Just tell me

(Titulo faltante de imaginación)

(Varios)

Capitulo número uno: "..."

Todos los chicos de Seigaku -sentados en el piso- miraban incrédulos a las dos jovencitas que tenían enfrente. Tomoka les narraba una historia mientras estrujaba un cuadernillo azul con ímpetu de un lado a otro, causando que varias hojas se zafaran, revolotearan en el aire y cayeran al piso. Sakuno sólo sonreía nerviosamente entregando una copia del cuadernillo a cada integrante...

-Y así...finaliza la historia-decía con los ojos brillosos, a punto de echarse a llorar por la emoción.

Todos los presentes estaban en completo silencio (por favor insertar aquí el ruido de grillitos). Miraban a la chica de coletas como si fuera un extraño espécimen que vomitaba espuma por la boca y escurría pus por los ojos...

-Ah... Sí...-hablaba Kikumaru, interrumpiendo el incómodo silencio-¿Estás hablando en serio?-preguntaba, esperanzado de que todo lo que había dicho la menor no era más que una broma.

-Por supuesto-respondía, incrédula de que nadie parecía tener un gesto de aprobación dibujado en la cara.

Kaoru frunció el ceño, aventando el cuadernillo a un lado

-Debes estar loca-le decía de mala gana

-Guarda silencio, Kaidoh..., no nos queda otra alternativa- la defendía Oishi, aunque el tampoco estaba nadita contento.

-Bah, patrañas-respondía, quitándose el paliacate de la cabeza-Yo no pienso formar arte de esta burla...-finalizaba, tomando sus cosas y yéndose del lugar, dando grandes zancadas

-¡Kaidoh ¡espera!-le hablo Kawamura, pero era inútil.

-Mamushi se enojó-susurraba Momoshiro antes de dar inicio a un nuevo incómodo silencio.

Tezuka soltó un leve suspiro, frunciendo el ceño y cerrando los ojos, se acordó de la pobre de Sumire...

La anciana había sido internada de emergencia en el hospital general de la ciudad por que se había tragado un pedazo de metal por accidente, mientras comía un poco del pastel de carne que le había preparado su "dulce nieta". La nieta lo había hecho en una lección de cocina de la escuela, le había quedado un poco duro pero la anciana había comido una rebanada por pura cortesía, para no hacer sentir mal a su nieta.

Ahora, las prácticas de tenis habían quedado canceladas por completo, aunque sinceramente eso no le había parecido justo; Sumire sólo estaba de adorno en los entrenamientos (apoyo moral), los chicos siempre seguían y obedecían a Sadaharu (aunque a veces eso era atentar contra su propia vida). Y para terminarla de acabar, a la vieja chiflada se le había ocurrido "amenazarlos" con que sí no obedecían a su dulce nieta y a su loca amiga les quitaría la titularidad y su lugar en el equipo...

Estaban a merced de esas dos...

-¿Tú que opinas, Tezuka?-

Una suave voz lo sacó de golpe de sus pensamientos. Syuusuke Fuji lo miraba divertido, el chico estaba sentado a su lado y sus ojos azules, abiertos sólo para él, mostraban un brillo travieso. Todos al instante guardaron silencio, querían saber que opinaba Tezuka Kunimitsu al respecto.

La opinión del capitán era tan necesaria como el oxígeno que respiraban...

-Bueno..., debemos de obedecer a las jovencitas..., la entrenadora nos lo ordenó-finalizó, con un tono resignado; maldiciendo a la anciana en sus adentros.

Tomoka lanzó un chillido de emoción.

-Este..., pues..., sólo hicimos esta reunión para darles los guiones..., ya se pueden ir-decía Sakuno con timidez, un sonrojo se apoderaba de sus mejillas.- Mañana se rifan los personajes, así que por favor sean puntuales..., nos vemos aquí, terminando las clases-

Todos obedecieron, apenas tomaron sus cosas, salieron disparados fuera de la cancha, corriendo lo más rápido que podían. Tomoka, que antes no pasaba de ser "la chica que es amiga de la nieta de la entrenadora" se había vuelto la persona más odiada por los muchachos.

-¿Crees que les haya parecido buena idea?- preguntó emocionada.

