PRÓLOGO
Es una tarde despejada y cálida en los bosques que componen el vasto territorio del País de los Ríos, país el cual se caracteriza por sus fértiles tierras nutridas por los numerosos cursos de agua que la rodean, generando que aquellas extensiones de terreno puedan presumirse como una de las más aptas para la vida en todo el globo terráqueo.
Vida... ¿Qué es vida?
"Propiedad o cualidad esencial de los animales y las plantas, por la cual evolucionan, se adaptan al medio, se desarrollan y se reproducen."
Vaga y lineal definición de diccionario. La vida es más que eso, en especial cuando se trata de la raza humana. Se trata de un sin fin de aspectos sin descubrir, de conocimientos, decisiones, experiencias y circunstancias que nos van moldeando como personas, llevándonos a convertir en aquello que estamos destinados, a querer, o a poder ser.
Pero sobre todo...la vida es belleza. La más pura de las bellezas. El regalo más hermoso que la madre naturaleza puede otorgar, pero que sin lugar a dudas, tiende a durar demasiado poco.
La existencia terrenal es efímera, pasajera, tan así que es prácticamente imposible el lograr disfrutarla con solo un puñado de décadas que tienden a volatilizarse con extrema rapidez.
Es por ese motivo que muchos científicos y Shinobis a lo largo de las épocas, se comprometieron en la tarea de encontrar una forma para alargarla, extenderla por tiempo indefinido, para así poder gozarla en su máximo esplendor...
Aunque la gran mayoría de emprendedores que se propusieron tal meta, jamás lograron vivir lo suficiente como para poder concretarla... algunos pocos renegados de la sociedad, de mentes tanto prodigiosas como estrafalarias, lograron desafiar el orden natural y alcanzar tal objetivo de las formas más extrañas, retorcidas, e inhumanas jamás imaginadas.
Y dentro de esa pequeña lista negra...destaca el nombre de cierto "hombre" en particular, el cual en este preciso instante, se lo puede ver saltando de tronco en tronco por aquel frondoso bosque, sin poseer un rumbo fijo.
Un miembro de Akatsuki. Un maestro en su ámbito. Un shinobi renegado de Sunagakure, con años de experiencia en combate junto con un incalculable número de víctimas, pero con una apariencia joven inalterable, gracias a la particularidad de poseer un cuerpo completamente artificial.
Seguramente para el resto de la humanidad, el vivir en tales condiciones las cuales él mismo se auto sometió, sería una completa locura, una fatalidad, una aberración... Pero no para él. Esa clase de ideas le son estúpidas, ya que según su punto de vista, su actual anatomía es la representación exacta de lo que quiere ser... Un ser que vivirá para siempre en un cuerpo perfecto, autosuficiente, incapaz de envejecer, enfermar o pudrirse... Y sobre todo, un ser carente de sentimientos, que no se deja llevar por las emociones inútiles y miserables de los seres humanos.
Y eso para él es ARTE. Arte capaz de soportar la prueba del tiempo, manteniendo intacta sus propiedades y esencia.
"La muerte es ponerle fin a algo que pudo prolongarse indefinidamente, entrando en los estándares de la eternidad."
Esa es una de sus tantas frases de cabecera... Y tal vez, uno de los motivos por el cual SIGUE VIVO, cuando lo más lógico es que hubiese muerto en su última pelea, en manos de su abuela y de aquella kunoichi de Konoha. De todas formas no puede permitirse que tales conjeturas le distraigan, ya que de una forma u otra, esta es su nueva realidad y tiene que adaptarse a ella a como dé lugar. Porque a fin de cuentas quiere vivir. Todos queremos vivir. Quien no quiera tiene múltiples formas para dejar de hacerlo, pero él ya lo había reconsiderado y definitivamente, este no era el momento ni el lugar adecuado.
Tenía que reconocer que en cierto lapsus de la batalla, la minúscula parte humana que aún alberga dentro de sí, le hizo flaquear al punto de casi darse por vencido, quebrando su cordura a tal grado, que incluso llego a considerar el dejarse caer dentro del abrazo de sus padres, para así poder deshacerse de esa desagradable sensación de espera y soledad que siempre cargo consigo…
Pero en eso, casi como si una "voz interior" le hiciese reaccionar en su vacilación, se recordó a si mismo que aquella sensación es solo un mero y estúpido pensamiento producto de su defectuosa humanidad. Todavía tiene cosas más importantes que hacer, proyectos que realizar, planes que llevar a cabo, metas que alcanzar y sobre todo… una estética que defender.
Aún conserva motivos para aferrarse a su vida, motivos que alimentaron su deseo de continuar, esquivando así el último ataque que efectuó Chiyo con las marionetas de sus padres, el cual de no haberlo evadido, hubiese terminado exactamente igual que como quedo una de sus tantas marionetas suplentes que utilizo para sustituirse al último segundo… boca abajo, con sus padres a cada lado y con el hueco de su corazón atravesado por ambas espadas embebidas en veneno, viéndose que con aquel brusco movimiento, un retazo de tela oscuro sale volando de sus ropas y cae al piso con un sonido metálico, tratándose de su respectiva bandana ninja, con el clásico símbolo de Suna tachado a la mitad, demostrando que es renegado de dicha aldea.
