Edward Cullen tiene que visitar al socio mayorista de la empresa donde trabaja. ¿Qué pasará cuando descubra que se trata de una mujer? ¿Y si ella se obsesiona con él? Bella hará hasta lo imposible para tenerlo

Capítulo beteado por Sool Onuma, Betas FFAD. www facebook com / groups / betasffaddiction


Vamos Edward, tú puedes lograrlo —me repetía mentalmente desde que salí de mi casa—. Es solo uno de los socios más importantes de la compañía.

Iba manejando mi auto por las concurridas calles de Nueva York, mientras recordaba que una semana antes mi jefe, Mike Newton, me había informado que como encargado de relaciones tenía que visitar a este socio, no me dio información sobre él, solo me dijo por quién debía preguntar una vez que estuviera en la empresa, por lo tanto no había preparado nada para nuestra charla.

Ahora estaba aquí frente a la entrada principal de Swan CO, la empresa más importante en importaciones del país. Al entrar, vi que todo era demasiado frío y cuadriculado, el piso era de porcelanato negro y sus paredes estaban pintadas de blanco. La recepcionista tenía un impecable uniforme negro con una camisa blanca.

—Buenos días, bienvenido a Swan CO. ¿En qué puedo ayudarlo? —me preguntó la chica.

—Hola, emm —¡vamos Cullen, cálmate! Si te comportas así con la recepcionista, ¿cómo actuarás frente al socio?—. Soy —me aclaré la garganta— Edward Cullen y tengo una cita con James Still.

—Permítame un momento. —Revisó en su computadora y asintió con la cabeza—. Efectivamente señor Cullen, usted tiene una reunión con el señor Still a las 9 am. Por favor, llene este formulario y permítame su documento.

Una vez realizado el procedimiento, la muchacha me dio un pase de visitante y me indicó el piso al cual tenía que dirigirme. Dentro del ascensor estaba rodeado por personas todas con uniformes muy impecables parecidos al de la recepcionista. A medida que se detenía, observaba las oficinas y todo era muy preciso. Al llegar al último piso, vi que estaba solo y eso me llenó de pánico.

—Buenos días —me saludó un joven que estaba situado tras el mostrador.

—Buenos días, soy Edward Cullen y…

—Señor Cullen, sígame por favor. —Salimos y pasamos frente a una gran oficina que en la entrada llevaba escrito "SWAN CO", seguimos por un corredor hasta llegar a una única puerta la cual tenía un letrero en el que se podía leer: "SALA DE JUNTAS"—. Pase y por favor espere, en unos minutos estarán con usted.

La sala de juntas contaba con una mesa (de color negra al igual que las sillas, en cambio, las paredes y el piso eran de un blanco impecable) para 30 personas aproximadamente, en la punta podía divisar un asiento más grande que los demás, ese debía ser del dueño de la compañía. También contaba con dos extraordinarios ventanales que dejaban ver la gran manzana, me dirigí allí a ver cómo se movía el tráfico de la ciudad. No sé cuánto tiempo había transcurrido, pero un golpe me hizo brincar.

—Quiero esos papeles en una hora sobre mi escritorio —demandó una mujer entrando a la sala.

—Sí, señora.

Di la vuelta y vi que el muchacho estaba corriendo atrás de ella para anotar lo que le dijera.

—La cita que tenía hoy a las dos, reprográmala para otro día —le daba órdenes sin siquiera verlo, mientras ella tenía la mirada en su iPad—, eso es todo.

—Sí, señora. —El joven se retiró dejándonos solos.

—Señor Cullen, no tengo todo el día —me puse bastante nervioso, no imaginaba que se hubiera percatado de mi presencia.

—Perdón, señora…

—Otra vez —murmuró, se levantó de su silla y se puso frente a mí—. Isabella Swan, dueña de Swan CO, ahora que ya sabe quién soy, por favor empecemos.

¡Mierda! ¡¿Ella es la dueña de esta empresa?! Siempre creí que era un hombre el que se escondía tras esa gran puerta, continuamente hablaban sobre lo poderosa que era esa persona, y sobre su dura dictadura en esta empresa.

—Lo lamento, señora Swan; es que mi jefe no me dijo que era usted la dueña y yo creí…

—Todos lo hacen, pero no me gusta que sepan que es una mujer quien dirige esta empresa, la sociedad puede ser muy machista —se sentó en el lugar ubicado en la punta de la mesa—. Si ya tiene claras sus dudas lo invito a que tome asiento. —Señaló una silla a su lado—. Y empiece con lo que tenga que decirme, no tengo mucho tiempo.

—Sí, claro —murmuré—. Bueno, como usted sabrá la compañía quiere traer más productos al país, queremos promover empresas pequeñas…

—Eso lo sé hace mucho, señor Cullen, y ya le dije a Newton que no los apoyaría en eso, no me quiero arriesgar con empresas poco reconocidas.

—Lo sé, igualmente le traigo el brochure* del proyecto. —Extendí mi brazo con el folleto, ella lo tomó rozando mi mano y en ese momento sentí una gran corriente eléctrica atravesar todo mi cuerpo—. El otro asunto por el que venía es para traerle una copia del contrato que firmamos hace unos días con Vulturi CO, la empresa de exportaciones más importante de Italia.

—Aro Vulturi —susurró—. Déjeme ver ese contrato.

Esta vez le pasé el documento con cuidado de no tocarla, ese roce me había dejado un poco nervioso.

—Se lo pasaré a mi abogado —contestó mientras leía—. Por el bien de Newton espero que esta vez haya leído bien las condiciones antes de haber firmado. —¿Por su bien?— ¿Eso es todo señor Cullen?

¡Dios! Esta mujer se ve muy sexy cuando pone esa actitud.

—Sí, señora Swan —respondí incómodo.

—Antes de que se retire… —se puso de pie frente a mí—. ¿Qué edad tiene?

¿Mi edad? ¿En serio?

—Ehhh, señora….

—Le hice una pregunta Cullen, y espero que la responda —se aproximó más a mí y su rostro se encontraba muy cerca del mío. Pude observar que tenía unos hermosos ojos verdes bajo esas gafas que la hacían ver bastante sensual.

—25, pero…

—Puede retirarse —dijo alejándose de mí rápidamente.

—Pero…

—Pero nada, que tenga un buen día. —Y diciendo eso me dejo solo en la gran sala de juntas.


Hola chicas, aquí vengo con una nueva historia. Espero sus reviews, esta es la introducción y muy pronto estaré publicando el primer capitulo.