Sakuno soltó una risita nerviosa.

-Pues...creo que sí-respondía, viendo como los chicos se alejaban del lugar.

O0o0o0o0o0o0o0o0o

-¡Pero que estaba pensando!-preguntó Eiji, quien estaba más inquieto que de costumbre- sinceramente, esa es la historia más cursi que eh escuchado, sí hubieran visto a mi hermana suspirar por ella cuando era pequeña, les juro que ahora estarían traumados...-

A lo mejor esa era la razón de por qué Eiji Kikumaru era así...

-Vamos Ryoma..., esa chica se muere por ti! dile que no haga esa obra de teatro!-pedía Momoshiro, revolviéndole el cabello con una mano.

Echizen gruñó

-Era eso o...-recordó lo que había escuchado decir a las chicas durante el almuerzo-meternos al club de porristas del equipo de fútbol...-

Todos pusieron cara de susto al instante, como si se hubieran ganado una jarra de a litro de "el nuevo jugo revitalizante levanta-muertos de Inui Sadaharu"

-¿A ese club donde obligan a los hombres a ponerse un short vulgarmente corto y pegado que no deja nada a la imaginación?- preguntó Kawamura, casi al punto del desmayo.

El pánico se hizo más notorio en todos

-Sí... "ese" club...-afirmó el pequeñín.

-Oh, vamos...la obra no es tan mala-hablaba Fuji- ¡es un clásico!-

Los demás lo miraron feo

Syuusuke Fuji siempre rompiendo el encanto

-Claro Fuji...también te encantan los jugos de Inui-hablaba Momo sarcásticamente, alejándose del susodicho para que no lo obligara a tomar del antes ya mencionado "juguito levanta-muertos".

Varios soltaron la carcajada, optaron de cambiar el tema de la conversación por su propio bien y se entretuvieron de hablar del incidente de Sumire por el resto del camino. Poco a poco el grupo comenzó a difractarse..., al final -cuando Kawamura tuvo que irse por un callejón-sólo quedaron Syuusuke y Kunimitsu, que eran los que vivían más lejos.

Un silencio incómodo -peor de los que habían pasado con las chicas- se hizo presente.

Desde hacía varios días atrás, Syuusuke había creado cierta "atracción fatal" hacía su capitán. Aquellos ojos cafés lo volvían loco. La dureza de su carácter le causaba un ligero cosquilleo en el estómago. Tenía unas ganas enorme de destruir "la máscara de frialdad" de Tezuka para poder ver su lado débil...su lado tierno; tal vez era su extraño deseo de "ver sufrir a la gente", pero moría de ganas de ver al otro completamente dominado...a su merced -¡Por dios!- pensó. Desvió su mirada a un lado, por primera vez se avergonzaba de lo que pensaba.

El sentimiento de Tezuka era más o menos parecido. Se sentía, aunque no lo quisiera admitir nunca, algo incómodo cuando se quedaba a solas con Syuusuke. El verlo a los ojos era algo que no le agradaba mucho, aunque se sorprendía a sí mismo buscando la mirada del prodigio durante las prácticas de tennis. Sacudió su cabeza de lado a lado tratando de desechar esas ideas absurdas de su cabeza.

-¿Sucede algo, Tezuka?-preguntó Fuji, al notar el comportamiento extraño del otro

-No es nada-respondía, evadiendo la mirada azulina del otro-sólo estaba...-inventó una excusa-pensando en la historia de esa chica...-

El menor sonrió

-Pues no es tan mala, es romántica... creo que las chicas son cursis por naturaleza-

-Tal vez...-

Ambos guardaron silencio. Tezuka estaba nervioso y lo demostraba corporalmente dando pasos torpes e irregulares. Fuji no perdía detalle alguno ¿Por qué Tezuka se comportaba así? Ni siquiera en los partidos más difíciles demostraba muestra alguna de nerviosismo. Aunque claro, no podía evitar pensar que era él quien lo ponía nervioso y eso lo hizo sonreír perversamente. Sin embargo, la magia se acabaría pronto, pues el lugar donde cada quien tomaba un camino distinto se acercaba. Sí iba a actuar bobamente lo tenía que hacer pronto.