Acto seguido, el suelo alrededor de aquellas tres marionetas se cubre con un símbolo circular color negro, quedando su reemplazo como epicentro, señal que si hubiese recibido el golpe, no solo poseería una herida mortal, sino que también hubiese quedado con su chakra sellado, dejándolo totalmente imposibilitado. Sin duda hubiese sido una muerte lenta y segura.
Estuvo demasiado cerca de morir, demasiado cerca de dejar de ser arte… y todo por culpa de sus propias debilidades, hallándose bastante molesto consigo mismo tras darse cuenta que no importa o que haga, aun es débil por no poder anular sus emociones.
Pero a pesar de haber esquivado aquella estocada, existía otro problema asomando a puerta, y es que el ritmo de la batalla se había vuelto insostenible. Ya habiendo recurrido a todas sus armas, con su chakra en niveles peligrosamente bajos y sin mencionar las roturas que presentan tanto su cuerpo original, el cual quedó inmovilizado en una de las paredes por un sustractor de chakra, como el cuerpo suplente que está utilizando en estos momentos, el marionetista solo contempló una última opción, la cual no era de su agrado, pero que era imperativa si es que quería seguir existiendo en este plano terrenal, contando con la ayuda de solo una de sus 100, la más entera que pudo encontrar, haciendo que esta abriese su boca y soltase una bomba de humo, logrando así confundir a sus debilitadas enemigas y escapar del lugar, viéndose obligado a abandonar el resto de su averiado arsenal.
Una vez pasadas sus buenas horas asegurando kilómetros de distancia por entre medio de las copas de los árboles, se puede ver como sus pies descalzos aterrizan sobre el suelo, para proceder a tomar asiendo sobre una gruesa raíz, con intención de reposar unos instantes para dejar que su núcleo fuese regenerando el chakra que le falta con mayor facilidad. Necesitaba recuperar chakra a como diera lugar si es que no quería sufrir un fallo cardiaco, ya que, esa energía primordial para todo ninja, es lo único que mantiene en funcionamiento la diminuta porción de tejido humano que aún conserva en el centro de su pecho, contenido dentro de un cilindro con el kanji "escorpión", al cual denomina como "nucleó".
AKASUNA NO SASORI:
(Mhhh… quedaron demasiado exhaustas y malheridas... No podrán llegar demasiado lejos, por más admirables habilidades médicas que posean...)
Reflexiona el artista, sumándose una creciente frustración a su estado de ánimo, tras no poder darle a esas dos kunoichis un lugar respetado en su colección de marionetas humanas... colección la cual se ha visto obligado a dejar atrás.
(Hubiese llegado a 300 piezas...es una pena…)
Por primera vez luego de mucho tiempo, el artista de lo eterno estaba completamente solo, y no solo eso, sino que también falto de armas, a lo que su sentido común le dicta que lo mejor sería tratar de localizar a su compañero de equipo... si es que este no había caído en manos del Jinchuriki del Kyubi y el ninja copia de Konoha. Aunque también existe la posibilidad de que el escuadrón de refuerzo (equipo Gai) este patrullando la zona, así que debe ser bastante cuidadoso, porque claro está que no se encuentra en condiciones para protagonizar una nueva pelea.
Así que haciendo uso de aquella soledad otorgada, vemos como el marionetista intenta dar con algún tipo de rastro que lo ayude a confirmar el paradero de aquel excéntrico joven que tiene como camarada, renegado de Iwagakure, amante de los explosivos, de racionalidad nula y concepto de arte inentendible... aunque la situación no se ve muy prometedora. Nada llama su atención y ya no cuenta con su anillo "Joya" para poder dar con su ubicación...
Cuando en eso... Descubre una pequeña mancha color carmesí en el suelo. Una mancha fresca, muy reciente. Hay alguien más por las cercanías. Alguien que se encuentra herido... cuando de repente, se oye un sonido a hojas moviéndose no muy lejos de su ubicación, seguido de unas voces las cuales resultan terriblemente familiares.
- "TOOBI! ERESS UN BASTARDO!! AHORA MUERETE ASFIXIADO! HMM"
- "...ES-ESPERE SEMPAI!!! AARGG!!...AAKKK..."
Ya sin más por hacer, el marionetista encara sus pasos en dirección a la fuente de sonido, abriéndose paso entre los arbustos para dar de lleno con una escena que guarda cierto toque hilarante... viéndose a un molesto Deidara, haciendo uso de sus extremidades inferiores para ahorcarlo a Tobi, mientras que a unos pocos pasos, se puede ver a un desinteresado Zetsu.
Zetsu kuro:
- Tenemos compañía...
DEIDARA KAMIRUZU:
El artista de lo efímero se hallaba compenetrado en la tarea de ahorcar al enmascarado, ya arto de sus infantiles y constantes faltas de respeto... cuando en eso, ante el llamado de atención de Zetsu, se lo ve soltando el agarre que ejerce sobre el cuello ajeno, encajándole una fuerte patada en su costado derecho, justo sobre sus costillas, viéndose como Tobi sale rodando algunos metros hasta impactar contra unos árboles.
Tobi:
- AYAYAYAYYAYA! Duele, DUELE!! Mi cabecita... Tal parece que Deidara-Sempai a pesar de manco, aún guarda mucha energía.
Deja escapar cuan comentario al aire sujetando su cabeza, viéndose un boliche asomando entre sus cabellos oscuros.
