Y ahí estaba de nuevo, atada de pies y manos, en un barco de la Nación del Fuego, cómo era posible que me hubieran capturado de nuevo, odiaba a Zuko, odiaba mi estupidez y odiaba a la Nación del Fuego.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Sobrino, no creo que sea adecuado tener a una señorita en las celdas.
No es una señorita, es una asquerosa campesina del reino agua.
Eso no quita que sea una señorita.
Como digas.
Eso está mejor, ahora mismo doy las órdenes para que le preparen un camarote.
¿¡QUÉ!
No estarás pensando dejarla en esa fría celda, ¿o sí?
Pues claro que sí.
Mi tío era simplemente insoportable, como podía ser tan "educado" con una sucia campesina, ¿preparar un camarote para esa? Nunca.
Sobrino, debo repetir que la maestra agua del Avatar es una se-ño-ri-ta.
No es una señorita, es una campesina.
Preparé el camarote ahora mismo.
Mi sobrino podía ser tan necio, pero en el fondo era un caballero, no por nada era el príncipe de la Nación del Fuego.
He dicho que no.
Por eso mismo iré.
Te atreves a desobedecerme.
No soy tu súbdito, príncipe Zuko, soy tu tío.
Pero en este barco debes hacer lo que yo ordene.
Quizá, pero antes de cumplir con tus órdenes debo cumplir con mi deber de caballero.
¡Tío!
Está bien, príncipe Zuko, si no quieres usar un camarote para la señorita Katara compartiré el mío.
No te lo permito.
Es mi camarote, no te afecta en nada.
Claro que sí.
Puedes dar la orden de que un guardia me acompañe por la señorita Katara, también diles que las cadenas son innecesarias.
¡Claro que no! Es una maestra agua, cómo se te ocurre dejarla libre cuando estamos rodeados de agua.
Y qué crees que va a hacer, ¿saltar?
Podría… -de acuerdo, lo reconocías, sonaba un poco estúpida tu idea, sin embargo, podía atacarlos y… pero de qué rayos estabas hablando, ella era sólo una maestra agua, en cambio nosotros…, era cierto, no tendría oportunidad, aun cuando intentara algo.
Sobrino.
Está bien, tío, haz lo que quieras.
Eso mismo pensé.
Odiabas admitir que tu tío era muy persuasivo, siempre se salía con la suya, aún cuando tú intentabas oponerte a su voluntad.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Qué hora sería, cuando el maldito príncipe te atacó era casi el crepúsculo, no podías ver nada en esa celda, era tan fría y oscura, que ironía, era un barco de la Nación del Fuego y vivían rodeados de oscuridad, quizá sólo era un reflejo de su alma.
Señorita Katara.
¡Déjenme en paz!
Esos no son modales de una señorita.
Ibas a replicar cuando viste que la celda se abría y dejaba entrar a un viejo bonachón, lo reconocías, era el tío del príncipe, aunque debías admitir que no se parecían en nada, los ojos del hombre eran cálidos y su cara no era tan amargada como la de su sobrino.
Disculpe.
No se preocupe, sé que debe estar molesta por estar con nosotros.
No estoy con ustedes, soy su prisionera.
Preferiría llamarle invitada.
Pues vaya forma de tratar a los invitados, la próxima vez me encantaría ser su anfitriona.
¡Jajaja! Veo que tiene buen sentido del humor, señorita Katara.
Katara.
¿Disculpe?
Sólo dígame, Katara.
Pero no sería correcto.
Tampoco lo es tenerme como prisionera.
Eso es cierto, pero eso lo puedo solucionar.
¿Me dejara libre?
No puedo hacer eso, pero sí puedo proporcionarle el trato de una invitada.
Nunca sería su invitada, no lo tome a mal, se ve que usted es una buena persona, pero no puedo decir lo mismo de su familia.
Mi sobrino no es malo, señorita, sólo ha tenido una vida difícil.
Me lo imagino, como príncipe debió de sufrir mucho, estar rodeados de todos los lujos posibles debe ser un martirio.
La vida de un príncipe no son sólo los lujos.
Lo sé, pero no me imagino a Zuko sufriendo.
Príncipe Zuko.
¿Cómo dice?
Así como es correcto hablarle a usted como a una dama, lo mínimo que puedo pedirle es que se dirija a mi sobrino con la misma cordialidad, no sería apropiado hablarle con familiaridad, finalmente es un príncipe.
¿Qué intentaba este hombre? ¿Acaso te pedía que te dirigieras a Zuko con cordialidad y respeto? Ni en tus peores pesadillas.
Disculpe, pero su sobrino no me inspira ni respeto ni algún otro sentimiento diferente al odio.
Vaya que era gracioso, Zuko odiaba a la maestra agua del avatar cuando eran tan parecidos, serían una excelente pareja.
Puedo entender eso, señorita Katara, pero le pido que lo intente, mi intención es sacarla de esta horrible celda, sin embargo si no se comporta con propiedad mi sobrino podría molestarse y regresarla de nueva cuenta a este lugar tan horrible.
Pero no entiendo, dice que me va a sacar de esta celda, sin embargo también dijo que no va a liberarme.
Lamentablemente no puedo liberarla, señorita, Katara, pero puedo hacer que su estadía con nosotros no sea tan desagradable.
¿Por qué hace esto?
Fácil, porque es una señorita y no puedo permitir que esté aquí, atada y sin comida.
¿Me va a desatar?
Sólo si promete no intentar nada en contra de mi sobrino o los soldados de este barco.
Cómo puedo confiar en usted.
No parezco peligroso o sí.
Tampoco su sobrino y heme aquí.
¡Jajaja! Es cierto, pero en realidad la peligrosidad de mi mi sobrino radica en su carácter.
No querías reír, pero ese comentario además de acertado había sido gracioso, sobre todo si tomabas en cuenta la cara y la risa que había escapado de los labios del general.
¡Jajaja! Tiene toda la razón, señor…
Iroh.
Señor Iroh.
En realidad es un general, ignorante.
Esa voz, esa voz tan repudiada, cómo podía ese tener alguien tan agradable como Iroh a su lado.
¡Sobrino! Que maravillosa sorpresa, veo que viniste a supervisar por ti mismo el traslado de Katara a su camarote.
Sí, claro.
Vamos, Katara, y por favor, así como tú me pediste que te tuteara haz lo mismo conmigo, por favor, así no me sentiré como un viejo.
Será un placer, se… Iroh.
¡Muy bien! Zuko, por favor, trae las llaves, nuestra invitada ha sufrido un poco con esos espantosos grilletes.
¡Qué!
Me has oído, anda apresúrate.
No te reirías, no podías ser una irreverente cuando posiblemente comportarte como una "señorita" sería tu única manera de escapar.
Eso era insoportable, te maldijiste por haber ido a ver qué demonios hacía tu tío con la sucia campesina, podías haber esperado en cubierta, hasta que de nueva cuenta tu tío hiciera su aparición.
Definitivamente mi sobrino y la maestra agua eran el uno para el otro.
Se acercó a ti y te haló fuertemente para separarte de la pared, emitiste un pequeño quejido que provocó que Iroh mirara reprobatoriamente al príncipe, eso pareció molestarlo aún más, pues antes de soltar los grilletes de tus manos y pies apretó éstos como una pequeña venganza, algo te dijo que ese era un dolor pequeño comparado con el que podía causarte si no te comportabas.
Listo, deseas otra cosa tío. –Estabas usando tu tono más despreciable para que tu tío no se atreviera a pedirte alguna otra cosa y entonces…
Sí, Katara necesita nueva ropa, creo que alguien dañó la suya, vi un puerto cercano, príncipe Zuko, por favor da las órdenes necesarias para que nos detengamos ahí por unos momentos.
¡Ahora vas a comprarle, ropa!
Por supuesto, es lo mínimo que puedo hacer.
No me retrasare por su culpa, ya la saqué de esta estúpida celda, no voy hacer nada más por ella.
Está bien, entonces veré que puedo ofrecerle.
Lo miraste como si fuera la criatura más repugnante del universo, era un salvaje, tú serías una campesina, pero los modales del príncipe dejaban mucho que desear.
¡Haz lo que quieras!
Tenía razón, Iroh.
¿En qué pequeña?
El genio de su sobrino es espantoso.
¡Jajaja! Sí, pero es bueno, puedo asegurárselo.
Permítame no creerle por el momento.
Está bien, por ahora lo mejor será salir de aquí, las celdas son muy frías, eso es muy malo para mis huesos.
Está bien, vamos.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
¡Maldita campesina! Ahora te arrepentías de tu estúpido plan, lo mejor hubiera sido atrapar al avatar, ahora tendrías que esperar mínimo cinco días para que ellos te dieran alcance, cinco tortuosos días.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Este camarote es precioso y se ve tan cómodo.
Es muy cómodo y cálido, espero la cama te sirva, supongo que no duermes mucho en una de esas.
La verdad es que no.
En un momento regresó con tu comida y con unas ropas limpias, más tarde te presentaré con la tripulación, son muy amables, ya verás.
Muchas gracias, Iroh, nunca hubiera imaginado esto.
Oh, no te preocupes, si escuchas algunos ruidos fuertes no te alarmes, es la hora de entrenamiento de mi sobrino. –Para mi fortuna.
No se preocupe, prometo comportarme y no moverme de aquí. –Hasta que encuentre la manera de escapar o hasta que Aang, Sokka y Toph vengan por mí.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Querías sacar toda tu furia, tu tío y esa campesina te iban a volver loco, ahora tendrías que tratarla como una invitada, por Dios, que estupidez.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Entraste sigilosamente a las habitaciones de tu sobrino, no podías dejar a la pequeña maestra agua con esas ropas tan maltratadas, supusiste por el daño que tenían que la lucha con tu sobrino había sido dura, afortunadamente Zuko tenía una baúl lleno de ropa, le quedaría un poco grande, pero seguro podía arreglarse con ellas fácilmente.
Esculcaste por todo el baúl hasta que encontraste algo que podía venirle bien a Katara, era un pequeño chaleco y unos pantalones cortos, se vería como un niño, de hecho esas eran las ropas que Zuko solía usar para entrenar.
Esto no le va a gustar, pero quizá así acepté hacer una parada, no sólo quiero comprarle ropa a Katara, mi reserva de té de jazmín ya se está acabando.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Recorriste con la mirada toda la habitación, era cálida y llena de almohadones, se veían tan cómodos y tú estabas tan cansada, pero no podías estar tan tranquila cuando estabas a bordo de un barco enemigo, seguiste fijándote en los detalles y un pequeño tablero llamó inmediatamente tu atención.
Pai-sho.
Veo que ha descubierto una de mis debilidades, señorita Katara.
