Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen, si no a su creador, Masashi Kishimoto.
Corría esquivando cada mueble que se atravesaba en su camino, todo se veía tan grande y divertido. Pateaba constantemente el pequeño balón, color negro con blanco, con sus pequeños pies. Su cabello negro lacio con reflejos zafiros, se movía al compas de sus inquietos movimientos. Sus profundos ojos negros, reflejaban un brillo e inocencia característica en cualquier niño de 5 años. Una sonrisa infantil adornaba su pequeño rostro y de vez en cuando, dejaba escapar una risita de diversión.
-¡Sasuke, la cena esta lista!- Una suave voz femenina lo llamaba desde la cocina.
Tomando su balón entre sus pequeñas manos, corrió en la misma dirección de la cual provenía la suave voz. Al entrar, una hermosa mujer pelinegra lo miraba con extrema ternura y amor. Depositaba un plato con comida en la mesa, limpio sus manos en el delantal que se encontraba atado a su cintura y se acerco a su hijo, acuclillándose a su altura.
-Sasuke-chan, ve a lavarte las manos y deja el balón en tu habitación ¿de acuerdo?-
-Hai, Oka-san- La fina voz infantil del pequeño Uchiha, hizo sonreír con ternura a Mikoto. Amaba a su hijo.
-Anda, rápido que la comida se enfría- Sasuke asintió efusivamente y corrió escaleras arriba en dirección a su habitación.
Mikoto sonrió y comenzó a servir los platillos para el resto de su familia, era muy afortunada de tenerlos a todos.
2 años después…
-Lo lamentamos, señor Uchiha. Hicimos lo que pudimos- El médico lo observaba con pesar al hombre de imponente porte.
Fugaku Uchiha negó con la cabeza, sintiendo su mundo venirse abajo. Su mujer se había ido. Miro a sus hijos, el mayor miraba por una ventana con nostalgia, le sorprendía la inteligencia que tenia Itachi, algún día sería perfecto para liderar sus empresas. Dirigió su vista a su hijo más pequeño y su corazón se estrujo. El pequeño ocultaba su carita entre sus piernas, abrazándolas contra su pecho, intentando ahogar los constantes sollozos que provenían de su boca. Sabia cuanto le dolía a Sasuke la pérdida de su madre.
Mikoto Uchiha, sufría de fuertes dolores en el pecho. Le hicieron varios análisis, pero no detectaron alguna anomalía, pensaron que era un simple dolor que perecería con el tiempo. Un día, estaba jugando con Sasuke en el patio, cuando sintió un terrible calambre en la zona donde tenía los constantes dolores, su esposo preocupado, la llevo al médico y volvieron a hacerle análisis. Descubrieron que tenía cáncer de mama. Trataron de eliminarlos quirúrgicamente, pero la cirugía fue demasiado pesada y la Uchiha no la pudo soportar.
Fugaku camino hacia su hijo más chico y se sentó a su lado. El pequeño Sasuke elevo su mirada, y observo a su padre con curiosidad. El Uchiha mayor centro su mirada en los tristes ojos de su pequeño. Estaban rojos e incontables lagrimas caían por sus sonrosadas mejillas.
-Debes ser fuerte Sasuke. Tu madre no volverá, debes aceptarlo- La fría e imponente voz de Fugaku, le calo fuertemente al pequeño. Su padre era demasiado frio.
El Uchiha mayor, no sabía cómo expresar el gran pesar que tenia. Amaba a su esposa más que a nada en el mundo, al igual que amaba a sus hijos. Pero su orgullo era más poderoso que su corazón e impedía que sus sentimientos afloraran apropiadamente.
Itachi observaba la escena desde su puesto a un lado de la ventana, volvió a observar el exterior del hospital, habían estado incontables veces en ese lugar que ya se sabía de memoria cada corredor y puerta existente. Suspiro con nostalgia y miro como pequeñas gotas chocaban contra el cristal. El oscuro cielo compartía su tristeza, sonrió levemente, seguramente su madre estaba llorando por ellos. Una lagrima se deslizo por su mejilla, nadie la noto. Después de todo, aunque Itachi tuviera 11 años, era igual a su padre en cuanto a orgullo. Nadie debía verlo sufrir, debía ser fuerte por su pequeño y tonto hermanito.
-"Te prometo que lo cuidare mama"- pensó con decisión el joven Uchiha y miro con determinación el cielo.
Desde esa noche, la familia Uchiha no volvió a ser la misma.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-..-.-
El despertador interrumpió su profundo sueño y lo apago de un fuerte golpe. Detestaba levantarse tan temprano, pero lo prefería mil veces a quedarse en su "casa", si es que así podía llamar a ese agujero de mierda. Con extrema lentitud, se levanto de su cama y se dirigió al baño. Después de una rápida ducha, comenzó a vestirse, una camiseta azul marino, un sencillo jean desgastado color oscuro y sus converse negros.