Deidara:
- Ya cállate imbécil, que la próxima me asegurare de perforarte un pulmón!
Le amenaza para seguido, ponerse de pie y situar su orbe cielo sobre cierto desmejorado pelirrojo, embozando una amplia sonrisa al reconocerle.
- ¿Danna? ...DANNA! ESTA VIVO! ¿Pero que le paso? ¿No es que le habían vuelto perchero de pared? Hmm
Sasori:
- Evita comentarios… si no quieres ser tú el que termine con ambos pulmones perforados.
Tobi:
- Baia! Con que hay más de un Sasori-Sama, quien lo creería...
Comenta mientras se pone de pie, al tiempo que se sacude un poco la tierra pegada en sus pantalones, para inmediatamente adoptar una exagerada pose pensativa.
- Mhhh, aunque este parece ser más petizo, además de que podría estar usando un poco más de ropa ¿No lo cree? Esa túnica es... como decirlo, un tanto reveladora... pero... me parece que usted no tiene NADA para revelar!!!! Jujuju!
3 segundos después, la escena muestra a un Tobi que sale volando tras ser revoleado previamente por hilos de chakra, desapareciendo con un destello en el cielo cuan Equipo Rocket. Véase ahora a Deidara y Zetsu mirando para arriba.
Zetsu shiro:
- Guou, eso fue un nuevo record...
Sasori:
- ¿Algún otro comentario?
Ante esa amenazante pregunta, tanto Deidara como Zetsu niegan con sus cabezas al unisono.
Zetsu Kuro:
- En fin, supongo que el Jinchuriki se escapó...
Deidara:
- A mí no me mires, yo hice lo mío...hmm
Zetsu Kuro:
- Y supongo que también necesitaremos de otro punto de reunión...
Zetsu Shiro:
- Espero que Pain no se moleste mucho en cuanto le informemos. Por cierto, Sasori, esto es tuyo...
Sin más, se ve como el hombre marmolado extiende una de sus manos para hacerle entrega al pelirrojo de su respectivo anillo "joya", el cual hace momentos atrás, habían recuperado junto con Tobi de entre los escombros de la batalla.
Zetsu Kuro:
- Fue lo único que pudimos recuperar, todo el resto se lo llevo un escuadrón de Sunagakure...
Sasori:
- Con que Sunagakure...
Se repite para sí mientras recibe el anillo con su única mano. Era de esperarse que los shinobis de la Arena fueran los primeros en arribar al sitio para recogerlo todo... y en cierta forma, contaba con que eso fuese así. Por parte de la Arena, para evitarse que tales técnicas terminara parando en manos de otras potencias ninja... y por parte suya, facilitándole el proceso de recuperación, ya que conocía perfectamente su aldea natal y el cómo desenvolverse dentro de esta, haciendo mucho más sencillo el formular un plan para volver a hacerse con su preciado arsenal.
(Solo es cuestión de tiempo para dejar que los ánimos se enfríen... Tsk, que molesto, detesto esperar...)
--\\ 3 días después /--
Ahora la escena se sitúa en algún punto no exacto del País de los Ríos, apreciándose la entrada de una caverna excavada a los pies de una colina, en la cual desde sus oscuras profundidades, se escucha el eco de varios quejidos rebotando por sus paredes musgosas de piedra caliza.
Acto seguido, se puede ver a un Deidara desprovisto de prendas superiores, dejándose hacer ante los preparativos de su cirujano oriundo de Takigakure, el cual una vez termina de retirarle las vendas que cubren sus muñones, se dispone a unir ambas extremidades a su torso sin hacer uso de anestesia alguna, notándose como en el rostro del rubio se dibujan varias muecas de dolor.
Deidara:
- Nngghh...m-mierda...
Kakuzu:
- Ya deja de quejarte, que le daré la razón a Hidan por llamarte "Deidara-chan"
Deidara:
- Tsk! A todo esto... ¿En donde esta ese imbécil religioso? Hay demasiada...tranquilidad...
Kakuzu:
- No lo sé y tampoco me interesa... Pero prefiero que se mantenga lejos, sino tiende a ser un insoportable dolor de cabeza imposible tanto de callar como de matar...
--\\mientras tanto, fuera de la cueva/--
Tobi:
- P-pero, pero... TOBII ES UN BUEN CHICOO!!
Hidan:
- BUEN CHICO LAS BOLAS! AHORA VEN AQUÍ! Que te enseñare a ser un BUEN JASHINISTA!
Tobi:
- AHHH SEMMMPAIIII!!! MEEE SECUESTRAN!!! SALVEMEE SEMPAIIII!! AAHHHHHHHHHHH!!!!
--\\volvemos dentro de la cueva/--
Al cabo que el procedimiento quirúrgico sigue con su curso, podemos ver al rubio mordiéndose su labio inferior con tanta fuerza, que un hilito de sangre escurre por el costado de su boca... A su vez que el moreno se encuentra inconscientemente desviando la vista de su trabajo, para enfocar sus orbes oliváceos hacia cierto punto de la cueva, notándose que entre las penumbras que mayormente envuelven el rincón, destaca la silueta inerte del marionetista, quien se haya sentado sobre una roca, compenetrado en la lectura de lo que parece ser una carta.
Kakuzu:
(Con que esta es la verdadera apariencia de Sasori...que curioso...)