Oh, perdón, no vi que había regresado
No, no hay de que disculparse, a ti te gusta el Pai-Sho, Katara.
Sí, me encanta, era la mejor de mi tribu, aunque no es mucho decir, no muchos gustaban del juego, mi padre me lo enseñó.
Me alegró mucho, más tarde tendremos una partida.
Eso sería interesante.
Por cierto, aquí está la ropa que usaras mientras estés con nosotros.
Muchas gracias, no debió molestarse.
No es molestia. –El que se va a molestar es mi sobrino.
Tienes quince minutos para cambiarte, también traje un poco de agua caliente para tu aseo, por favor, no intentes hacer nada que pueda traernos problemas, de acuerdo.
No se preocupe, si fuera su sobrino intentaría acabar con él, pero tratándose de usted sería incapaz, además no quiero causarle ningún problema con el príncipe Zuko, estaré lista en unos minutos.
Te esperare fuera de la habitación, tomaras tus alimentos con toda la tropa, aprovechare para presentártelos.
Gracias.
Viste el agua y en vedad comenzaste a idear un plan para escapar, pero Iroh había sido tan amable contigo, seguramente su sobrino se enfadaría mucho con él si lograras escapar debido a sus atenciones, mejor esperarías a que los demás vinieran, entonces actuarias, así el amable viejo no tendría culpa de nada.
De diste la vuelta y retiraste de tu piel tus antiguas ropas, afortunadamente ahora navegaban por los terrenos pertenecientes al reino tierra y el clima era mucho más agradable, así que cuando viste las ropas que Iroh había elegido para ti no te preocupaste mucho por lo poco arropadoras que parecían, hiciste un poco de agua control para asearte y no ser una campesina sucia como decía el príncipe, aunque claro, él no te llamaba así justamente porque estuvieras cubierta de polvo.
Terminaste de "bañarte" y entonces colocaste sobre tu cuerpo las ropas limpias, éstas eran particularmente cálidas y tenían un olor muy masculino, que extrañamente no te molestó, era una mezcla de maderas, era embriagante.
Si tan sólo Sokka usara algo así.
De repente unos golpes en tu puerta te apresuraron, terminaste de colocar las ropas y acomodaste tu cabello lo mejor que pudiste, para variar un poco lo dejaste suelto.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Príncipe, su tío nos ha ordenado preparar una comida de bienvenida, dice que la maestra agua se sentará a la mesa con usted y él.
¡Qué!
Además nos ordenó presentarnos antes del servicio, para conocer a su "invitada"
¿Mi invitada?
Eso nos dijo, príncipe, a todos nos ha parecido muy inusual, por eso mismo vine a informarle.
Muy bien, ahora salga de mi cuarto, haga lo que dijo mi tío. –Ya después me encargaré personalmente de ti, asquerosa maestra agua.
Pero...
¡Dije que haga lo que lo ordenaron, acaso es idiota o sordo!
No, príncipe, discúlpeme.
Así que mi invitada, ya vería mi tío como se trataba a una invitada como la maestra agua en mi barco.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Esas ropas te quedaron muy bien.
Tuve que hacer unos ajustes, pero creo que al menos me veo mejor que con mi anterior atuendo, debo reconocer que su ropa es muy cómoda.
Lo único malo es que es un poco grande para ti.
No tanto, los pantalones se mantendrán en su lugar gracias al listón de mi vestido de la tribu agua y el chaleco me quedó muy bien. Fue una suerte que uno de sus soldados fuera no tan corpulento.
Sí, una suerte. –Debía reconocer que no tenía derecho a exponer de ese modo a la pobre Katara, en cuanto mi sobrino la viera asomarse con sus ropas puestas pondría el grito en el cielo, aunque de hecho era su culpa, él había destruido las ropas de la maestra agua y se había rehusado a parar en el puerto que estaba cercano.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Espera un momento aquí, cuando escuches tu nombre sales, de acuerdo.
Está bien.
Queridos tripulantes, llevamos mucho tiempo ya hechos a la mar, durante este tiempo nos hemos acoplado a estar el uno con el otro, muchas noches nos hemos reunido para compartir nuestras experiencias alrededor del fuego con música y vino amenizando este largo viaje, que no sabemos cuándo terminara; sin embargo, ahora se ha unido a nosotros, al menos por unos días, una nueva compañera de viaje, quiero que la respeten y la traten como una invitada del príncipe Zuko y mía, ella es una señorita noble y fuerte, así que les pediré que sean amables con ella, su nombre es Katara y es la maestra agua del Avatar.
Si hubieras estado en un desierto tú sola hubieras escuchado más ruido, los soldados que acompañaban a Iroh y su sobrino, mostraron caras de desconcierto y cierta molestia, en definitiva este no iba a ser un buen viaje.
Señorita Katara, por favor, entre.
Por fin hiciste tu entrada triunfal con lo cual sólo incrementaste el disgusto presente en los rostros de los soldados.
Capitán, le presento a la señorita Katara, estará con nosotros por unos día y espero que todos la traten como mi invitada especial, no quiero ver a nadie con esas caras largas, entendido.
Sí, general.
Muy bien, ahora haga que lleven la comida al comedor.
De sólo pensar en comida tu estómago hizo unos ruiditos muy vergonzosos.
Veo que tienes hambre, Katara.
Lo siento.
No te apures, seguro te encantará la comida de nuestro cocinero, es un genio.
Me imagino.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Por qué demonios tardaban tanto, estabas comenzando a exasperarte, acaso esa inútil campesina creía que podía tenerte esperando.
Príncipe Zuko, acabo de darles un emotivo discurso a los soldados, me aseguré de que nadie tratara mal a Katara.
Bien.
Supongo que contigo no es necesario eso, verdad.
No.
Bien, adelante Katara, entra, por favor.
Cuando la viste quisiste aventarte sobre ella, tu ropa preferida para practicar fuego control estaba siendo usada por esa maestra tonta y tu tío parecía estar encantado.
Entraste y notaste inmediatamente la mirada de odio que te dirigió el príncipe de la Nación del Fuego, pensaste hacer lo mismo, pero reconsideraste y para sorpresa del engreído príncipe e incluso para ti, hiciste una reverencia.
Buenas tardes, príncipe Zuko, le agradezco que me reciba como una invitada.
¡Ja! Cachetada con guante blanco, cómo respondería Zuko a eso.
Fácil, ignorándola.
Sobrino.
Tío, toma asiento.
Querías golpearlo, era un imbécil maleducado, podía ser un príncipe, pero eso no le quitaba lo idiota, aun así no te darías por vencida, quizá si eras amable podías hacer que confiara en ti y convencerlo de desistir en su búsqueda del avatar.
Katara, por favor, toma asiento.
Muchas gracias.
Muchas gracias, general Iroh, acaso no te enseñaron modales campesina.
Disculpe, yo…
Sobrino, deja en paz a Katara, yo le he pedido que deje fuera los formalismos.
Si fuera una señorita ella nunca hubiera aceptado.
Lo matarías, jurabas que lo matarías, así fuera lo último que hicieras.
Ignóralo, Katara, mi sobrino tuvo un mal día.
No hay problema, Iroh, supongo que ser príncipe de la Nación del Fuego es difícil y yo soy sólo una molestia más.
¡Exacto!
Qué le pasaba a la campesina, que juego estaba jugando.
Ten, Katara.
Muchas gracias.
No te parece tío que yo tendría que ser el primero en recibir su ración.
No, hay una dama en la habitación, ella es quien debe recibir la primera ración.
No, por favor, el príncipe tiene razón. –De repente la tenías de pie frente a ti, ofreciéndote su plato con la primera ración. –Desea alguna otra cosa, príncipe Zuko.
¡No sé qué demonios te ocurre, pero no voy a caer en tu juego!
¡Sobrino!
Señor Iroh, creo que lo mejor será que regrese a mi habitación.
¡NO es tu habitación, el necio de mi tío se empeñó en sacarte de la celda, aun sacrificando su propio camarote!
Qué, tú no querías eso, no deseabas incomodar al señor Iroh, él era tan bueno.
¡Oh! No lo sabía, de saberlo nunca lo hubiera permitido, yo no quiero molestarlo, señor Iroh.
Qué pasó con la confianza, Katara, no te preocupes, yo lo hago porque quiero, seguro puedo encontrar un lugar donde pasar la noche.
¡Ni se te ocurra, tío! Si alguien tiene que pasar incomodidad esa será esta asquerosa maestra agua.
¡Ya basta! Deja de insultarme, yo no te hecho nada, no merezco ese trato, que tú seas un príncipe no te da derecho a insultarme todo el tiempo, si tanto te molesta mi presencia déjame ir.
Ni loco, eres mi pase hacia el avatar, estúpida.
Entonces pasó algo que ni yo misma me esperaba, unas enormes lágrimas corrieron por mi rostro y solloce con toda la fuerza que me quedaba, me recriminé mi debilidad, mi dolor, mi sentimiento de soledad y de necesidad de cariño.
Katara.
No es nada, general, si no le molesta lo estaré esperando en su habitación, los guardias pueden regresarme a la celda en cuanto ustedes lo ordenen, no haré nada.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
La mirada reprobatoria de mi tío me hizo sentir mal, como siempre lo hacía, sólo que esta vez era diferente, ella había llorado enfrente de nosotros, había sollozado como si algo dentro de ella se rompiera, y yo era el culpable, no entendía lo que había pasado, pero me sentía terriblemente culpable, por primera vez en mi vida me di asco, mi búsqueda para dar con el avatar y todas las artimañas que llegué a utilizar nunca me avergonzaron tanto como lo había hecho hacer llorar a la joven maestra agua, se veía tan débil y sola, tal como yo, quizá no fuéramos tan diferentes.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Saliste de la habitación lo más rápido que pudiste, tropezaste con unos guardias que te siguieron de cerca, cómo si en ese momento pudieras pensar y concentrarte para ser agua control, odiabas llorar, intentabas no hacerlo, sobre todo frente a los demás, tú no podías ser débil, no tenías derecho cuando una guerra los atormentaba y amenazaba con acabar con todo.
Llegaste al pasillo de los cuartos y no pudiste recordar cuál era la habitación perteneciente al general, maldijiste por lo bajo, eras una idiota, sentías las miradas insistentes de los guardias y eso sólo te ponía peor, decidiste dejarte caer en el lugar en donde estabas, que los demás hicieran lo que quisieran, ya no importaba.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Felicidades, sobrino, cada vez te pareces más a tu padre, ahora, si no te importa, me retiro.
Tío, yo…
Lo siento, príncipe Zuko, tengo algo que hacer y esto es más importante que atender a tus caprichos.