Salió de su habitación y bajo las escaleras, la casa estaba demasiado silenciosa, su padre debía estar en la empresa y su "madre" debía estar desperdiciando dinero en alguna tienda.
-"Zorra"- Pensó con odio el joven Uchiha. Detestaba a esa mujer que se creía su madre. Pero solo era una puta ofrecida que quería el dinero de su padre.
Con el enfado aun latente, entro a la cocina y comenzó a revolver la alacena. Se sirvió un simple cereal y procedió a devorarlo. Miro el reloj que reposaba en la pared y vio que se hacía tarde. Dejo el plato en el lavabo y lo lavo a prisas. Corrió escaleras arriba, tomo su mochila, un suéter y se dirigió a la salida.
Cuando abrió la puerta, el viento frio de diciembre le dio de golpe en el rostro. Se sentía bien, le gustaba el frio. Se coloco el suéter negro, y corrió hacia la parada del autobús. Su padre le había dado un auto, pero se le hacía demasiado llamativo y él lo que quería, era pasar lo mas desapercibido posible. Lo cual en la escuela, se hacia una tarea muy difícil de cumplir. Las chicas siempre lo acosaban e intentaban entablar conversaciones con él. Era un fastidio. Sin querer, se había vuelto uno de los chicos más deseados y populares de toda Konoha Gakuen. No tenía muchos amigos. En quien más confiaba era en su mejor amigo, Naruto Uzumaki. Un chico imperactivo y alegre, que hacia sonreír a cualquiera. La comisura de su labio se elevo un poco, dando paso a una pequeña sonrisa de diversión, recordar las múltiples situaciones en las que lo había implicado era divertido. Lo sacaba de su monótona rutina y lo hacía olvidar su pasado, aunque fuera por unos instantes.
Salió abruptamente de sus pensamientos, al ver el autobús estacionarse frente a él. Se subió sin mucho ánimo y se sentó hasta el final. Se coloco los auriculares y coloco una canción cualquiera con su mp3.
Cerró los ojos momentáneamente, sintiendo como la música lo transportaba hacia otro mundo. Un mundo perfecto. Su madre lo observaba con esa tierna y maternal mirada, llena de amor y felicidad. Lo esperaba con los brazos abiertos. Cuando estaba por acercarse, su ensoñación se vio interrumpida por que el autobús se había detenido. Observo por la ventanilla y miro el enorme edificio que conformaba su escuela.
Pago al conductor y bajo del autobús, camino con paso lento hacia el portón y chasqueo la lengua con fastidio, al ver el montonal de chicos y chicas caminando de un lado a otro, haciendo escándalo. Era lo único que le molestaba de las multitudes, el ruido. Prefería pasarse el rato en el techo de la escuela o en la biblioteca, ahí nadie molestaba.
Continúo su camino y entro al edificio, dentro no era muy distinto al escándalo de afuera. Adolescentes por doquier, comentando los sucesos del fin de semana o pasando la tarea. Típico, Sasuke no presto mucha atención y se dirigió a su casillero. Ignorando a las personas a su alrededor, introdujo su mochila y cerró la puerta de metal, sin cuidado alguno. Introdujo sus manos en los bolsillos de su pantalón, subió incontables escalones, hasta llegar a una única puerta de metal, que parecía muy pesada. La abrió sin mucha dificultad y cerró los ojos, disfrutando del viento frio chocando contra su rostro.
Salió completamente a la azotea y camino hacia el barandal. Se recargo en él y observo el patio vacio de la escuela, ya todos se encontraban en clase. Faltaría a las primeras horas. No tenía ánimos de entrar a clase ese día. Su mente comenzó a divagar, entre recuerdos y el escuchar música. Provoco que el tiempo se pasara volando. Para cuando acordó, ya habían pasado 2 horas. Seguramente ahora tendrán educación física. Suspiro cansinamente y se sentó contra la pared, cerro sus ojos tratando de dormir un poco, cuando el sonido de la puerta abrirse abruptamente, hizo que el sueño se le fuera inmediatamente.
Con algo de fastidio se puso de pie. Estaba dispuesto a decirle al idiota que había interrumpido su descanso que se largara, pero desecho esa opción rápidamente, al ver a una chica de largos cabellos azul oscuro, sentada en el suelo con su rostro entre sus manos. Podía ver como titiritaba un poco y de su boca, se escuchaban incontables sollozos. Sasuke mordió su labio sin saber qué hacer, coloco sus manos en sus bolsillos y se acerco a la entrada, abrió la pesada puerta y entro al edificio. Lo que fuera que tuviera esa chica, no era asunto suyo. Camino por los desérticos pasillos de la escuela y se dirigió a su próxima clase, después de todo, esa chica había arruinado su pequeña siesta y ya faltaba poco para que terminara educación física. Entro al vacio salón y se sentó en su lugar predilecto, cerca de la ventana. Se coloco los auriculares y puso una canción al azar, subió el volumen y observo por la ventana.