Por su parte, el pelirrojo se mantiene totalmente ajeno a la situación que protagonizan sus dos camaradas, inmerso en sus propios pensamientos, analizando las opciones y pasos a seguir para poder realizar el asalto a Sunagakure, y así recuperar su colección de marionetas. Pero antes que nada, lo más sensato era informarse de cómo estaba la situación actual dentro de la Arena...
Y es por esa misma razón que decidió entrar en contacto con un subordinado suyo dentro de la aldea, un shinobi que conoce desde hace años y el cual le debe algunos favores... Siendo la carta que sostiene en su mano la contestación de dicho sujeto, escritura la cual se encuentra codificada en un encriptado especial que solamente él y su círculo de espías comprenden.
"Maestro:
Me complace saber que los rumores acerca de su muerte son mentiras… también me disculpo por demorar más de la cuenta en su respuesta, pero en verdad me fue complejo el hallar una manera para poder comunicarme con usted. Conozco lo poco que le gusta esperar y menos en las circunstancias en las que debe encontrarse, así que no perderé más de su tiempo, eh iré directo al punto en cuestión.
La situación actual en Suna se ha tornado difícil. La seguridad tanto en sus límites como dentro de sus muros ha aumentado considerablemente, volviendo su ingreso y asalto a la misma en una muy peligrosa misión para solo nosotros dos. Consciente de ello, eh comenzado a rastrear a algunos de sus subordinados para que estos nos sean de refuerzo y podamos crear algún tipo de abertura en sus defensas… pero mientras tanto, sepa disculpar el enorme atrevimiento de pedirle que esperes. Sé que estas no son las noticias que más desea pero estoy tratando de ser lo más cuidadoso y preventivo posible.
Apenas tenga avances, se los hare saber a través de este mismo medio.
Atten: Isao."
Sasori:
(Era de esperarse que las cosas tendieran a complicarse... Tal parece que mi infiltración tomara más tiempo del pensado...)
Reflexiona con ceño fruncido, al tiempo que arruga la carta en un bollo dentro de su palma, levantando su mirar para ser testigo de cómo Kakuzu finaliza con las coceduras, viéndose como este vuelve a recoger aquel hilo negro dentro de la abertura de su brazo.
Kakuzu:
- Listo...ahí los tienes... Solo evita moverte bruscamente por algunas horas, sobre todo con tu brazo derecho.
Deidara:
- Entendido...
Afirma mientras se pone de pie y empezar a mover lentamente los dedos, cerrando y abriendo sus manos con algo de dificultad. Se conoce lo suficiente como para saber que sus funciones motoras aún están reducidas, solo quedándole la opción de esperar a que la sangre fluya nuevamente por sus venas, para así poder recuperar el control total de sus extremidades superiores.
Kakuzu:
- Y tu...¿No tienes nada para coser?... *Se refiere a Sasori*
Deidara:
- Más que coser... en su caso sería incrustar...
Se expresa con afán burlón, moviéndose por el lugar hasta quedar de pie al lado del pelirrojo, notando que en su única mano, sobresale un bollo de papel, probablemente un mensaje de alguno de sus subordinados.
- Déjeme adivinar... Ahora querrá volver a Sunagakure para recuperar sus muñecas ¿No es así?...
Comenta de la nada, comenzando a frotarse ambos brazos para que estos abandonen la rigidez post mortem y vuelvan a entrar en calor, a lo que el marionetista se mantiene en profundo silencio, siendo el rubio el que vuelve a tomar la palabra.
- JEE!! Ahora sin el KAZEKAGE de por medio, será la oportunidad perfecta para convertir esa aldea en una MAGNIFICA EXPLOSION que se apreciara por todo el país! SERÁ ASOMBROSO! HMM!
Sasori:
- Iré yo solo...
Deidara:
- ¿EHH? ¿Por qué no puedo acompañarlo?
Sasori:
- Ya hemos perdido demasiado tiempo y alguien tiene que capturar al Tres Colas antes que las demás aldeas den con su ubicación... Recuerda que el Sambi permanece sin jinchuriki y eso lo vuelve un blanco fácil.
Deidara:
- Ya entiendo... Puedo solo con eso, hmm
Deja escapar con leve resignación mientras continuaba frotando sus brazos, los cuales lentamente iban adquiriendo la flexibilidad y calidez propias del tejido vivo.
Sasori:
- No iras solo... El líder se resiste a enviarnos en solitario en búsqueda de los Bijju.
Deidara:
- ¿Eh? Entonces... ¿Quién será mi compañero?
Sasori:
- Iras con Tobi.
Deidara:
- QUEEEEEEE? ES UNA BROMA?? CON ESE ESTUPIDOOO??? Dígame que está bromeando...
Kakuzu:
- Te ofrezco a Hidan...me harías un favor.
Deidara:
- Tsk! Olvídalo! Iré con Tobi... Sera un idiota pero ¿Qué tan malo puede ser?
Justo en ese momento, la caverna retumba con un chillante grito diciendo "SALVEMEE SEMPAIIII!!", a lo que vemos como por el costado del rostro del rubio, se materializa una gota de exasperación.
- … Mierda... No se demore mucho en volver, Danna...