Una vez más habías decepcionado a tu tío, a la única persona que siempre estaba ahí para ti.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Los ojos de aquella jovencita conmovieron tu ser, nunca la habías visto como alguien frágil, era el apoyo del avatar, la más entusiasta, la más centrada, entonces supiste que quizá por eso mismo no podía ser ella misma, ser simplemente una chiquilla asustada, tal como lo era el necio de tu sobrino, por qué la había tratado así.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Capitán, ordene cambiar nuestra dirección, nos detendremos en el próximo puerto.
Pero, príncipe…
He dado una orden capitán, ahora obedézcala.
Quizá aún podías solucionar tu error.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Señorita Katara, qué sucede, qué hace aquí sola, por qué no entró a la habitación.
No recordé cual era, me perdí.
Y por qué no les preguntó a los guardias.
Porque ellos no confían en mí, soy una extraña, una apestosa y sucia campesina de la tribu agua, una asquerosa maestra agua.
No digas eso, jovencita, eres una de las personas más admirables que he conocido en mi vida, y mira que he conocido a gente honorable, no hagas caso de lo que dice mi sobrino, a veces es un cabeza hueca.
Lleva tanto tiempo diciéndome lo mismo desde que nuestros caminos se cruzaron que creo que comienzo a creer que es verdad.
¡Oh, Katara! Ven, vamos a tu cuarto.
No es mi cuarto, general, y si no le molesta preferiría regresar a mi celda.
¿Disculpa?
No me malinterprete, agradezco infinitamente su ayuda, sus buenas intenciones, pero sé que mis amigos pronto vendrán a buscarme, nunca me dejaran sola, así que preferiría mantenerme fuerte en una celda a débil atendida como una señorita.
Lo entiendo.
Sólo quisiera pedirle que me deje conservar estas ropas, mi ropa de la tribu agua está un poco maltratada y en la celda hace un poco de frío, creo que aunque este atuendo no es muy abrigador me ayudara más que mis ropas.
Claro, será un placer, y no te preocupes, Katara, haré que te lleven comida tres veces al día hasta que estés con nosotros.
Gracias, Iroh.
De nada, Katara, siempre será un placer tenerte con nosotros.
Desearía haberlo conocido en otras condiciones, general.
Lo mismo digo, Katara, quizá después.
Quizá.
Guardias, escolten a la señorita a la celda que ocupaba antes, no la aten, sólo déjenla ahí.
Sí, general.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Tío, he ordenado que paremos en el puerto cercano.
Está bien, príncipe Zuko.
Tío, yo siento mucho mi actitud, en el puerto podrás comprar todo lo que necesite tu invitada y puedes elegir el camarote que deseas que esté a su disposición.
Ya no es necesario, Katara regresó a su celda.
¿Cómo?
Y que esperabas, es una prisionera.
Pero tú habías…
Ella no se siente bien rodeada de tanto odio, prefirió quedarse en su celda.
No entiendo, ve a hablar con ella y traerla, ella confía en ti.
No pienso molestarla, no se merece que la vean como si fuera un insecto.
Yo…
Ya no sigas, sobrino, ya no me resulta grato escuchar tu intento de disculpa, creo que es hora de que aprendas a pensar antes de actuar.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
No te gustaba ser rudo con tu sobrino, lo amabas después de todo, pero tenía que aprender, tenía que madurar y dejar de pensar sólo en él, para ti esa búsqueda del avatar sólo lo estaba amargando, él era tan sensible y bueno como su madre, pero desde su destierro se había vuelto frío, egoísta, querías enseñarle que la vida no era sólo la aprobación de su padre, en la vida había mucho más que aprender que fuego control.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Príncipe, ya estamos muy cerca del puerto.
Está bien, avísenle a mi tío, él será quien baje.
Usted no piensa bajar.
Tengo otras cosas que hacer, bajen todos ustedes con mi tío.
Enseguida, príncipe Zuko.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Mi tío tenía razón, incluso yo me estaba cansando de disculparme todo el tiempo, tenía que pensar antes de actuar y en este caso actuar en lugar de sólo hablar.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
General Iroh, ya estamos cerca del puerto, el príncipe nos dijo que será usted quien baje.
Está bien, capitán, gracias.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Buscaste el mejor camarote libre, te ibas a disculpar con la maestra agua, algo que ni siquiera tú creías.
Capitán, he pensado mejor, necesito a un hombre que se haga cargo de mi nuevo camarote.
¿Piensa cambiar de cuarto, príncipe?
No, pienso hacer lo que mi tío desea.
Está bien, le dejare a uno de los hombres.
Correcto, los demás vayan con mi tío, puede necesitar ayuda para traer todo lo que comprara.
Enseguida.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Te harías el indignado un poco más con tu sobrino, eso te serviría para que no protestara tanto cuando viera la enorme cantidad de té que pensabas comprar, además tenías que adquirir algunos vestidos para Katara, si el plan de tu sobrino funcionaba ella estaría con ustedes mínimo cinco días, según tus cuentas un poco más, quizá el doble, la poción que habían usado en el bisonte del Avatar no era mortal, pero si requería de mucho descanso, pobre animal, pasaría unos días horribles.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Como habías sido tan estúpida, primero te dejabas capturar y luego aceptabas ser una "invitada" del señor Iroh, para qué, para que te humillaran todos y te dejaran bien en claro lo aborrecible que eras, además estaba el hecho que de por tu culpa Aang y los demás podían estar en peligro, de hecho te sorprendía que aún no estuvieran ahí, qué les habría pasado.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Sokka, quieres tranquilizarte, yo también estoy preocupado por ella, pero no hay nada que podamos hacer, por lo que veo Zuko planeo todo muy bien.
Pero por qué demonios nos quieres alejar de él, si Appa no mejora pronto ellos estarán muy lejos para cuando nosotros dejemos esta isla.
No lo sé, Sokka, por el momento sólo podemos esperar…
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
¿Katara?
¿Quién es?
Soy yo, Zuko.
¿Qué quieres? Acaso no te basto humillarme hace unos momentos, necesitas hacerlo una y otra vez.
Esa no fue mi intención.
Entonces cuál fue.
No… no lo sé.
Si te resulta tan molesta mi presencia, por qué no simplemente me dejas aquí hasta que me muera.
No le gustaría a mi tío.
Déjame preguntarte algo, príncipe Zuko, alguna vez haces algo que tú quieras.
¿Qué quieres decir?
Es fácil, no me vas a dejar morir aquí porque a tu tío no le gustaría, nos persigues y quieres capturar a Aang porque ese es el deseo de tu padre, qué es lo que quieres tú, Zuko.
La pregunta de la maestra agua te tomó por sorpresa, no podías pensar en una respuesta, era cierto, ella tenía razón, lo que habías estado haciendo desde que tu padre te había desterrado era hacer lo que los demás querían, quizá sólo eras tú cuando te ocultabas tras una máscara, ¿en verdad eras tan cobarde que no podías actuar conforme a tus propias convicciones?
No sé de lo que estás hablando.
Si lo sabes, príncipe Zuko, por qué haces esto, por qué estás aquí, tan cerca de una asquerosa maestra agua, de una sucia e incivilizada campesina, dime, qué o quién te obligó a hacer esto.
Nadie, lo hago porque quiero.
¿En serio?
Sí, no quiero que mi tío piense que soy como mi padre, no quiero decepcionarlo una vez más.
Ya veo… quieres mucho a Iroh.
Es lo único que tengo.
Por qué te empeñas en ello.
No entiendo.
Iroh dice que no eres malo, si tuviera que preguntarle a Aang al respecto diría lo mismo, si tan sólo dejaras de actuar como un asesino a sueldo quizá Iroh no sería la única persona a tu lado.
Claro, no sé qué tienes en mente, pero deja de hacerlo, no voy a caer.
Tú que tienes en mente, Zuko, por qué me capturaste, dónde están mis amigos.
La respuesta a la primer pregunta ya la sabes, el avatar vendrá corriendo por ti… en cuanto pueda.
Qué quieres decir con eso.
Soy un estratega, maestra agua, no creerías que sólo te capture como última medida, planeé todo.
Explícate. –El tono de autosuficiencia del príncipe comenzaba a exasperarte, qué diablos había hecho.
Es sencillo, envenené al bisonte volador del Avatar, no creo que puedan alcanzarnos en algunos días, así, en cuanto ellos lleguen los tendré a mi merced, todo está preparado.
¡Cómo pudiste hacer eso! Acaso no sabes lo que Appa significa.
Sí, por eso mismo lo hice, es su transporte, su único medio de salir de esa estúpida isla donde te capturé.
Appa no es sólo nuestro transporte, es nuestro amigo, eres un monstruo Zuko. –viste a través de la puerta abierta de tu celda, el príncipe obstruía casi todo el espacio, pero si eras lo suficientemente rápida podías salir de ahí, no sabías cuantas oportunidades tenías, pero debías arriesgarte, sabías que estaban en tierra, el barco había dejado de moverse un tiempo atrás, además habías escuchado que mucho de los hombros bajaron del barco, con suerte sólo el príncipe engreído había quedado abordo, de ser sí, podrías pelear con él, sólo necesitabas llegar a cubierta.
Cómo me llamaste.
¡Monstruo! –Era ahora o nunca.
De repente sentiste que el cuerpo de la maestra agua se estrelló contra el tuyo, dejándote sin aire por un momento, ella se dirigía corriendo hacia la salida, no podías permitir que se escapara, ella no iba a arruinar tu plan, tampoco podías dejar que llegara a cubierta, era muy peligrosa si tenía agua a su alcance. Te pusiste de pie y corriste tras de ella, nadie te derribaba y vivía para contarlo.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Creo que esto es todo lo que necesitamos, no sé cuánto tiempo más estemos en el mar antes de volver a pisar tierra así que compré provisiones suficientes.
Pero general, esto es demasiado. –Cinco enormes carretas repletas de comida, ropa, objetos aparentemente inútiles y obviamente té seguían de cerca al viejo general de la Nación del Fuego.
Nunca es demasiado, capitán, créame, ahora, andando.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
No podrás escapar nunca, eres mi prisionera.
Eso lo veremos.
Vaya que corría rápido, tú hacías tu mejor esfuerzo, pero el golpe que recibiste en el estómago cuando chocaron te había dejado un poco mal, el aire parecía no entrar a tus pulmones como deseabas por lo cual tu carrera se volvía más lenta, pero no te darías por vencido, en cuanto alcanzaran cubierta te enfrentarías a ella, estabas de suerte aún era de día y sus poderes no eran tan grandes como los tuyos.
Ya estabas cerca de cubierta, si lograbas llegar ahí a salvo podrías escapar, cerca del mar él no tendría oportunidad.
