Título: Chocolates.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Personajes: Gokudera Hayato, Sawada Tsunayoshi, Hibari Kyoya. Reborn. Mención de Yamamoto, Ryohei, Mukuro y Chrome.
Género: Humor, Familia. Romance entre líneas.
Rating: T
Advertencias: Shonen Ai, implícito. Triángulo amoroso. 1859/27.
Para: Crack & Roll. Reto: Jeuxatrois. Tabla: Festividades.
Resumen: En San Valentín... Gokudera les regala chocolates, porque sí.
Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! no me pertenece es de Amano Akira.
18/11/11.
Capitulo 1- San Valentín.
Esa mañana, Gokudera se ha levantado un poco más temprano de lo normal y se ha pasado a primera hora del día por la casa de su Décimo con una bolsa de regalo en su mano. Adentro, hay un significativo presente que él mismo ha encargado desde Italia para esa fecha.
Así que luego de darle los buenos días a la Mamá de su capo al encontrarla recogiendo el periódico, invitarlo ésta a desayunar y él aceptar, se precipita escaleras arriba para ir a la habitación del castaño con una sonrisa en sus labios y un notable buen humor.
Y es que hoy... es un día muy especial que él, como su Mano Derecha, como Guardián de la Tormenta y como Gokudera Hayato, por nada del mundo puede dejar pasar.
Sin más abre la puerta, diciendo un alegre:
- ¡Buenos días, Décimo... Reborn-san!
- ¿Ah?
Tsuna se revuelve entre las sabanas luego de escuchar su saludo, abriendo poco a poco sus ojos.
- ¿Gokudera-kun? -se talla sus ojos, incorporándose un poco al verlo junto a la puerta.- ¿Qué pasa? ¿Por qué estás aquí, qué horas es?
El reloj que tiene al lado le dice que faltan más de 30 minutos para que su alarma suene. Aún es temprano, ¿por qué entonces su amigo está ahí a esas horas?
- ¿Sucedió algo, Gokudera?
El Hitman, que también ha sido despertado por la visita inesperada de la Tormenta se sienta en su cama, detallando Hayato unos segundos en la curiosa pero increíble pijama que éste lleva.
"Reborn-san siempre tan genial. ¿Me pregunto dónde la habrá comprado? No".
Deja sus pensamientos y cuestiones de momento a un lado, centrándose mejor en la pregunta que le ha hecho.
- ¿Eh? Ah, no... ¡No se preocupen, por favor, no es eso! -luego de negar un par de veces con sus manos avanza hacia la cama de su capo donde el Arcobaleno también brinca.- No, en realidad no pasa nada malo, sólo quería ser el primero en darles esto.
Saca aquello que lleva en la bolsa de regalo, entregándole a cada uno una más pequeña, adornadas con papel picado de diferentes colores y bonitos moños.
- ¡Feliz día del Amor y la Amistad!
Reborn sonríe al ver lo que hay adentro de la suya, aumentando su sonrisa al ver lo que hay en la de Tsuna. En ambas, reconoce las envolturas y por ende el lugar de procedencia de tan buenas marcas, sin duda alguna de Italia.
- Eh... así que sí te acordaste de este día, Gokudera.
- ¡Por supuesto que sí, Reborn-san! -sonríe otro poco, entusiasmado al ver a ambos con sus regalos.- ¿Cómo podría olvidarlo?
Tsuna, que mira los chocolates que le ha dado, y luego a uno y a otro, no termina de entender aquello.
Sí, ahora recuerda que es 14 de Febrero, día de San Valentín, aunque recibir chocolates por parte de su amigo lo hace sentir un poco... extraño.
Después de todo, no es común que un chico le de chocolates a otro... y mucho menos, en esa fecha.
¿A Reborn también le ha dado chocolates?
No. Cuando se inclina a ver lo que hay en la bolsita que a él le ha dado ve lo que parece ser alguna especie de granos de café que nunca ha visto en su vida, pero parecen ser muy caros.
¿Qué hace entonces?
- ¡Espero que le gusten mucho, Décimo! Los elegí pensando especialmente en usted.
- ¿Qué? Ah... -tartamudea, al no saber muy bien qué decir.