Sasori:
Sin más, se lo ve ponerse de pie mientras extiende su brazo para sujetar una modesta capa de viaje color beige oscuro que reposaba sobre unas rocas, viéndose como se la coloca encima para cubrir su mecánica apariencia.
- En cuanto recupere mi cuerpo original te localizare a través del anillo...
Deidara:
- Como quieras. Suerte con recuperar sus muñequitos... Y procure no morir! O por lo menos no hasta que pueda demostrarle la magnificencia del arte efímero! Jeje!
Sasori:
— Olvídalo, el entender tu punto de vista es simplemente imposible…
Deidara:
— Por ESO MISMO! Además que no pienso tener a ese lollipop como compañero permanente, hmm
Ya sin nada para decirse, el marionetista se da media vuelta, alejándose de sus compañeros y caminando por aquel estrecho pasillo rocoso, hasta dar con la luminosidad de la salida. Una vez fuera, se calza la capucha para ocultar su rostro y empezar su camino adentrándose entre los arboles circundantes, con rumbo fijo a su árido país de origen... Pero no hacia la mismísima Sunagakure, sino al Norte, en donde el desierto del Viento se vuelve un bioma tan extremo, que ningún shinobi se atreve a aventurarse.
Si tenía que esperar hasta la confirmación de su aliado, al menos aprovecharía ese tiempo para prepararse como es debido, ya que su cuerpo actual aun presenta las averías que su última batalla, sin mencionar que debía de atender otro asunto pendiente, el cual con el trajín de los últimos días, había pasado a un segundo plano.
Sasori:
(La reunión con Kabuto es dentro de dos días... no puedo presentarme en tales condiciones, pero tampoco puedo postergarla. Es de suma importancia si quiero obtener información de esa serpiente escurridiza.)
Sin más, véase como realiza una pose de mano, creando un clon de sí mismo, el cual toma la forma de la marioneta Hiruko. No era de su agrado el recurrir a tales métodos, ya que para tal encuentro habían pactado de verse en forma personal, pero dada la urgencia de la situación era el único medio que le quedaba.
Así que con su decisión ya tomada, y en vista de que su clon encara con rumbo al Puente Tenchi, volvería a cierto lugar... Lugar el cual no visita desde hace varios años, prácticamente desde que realizo aquella metamorfosis sobre sí mismo
(Hace realmente mucho que no me encontraba en la necesidad de volver a mi taller... pero esta vez, las circunstancias lo requieren.)
--\\ 3 días después de que Sasori y Deidara se hayan separado /--
Mientras que Deidara y Tobi van en busca del Sambi de la misma forma que se plantea en la serie, la escena cambia bruscamente al amanecer del tercer día, viéndose como el Sol comienza a asomar por entre las dunas del basto desierto del país del viento, calentando con sus primeros rayos algunos pilares de rocas que salpican la zona, además de elevar rápidamente la temperatura del suelo arenoso, volviéndolo intransitable.
En eso, una ráfaga de viento seco comienza a soplar con fuerza, generando una especie de nebulosa sobre el paisaje, para acto seguido, verse como una figura borrosa se materializa en la lejanía como si se tratase de un espejismo... Una figura que avanza con pasos presurosos en dirección a un oxidado enrejado, en el cual se hayan colgados varios carteles de peligro.
"Prohibido el paso, zona de derrumbes"
Haciendo caso omiso a las advertencias, el sujeto encapuchado da un salto, pasando por arriba de aquella valla sin mayores problemas, para continuar con su viaje rumbo a lo que parece ser... un complejo minero abandonado.
- Nuevamente aquí…
Pronuncia el marionetista en voz alta, al tiempo que utiliza su única mano para hacer una seguidilla de sellos, los cuales sirven para desactivar las trampas que él mismo había escondido por todo el perímetro, con el fin de asegurarse de que cualquier persona que intentase entrar en aquellas minas... no saliese vivo.
Una vez terminado los sellos, retoma su caminata adentrándose por la excavación principal, la cual se trata de una inmensa gruta que en su interior se bifurca en múltiples pasillos, viéndose como el pelirrojo encara automáticamente hacia el pasillo derecho, hasta que de repente, su andar es interrumpido por una inmensa roca, dando la apariencia de que el camino se termina allí mismo.
Pero lejos de haberse confundido, el marionetista hace el sello de mano tigre, generándose un pequeño temblor, para seguido, verse como aquella gran roca se hace a un costado como si fuese una puerta.
Sin más, el artista se adentra a esta nueva cámara subterránea totalmente a oscuras, tomando dos pequeños pedernales para encender una lámpara de aceite que se encuentra cerca. En cuanto las chispas encienden y la luz comienza a ganar espacio, lo que se vislumbra a continuación demuestra que claramente, ese lugar ya no era una mina normal.
Este taller clandestino lo había construido en los tiempos que recién había desertado de la Arena, siendo aquí en donde llevo a cabo tanto la metamorfosis del tercer Kazekage como de sí mismo, viéndose como todas las herramientas, modulares, pergaminos, tubos de ensayos, marionetas y demás, se encuentran recubiertos por una gruesa capa de tierra, señal que nadie había estado allí por años... dándole al ambiente un aspecto de quietud bastante lúgubre.
Una vez echa una primera ojeada general, el Akatsuki procede a retirarse la capa color beige oscuro, para ahora centrarse en la mesa de trabajo, la cual al pasar su mano para sacarle el polvo de encima, se puede ver como varios papeles caen al suelo.