¡No! No era posible que se fuera, unos pasos más y alcanzarían la cubierta, no importaba si ella se había adelantado, las llamas surgiendo de tus manos ya habían crecido lo suficiente para detenerla.
Sentiste el aire golpeando tu rostro, lo habías logrado, ahora sólo debías bajar del bote, quizá una ola de agua sería mejor. De repente sentiste algo muy caliente acercándose, te diste la vuelta y apenas pudiste rodar hacia un lado para evitar las dos bolas de fuego que de otra manera se hubieran estrellado en tu espalda.
Esquivó tu fuego por nada, y entonces empezó la verdadera batalla. Sus brazos se cubrieron de agua, mientras yo producía llamas con mis pies y manos, mientras avanzaba la lucha dejó sólo de defenderse, entonces varias estacas de hielo volaban en mi dirección que evaporaba con el fuego de mis manos, en poco tiempo vi en su rostro la frustración que sentía, odiaba perder, en eso nos parecíamos.
Deberías de darte por vencida, campesina.
¡Nunca!
No puedes comparar tu habilidad con la mía, además el sol está en pleno, no podrás vencerme.
Lo sabías, estabas agotada, no habías comido ni dormido nada en un día y además no habías parado de llorar, tus fuerzas se estaban agotando, si no hacías algo pronto volverías a perder, además algo en su mirada te decía que esta vez nada detendría su ira, lo admitías: tenías miedo.
¡Ríndete!
¡No!
Si seguías así no ibas a resistir mucho tiempo más, tus fuerzas estaban al límite y los ataques del príncipe engreído eran cada vez más poderosos, sin tan sólo se nublara el día y lloviera, entonces sería diferente.
Notaste el cansancio en su rostro, su defensa era cada vez más débil y tus ataques estaban a nada de penetrar su barrera de hielo, también estabas cansado, tenías que encontrar la manera de vencerla de una vez por todas.
Ya no podías seguir, tus fuerzas se habían agotado, rezabas porque alguien llegara en ese momento a salvarte.
Te rindes, campesina.
Querías contestarle, pero no podías perder la concentración si no querías que sus ataques penetraran.
El ataque final, si conjuntabas el poder de tus dos manos podrías crear una llama lo suficientemente fuerte para vencerla.
Entonces prepárate, campesina.
Entonces viste como formó una enorme bola de fuego con sus manos, no podrías repeler el ataque, ya no tenías la fuerza suficiente, por favor que alguien llegara a ayudarte.
¡Zuko!
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Al acercarte al barco habías escuchado los ruidos propios de una pelea, pensaste lo peor, seguramente tu sobrino estaría atacando a la maestra agua, dejaste a los demás soldados atrás y corriste lo más rápido que podías; entonces, cuando llegaste a bordo viste una enorme bola de fuego dirigirse hacia Katara, que ya no tenía casi fuerzas, seguramente ese ataque daría en el blanco, no permitirías que tu sobrino matara a alguien, menos a la joven de la tribu agua.
Te concentraste e inmediatamente mandaste otro ataque de fuego que al chocar contra el fuego de Zuko se desviara a su objetivo original.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Mientras el fuego se acercaba tú intentabas mantenerte de pie y firme, sabías que no serviría de mucho, tu defensa colapsaría ante el poderoso ataque y peor aún, llegaría hasta ti, morirías calcinada por el ataque del exiliado príncipe de la Nación del Fuego.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Tu tío había llegado en el momento más inoportuno, había desviado tu ataque, el ataque que de otro modo te habría dado la victoria.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Cuando ambos ataques se encontraron la explosión creada por la colisión derrumbó el escudo de agua con el cual se defendía Katara y aunque con mucho menos fuerza, la maestra agua fue alcanzada por algo del fuego, instantáneamente cayó inconsciente al piso, había utilizado hasta la última gota de sus fuerzas.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Cuando el humo se disipó lo primero que viste fue la frágil figura de Katara tendida en el suelo, inconsciente.
¡Katara!
Déjala, tío.
Sobrino, cómo puede decir eso, está herida.
Ella se lo buscó, intentó escapar.
Pero no lo hizo, no puedo dejarla así.
Es una maldita campesina.
¡Basta, príncipe Zuko! Soldado, ayúdeme a llevar a la maestra agua a mi camarote.
Tío si insistes en cuidarla yo…
Tú qué, sobrino.
Tío, por Agni, por qué te preocupas por ella, ella no significa nada, es nadie.
Es un ser humano, como tú y como yo.
No nos compares.
Tienes razón, ahora comienzo a dudar si tú sigues siendo humano o sólo un monstruo.
Al escuchar esa última palabra de tu tío algo dentro de ti se incendió, ella también te había llamado así, quizá tenía razón, ahora tu tío, la única familia que había estado contigo te consideraba un monstruo, tú no eras eso, al menos no querías serlo.
Haz lo que quieras.
Bien.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Al parecer el ataque no le había hecho mucho daño, sólo presentaba una quemadura en su brazo izquierdo, no era nada aunque seguramente le dejaría una cicatriz, una en forma de llama.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Despertaste y notaste que de nuevo te encontrabas en un camarote y no en la prisión que ocuparas antes del incidente con el príncipe engreído, te había vencido y odiabas la idea de la derrota, maldito, ahora lo odiabas más, si no hubiera sido por Iroh quien sabe en donde y como estarías ahora, quizá él hubiera aventado tu cadáver al mar.
Intentaste levantarte y notaste un fuerte dolor de cabeza, tu mirada no podía enfocar nada, todo a tu alrededor daba vueltas, como te dolía todo, incluso tus piernas parecían no aguantarte, decidiste que lo mejor sería permanecer en la cama, sería una estupidez intentar levantarte en el estado en que estabas. En ese momento alguien llamó a tu puerta.
Adelante.
¡Hola Katar!
General Iroh.
Llámame Iroh o tío, pero deja eso de los formalismos.
No podría llamarlo tío.
Por qué no.
Porque…
Es por quién soy.
¡No! No piense eso… es sólo que… bueno… está bien le diré tío Iroh.
Eso está mejor, te traje algo de comer y ropa nueva, segura estas hambrienta, supongo que tu desmayo fue causado más por el cansancio que por el impacto del ataque.
Quizá… por cierto, tío, gracias por salvarme, de no haber sido por usted yo estaría…
No termines Katara, es mejor no pensar en eso, no sé que le pasó a mi sobrino.
Ibas a decir algo, pero mejor decidiste callarte, finalmente Zuko era el sobrino de Iroh y él debía quererlo mucho.
No hablas.
No tengo nada bueno que decir.
Entonces comamos, espero que no te moleste mi compañía.
En lo absoluto.
Te ibas a levantar de la cama, pero de nuevo notaste ese mareo y además te diste cuenta de otra cosa, tu ropa estaba casi toda destrozada y dejaba ver algo de piel, más de la que te gustaría.
Te dejare un momento sola en lo que te vistes y cuando estés lista toca la puerta, así sabré que puedo entrar.
Sí… gracias tío Iroh.
De nada, pequeña, espero que haya escogido bien, traje varios trajes, pertenecen a todas las naciones, incluso encontré algo de la tribu agua del norte.
Qué bien, le agradezco mucho todo lo que hace por mí.
No es nada, no te preocupes, ahora cámbiate, hay un poco de agua en el aguamanil que está en la mesa de la esquina.
Gracias, no tardo nada.
Viste como Iroh salió lo más rápido que pudo para darte un poco de privacidad, afortunadamente el anciano no había visto nada inapropiado, pero aún así te sentías un poco avergonzada, te levantaste lentamente para evitar el mareo y te dirigiste hacia la mesa para tomar agua y asearte, por segunda vez en el día.
Después de que te aseaste examinaste las cajas que estaban al pie de tu cama, eran mínimo doce, seguro tío Iroh había comprado un vestido para cada día de la semana, las abriste y viste maravillada el contenido de cada una, las tres primeras cajas, que eran más pequeñas que las demás, contenían un par de zapatos que cada, unos eran azules, otros verdes y los últimos eran rojos, realmente había comprado cosas con los colores de las tres naciones aún existentes.
Después abriste las cajas más grandes, las cinco primeras contenían ropas de color rojo, las siguientes tres eran ropas pertenecientes al reino tierra y las últimas tres eran azules, sin duda tu color favorito. Te detuviste más tiempo en estas últimas y escogiste un vestido largo azul marino con vivos blancos, la tela era suave y se ajustaba perfectamente a tu cuerpo, era diferente a todo lo que alguna vez había usado, pero la verdad era que te encantaba.
Después de que tuviste todo listo tocaste a la puerta para que Iroh supiera que podía entrar.
Impresionante, Katara, luces hermosa.
Gracias, tío, debo reconocer que tiene un gusto exquisito.
Gracias, supuse que te quedarían muy bien estas ropas, en cuanto las vi supe que eran para ti.
De nuevo gracias, no sé cómo le pagare todo esto, compró tantas cosas.
No te preocupes, fue un placer, hacía tanto que no teníamos una dama con nosotros, pasar tanto tiempo solo con hombres puede ser malo, créemelo.
Sí, sé a lo que se refiere.
Y no te preocupes por eso pagar, tu compañía será mi mejor pago.
Entonces cuente con ella.
Por cierto, cómo te sientes.
Bien, gracias, siento algunos mareos y me cabeza duele un poco, pero supongo que pronto estaré bien.
Me alegró, lamentó mucho lo de tu brazo izquierdo, creo que te dejara una marca.
Hasta el momento no habías reparado en tu brazo, ni siquiera cuando te aseaste, así que cuando Iroh lo mencionó instintivamente lo miraste y viste una marca no muy grande en forma de flama.
No lo había notado, pero no importa, supongo que son las consecuencias por retar a un maestro fuego.
Mi sobrino es un tonto.
Si no le molesta, preferiría no hablar de su sobrino, tío Iroh.
Tienes razón, mejor comamos y tomemos té.
Sí, eso me parece bien.
Durante la comida ninguno habló, pero no fue un silencio incómodo el que se estableció entre ustedes, aquel anciano te hacía sentir segura, como si en verdad fuera tu tío o algo así, nadie te había tratado con tanta delicadeza desde que dejaras tu tribu, así que agradeciste haberte encontrado con alguien como el tío del príncipe Zuko.
Tío Iroh, este no es su camarote, podía decirme donde estoy.
Estás en tu camarote, mientras permanezcas con nosotros te quedaras aquí, podrás salir a cubierta si lo deseas, siempre y cuando no intentes nada, de acuerdo.
Sí, no se preocupe, prometo comportarme.
Gracias, Katara, yo te prometo que los guardias y mi sobrino te dejaran en paz.
Gracias.
Te gustó la comida.
