Segunda historia que subo hoy, esta creo que será cortita, y nada comparada con la anterior. ¡Espero que os guste! Esta basada en una imagen de Punk Hazard, del anime. (Es la imagen de portada del fic)
En fin, comencemos…
¿Cómo alguien con un cuerpo tan sensual y atractivo podía poner una sonrisa tan inocentemente bella?
Podías mirarla por donde quisieras, delante, detrás o de perfil, pero Robin era la mujer más sexy del barco y, posiblemente, de todo el Shin Sekai. Tenía un cuerpo esbelto y con curvas, y su pecho estaba bien desarollado. Resumiendo, el sueño de cualquier hombre.
Su duro pasado e infancia y todas las cosas por las que tuvo que pasar a tan temprana edad le forjaron un carácter autosuficiente y distante, pero sin llegar a ser tosco. Podía llegar a ser cercana con sus tomodachi pero siempre trataba de mantenerse en un segundo plano, sin llamar la atención a no ser que fuese necesario. Analizaba las acciones de todos desde un ángulo objetivo y determinaba sus acciónes y las posibles respuestas por su parte. Se podría decir que era una mujer controladora.
Zoro no podía negar cierta atracción hacia su nakama. Su forma de vestir, hablar y ser le resultaban atractivas. Sus ojos azules podían llegar a hipnotizarle si se atrevía a poner su vista en ellos y esos labios tan suaves a la vista le hacían pensar en que pasaría si llegase siquiera a rozarlos con los suyos.
Pero lo que no podía siquiera a imaginar es que algún día llegara a poder presenciar una sonrisa tan condenadamente inocente, haciendo que Robin aparentase unos quince años menos. Una sonrisa que enternecería al más duro y haría saltar lágrimas a una persona normal. Una sonrisa que derretiría icebergs con la calidez que desprendía. Una sonrisa que podía hacer que un akuma pareciera un tenshi. Una sonrisa que solamente Robin podría llegar a poner en su rostro.
Y era increíble como esa sonrisa podía hacer que alguien desprendiera la vista del impresionante cuerpo de la morena, enfundado solo en una pequeña camiseta rosa y blanca, muy ajustada, y la ropa interior, Zoro estaba seguro de que se le iba a caer la baba, para ponerlo sobre esa cara tan inocente.
-Kawaii…- Susurró el moreno sin podere evitarlo, abriendo los ojos al ver a Robin girarse hacia él.
-¿Has dicho algo, kenshi-san?- Robin había cambiado esa sonrisa dulce y tierna por una mucho más descarada, y observaba con atención el torso desnudo del kenshi, bañado en sudor. Era obvio que sabía lo que había dicho.
-¿Yo? No, nada.- Zoro desvió la vista, incapaz de mirar a esos dos pozos azules que a veces lograban hipnotizarlo.
Y entonces Robin volvió a poner esa sonrisa tierna e inocente de hace unos instantes, desconcertando a Zoro, que se quedó observándola durante unos instantes.
Como te gusta provocarme, onna.- Pensó el kenshi.
No lo sabes bien tú, Zoro.
¡Tada! Como recompensa a mi corte de rollo antes, os dejo esta historieta cortita, cortita, para que paséis el rato. Espero que os haya gustado, yo me voy a la cama que hay sueño. ¡Buenas noches!
-Muco! ;D