(¿Mh? estos son...)
Movido por la inercia, se inclina para recogerlos, apreciándose que se tratan de planos, diseños de varias marionetas específicas... notándose que el papel se haya manchado por lo que parecen ser pequeñas gotitas oscuras, las cuales seguramente, en su momento se trataron de sangre.
(Tengo que recuperar mi arsenal...)
Se mentaliza nuevamente, desviando sus orbes ámbares hacia las marionetas que tiene colgadas. Antes que nada, tenía que reparar las averías de sí mismo.
(Espero que Isao no se demore mucho...)
--\\Dos semanas después/--
El Akatsuki se obliga a sí mismo a mantenerse ocupado mientras aguarda noticias tanto de su aliado como de su clon. Una vez ya solucionado las fallas de su cuerpo suplente, las tareas que ahora le mantienen activo son el prepararse con el armamento que tiene a disposición, ocupando una parte importante de su tiempo como para que la espera no le desespere, ya que su característica impaciencia siempre tiende a jugarle en contra.
Para colmo y mayor disconformidad del asunto, la primera información en llegar es la de su clon al ser destruido, revelándole una realidad que lo deja sumamente molesto. Al parecer Kabuto lo había traicionado por Orochimaru, siendo este último el encargado de remover su jutsu mental del Yakushi, resultando que esa reunión era solo una trampa para asesinarle. Completamente indignante. Su humor ahora era pésimo y sus deseos por acabar con el Sannin aún mayores, solo esperando que con su otro allegado no sucediese lo mismo.
Salteando mayores detalles y ahora ocupándose solo en Isao, todos los días el marionetista sale al desierto para revisar uno de los tantos pilares de rocas que abundan en la región... siendo recién la mañana del día 14, en que finalmente un pergamino asoma por entre las erosionadas grietas.
"Maestro:
Nuevamente me disculpo por el retraso. Entiendo la molestia que esto debe causarle pero sepa comprender que los preparativos no fueron fáciles, además que sigue resultando todo un desafío el encontrar una manera segura de poder comunicarme con usted. Pero sé que no voy a calmar sus ánimos con solo eso, así que para retribuir la demora, eh realizado una investigación para facilitar la operación.
Tengo conocidos que trabajan dentro de la brigada marionetista y gracias a ellos tome conocimiento de destino de sus obras. Sus marionetas fueron divididas en varias secciones para su mejor inspección, mantenimiento y posterior resguardo. El mayor a cargo es Sabaku no Kankuro. A este shinobi ya lo conoces, estoy al tanto que mantuvo un breve enfrentamiento con este"
(Con que sobrevivió a los efectos de mi veneno...mhhhh...Debe haber sido ella, no cabe duda. )
Reflexiona por unos segundos, haciéndose la idea de esa kunoichi pelirrosa que acompañaba a su abuela, antes de volver su atención a la lectura encriptada.
"No sabría decirle cual es la ubicación exacta de cada una de sus creaciones ya que estas fueron subdivididas según sus niveles de daño, pero si eh dado con la ubicación de las que considero, le son las más importantes: Una marioneta en específico, la cual llaman directamente por su nombre, fue separada por Kankuro y actualmente se haya en su sección personal. Mientras que la marioneta del Tercer Kazekage ha generado un revuelo a nivel nacional.
Esta recibió los honores fúnebres correspondientes junto con otra marioneta denominada Hiruko. Fueron enterradas el pasado Miércoles en el cementerio de la aldea. Ahora que se sabe lo sucedido, no está de más informarle que su cabeza ha sumado unas cuantas cifras en el libro bingo…
Continuando con lo suyo, eh logrado dar con dos de sus subordinados, los cuales aceptaron ayudarme. Dentro de dos días, uno de ellos será el encargado de supervisar el ala Este, así que tendrá esta puerta abierta para el momento que usted disponga. Mientras tanto, el otro subordinado y yo personalmente le seremos de escoltas para darle acceso a tanto el taller principal como al cementerio sin que levante sospechas.
Atten: Isao."
(No esperaba menos de ti. Al menos tengo la certeza que este no me traicionó...)
Piensa mientras emboza una sonrisita de aprobación por lo recientemente leído. Si todo sale de acuerdo al plan, en dos días ya habrá recuperado parte de sus marionetas. Ahora más que nunca, debe terminar de ultimar detalles para que la infiltración sea todo un éxito.
Dos días después cerca de las 3 A.M, la escena se sitúa sobre un lateral de los amplios muros escalonados que componen la defensa principal de Sunagakure.
Como en todo bioma desértico, en cuanto el Sol se oculta por el horizonte, la temperatura del ambiente tiende a descender de forma abismal, siendo las ráfagas de viento mucho más fuertes y frías, las cuales arrastran consigo granos de arena de quien sabe que rincones inhóspitos del país. A su vez, se puede apreciar un hermoso cielo despejado salpicado de estrellas junto con una Luna a cuarto creciente que baña con su luz aterciopelada a toda la construcción, cuando en eso, una figura encapuchada aparece desde la quietud del desierto y se dirige con pasos presurosos hacia los muros, viéndose como a los pies de este, le esperan tres sujetos vestidos con los uniformes correspondientes de la arena, cubriendo sus rostros y cabezas con máscaras y turbantes.
