, Butters, ¿Qué te pasa? ¿Van a castigarte de nuevo porque pusiste la cátsup donde debería ir la mermelada?" Jugueteó el pobre.
Butters negó con la cabeza "Oh no, claro que no chicos… creo que esta vez si la puse donde debería ir. ¡Pero ese no es el asunto!" Exclamó.
"Bueno suelta la sopa, tenemos cosas que hacer" Era mentira, pero entre más pronto soltara el chisme mucho mejor.
El menor intentó recuperar su compostura antes de soltar la gran bomba "¡Kyle regresó a la ciudad!"
"…¿Kyle?"