Aunque ver también la expresión que pone, la forma en la que sus ojos verdes brillan y esa pequeña sonrisa, disipan los pensamientos confusos que está teniendo.
Gokudera-kun es un importante amigo para él, no debe de asustarse y/o conflictúarse por su noble gesto. Aquello, si se pone a pensarlo con más calma, debe de ser por la procedencia de la él viene, es italiano después de todo, ¿no?
Allá, deben de celebrar esa fecha un poco diferente a como lo hacen ellos en Japón, y he ahí la respuesta y su forma de actuar en la elección del regalo.
- S-Sí... -se calma entonces, al ver que aquello no es tan grave.- Muchas gracias, Gokudera-kun, no te hubieras molestado.
Pese a reírse por el nerviosismo que de pronto siente, lleva una de sus manos tras su nuca y ni la Tormenta ni él se percatan del pequeño, casi imperceptible sonrojo que cubre sus mejillas pero el Arcobaleno sí, y eso lo hace sonreír.
- ¡Por supuesto que no es molestia, Décimo! ¡Simplemente quise hacerlo!
A Reborn, aquello le da una idea. Una muy interesante y divertida, ahora que ha visto la forma de reaccionar de su alumno. ¿Qué harían los demás Guardianes si Gokudera también les da chocolates?
Están en Japón después de todo, y ahí tienen una peculiar tradición: son las chicas quienes dan chocolates a sus seres queridos y más cercanos, pero también... a la persona que les gusta.
¿Aquello pondría en conflicto a más de uno de los Guardianes de Tsuna como a él mismo por lo que vio?
Sólo había una forma de saberlo.
- Y dime Gokudera... –lo mira con interés y una pequeña sonrisa que no puede reprimir por más que quiera.- ¿No les darás algo también a los demás Guardianes?
- ¿Eh?
Aquello sin duda lo toma por sorpresa.
- ¿No les darás también chocolates?
- ¡Reborn!
El castaño protesta, al darse cuenta de cuál es su intención, su juego, con esa implicación.
- Bueno, eso... –lo cierto es que no pensó en ello. No le pasó por la mente encargar algo para los demás Guardianes, sólo compró presentes para esa fecha para su querido Décimo y el Arcobaleno.- Esto… s-sí, supongo que también les daré, Reborn-san.
- ¡Oh, qué bien! –sonríe abiertamente.- Sin duda alguna cada día eres una mejor Mano Derecha, Gokudera. Felicidades.
- S-Sí, muchas gracias.
"Gokudera-kun". -Tsuna hace una de sus expresiones extrañas y graciosas ante las palabras de su Tutor.-"¿Qué acaso no te das cuenta de que está siendo sarcástico?".
La expresión de su amigo le da la respuesta.
"No, tal parece que no".
Pero lo que a Hayato le preocupa en ese momento, en lo que está pensando es en lo siguiente:
"¡Maldición! Ahora tendré que buscar dónde venden chocolates para darles a esos idiotas".
Sus puños se cierran, recordando dónde es que ha visto dulcerías para ir más al rato ahí.
Pero todo fuera por ser una mejor Mano Derecha...
... sólo por eso, es que les va a dar chocolates a los demás Guardianes.
Para diversión de Reborn, que sabe que aquello va a ser divertido ver de cerca.
.::.
- Ah...
Gokudera suspira, recargándose en el barandal de la azotea.
Ha sido un día largo y pesado. No sólo ha tenido que saltarse una clase para salir e ir al centro comercial a comprar los dichosos chocolates, sino que también ha tenido que evadir, alejar y hasta gritarle a las chicas que han estado todo el día tras él esperando que acepte sus chocolates, cartas y demás presentes.
¡Hah!Cómo si él estuviera interesado en alguna de ellas.
Mira la bolsa que tiene, viendo en ésta que aún tiene bastantes chocolates.
A Yamamoto y a Cabeza de Césped ya les ha dado el suyo, sin olvidar mencionar que tanto uno como otro se sorprendieron al darles su chocolate correspondiente aunque a él no le importó realmente, sólo hizo que ambos aceptaran el presente y regresó con su Décimo y Reborn-san para decirles que a ellos ya les había dado uno.