-Nos vemos-decía de repente, poniéndose delante del mayor, quien se sobresaltó-Espero que mañana nos vaya bien en la distribución de papeles-finalizaba con un tono de voz increíblemente sexy y para cerrar con broche de oro, se le ocurrió guiñarle un ojo. Syuusuke se echo a correr calle abajo dejando a un Tezuka algo molesto. A veces ese niño podía ser indeseable si se lo proponía, pensó.

Mientras, En otro lado...

Ryoma Echizen llegaba a su casa. Le dolía la cabeza por el día tan pesado que había tenido en la escuela y por el intenso calor que hacía. Unos estruendosos ronquidos, marca diablo, le indicaban que su padre estaba dormido y lo pudo comprobar al verlo tirado a la mitad del pasillo junto con varias revistas eróticas

QUE VERGÜENZA

Bbbrrrr...-

Karupin se restregó en sus piernas causándole un cosquilleo. El chico tomó al gato y le rascó la barbilla, haciendo que el animalito empezara a ronronear.

"Todavía tenemos mucho que hacer"

Esquivando a su padre, para no despertarlo, el chico subió a su cuarto; depositó a Karupin con cuidado en su cama, tomó su mochila y saco el cuadernillo azul. Empezó a leer la introducción de la historia.

"La bella durmiente", estaba escrito en una sola página, con letras grandes y negritas. Bien eso había más que suficiente por un día, pensó. Botó el cuadernillo lo más lejos que pudo. El guión choco contra la puerta y asustó al gato.

Echizen vio realizadas sus pesadillas. Era obvio que todo el mundo conocía esa historia y (al saber perfectamente que no había chicas en SEIGAKU) no había duda que alguno de ellos se tenía que vestir como niña, bueno, no sólo uno, también estaban las hadas madrinas, la hada mala, la reina... Pobres diablos, la posibilidad de ser un personaje femenino en esa historia eran muy altas. Poco a poco el sueño le gano y se quedo dormido.

"La bella durmiente"

Esa historia era tan...tan...tan...

Momo.
Momoshi.
Momoshiro...

Una imagen se cristalizó en sus sueños.

Momoshiro Takeshi estaba delante de él, con miles de panecillos de sabores en sus brazos.

-¿Quieres un poco, Ryoma?

-¿Momo-senpai?-

El chico sólo atino a verlo muy sorprendido. Cuando se dio cuenta, Momoshiro ya le había llenado la boca con varios bocadillos.

-Vamos, Ryoma, come-decía mientras seguía llenándole la boca

-Mmmmm!-

-Come, Ryoma, come-

Un momento... Algo iba mal en ese sueño. Momoshiro era un egoísta en cuestiones de comida (Si! Aún en los sueños de Ryoma XD) y en ese momento ¡ya tenía la mandíbula atascada por tantos panecillos!

-Come, Ryoma, come-

Poco a poco la voz, que se oía lejana, se escuchaba cada vez más cerca y para su horror, dejo de ser la voz de Momoshiro para convertirse en la de su padre. -oye, Ryoma, oye...-

Naijiroh lo zarandeaba y le picaba la cara con la antena del teléfono inalámbrico

-Oye, Ryoma, oye...-

-AAAYYYY!-

El chico terminó de despertarse por completo y le dirigió una mirada de odio a su padre. Naijiroh ni se inmutó.

-Te hablan por teléfono y no atiendes, tuve que levantarme-le dijo, dejando el teléfono a un lado y saliendo del cuarto del chico.

-¡Cuánto trabajo te ha de haber costado!-le gritó

-Oye! Todavía que te paso la llamada te portas tan malcriado como siempre!-se escuchó desde el pasillo- ¡Ni lo hubiera hecho!-

Ryoma bufó y contestó de mala gana

-¿Diga?-

-Uhh... ¿Estás de malas?- preguntó la voz con burla

Era Momoshiro. El enojo se le bajo de golpe.

-Ah...no -balbuceó- Mi padre..., ya lo conoces, todo un caballero-finalizó con ironía

-Bueno ¿Qué te parece si vamos por un helado?-lo invitó

Ryoma sonrió ¿Por qué no?

-Está bien-

-Entonces te espero en cinco minutos en la puerta de tu casa...-

Fin del capitulo.