PREFACIO

Corría tan rápido como me lo permitía mi naturaleza híbrida destrozando todo a mi paso pues tenía que detenerlo, no solo para mantener la alianza que teníamos con los lobos quileutes, sino porque lo necesitaba a mi lado más de lo que necesitaba el aire en mi cuerpo.

Al encontrarse éste casi limpio sentía paz, podía ver mucho más claro, sabía lo que era realmente importante para mí ahora podía entender plenamente el motivo de mi familia al escoger esa vida de sacrificio.

Me había dejado manipular tan fácilmente por ellos, cegada por satisfacer mi único deseo, la sed, todavía no lograba entender como un padre podía ser capaz de condenar a su propio hijo, para ellos el poder siempre predominaría sobre la vida, todos esos años invertidos en preparar su plan para lograr su propósito inicial, destruirnos…