Te amo- le digo mirándolo a los ojos.

El me mira con los ojos llenos de sorpresa, por lo visto nunca se le paso por la cabeza la posibilidad, de que yo, su mejor amiga, con la que siempre se peleaba y discutía por cualquier tontería, pudiera estar enamorada de él, después de unos segundos de silencio, por lo visto estabas intentando entender lo que te estaba diciendo, en tus ojos pude ver la culpa y la tristeza que te causaba lastimarme, pero yo bien sabía desde antes tu respuesta, por lo que me adelante a que hablaras.

Lo se, ya lo sé, no hace falta que me lo digas, desde hace un tiempo que me di cuenta de que amas a Luna, y de que ella te corresponde, vi como se miran Ron- le dije con los ojos humedecidos y con una sonrisa triste, rota.

Así me sentía, rota, lastimada desde lo más hondo de mi ser, no los podía culpar, a ninguno de los dos, uno no elige a quien ama, ya que de ser así, nunca me habría enamorado de este pelirrojo que tenía enfrente mío, con los ojos mirándome con culpa, ya que se imaginaba el dolor que me estaba causando.

Lo siento- me dice él en un susurro.

No tengo por qué perdonarte nada, tu no hiciste nada malo- le digo, porque es verdad, acá el único culpable es el destino, que quiso que yo amara a quien no debía.

Te amo, y siempre te amare, pero tu destino no es conmigo- le digo, mientras lo miraba y veo una lagrima bajar por su mejilla. En ese instante no lo pude aguantar más, me acerque despacio para que notara mi intención y como no dio señales de apartarse, lo bese, un beso cargado con todos mis sentimientos. El solo se dejo besar, tanto él como yo sabíamos que este sería el primer y último beso que compartiríamos, en el momento en que me aparte de él, lo mire a los ojos y antes de desaparecer le regale la mejor sonrisa que pude ya que quería que se acordara de mi, con una sonrisa y no con lagrimas en los ojos.

Me aparecí en mi casa donde ya tenía las valijas preparadas, no sabía a donde iría, lo único que sabía es que necesitaba volver a empezar. Así que con lágrimas en los ojos me dirigí hacia el aeropuerto, mientras pensaba en lo que el destino tendría preparado para mí.