Sí, estaba muy rica, tenía tiempo que no probaba algo tan rico.
Me imagino, ¿quieres caminar un poco en cubierta?, ya anocheció, pero aún así el mar se ve hermoso.
Sí, de hecho prefiero la noche al día, supongo que se debe a que el día no me tanta fuerzas como la noche y la luna.
Es cierto, los maestros agua tienen más fuerza en las noches de luna, verdad.
Sí, así es.
Quizá por eso te recuperaste tan pronto, hoy es luna llena.
No lo sabía, pero tiene sentido, después de comer me sentí como nueva.
Entonces vamos.
Claro.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Tu tío había ido a hablar contigo, al parecer la maestra agua sólo tenía un extremo cansancio y una quemadura no muy grande que seguramente le dejaría una cicatriz, eso te hizo sentir un poco raro, tendría una cicatriz como tú, aunque claro, no sería tan grande y no tendría tantas connotaciones como tenía la tuya.
Estabas cansado, física y mentalmente, además tu tío seguía molesto contigo y odiabas eso, había ido a hablar contigo, pero parecía más que daba un informe, hubieras preferido que te gritara, que te regañara, pero no, se mostró indiferente y te odiaste por eso.
Después de cenar solo en tu camarote decidiste que lo mejor sería ir a dar una vuelta a cubierta, quizá el aire libre te ayudaría a despejar tu cabeza.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Es una noche hermosa, y la luna…
Sí, es una luna perfecta.
Quizá si uso mi agua control para curar la quemadura y evitar la cicatriz.
Crees que funcione.
No lo sé, pero quizá sí, la quemadura es reciente y tal vez mis poderes curativos puedan ayudarme.
Está bien, me gustaría ver como curas.
Está bien, sólo tomaré un poco de agua del mar.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Ibas tan absorto en tus pensamientos que no viste quien estaba en cubierta hasta que de pronto notaste como la maestra agua se preparaba para hacer uso de su agua control, no podías permitir eso.
¡Cuidado tío! –Antes de que pudieras hacer algo notaste como una bola de fuego se acercaba a ti, de nuevo, inmediatamente lanzaste una látigo de agua para que el ataque no te diera de llena.
Zuko, qué haces.
Iba a atacarte.
Claro que no, sólo iba a usar su agua control para curarse a ella misma.
Pero…
Deberías de poner más cuidado, príncipe Zuko.
Tío yo… lo siento.
Será mejor que volvamos a nuestros camarotes Katara.
Sí tío, en seguida.
¡No es tu tío!
Él me pidió que lo llamara así y yo no veo por qué no puedo llamarlo así si él me lo permite.
Pero no es tu tío, es mi tío.
Como sea.
Eres una insolente.
Sí.
Además permites que mi tío te compre miles de cosas, cuando seguramente en tu tribu sólo tenías una asquerosa muda de ropa.
Al segundo siguiente que tus palabras escaparon de tu boca sentiste como la mano de la maestra agua se estrellaba contra tu mejilla. Supusiste que te lo merecías.
No vuelvas a insultarme, no te lo permitiré, entendiste.
Cómo te atreves a hablarme así. –Cuando te disponías a contestar a su agresión devolviéndole el golpe sentiste como una fuerte mano se cerraba sobre la tuya.
Tío…
A una mujer no debe de tocársele, príncipe Zuko.
Pero…
Katara, ve a tu camarote, yo debo hablar con mi sobrino.
Sí.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Diste media vuelta y corriste a tu camarote, no querías ver ni oír el encuentro entre Iroh y Zuko, quizá te habías extralimitado pero estabas cansada de los insultos del príncipe, no te los merecías, aunque era cierto que Iroh te había comprado demasiadas cosas.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Tío, por qué me detuviste.
Ya sabes por qué lo hice, esta mañana casi matas a la maestra agua y ahora estabas a punto de golpearla, antes que nada la señorita Katara es una dama y no debes de tocarla, entendiste.
Pero ella me golpeó.
Y no pensante por un momento que lo merecías.
Soy un príncipe.
Sí, eso es cierto, pero ella es una mujer, deberías de respetarla.
Por qué la defiendes tanto, nunca nos habíamos peleado hasta que ella llegó aquí.
Hasta este momento es que tú comenzaste a actuar como una bestia, un canalla, por eso mismo te reprendo, Zuko tienes que aprender a respetar a los demás, Katara es una maestra agua poderosa y lo sabes, pero como dije antes, también es una dama, y supongo que puedes tratarla como tal, no es así.
No lo sé… yo…
Piénsalo príncipe, ella estará con nosotros por algunos días, así que mejor intenta no insultarla, déjala en paz.
Lo intentare.
Por cierto, no crees que se veía linda con su ropa nueva.
¡Tío! –Al menos ya no estaba tan molesto contigo, o eso suponías, pues hasta bromeaba contigo.
Piénsalo, Zuko, yo creo que se veía muy linda, es una joven atractiva y fuerte.
Déjame en paz.
Está bien, me voy a descansar, mañana te espero al amanecer para tu entrenamiento.
Sí.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Si tan sólo tu sobrino no fuera tan ciego, la maestra agua en verdad era hermosa y si Zuko lo notaba a tiempo, quizá su carácter tierno hiciera maravillas con el príncipe, después de todo el amor cambia a las persona, ¿o no?
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Te quedaste en cubierta un poco más… pensando en lo que te había dicho tu tío, finalmente tenía razón, como siempre, ella era una mujer y nunca antes te habías atrevido a insultar a una o a levantar la mano contra una, pero ella… ella te sacaba de quicio, la odiabas, era tan… no sabías como definirla, pero no la soportabas, su cabello, y sus ojos, eran lindos, pero no, ella era una campesina, no podía gustarte, aunque era cierto, esa noche se veía hermosa, el azul siempre le había sentado bien y ese vestido… tu tío tenía buen gusto, muy buen gusto.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Estabas recostada en la cama cuando escuchaste pequeños golpes en tu puerta.
Adelante.
Katara
¡Zuko! Qué haces aquí.
Vine a proponerte una tregua.
¡Qué!
Quieres calmarte, vas a despertar a todos.
Perdón.
Mi tío quiere tenerte como su invitada y yo no quiero tener problemas con él, en verdad lo aprecio y odio pelear con él, así que si para estar bien con él debo de tratarte como a una dama lo haré, espero que tú te comportes.
Eres extraño, sabías.
Disculpa.
Sí, pareces un ser sin sentimientos, pero en el fondo no eres tan malo.
Olvídalo, pensé que podía hablar contigo, pero ya veo que no. –Ibas a salir de la habitación cuando su voz te detuvo.
Espera, no quise molestarte.
Viste como se levantaba de la cama y se acercaba a ti, en verdad se veía muy bien, el azul marino resaltaba el claro de sus ojos y la faja que rodeaba su cintura ayudaba a acentuar la pequeñez de ésta, además la tela se pegaba a ella como una segunda piel y… deja de pensar eso, te reprendiste mentalmente.
Qué te pasa, por qué me ves así.
Qué, yo… este… nada.
Ves, eres raro, pero está bien, aceptó la tregua, sé que le importas mucho a Iroh y él ha hecho mucho por mí, no quiero causarle problemas. –Después que terminó de hablar extendió su mano, tú dudaste un momento pero finalmente le diste la mano, en cuando tu piel tocó la de ella sentiste una ola de electricidad recorrer todo tu cuerpo. Qué diablos significaba eso. Soltaste su mano como si quemara.
Entonces estamos en una tregua.
Así es, hasta que vengan a rescatarme.
Me parece justo.
Hasta mañana, Zuko.
Adiós.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Te retiraste rápidamente de su camarote, sería más correcto decir que corriste, qué había pasado ahí adentro, no tenía sentido, tú no podías sentir nada por una insignificante campesina, ella era bonita, sí y qué, tú eras un príncipe, aunque estuvieras exiliado.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Después de que se fue, corriste a tu cama y te acostaste, qué significaba eso que sentiste cuando sus manos se tocaron, era como si un rayo se hubiera metido en tu cuerpo y lo hubiera sacudido desde lo más profundo, pero por qué te había pasado eso con él, él era el enemigo.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Cerraste cuidadosamente la puerta de tu camarote en cuanto viste como tu sobrino entraba corriendo al suyo, sólo era cuestión de tiempo, sí, lo presentías, Katara podía ser lo que estabas buscando desde hace mucho, podía ser el bálsamo que curara todas las heridas de tu sobrino, todas las cicatrices.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Al día siguiente te despertaste cuando aún era muy temprano, apenas había salido el sol, pero ya no podías permanecer en la cama, te levantaste y te estiraste, nunca te habías levantado tan temprano, caminaste hacia al aguamanil y viste que el agua sucia había sido remplazada por agua limpia, la cogiste y te aseaste, después escogiste entre uno de tus nuevos vestidos, el día parecía ser muy caluroso, revisaste todo y lo que mejor serviría para hoy era un conjunto de la nación del fuego, éste consistía en una falda que llegaba a tus rodillas con aberturas a ambos lados y unos leggins que cubría hasta tu pantorrilla, la parte superior era un top que llegaba un poco arriba del ombligo y con un solo tirante, era un poco atrevido para ti, pero supusiste que serviría para combatir el calor del día.
Cepillaste tu cabello y lo volviste a dejar suelto, así podías cubrir un poco la desnudez de tus brazos, saliste a cubierta, era muy temprano, con suerte nadie estaría levantado.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Durante toda la noche un imagen te torturo con sueños nada apropiados para un príncipe, estúpida maestra agua, por qué tenía que verse tan bien con las ropas que le había comprado tu tío. Cuando viste que el sol comenzaba a asomarse en el horizonte agradeciste que no pudieras seguir durmiendo y te alistaste para tu entrenamiento, seguro un poco de ejercicio te ayudaría a distraerte.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
En el momento que te acercaste a cubierta escuchaste ruidos de pelea, corriste para asegurarte que nada malo estuviera pasando, cuando por fin llegaste al lugar viste la imagen más perturbadora, el príncipe estaba atacando a sus soldados, aunque eso no era lo perturbante, sino que él no llevaba camisa.
Katara, que gusto que estés aquí, así podremos tomar té mientras mi sobrino practica.
Seguramente los ratones o algo se habían comido tu lengua porque simplemente no podías articular palabra, él se veía tan bien, era fuerte, sin duda practicaba mucho, Katara deja de pensar esas cosas.
Se ve bien, no crees, Katara, mi sobrino practica mucho.
Las palabras de Iroh te sacaron de tu admiración y cuando volteaste a verlo pudiste percibir una ligera y pícara sonrisa, que pena, seguro te habías quedado mirando como una idiota pervertida, no podía ser.
