Holas... Snif... bueno espero que ha esta historia si le hagan un poco más de caso. Ósea., no es nada fácil escribirlas... mmm... bien... Esta historiia la tengo hace ya como un año y aún no la termino, pero espero que me apoyen.
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Ella: Una mujer de éxito, dueña de una gran fortuna y que, a muy corta edad, recibió el mando de una de las compañías más exitosas de todo Japón, 'Hiraikotsu'
Él: Un joven universitario de clase media; muy alegre y algo pícaro. Llevaba una vida modesta y tranquila, nada fuera de lo común.
Vidas completamente diferentes; Personas de distintas clases sociales; Impensable siquiera tener a algún conocido en común pero, algunas veces... El destino te hace varias jugarretas.
UNIVERSIDAD DE TOKYO - AULA 342 - TIMBRE DE SALIDA
- ¡Hey Miroku! - una joven pelirroja se acerca corriendo al chico de ojos azules que guardaba sus cosas.
- ¿Qué sucede Ayame? - pregunta el chico, llevándose su mochila a la espalda.
- Yo, Inuyasha y Koga vamos a ir a la fuente de Soda ¿Vienes?
- Hoy no... Tengo trabajo - responde.
- Bueno... Pero después no digas que nunca te invitamos a ni una parte.
- Claro linda Ayame - y diciendo eso sale corriendo del aula, para llegar al estacionamiento, donde coge una bicicleta azul y sale a toda velocidad.
- Nada mal, nada mal... ¿Y dices que tú mismo la decoraste? - habla una castaña, mientras miraba el decorado de una gran oficina.
- Para que observes que no soy un inútil - habla el joven de cabellos plateados y ojos miel. Sentándose en el sillón de su escritorio.
- No mi amor - sonríe pícaramente la castaña mientras se acerca a él - Si tú no eres ningún inútil... y yo tampoco.
- Eso lo sé muy bien mi amor - la sienta en sus piernas - Yo sé que TODO lo haces muy bien... Y si digo TODO es TODO
- ¿Pero qué dices! - se ruboriza la chica.
- Jajaja... Te has puesto más roja que un tomate, Sango.
- ¿Y qué esperabas con tus comentarios de doble sentido? - sonríe y junta su frente con la de él - Me da tanta alegría ser yo la ÚNICA que pueda hacer sacar esa hermosa sonrisa de tu rostro... Esa sonrisa tan linda, sincera y única.
- Ah... ¿Te gusta?
- Mucho, mucho, mucho... - responde la castaña como una pequeña niña.
- Eso es porque te amo - dice el chico acariciando la mejilla de la joven - Tú has sido la única chica que lo ha podido hacer
- Lo sé... - responde la chica mientras besaba los labios de su amado - Por eso me siento ya de por sí una gran triunfadora - sonríe - Mira que no es fácil sacarle una sonrisa al Gran Sesshomaru.
- Asu... Gracias por lo de grande.
- ¿Y no es verdad? - habla con ironía la joven y vuelve a besarlo - Ya me voy mi amor...
- ¿Ya te vas?
- Sí, el trabajo me llama - trata de levantarse, pero Sesshomaru la toma fuertemente por la cintura.
- Pero si eres la Jefa y dueña... - la besa en el cuello - Puedes llegar tarde... Nadie te dirá nada.
- No mi amor... - dice la chica entre suspiros - No voy a tener tiempo mmm... para lo de esta noche.
- ¿Para esta noche? - se detiene y la mira sonriendo - ¿Es qué me vas a dar una sorpresa?
- ¡Hoy vas a pedir mi mano, Sesshomaru!
- Jajaja... Claro que lo sé mi amor - la vuelve a besar - Solo estaba bromeando. Ahí estaré, delante de todos pediré tu mano.
- Mi padre estará tan contento, siempre quiso esta unión...
- Lo sé - la suelta y ella se levanta - Será mejor que yo también me ponga a trabajar... Hasta esta noche.
- ¡Ufs! - exclama el joven de ojos azules, mientras limpia el sudor de su frente con el dorso de su mano; Luego de dejar la última caja de botellas en la bobeda.
- ¿Ya llevaste el mandado Miroku? - pregunta un hombre entrado en la bobeda.
- Sí señor... Hace como una hora.
- Buen trabajo. Sube un momento para pagarte las horas...
- Enseguida señor...
Una vez terminada su jornada de trabajo; Miroku monto su bicicleta azul para regresar a su departamento. Aún estaba muy cansado, pero tendría examen mañana, así que sería mejor echarle ganas.
- ¡Hola Sango! - entra una joven azabacha a un elegante despacho.
- Hola Kagome - la joven deja de revisar los documentos que leía - ¿Qué haces acá?
- ¬¬ ¿No me dijiste que te viniera a recoger?
- ¡Ay es cierto? Jejeje Lo había olvidado.
- Bueno ¿Qué esperas? Apresura y deja todas esas cosas para ir al centro comercial.
- Pero... - la castaña mira su reloj - Son las siete de la noche.
- ¡Por eso prima! Apresúrate y vamos antes de que cierren todas las tiendas.
- No puedo ir Kagome... Sesshomaru pedirá hoy mi mano.