Espia 1:
- Ahí esta! Debe ser él…
Espia 2:
- Sin duda alguna! Siempre es muy puntual…
Isao:
- Bienvenido sea… maestro…
Emiten los sujetos, viéndose como los tres realizan una respetuosa reverencia al recién llegado, siendo sus máscaras muy oportunas ya que disimulan sus muecas de asombro por ser testigos de su verdadero y juvenil aspecto. Mientras tanto, el marionetista se mantiene invariable, acortando la distancia hasta quedar parado enfrente de ellos, dedicándole una fugaz mirada a cada uno, para seguido, hablarles en un tono autoritario.
Sasori:
- ¿Tienen todo preparado?
Isao:
- Estamos listos! Yo y mi compañera lo escoltaremos a donde necesita…
Espia 1:
- Los guardias del perímetro se encuentran inconscientes… pero igual me quedare vigilando el ingreso para evitar sorpresas. El próximo relevo es en 30 minutos.
Sasori:
- Con eso me es suficiente. Andando… el tiempo corre…
--\\ 15 minutos después de que Sasori se encontrara con sus subordinados /--
La noche se cierne tranquila sobre la aldea de la Arena, observándose como a pesar de las altas horas de la madrugada, varios edificios aún permanecen con sus luces encendidas, señal clara que aún hay personas despiertas... Pero a pesar de eso, nadie es capaz de percatarse de lo que está pasando justo enfrente de sus narices. Ahora la escena cambia a un primer plano de una esquina totalmente vacía, la cual se puede ver el fugaz pasar de tres sombras, casi como espectros sin cuerpo, que van en sentido contrario de aquella construcción circular que destaca en el centro urbano, dirigiéndose velozmente hacia las afueras de la aldea... a un vasto terreno llano el cual sirve como última morada para todos los shinobis de la Arena.
momentos después, el escenario vuelve a cambiar mostrando el inmenso arco de piedra que sirve como entrada para el cementerio, viéndose como la espía mujer se había quedado ahí parada haciendo vigilancia, al cabo que los dos hombres ya se hallaban en terreno santo, pasando por entre medio centenares de lapidas.
Luego de haber profanado la primera sepultura la cual pertenecía a Hiruko, ahora ambos shinobis tienen rumbo fijo hacia el fondo, donde se destaca un inmenso monolito, siendo este el lugar de descanso de todos los miembros del clan Kazekage.
Definitivamente el descubrir la lápida de su objetivo les lleva mucho menos tiempo que la anterior, ya que aún conserva varios suntuosos adornos florales además de ser notoriamente más nueva que las demás. El solo acercarse y echarle una mirada a inscripción, basta para confirmarlo.
Isao:
-Con que este era su nombre. Jamás lo supe hasta ahora…
Sasori:
-Solo las personas más allegadas a él lo sabían. Por cuestiones de seguridad prefería que solo lo llamasen "tercero"
Isao:
-¿Usted lo sabía, maestro?
Sasori:
-Eso no te interesa, ahora encárgate de esto, no perdamos más tiempo…
Isao:
-Enseguida! Doton! Excavación profunda!
Al cabo que dice eso, hace varios sellos de manos para seguido colocar ambas palmas abiertas en el suelo, viéndose como la superficie se abre creando un pozo perfectamente rectangular, del cual emerge un ataúd de mármol.
Sasori:
- Bien, puedes irte... Infórmale a tus compañeros que voy de salida…
Isao:
- Como usted ordene, maestro!
Con un salto, la silueta de Isao desaparece en el aire, quedando el marionetista solo, con aquel ataúd al descubierto. Sin más, el artista expele hilos de chakra de sus 10 dedos, sujetando cada borde de la tapa, para con un brusco jalón, arrojarla para un costado, viéndose como los ramilletes de flores se desarman y cae al piso, revelando en su interior al mismísimo Tercer Kazekage, el cual se haya ataviado con la clásica vestimenta Kage, acomodado en posición faraónica, con ambas manos cruzadas a la altura de su pecho.
Sasori:
- Veo que se tomaron la molestia de reconstruirlo para la ocasión...
Susurra suavemente mientras se inclina un poco sobre el ataúd para echarle una ojeada a su propia creación que parece sumida en un sueño eterno.
- Usted claramente merece más que esto...
Sin más, redirige los hilos manipulando al tercero, viéndose como este abre los ojos y se icorpora, quedando ambos frente a frente.*
- Prometí que le daría un digno destino como algo eterno, hermoso y útil... y pienso mantener esa promesa… maestro...
Una vez dicho eso, de debajo de su manga extrae un pergamino, viéndose como el tercero desaparece tras una cortina de humo, para posteriormente volver a guardar el pergamino, darse media vuelta y comenzar a regresar por donde ingresó, con ese dejo de tranquilidad de saber que a pesar de no haber recuperado todo su arsenal, al menos pudo recuperar sus obras más significativas... Cuando en eso, movido por un instinto desconocido, sus orbes ámbar se desvían a un costado al detectar una lápida en específico, una lápida semejante a todas las demás pero que a su vez se encuentra más adelantada, señal que quien este enterrado ahí, haya sido alguien importante.