Sí, me impresiona que ataque con tanta fuerza a sus soldados, no cree que pueda lastimarlos.
Oh… no, nada de eso, todo está bien, ahora ven conmigo.
Sí, claro.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
En cuanto escuchaste su nombre algo dentro de ti se encendió, de pronto sentiste una necesidad de demostrar todas tus habilidades, querías lucirte, por qué, sepa Agni, pero no podías quedar mal frente a ella, te alegraste de no llevar nada que cubriera tus músculos, tanto tiempo practicando te había proporcionado un excelente cuerpo.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Viste con mucho gusto la práctica del príncipe, era tan poderoso, definitivamente había mejorado mucho con el tiempo, además mientras atacaba a los soldados sus músculos se movían con tal soltura y se veía tan bien que no podías evitar el sonrojo que cubría tus mejillas, nunca habías un hombre tan atractivo, aunque Zuko no podía resultarte atractivo, no podías pensar en eso, dejaste de observarlo y te concentraste en tu té.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
En definitiva esos dos se sentían atraídos, lo supiste hace mucho y te alegraba, eran tan diferentes, pero al mismo tiempo tan parecidos, por eso cuando tu sobrino te contó su plan lo apoyaste sin reservas, necesitabas que ellos se conocieran, que él dejara caer sus barreras ante ella y se dejara finalmente conquistar, aún estaba a tiempo, y ella parecía simplemente perfecta.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Pasó bastante tiempo antes de que la práctica terminara, al menos eso sentiste, y por primera vez aceptaste gustoso la taza de té que tu tío te ofrecía.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Hoy estuviste muy bien, Zuko, mejor que ningún otro día, me pregunto si es porque teníamos visitas.
¡Tío!
Qué, yo no dije nada malo, verdad que no, Katara.
Ella no dejaba de ver su té, como si fuera lo más interesante en la vida, te sentiste herido en tu orgullo, acaso había estado haciendo eso mientras practicabas, no te había visto, te habías esforzado el doble.
Katara.
Eh… sí, está bien.
Creo que no estabas escuchando, Katara.
Ah… yo… lo siento, creo que hace mucho calor.
Desde que Zuko se había acercado intentaste evitar mirar hacia arriba, aún seguía sin algo que cubriera su pecho, seguro si lo veías así te quedarías mirando como una tonta, no podías permitirte eso.
Sí, eso es cierto.
Creo que regresaré a mi camarote.
Ah no, nada de eso, ahora iremos a comer algo.
Yo… bueno… yo preferiría comer más tarde.
No, no, nada de eso, hoy comeremos los tres juntos, verdad sobrino.
Como quieras tío.
Bien, bien, ahora vamos.
Sí.
Te levantaste rápidamente, con tu vista aún fija en el suelo.
Zuko, dale tu mano a Katara, parece que nunca te enseñe modales jovencito.
Sí, claro tío.
Le ofreciste tu brazo a la maestra del agua y ella dudó un poco antes de aceptarlo, de nuevo sentiste electricidad cuando ella te tocó. Diablos.
Creo que me adelantare un poco, así tendré todo listo. –Antes de que cualquiera de ustedes pudiera decir algo, Iroh había desaparecido, cómo podía ser tan rápido.
Estás bien.
Eh… sí.
No lo parece.
Sí, sí, estoy bien… es sólo que… bueno yo…
No te entiendo.
Es que no tienes camisa. –Sus palabras salieron muy rápido, pero aún así las entendiste perfectamente.
Lo, lo siento.
Está bien, es sólo que… bueno, no estoy acostumbrada.
Lo sé, perdóname. Si no te molesta, parece por mi cuarto por algo de ropa y después iremos al comedor.
Está bien.
La ponías nerviosa, lo supiste por su manera de hablar, de caminar, un poco insegura, lo notaste por su insistencia de dirigir su mirada al suelo, el príncipe Zuko ponía nerviosa a la maestra agua del Avatar, aunque si éramos honestos ella también te ponía nervioso, hoy se veía mejor que ayer, si eso era posible, el rojo le sentaba bien.
Sabes, te queda bien el rojo.
Gracias, tío Iroh tiene muy buen gusto.
Sí, es cierto.
Pero me compró muchas cosas, nunca podré pagárselas.
No te preocupes, es dinero de la Nación del Fuego, no tienes que devolverlo.
Al contrario.
Tenemos mucho, no hay problema.
Como sea.
Lo siento, dije algo que no debía.
No, está bien, es cierto, si es dinero de la Nación del Fuego no tengo que devolverlo, seguro se lo robaron a alguien más.
Al segundo de haber dicho eso te arrepentiste, finalmente Iroh y ahora el príncipe se habían portado bien contigo.
Lo siento, no quise decir eso.
No te preocupes, tienes razón, de hecho mi tío y yo lo robamos, se lo quitamos a un tipo de la Nación del Fuego, un imbécil.
No te cae muy bien ese sujeto, verdad.
No, lo odio. Siempre me está persiguiendo.
Sé cómo te sientes, a mí también me han perseguido.
Perdón.
¿Disculpa?
Dije perdón.
Por qué.
Por siempre estar detrás de ustedes, he experimentado eso y es muy desagradable.
Sí, la verdad es que sí, pero no te preocupes, sé que esto sólo es una tregua, en cuanto mis amigos vengan por mí comenzaremos de nuevo, supongo que por eso ya no quiero pelear contigo, tendré que hacerlo más tarde, mejor guardo mis energías, además la última vez que peleamos pude terminar muy mal.
También lamento mucho eso, no debí de…
Olvídalo, mejor hay que apresurarnos, tengo un poco de hambre.
Sí, no me tardo nada, sólo tomo una camisa y ya.
Sí, está bien.
Sin haberse dado cuenta habían llegado a tu camarote, habían platicado como viejos amigos, incluso sentiste que se relajaba mientras conversaban, ella era diferente y tú también eras diferente con ella, te hacía sentir bien, no sabías por qué, qué tenía ella que te daba confianza.
Esperaste paciente en la puerta del príncipe, era tan extraño, ya no te sentían mal cerca de él, era diferente al Zuko que siempre estaba detrás de ustedes, cazándolos, sin tan sólo eso pudiera cambiar, quizá, sólo quizá, tú podría fijarte en él, después de todo era apuesto, muy apuesto.
Listo.
Andando.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Cuando los viste entrar como si fueran viejos amigos no pudiste reprimir una sonrisa, ahora veías con más esperanzas el futuro.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Qué bien que llegaron, tardaron un poco.
Perdón, tío, es que su sobrino tuvo que pasar a su camarote.
Por qué, pensé que con este calor preferiría quedarse sin camisa.
Sí… bueno… es que yo se lo pedí.
Oh… te incomodó ver a mi sobrino sin camisa.
Este… no… bueno no exactamente, es sólo que… pues no estoy acostumbrada.
No te preocupes Katara, él tampoco, se pone rojo cada que te ve.
¡Tío! –Querías aventarle algo a tu tío, por qué tenía que decirle a la maestra agua que te sonrojabas, ella no lo había notado.
En serio.
Sí, ayer en la noche que salió de tu camarote se fue corriendo al suyo, creo que se puso nervioso.
De verdad.
Podríamos cambiar de tema.
Por qué, yo estoy disfrutando esta conversación.
Yo también.
Sí, pero yo no.
Que aguafiestas eres, sobrino.
Y de que quiere hablar, príncipe Zuko.
Ja, que simpática, como si en verdad me respetaras, mejor dime sólo mi nombre.
Está bien, Zuko, de qué quieres hablar.
De lo que sea, menos de mí.
Pero eres un tema muy interesante.
Seguro y si mejor hablamos de ti.
De mí, soy muy aburrida.
No lo creo, sobre todo cuando te sonrojas cuando estoy sin camisa y cuando tiemblas cuando te toco.
No tiemblo.
Te doy miedo.
Para nada.
Entonces te gusto.
Já, claro que no.
Entonces…
Nada, mejor cambiemos de tema.
Pero si yo me estoy divirtiendo.
Pero yo no.
Viste como una ligera sonrisa se formaba en los labios de tu sobrino, hacía mucho que no veías ese gesto, definitivamente debía sonreír más a menudo, era un joven muy apuesto y la maestra agua era perfecta para él, todo estaba saliendo bien, muy bien.
Entonces hablemos de té.
¡Tío! –Ahora los dos protestaron a la vez, fue extraño, pero no pudiste evitar sonreír, te sentiste bien, aunque no debías ponerte cómoda, tus amigos vendrían en cualquier momento, al recordar a Aang, Sokka y Toph, te entristeciste.
Viste como pasó de la alegría a la tristeza, no te gustaba verla triste, preferirías verla enojada que triste.
Está todo bien, Katara.
Sí, es sólo que pensé en mis amigos.
Ellos están bien, Katara, te lo prometo.
Como lo sabes, tú envenenaste a Appa, que tal si no sobrevivió.
Claro que sobrevivió, no quería matarlo, sólo retrasarlos.
Pero…
Katara, tranquilízate, tus amigos deben estar bien y pronto estarán aquí, sólo deben dejar descansar al bisonte y nada malo le pasará, créeme.
Sí, perdón.
Está bien, ahora comamos.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Sokka, hacia donde crees que se dirigieron.
No lo sé, Aang, lo más seguro es que vayan hacia Ba Sing Se, es la ciudad que queda más cerca de donde estamos, bueno, la única ciudad grande, aunque hay varias pequeñas.
En cuanto Appa esté bien, revisaremos en cada uno de ellas, no podemos perder a Katara.
No se preocupen chicos, seguramente encontraremos a Katara, de hecho, en este momento el príncipe ya debe haberse arrepentido de llevársela, con el carácter de la princesa de azúcar seguro ya la abandonó en cualquier puerto.
¡Toph!
Qué, es la verdad, ustedes lo saben.
Quizá…
Lo mejor será planear el plan de ataque, aún faltan unos días para que podamos movernos de aquí, en el mensaje que dejaron esos idiotas de la Nación del Fuego dijeron que debíamos dejar descansar cinco días a Appa si no queríamos que algo malo le pasara.
Oigan chicos, y no han pensado que pudieron mentirnos.
No lo creo Toph, el mensaje no lo dejó Zuko, lo dejó su tío y el anciano parece ser diferente.
Supongo que tienes razón aunque…
No sigas, Toph, lo mejor será obedecer lo que ellos dicen, no debes de poner en peligro la vida de Appa.
Sí, tienes razón, mejor planeemos nuestra estrategia, yo podría encerrar a esos malditos de la Nación del Fuego en su barquito.
No, eso sería peligroso, podríamos herir a Katara.
Sí, es cierto, pero puedo hacerlo después de que la rescatemos.