De los Guardianes, sólo faltaba la Vaca Estúpida, el desquiciado de Mukuro, Chrome y Hibari de recibir chocolates.
Y como aún está en la escuela, lo más lógico es darle el presente al bastardo de Hibari, para luego ir a Kokuyo Land y al final pasarse de nuevo a la casa de su Décimo y darle a la Vaca Estúpida, I-pin y Fuuta los que quedarán.
El problema radica en que no sabe dónde está el prefecto. Un día del año que lo necesita y no está por ningún lado. Cuando fue a la azotea esperó verlo ahí pero no estaba.
Quién sabe, quizá ese día no ha asistido, no lo sabe y tampoco le interesa mucho.
- Maldición...
Dice por lo bajo, chasqueando molesto su lengua.
¿Qué tiene él que andar haciendo repartiendo chocolates a todo el mundo? Ser la Mano Derecha de su Décimo es una tarea difícil, pero aquello lo vale.
Sin más vuelve a suspirar, dispuesto a buscar de nuevo al prefecto pues aún tiene mucho que hacer.
La puerta de pronto se abre, volteando a ver quién es.
Curiosamente es Hibari Kyoya, por lo que frunce de inmediato el ceño.
El prefecto camina hacia él al verlo.
- ¿Qué estás haciendo aquí, herbívoro? Las clases ya terminaron, vete a tu casa ahora.
- ¿Hah? -rezonga de inmediato, dando un paso al frente.
- ¿Qué? ¿Quieres que te muerdas hasta la muerte o qué?
La pequeña sonrisa burlona que esboza el Guardián de la Nube lo hace pensar por largos segundos.
¿En verdad tiene que darle a Hibari también un chocolate? ¿Al arrogante, prepotente y sádico de Hibari? La idea no lo convence mucho.
- No, por supuesto que no.
Responde después, entrecerrando sus ojos y metiendo sus manos a sus bolsillos. Quizá deba hacer una excepción con el prefecto.
- Eso pensé. -se burla éste, ampliándose su sonrisa al escucharlo.
El italiano pasa a su lado, arrastrando sus pies y sin mirarlo. Lo sabía... buscar, esperar o tratar de hablar con el Presidente del Comité de Disciplina ha sido en vano, una pérdida de tiempo.
Además, ¿quién podría asegurar que el bastardo aceptara el presente?
Es un simple chocolate después de todo, aunque la encargada de aquella confitería dijera que eran los mejores chocolates de la ciudad.
Ninguno de los dos vuelve a decir nada, y sólo se escucha el sonido que hace el viento. Pero la Tormenta sabe que no se puede ir así. Se lo ha prometido a Reborn-san después de todo.
- Hibari. -el italiano se detiene, más no se gira. Le da la espalda.
- ¿Qué quieres ahora, herbívoro?
Gokudera se queda callado unos segundos, girando lo suficiente para poder verlo. Su expresión es seria y frunce un poco más el ceño; su mirada, se afila por momentos.
- Toma esto.
Le lanza uno de los chocolates en bolsita, atrapándolo el otro sin problemas.
Kyoya está a punto de decirle algo, hacerle un par de preguntas porque no entiende a qué se debe aquello o qué pretende cuando ve cómo el herbívoro retoma su camino y en cuestión de segundos se queda solo en la azotea.
No lo sigue. No tiene esa intensión ni necesidad, se queda en su sitio mirando la figura de este chocolate: un conejo.
Qué curioso.
Tan curioso y extraño como el proceder de Gokudera Hayato en San Valentín.
Continuará...
Otro fic, cumpliendo el reto de esta quincena de Crack & Roll.
El fic está compuesto por tres festividades, esta es la primera: San Valentín. ¿La siguiente? Halloween.
La característica principal de esta tabla, comunidad (Jeuxatrois) y reto, es que trabaja con tríos y triángulos amorosos. Yo he elegido a Hibari, Gokudera y Tsuna como triángulo amoroso, siendo el fic un 1859, 5927.
Espero que les guste :D
Nos vemos más al rato o mañana, pues el reto se cierra mañana y como siempre, yo aquí escribiendo a última hora T.T Sin más por ahora, muchas gracias por leer y comentar ;)