En cuanto lee el nombre que anuncia la piedra, sus pasos se frenan contra su propia voluntad, quedando ahora el marionetista enfrente de aquella lapida, mirándola finamente mientras una nueva ráfaga de viento se hace presente, el cual además de llevar consigo la arena del desierto, arrastra varios pétalos marchitos de aquellos adornos florales que se vieron desarmados tras su profanación a la tumba del tercero.
- Era obvio que te encontraría aquí, pudriéndote con los demás... Abuela…
Comenta sin ningún tipo de remordimientos ni pesar por lo ocurrido dentro de la guarida.
- Así que usaste tu técnica de resurrección con el quinto Kazekage, baia... te las ingeniaste para resultar una molestia incluso hasta el final. Pero aun así, no te odio. Me iniciaste en mi camino artístico y siempre te estaré agradecido por ello. Ahora sigo ese camino... y no pienso detenerme.
Repone con la misma linealidad, dejando que el viento se lleve sus últimas palabras dirigidas a aquella mujer que lo crió tras la muerte de sus padres, antes de desaparecer en la oscuridad de la noche.
- Hubieses sido una destacable pieza en mi colección... es una lástima.
Una vez más tenemos una escena panorámica de Sunagakure, la cual permanece con esa misma quietud que en el principio... solo que salvando algunos detalles, vestigios de que claramente alguien ha burlado la seguridad y ah echo de las suyas en puntos específicos.
Antes que nada, todos los guardias del ala Este se encuentran desmayados, incluyéndose Isao y los dos subordinados, lo cuales a los tres les fue colocado el Kenboushou Jutsu para que no recordasen nada de lo sucedido.
En primer punto, al taller principal de la brigada marionetista le desaparecieron 54 de las 130 marionetas confiscadas, al igual que algunos elementos específicos como armas blancas, herramientas, cinceles y demás utensilios de valor que el pelirrojo se tomó el atrevimiento de tomar al no poder dar con el resto de su legión... mientras que en la sección personal de Kankuro, desapareció la restaurada marioneta Escorpión.
Por otro lado y siendo este panorama mucho más escalofriante, ahora vemos el cementerio de Suna, apreciándose que dos de sus sepulturas se encuentran expuestas, abiertas y vacías...
La de Hiruko y la del Tercer Kazekage respectivamente, viéndose en esta última como todas las flores mayormente marchitas quedaron desperdigadas en el suelo... A excepción de una... Una pequeña pero bella florcita roja, la cual aún permanece radiante y se encuentra ubicada sobre la lápida de la Señora Chiyo.
--\\ Días después /--
Ahora el escenario principal resulta ser la nueva base de reuniones de Akatsuki, una cueva extremadamente similar a la anterior, siendo esta igualmente gobernada por la estatua del Gedo Mazo, apreciándose los hologramas de todos sus miembros a excepción de Tobi y Deidara, ya que ellos dos están en forma física, porque tuvieron que encargarse de traer arrastrando al mismísimo Sambi, desde aquel lago hasta la nueva guarida.*
Tobi:
- SEMPAI, SEMPAI!! ¿No es verdad que Tobi fue muy útil en la misión? ¿Qué lo deje maravillado por mis técnicas? ¿Qué derrote a la tortuga GIGANTE y FEROZ de un solo golpe??? Dígales SEMPAI!! DIGALES COMO TOBI HIZO UN BUEN TRABAJO!!!
Deidara:
- Deja de parlotear Tobi... YO hice todo el trabajo mientras que TU eras arrastrado por la bestia hacia las profundidades! Tsk! Tuve que haber dejado que lo hiciera...hmm
En ese mismo instante, sobre el dedo pulgar izquierdo de la estatua donde justo se haya parado Tobi, se materializa el holograma de Hiruko, a lo que el enmascarado deja escapar un chillido del susto, pierde el equilibrio y cae graciosamente de trasero al suelo.
Hiruko (hol)
- Disculpen el retraso...
Pain (hol)
- Sasori...llegas a tiempo...
Tobi:
- Sasori-Sama!!
Deidara:
- DANNA! AH VUELTO! ¿Qué tal su visita? ¿Dejo alguna flor de mi parte sobre la tumba del quinto? Jejejeje...
Hiruko (hol)
- El quinto sigue vivo.
Deidara:
- ¿QUEEE? ¿COMO QUE SIGUE VIVO!??? ESTUBE SENTADO SOBRE ÉL Y ESTABA FRIO COMO UN CADAVER!
Konan:(hol)
- Eso es imposible, los jinchurikis mueren una vez extraídos sus bijju...
Pain:(hol)
- Explícate...
Hiruko:(hol)
- Usaron un jutsu de reanimación sobre él luego de que recuperaran su cuerpo...
Pain:(hol)
- Ya veo, igual su bijju ya ha sido sellado, así que no nos es de relevancia...
Deidara:
- Danna! ¿En donde se encuentra? Déjeme que lo valla a buscar! YA NO SOPORTO A ESTE LOLLIPOP!
Tobi:
- Tobi se siente triste y rechazado por su Sempai ...snif...snif...
Pain:(hol)
- Suficiente! Nadie se moverá de este sitio hasta que hayamos sellado el chakra del Tres Colas...así que empiecen!
Sin más, el líder hace un sello de mano el cual el resto de los miembros imita sin poner objeción, comenzando así con un nuevo periodo de tres días, los cuales son necesarios para así poder absorber completamente el chakra del Sambi.
/FINAL CAPITULO 1/