Eso sí me parece una gran idea Toph.
Gracias, Sokka, estoy llena de ellas.
Hay que concentrarnos chicos, no podemos arriesgar a Katra.
Ya lo sabemos, pies ligeros.
Lo que más quiero es darle una paliza a ese príncipe engreído.
Ya somos dos.
Tres.
Bien, supongo que podríamos secuestrarlo, no creen.
Sería una venganza perfecta.
Sí, eso sería muy bueno.
No, no haremos lo que ellos hacen, sólo rescataremos a Katara y después iremos a Ba Sing Se.
Que aburrido eres, Aang.
Quizá, pero no debemos hacer lo que ellos hacen, nosotros somos diferentes.
Lo sabemos Aang.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Los días pasaron rápidamente, cada vez la convivencia con los tripulantes del barco de Zuko era más sencilla, parecía que ya no te veía con tanto odio, suponías que ninguno de ellos era como los demás habitantes de la Nación del Fuego, no todos eran malos, ¿o sí?, no podías odiar a toda una nación por su gobernante, quizá lo único malo era el señor del fuego.
Señorita Katara.
Dime, Kia.
El príncipe Zuko la está esperando para su entrenamiento.
Voy en seguida, gracias.
Con permiso.
Después de todo tu rapto no había resultado tan mal, finalmente habías llegado a conocer mucho más al príncipe exiliado, entendías sus motivos, aunque no los compartieras, suponías que tú también hubieras echo cualquier cosa para recuperar el amor de tu padre, sin embargo sabías que un padre siempre ama a su hijo, Ozai no amó nunca a su hijo y finalmente Zuko lo había entendido, aunque no pudo evitar sentir dolor.
Después de recoger tu cabello en un rodete tras tu cabeza corriste a cubierta, era apenas el amanecer, pero hacía un rato que el Zuko había iniciado su práctica, ahora era tu turno para remplazar a los ya cansados soldados.
¡Hey! Príncipe Zuko, listo para perder.
Claro, campesina.
Ahora esa palabra ya no te molestaba, se había vuelto un juego entre ustedes.
Deberías cuidar tu boca.
Lo pensaré, ahora en guardia.
Entonces comenzó otro día más junto al príncipe exiliado y su tripulación.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Katara, esta comida está deliciosa.
Gracias, tío, me alegra que le haya gustado.
Dónde aprendiste a cocinar así, Kat.
Mi abuela me enseñó, además de ser una guerrera debía aprender a cumplir con mis deberes de mujer para cuando me casara.
Estabas comprometida antes de salir de tu tribu.
No, nunca conocí a alguien que cumpliera con mis expectativas, todos eran hombres demasiados preocupados por sí mismos y no querían una compañera sino una ama de casa abnegada, dudo mucho que pueda satisfacer a alguien así, supongo que siempre seré soltera, pero eso no me importa.
Son unos idiotas si no ven lo valiosa que eres.
Gracias, Zuko, pero eso no importa.
Oye Katara, no te gustaría algún día tener tu familia.
Pues… la verdad sí, pero no creo encontrar a ese hombre especial que vea a la mujer que hay en mí, no sólo a la madre, o a la ama de casa.
Mi sobrino tiene razón, si no ven lo grandiosa que eres es que están ciegos.
Quizá.
Por cierto, Katara, hoy tendremos una noche musical, nos encantaría que nos acompañaras.
Claro, encantada.
Es más una noche de talentos, mi sobrino hará una muestra de fuego control.
Yo puedo hacer una demostración de agua control.
No es sólo una demostración de fuego control, yo puedo hacer figuras con mi fuego, toda clase de figuras.
Oh… yo alguna vez vi a alguien hacer eso, Aang se asustó mucho cuando el maestro fuego me escogió como su ayudante, de hecho nos descubrieron por eso, casi nos atrapan esa vez.
Ustedes sí que saben divertirse, verdad.
Lo intentábamos.
Bueno, pero entonces que piensas hacer.
Mmm no lo sé, yo no sé hacer figuras con el agua, pero podría hacer una danza tradicional de la tribu agua del sur.
Enserio, eso sería magnífico, Katara.
Sólo espero que me salga bien, a mí nunca me enseñaron esa danza porque es algo que aprenden sólo las mujeres que están comprometidas, pero yo iba a escondidas a ver las clases, así que quizá pueda hacerlo.
Por qué sólo pueden aprenderlo las mujeres comprometidas.
Pues… es que supone que ese baile sólo puede verlo el hombre con el que te vas a casar.
Pero entonces tú no puedes hacerlo.
Claro que sí, de todos modos yo nunca me voy a casar, así que qué más da.
No digas eso, mejor piensa en otra cosa.
No, no tengo ningún otro talento, así que haré la danza.
Yo estoy de acuerdo.
Pero tío.
No te preocupes, Zuko, yo nunca entendí por qué esa danza era tan especial, a mí siempre me pareció inofensiva.
Quizá tengas razón.
Ahora ya tenemos todo el programa cubierto, si no te molesta, Katara, tú serás la última.
Está bien.
De acuerdo, ahora me retiro porque debo de ir a prepararme, debo vocalizar y calentar mi voz.
Está bien tío, lo veo más tarde.
Sí, adiós.
Katara.
Dime Zuko.
No crees que deberías hacer algo diferente para la noche de talentos.
No, por qué.
Es que, si tu tribu prohíbe a las jóvenes bailar eso a menos que lo hagan para sus esposos debe ser por algo.
No, creo que nosotros somos muy tradicionalistas, ya te lo dije, para mí siempre fue un simple baile, nunca vi nada malo en él.
Está bien, después de todo, qué puede salir mal, verdad.
Exacto, yo ya quiero verte en acción, ese día que vimos al maestro fuego me encantó, todo era tan real, y fue muy emocionante.
Espero que te guste mi acto, voy antes que tú.
Qué bien, así todos quedaran impresionados contigo y nadie pronto atención a mi danza, la verdad espero que me salga bien, la "aprendí" cuando era muy joven.
Eres una niña traviesa no es así.
Algo así.
Tú también tienes que irte a preparar.
No, yo ya estoy listo.
Bueno… yo tengo que ir a cambiarme, con este vestido no puedo hacer mi danza.
Por qué.
Necesito más libertad.
Pero te ves linda con ese vestido.
En ese momento ambos se sonrojaron, últimamente ambos se decían cumplidos como si fuera lo más normal, pero aún así se sonrojaban al escuchar al otro, era extraño, parecían los mejores amigos, sin embargo su relación iba más allá, Zuko era sobreprotector y veía con malos ojos a cualquiera de los tripulantes que posara su vista en ella, era posesivo y aunque Katara lo reprendía a veces, le gustaba sentir que él se preocupaba por ella.
Gracias, pero en verdad debo cambiarme, te veo en la noche.
Está bien, paso por ti.
Sí.
El evento empieza a las siete, te veo cinco minutos antes.
De acuerdo, te espero.
La viste salir y te quedaste mirando su lugar vacío, extrañabas su presencia, aunque sonara ridículo no te gustaba que se fuera, además el vestido que traía era perfecto, era uno de los vestidos que tenían los colores del reino tierra, como todo lo que tu tío había comprado era una prenda ceñida a su figura, y la hacía ver hermosa, además con su cabello recogido en un rodete, con sólo unos cuantos mechones delineando su rostro, se veía hermosa, perfecta, por qué tenía que irse a cambiar.
Dejaste tus ensoñaciones y te dispusiste a dejar el comedor, irías a tu recámara a descansar un poco, faltaban cerca de dos horas para el espectáculo.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Corriste a tu camarote y buscaste desesperadamente algo que pudiera servirte para tu baile, en realidad tú nunca viste nada de malo en el baile ritual de tu tribu, quizá usaban ropa un poco "provocativa", pero no era nada del otro mundo, al menos eso pensabas, sin embargo no tenías nada apropiado para realizar la danza, todo tu ropa era muy justa y larga, aunque quizá pudieras hacer algunos arreglos, suponías que tío Iroh no se molestaría.
Sacaste de tu pequeño armario improvisado el vestido azul que usaste la primer noche, era hermoso, en verdad que sí, viste que si hacías algunos cortes en las piernas y a la altura de tu cintura quedaría perfecto y reutilizable, lo mejor de todo era que aún tenías tiempo, eso aunado a tu experiencia como costurera te serviría de mucho.
Te colocaste el vestido y marcaste cuidadosamente los lugares donde debías hacer arreglos, después te lo quitaste y corriste a ver a uno de los soldados para que te ayudara a conseguir lo que necesitabas, en quince minutos estabas de vuelta en tu camarote, te pusiste a cortar y coser y en una hora tenías listo el vestido.
Habías hechos unos cortes verticales a lo largo de las piernas, lo que te permitía mayor movilidad, luego, habías cortado parte de la tela que cubría tu estómago dejando sujeta la parte alta del vestido tan sólo por unas finísimas tiras de tela, la faja que marcaba tu cintura la habías aunado a tus caderas, resaltado esa parte de tu cuerpo, además habías quitado una de las mangas del vestido y cortado en diagonal la parte izquierda de modo que el corte fuera muy similar al del top rojo que solías usar para entrenar con Zuko, era cómodo y evitaba que te acaloraras demasiado, y además dejaba al descubierto tu cicatriz en forma de flama, no sabías por qué, pero te gustaba esa marca.
Después de dejar el vestido corriste a asearte nuevamente y desenredaste tu cabello, dejándolo suelto, se vería mejor cuando hicieras tu baile. A las seis cincuenta y cinco en punto Zuko tocó a la puerta.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Habías estado esperando ansioso por verla, se había vuelto una rutina estar juntos, pero era una rutina que disfrutabas, finalmente tenías una amiga, una hermosa y cariñosa amiga, así que no podías pasar mucho tiempo sin ella, excepto cuando dormías, aunque aún en tus sueños estabas con ella, por eso cuando la hora llegó, te levantaste de tu cama y corriste a su puerta, después de que tocaste esperaste unas milésimas de segundos, cuando te disponías a tocar de nuevo la puerta se abrió y tuviste frente a ti la visión más hermosa en todo el planeta.
Katara… te ves hermosa.
Gracias, Zuko, tú también te ves bien.
Gracias, no te voy a dejar sola un momento.
Perdón.
No pienso dejarte sola con mis soldados, eres una tentación para ellos.
Claro que no, Zuko, que tonterías dices, ellos sólo me ven como una jovencita, casi una niña.
Si tan sólo supiera que ninguno de mis soldados la ven como a una niña, para todos ellos es una mujer sumamente interesante, atractiva, que acaso no se daba cuenta de lo que podía causar en los hombres a su alrededor.