Pasaron los minutos y la clase estaba por empezar, la puerta se abrió y alguien entro al aula. El Uchiha ni se molesto en girarse, no había escuchado el ruido de la puerta correrse. Pero el repentino sonido de un banco moviéndose lo alerto, pauso la canción y se giro a ver quién era el responsable. La misma chica de la azotea, se encontraba sentada en el otro extremo del salón, sus ojos platas resaltaban mas por el rojo que los adornaba alrededor, se notaba a millas que había estado llorando. Sus mejillas y nariz se encontraban sonrosadas, por haber estado expuesta al frio.
Era linda, debía admitirlo, aunque las gafas y la gruesa ropa que utilizaba, hacía desaparecer su encanto. Típica nerd, no la había notado hasta ese día. Debió haber percibido su insistente mirada, ya que elevo su rostro con algo de miedo, y su tierno sonrojo se intensifico. La chica desvió la mirada de inmediato y Sasuke sonrió arrogante. El comportamiento de las chicas era tan predecible.
Pronto el salón comenzó a llenarse con estudiantes y Sasuke no volvió a mirar a la extraña chica por el resto del día.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
-¡Al fin! ¡Libertad!- Grito a todo pulmón un chico rubio de ojos azules, unas extrañas marcas que asemejaban a unos bigotes, adornaban sus mejillas y su piel bronceada, lo hacían ver muy atractivo.
-Cállate Uzuratonkachi-
-¡Wuaaa, Teme eso dolió!- el rubio masajeaba su cabeza por el reciente golpe que le había dirigido su pelinegro amigo.
-Es para que aprendas a no ser tan escandaloso- Sasuke caminaba con sus manos en sus bolsillos en dirección a la casa del rubio. Naruto caminaba a la par del pelinegro y coloco sus brazos tras su nuca.
-Eres un amargado, Teme-
-Ya cállate-
-… Teme-
-Tú te lo buscaste- Naruto recibió otro golpe por parte de su amigo.
-¡Demonios Sasuke, ya deja de golpearme!- Se quejo el rubio mirando a su amigo con fingido enfado, así se llevaban desde pequeños. Lamento mucho la perdida de Mikoto Uchiha, desde su muerte, su amigo no había vuelto a ser el mismo.
-Ya te dije que dejare de hacerlo cuando madures, ósea nunca- Dijo con arrogancia y burla el pelinegro, logrando molestar a su amigo. Pero las quejas y gritos de Naruto parecieron lejanos. En la parada de autobús que había enfrente, la chica pelinegra de la escuela, se encontraba de pie esperando la llegaba del autobús.
Parecía más relajada y su cabello se encontraba suelto, las delicadas y sedosas hebras de cabello, danzaban al compas del viento. Se veía extremadamente tierna con las mejillas sonrosadas por el frio. Sasuke negó con la cabeza tratando de alejar esos pensamientos de lado y se concentro en su amigo que seguía quejándose.
-Oe, mira es Hinata Hyuga- Escucho a su rubio amigo y miro hacia donde el observaba, miraba a la chica pelinegra. Con que ese era su nombre, también era lindo, como ella.
Demonios ¿Qué rayos le sucedía? Desde cuando una chica llamaba su atención. No, no podía ser, simplemente era demasiado extraña y le daba curiosidad. Sí, eso era.
-¿Y que con ella?- Pregunto fingiendo desinterés.
-Pobre chica, esta mañana Karin y su grupo le tiraron sus cosas frente a todos y comenzaron a insultarla. Me dio lastima- El rubio miraba fijamente a la chica, podía ver que se sentía culpable por no haberla ayudado.
-Es su problema, ahora apúrate que muero de frio-
-Tsk, Teme eres un antisocial y un amargado- Otro golpe más para el rubio y más quejas para Sasuke.
El Uchiha miro una vez más a la Hyuga y observo como ella subía al autobús que al fin había llegado.
-"Con que Hinata Hyuga, interesante"- Pensó y una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro, la cual se borro al instante y siguió su camino.
Tal vez el destino le tenía preparado una muy grande sorpresa.
Holaaaa a todos!
Oh bueno pues, como tengo un grannnn problema de inspiración con The Awakening of the Dead, decidi supender el fic por tiempo indefinido, hasta que mi musa decida dejar de vagar y me de un toque de inspiracion -.-´
Pero bueno, aqui les traigo esta historia que me dieron ganas de plasmar en la hoja en blanco que tenia frente a mi. Espero les guste y perdoneeeeen los errores ortograficos, estoy tratando de conseguir un beta reader, pero se me ha hecho muy dificil la busqueda. Si alguien conoce a una persona o si alguien quiere ayudarme, enserio lo agradeceria mucho. T_T
Bueno espero que disfruten la historia y como ando medio dormida, perdonen también si es un asco :L
¿review?
Atte:
Nanami-Uzumaki
