"Steven Universe", pertenece a Rebecca Sugar y Cartoon Network, hago esto sin ningún fin de lucro.

Día 1 de reto "10 días de OTP"

Dance

Una intensa lluvia de verano caía sobre la casa y la playa esa noche, el golpeteo firme del agua sobre las superficies que mojaba era como la constante estática de un televisor. La obscuridad era completa, sin luna ni estrellas y sin electricidad, porque seguro la lluvia había hecho que el sistema eléctrico fallara, hacia mucho que no veía una noche como esa.

Los humanos le habían dicho alguna vez que la obscuridad los ahogaba, que se sentían vulnerables dentro de ella. Lo que en el pasado había tenido mucho sentido, había visto a muchos humanos ser devorados por fieras salvajes que buscaban alimentarse, pero en la época moderna donde solo había muy pocos lugares en el mundo donde eso aún representaba una amenaza, era un miedo que deberían haber eliminado, pero no era así, por tanto llenaban todos los lugares posibles con sistemas de energía que les proveían de luz artificial para sentirse menos asustados de lo que se ocultaba dentro de ella.

En cambio para ella, la ausencia de la constante luz que intentaba siempre mitigar la obscuridad era hasta cierto punto irritante. Dentro de la obscuridad donde nadie podía mirarla, era capaz de bajar la guardia al menos por un par de horas, cosa que no hacía muy a menudo. Durante la guerra poder estar en medio de la obscuridad total le había salvado la vida muchas veces, había quebrado muchas gemas aprovechándose del hecho que ella conocía bien el terreno y las gemas del homeworld no. Ella había sido la fiera al asecho que había buscado alimentarse de sangre.

Pero habían pasado varías vidas desde ese momento, el último siglo por lo menos, la vida había sido bastante pacifica para todos, ahora mismo su único interés era que el pequeño cuarzo rosa que dormía en su cama no fuera a ser asustado por un relámpago y tratara de salir de la cama y caer por sus escaleras por la oscuridad. Y aparentemente no había sido la única que lo había pensado. Amethyst estaba dormitando en medio de las escaleras con su cabeza boca abajo dejando salir un suave ronquido, mientras Garnet estaba recostada sobre los cojines de la sala, en completo silencio, no sabía si dormía, pero no le costaba trabajo imaginarlo, su respiración cambiaba casi cada diez segundos, primero profunda y larga y después de 4 respiraciones era profunda pero rápida por lo largo de seis o siete respiraciones, y de nuevo cambiaba.

Pearl apoyó su mentón en la orilla de la cama y se dedicó a escuchar la respiración de Steven profunda y mediana, lo escuchó un momento proferir una pequeña risa divertida y susurrar algo, después como todos los demás se quedo dormida.

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Despertó de pronto atragantada por un trago de su propia saliva, se levantó resbalando un momento de la escalera hasta que se afianzó y se sentó derecha frotándose los ojos, se estiró un momento sintiendo la espalda rígida. Una fuente de luz color rosado le llamó la atención seguida, además de algo que conocía de sobra, la risa de Rose Quartz y no venía de Steven. Era un poco escalofriante a veces darse cuenta de lo mucho que la risa de Steven se parecía a la de Rose Quartz. Pero si no era Steven eso quería decir que solo podía venir de un solo lugar.

Subió el par de escalones que le faltaban y encontró lo que esperaba. Pearl con una sonrisa de enorme dormitando a un lado de la cama de Steven mientras una pequeña proyección de ella y Rose bailaba sobre la colcha de la cama. Se aproximó a ella, sentándose a su lado, apoyó su mentón en su mano recargándolo en la cama y miró la pequeña proyección. Rose tenía puesto uno de esos vestidos vaporosos que usaban hacia por lo menos 200 años, lleno de holanes y cintas, con su largo y hermoso cabello atado en desorden sobre su cabeza lleno de rosas, mientras Pearl llevaba uno de esos trajes de caballeros, se veían tan lindas juntas.

— ¡Oh Rose!, ¡Cuanto amo bailar contigo! – decía mientras giraban juntas y reía en voz alta – no hay nada mejor en el mundo.

— ¿De verdad, Pearl? Pensé que nos divertíamos más juntas – dijo la pequeña versión de Rose Quartz mientras la hacía girar.

Pero la pequeña imagen empezó a cambiar y no era Rose quien hacia girar a Pearl. La pequeña imagen cambio para ser ella misma sosteniendo a una Pearl vestida con esas faldas circulares que usaban hacia unos treinta años de la cintura y elevarla en el aire haciéndola girar, mientras la gema desternillaba de la risa.

— ¡Amethyst! – Gritó la pálida gema, sosteniéndose de las mangas de lo que parecían mangas de cuero de una chaqueta que la pequeña versión de sí misma vestía, La pequeña Pearl lucía nerviosa pero divertida sin borrar una sonrisa luminosa en su rostro, toda la proyección se tornó poco a poco en un suave color purpura – ¡Me estoy mareando!

— Admítelo, te diviertes más conmigo – decía la pequeña Amethyst en el holograma.

— ¡SI! – dijo con un grito feliz la pequeña Pearl — ¡Sí, sí, sí, me divierto más contigo!

La pequeña Amethyst en el holograma bajó a la pequeña Pearl al piso que se arrodilló para estar a la misma altura y recargó su frente contra la suya

— No me he divertido más con nadie, que contigo Amethyst. – dijo la pequeña gema en el holograma, mientras la verdadera Amethyst se acercaba cada vez más a las pequeñas gemas holográficas. – Nunca me he reído tanto con nadie como contigo. Aún cuando tus bromas no son divertidas.

— ¡Mis bromas son divertidas! – dijo el pequeño holograma sin soltarla hablando cerca de ella.

— Bueno, quizá solo un poco. – respondió la minúscula perla con una sonrisa.

Amethyst casi metió su nariz dentro de la pequeña proyección esperando ver que es lo que pasaría a continuación, pero la pequeña proyección empezó a ser borrosa.

— ¡Oh vamos, no es justo! – se quejó el cuarzo.

— ¿Amethyst?

Ambas gemas se miraron por lo que pareció una eternidad una a la otra, desconcertadas, inseguras, deseosas. Los primeros rayos de sol empezaron a entrar por el amplio ventanal junto a la cama de Steven llenando todo de luz revelando el rostro de ambas gemas para la otra, llenas de un brillante sonrojo.

— Yo… — dijo Pearl siendo la primera en romper el contacto visual – iré a hacer el desayuno de Steven.

Se levantó para bajar las escaleras e ir a la cocina, mientras el cuarzo violeta se quedo en el mismo lugar donde estaba sentada con un brillante sonrojo en las mejillas.

Sonrió para sí misma sintiendo las mejillas cálidas, quizá debiera ir al pueblo, estaba segura que había visto un libro de bromas entre los premios del parque de diversiones.

Fin.