- ¿Nani! - exclamo la joven azabacha con tremenda cabeza.
- ¡Sip!
- ¿Y por qué no me lo dijiste!
- Es que me lo menciono ayer en la noche. ¬¬ Y como tú estabas bien ocupada con ese amigo tuyo, Hoyo...
- Él es tan solo un amigo...
- Oh sí claro... Y yo soy una auténtica taijiya - habla sarcástica la joven.
- Pero amiga, cambiando de tema¿No crees que eres demasiado joven para que te cases? Digo... apenas cumples los 19 años, y Sesshomaru... bueno él ¿No es mucho mayor que tú?
- Pero que dices Kagome... Si Sesshomaru y yo solo nos llevamos 7 años. No hay mucha diferencia...
- Pero siete es impar... No sé, a lo mejor da mala suerte.
- ¡Bah!... Yo no creo en esas cosas; Además... ¿En dónde voy a conseguir a hombre más educado, culto, adinerado, empeñoso, trabajador, guapo como Sesshomaru? Sin contar que nos vemos excelentes en cualquier portada de revista.
- Pues eso sí es verdad, Sesshomaru es una raza casi extinta.
- Por eso no puedo darme el lujo de perderlo...
- Bueno, él también se esta llevando mucho contigo... Eres una de las mujeres más ricas del Japón y dueña de una gran corporación que va para arriba.
- Jajaja... No te preocupes primita. - se para de su asiento y se le cuelga - Él no nos va a quitar nada, porque si de algo estoy TOTALMENTE segura, es que él no se casa por mi dinero... y obviamente que yo tampoco.
- Pues sí...
- Sonríe Kagome, sonríe... Vamos a mi casa para que me ayudes a vestir para esta noche tan especial
Eran las 9:00 en punto. Todos se encontraban en la sala principal de la mansión Taijiya, conmovidos por aquella propuesta de matrimonio. Esta unión se había planeado desde hace mucho tiempo, aún desde antes de que Sango fuera concebida; No importaba mucho si a ambos no les gustara la idea o sí, pero al final ambos se enamoraron y tanto mejor.
- ...Por eso ¿Podría permitirme tomar a Sango como mi esposa?
- Yo no tengo ningún inconveniente - habla el padre de la joven castaña - Sé que ambos se aman, y sé que tu Sesshomaru... eres un hombre digno para mi princesa, que le puede dar todo a lo que ella esta acostumbrada.
- Muchísimas gracias - responde Sesshomaru, colocando un hermoso anillo con tres incrustaciones de perla negra - Sango, quiero que sepas que te amo... Te amo mucho, este anillo es la prueba de mi amor. Tú serás mi fiel esposa esto es lo que significa esta sortija.
- Ay Sesshomaru - Sango no podía controlar sus lágrimas - Gracias... yo también te amo mucho. - dice la chica y ambos funden un tierno beso delante de toda la familia.
- ¡Ay Sango! Que feliz soy - exclama la madre, mientras abraza fuertemente a su hija.
- Muchas gracias mamá.
- Espero que la cuides mucho, Sesshomaru - habla el hermano de la chica, Kohaku - Porque si le haces algo, recuerda que ella me tiene a mí para defenderla.
- Voy a tener mucho cuidado entonces - los hombres ríen.
- Déjame ver ese anillo - dice la madre, levantando la mano de su hija y viendo el hermoso anillo colocado en el dedo anular de su hija mayor. - Es toda una belleza Sango. - mira a Sesshomaru - ¿Ya fijaron la fecha?
- Eso no esta decidido aún, pero calculamos que a finales de Diciembre y principios de Enero.
- Pero ¿No habrá mucha nieve para ese entonces? - pregunta Kohaku.
- Tanto mejor - habla la castaña, abrazando a su prometido - Cuando ambos nos conocimos la primera vez, fue en una hermosa nevada.
- Pero estamos en Julio - habla la madre - ¡Kagome!
- ¿Si tía?
- Tú estas en la obligación de ayudarnos con los preparativos de la boda.
- ¡Claro! Lo haré con mucho gusto.
Había estudiado mucho, pero su estómago ya le estaba pidiendo cuentas del porque no había comido nada en todo el día. Bueno, la razón era obvia... no había tenido tiempo, y para colmo se había olvidado que tenía que comer.
- ¡Argh! - el chico se tira de espaldas a su cama - En estos momentos es cuando uno extraña a una mujer en casa - resopla - Y lo peor es que no me puedo ni contratar a una linda ama de llaves, porque solo tengo dinero para mis gastos. Como me gustaría tener dinero y así pasear con tanta chica linda que hay jiji - da un triste suspiro - Pero ahora solo puedo salir con una a la vez, puesto que no me alcanzaría el dinero... ¡Bah! - pausa - Mañana voy a tener que trabajar unas horas más si es que quiero ir al cine con mis amigos - mira su despertador - Son las 11:00... es un poco tarde, pero me iré a la casa de Inuyasha para que su mamá me de algo de comer.
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¿Que tal? Estoy recién comenzando y no sé si, por el momento, sea de su agrado. Espero que me expresen sus comentarios, y cualquier crítica es bien resivida.
CONTINUARA