Zuko, sigues aquí.
Sí, perdón, estaba pensando.
Ya me di cuenta, en qué pensabas.
En que eres un poco inocente Katara.
Mmmm…
No importa, olvídalo, vamos o llegaremos tarde.
Sí, estoy ansiosa por ver a los demás.
Sí ellos también estaban ansiosos por verla a ella, tu tío se había encargado de decirle a toda la tripulación que hoy en la noche de talentos la señorita Katara bailaría una danza tradicional de la tribu agua. Pero que ninguno se atreviera a verla de una manera extraña, sino terminaría calcinado al instante.
Zuko, deberías de regresar a la tierra, parece que andas en otro lado.
No, no, discúlpame, estaba intentando acordarme de lo que los demás harán.
Oh… está bien, yo ya quiero verlos.
Sí, yo también.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Aang, por fin podremos ir en busca de Katara, al parecer Appa ya está restablecido, pensé que nunca se recuperaría.
Yo pensé lo mismo Sokka, pero ahora ya podemos partir, mañana al amanecer tomaremos rumbo hacia Ba Sing Se.
Sí.
Bueno, bueno, mañana nos vamos, por ahora quieren callarse y dejarme dormir.
Perdón Toph.
Vaya que tiene mal genio, no crees Aang.
Un poco.
Los estoy oyendo y más les vale que se callen si no quieren terminar enterrados en la tierra.
Ya, ya, cálmate Toph, que descanses.
Hasta mañana, pies ligeros.
Dulces sueños Toph.
Igualmente Sokka.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
¡Katar! Te ves bellísima, me alegra tanto verte aquí con nosotros, ese vestido es nuevo, no recuerdo haberlo comprado.
Oh, no, yo arreglé uno de los vestidos que me regaló, espero que no le moleste, es que no tenía nada apropiado para esta noche.
Para nada, pequeña, el vestido se ve maravilloso, pareces una ninfa, no es así Zuko.
Sí, tío, se ve hermosa.
Gracias, pero exageran.
No exagerabas, en cuanto tú y Katara alcanzaron la cubierta no pudiste evitar ver las miradas que todos los soldados le daban, la verdad era que parecía una diosa del agua, además toda tu tripulación era bastante joven, pero no podían ver así a Katara, ella era tu invitada, ellos no tenían derecho a posar su mirada en ella.
Señorita Katara, luce bellísima esta noche.
Muchas gracias, Kia, tú también luces muy bien.
Gracias señorita.
Soldado se le ofrece algo más.
No, no señor.
Entonces retírese vamos a dar comienzo a la noche de talentos.
Zuko, no tenías que ser tan rudo con el pobre Kia, él sólo quería darme un cumplido.
No me importa. –E inmediatamente que dijiste eso tu brazo dejó su mano y se posesionó en su cintura, ella era tu invitada, tu maestra agua, nadie tenía derecho a verla, de pronto sentiste que esa noche de talentos era una mala idea.
Sentiste el fuerte agarre de Zuko en tu cintura, sin duda era un hombre posesivo, pero eso en él no te molestó, sabías que lo hacía para cuidarte, aunque tú sola podías hacerlo, a él le gustaba sentirse útil y tú te sentías segura con él a tu lado.
Bien, bien, por favor todos tomen asiento, la noche de talentos va a comenzar, el día de hoy tenemos un gran programa, contaremos con la participación por primera vez del príncipe Zuko y la señorita Katara, además cada uno de los integrantes de la tripulación deleitara a todos con alguna pieza musical, actuación o lo que mejor le parezca, ahora demos por iniciada nuestra reunión.
En cuanto tu tío terminó de hablar todos formaron un círculo alrededor de una pequeña fogata que estaba en el centro de la "pista", la luz de ésta alumbraba a todos, aunque era ayudada por la luz de la luna, que aunque no estaba llena, brindaba con gran resplandor.
Poco a poco a todos los tripulantes pasaron al centro y comenzaron a hacer cosas que ni tú sabías que podían hacer, algunos hicieron malabarismo, otros más hicieron actos de magia, claro la ayudante siempre era Katara, a pesar de tu renuencia a dejarla ir, otro tantos tocaron instrumentos raros o cantaron con una voz que nunca pensaste que tuvieran, el penúltimo en actuar fue tu tío quien "deleitó" a todos con su "melodioso" canto, después llegó tu turno.
Viste como Zuko se preparó para hacer su actuación, su vestimenta era incluso diferente a la que usaba todos los días, los pantalones rojos con las botas negras seguían igual, pero hoy su camisa era negra en lugar de roja, con algunos vivos rojos que cruzaban en forma de equis tanto al frente como la parte trasera, el negro le quedaba muy bien, resaltaba aún más la palidez de su piel, definitivamente era alguien apuesto y él lo sabía.
Tomaste tu posición como si te dispusieras a hace fuego control, te concentraste y dejaste que el fuego fluyera de tus manos, primero hiciste figuras sencillas: espirales, hojas de árbol, flores, luego hiciste animales, una variada cantidad, el más impresionante fue tu dragón, la cara de Katara se iluminó cuando lo vio, te gustaba que te viera, desde que estaba con ustedes, te gustaba tenerla cerca mientras practicabas o hacías cualquier cosa, siempre lograba que te esforzaras al máximo, para terminar tu acto hiciste un enorme ramo de rosas y lo posaste ante el rostro de la maestra agua, ella estaba encantada.
¡Bravo! Excelente príncipe Zuko, fue una gran actuación.
Gracias, tío.
¡Wow! Zuko, estuviste genial, y tu dragón… nunca creí que pudieras hacer eso y gracias por las flores.
De nada, quizá algún día podamos comprar unas de verdad.
Sí, quizá.
Bueno, Katara es tu turno, estás lista.
Sí, tío, enseguida voy.
Te dispusiste a tomar tu lugar al lado de tu tío, querías ver el espectáculo en el mejor lugar posible, ella se colocó en el centro y esperaste ansioso por ver su baile.
Señorita Katara, si quiere nosotros podemos acompañarla con algo de música.
Sí, eso sería genial chicos, aunque no sé cuál es la melodía, quizá si comienzo a bailar y después ustedes me siguen.
Está bien.
De repente la luna brilló con una intensidad inusitada, como si brillara más sólo para ella, colocó sus manos como si fuera a realizar agua control, pero en lugar de convocar su elemento comenzó con movimientos rítmicos y pausados, sus caderas seguían las ondulaciones que marcaban sus manos, era un baile en extremo sensual y no eras el único que lo pensaba, ahora entendías porque sólo lo aprendían las mujer que se iban a casar y porque sólo lo bailaban a sus parejas, maldijiste por lo bajo la inocencia de Katara.
De pronto el ritmo aumentó y con ello sus caderas se movían de una manera más insinuante, como podía decir que no veía nada malo en el baile, todo estaba mal, bueno, no es que estuviera mal, de hecho era perfecto, pero no para que toda tu tripulación la viera.
En menos de lo que pensaste el baile llegó a su fin, para el gran final Katara se arrodilló justo frente a ti, su respiración estaba agitada, pero sus ojos brillaban más que nunca, tú te perdiste en ellos fácilmente y antes de que pudieras pensar como una persona sensata tomaste su mano, la levantaste del suelo y la sacaste de la vista de todos, te había bastado ver sus miradas durante el baile, no dejarías que se acercaran a ella, ella era tuya, después de pensar eso, te dista cuenta, por primera vez, que te habías enamorado de la maestra agua, de hecho, comprendiste que te habías enamorado mucho antes de capturarla, por eso habías decidido llevártela.
Después de la emoción que te proporcionó el baile tu corazón latió mucho más fuerte cuando sentiste su mano sobre la tuya y la fuerza que imprimió para levantarte rápidamente y sacarte del campo de visión de todos, por qué estaba haciendo eso, no le había gustado tu baile, tú habías bailado para él, sólo para él. Volteaste a ver rápidamente a Iroh y una sonrisa se formó en sus labios, supusiste que eso era una buena señal, antes de volver tu vista viste como todos los demás soldados se reunían alrededor del antiguo general, acaso ellos sabían algo que tú no.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
En menos de lo que esperabas habían llegado frente al camarote de Zuko, entonces por fin se detuvieron, tu corazón latía muy rápido, supusiste que el suyo también, qué le había pasado.
Zuko, me puedes decir que pasa, qué te puso tan mal.
Nada.
Por La, Zuko, cómo puedes decir eso, me trajiste corriendo como loca desde la cubierta y me dices que nada te pasa.
Sí.
Por favor, Zuko, mírame, te molestó mi baile, dime algo, perdóname.
No.
Por qué no podías verla a los ojos, finalmente ella no sabía nada, podías seguir ocultándole tus sentimientos, pero no querías, no cuando hiciste cuentas mentales y fuiste consciente de que quizá en un par de días los amigos de ella les dieran alcance, pero seguro te rechazaría, eras su enemigo, un príncipe exiliado marcado con el deshonor para siempre. Tu cabeza daba vueltas, no la querías perder, no podías, entonces… sentiste como sus manos se posaban en tu cara y la volteaban lentamente para que la vieras.
Por favor Zuko, dime qué te pasa.
Acaso tampoco sabía que sus ojos hechizaban, esa mirada dulce y cristalina podía llegar hasta lo más profundo de tu ser y revolverlo todo.
No es nada.
No confías en mí.
Sí.
Entonces.
El baile.
Oh… no te gustó.
No es eso.
Baile para ti.
No, no, no, no podía decir eso enserio, porque eso significaba… significaba algo, cierto.
Gracias.
Pero no te gustó.
Sí, sí me gustó, me encantó, pero…
Pero…
Odié que todos te vieran, no me gusta que nadie te vea, es como si algo se encendiera en mi interior y me nublara la mente, sólo quiero golpear a quien posa los ojos en ti.
Oh… por eso salimos corriendo de ahí.
Sí.
Zuko, ¿estás celoso?
¡No!
Entonces no entiendo.
Es que… tú eres mi invitada, nadie tiene derecho a verte más que yo y quizá mi tío.
Quizá…
Sí.
Estás celoso.
Dije que no.
Sí, sí lo estás, pero sabes algo, yo también lo estaría si fuera al revés.
¡Qué!
A mí tampoco me gustaría que otras mujeres te vieran, seguro me pasaría lo mismo que a ti.
Definitivamente eso sí significaba algo.
Katara.
Zuko.
Ninguno de los dos supo cómo demonios los labios de uno se encontraron con los del otro, pero el contacto fue una experiencia deliciosa, los de Katara eran suaves y sabían a chocolate, los de Zuko eran cálidos y tenían un gusto a miel, la unión duró quizá sólo segundos pero para ellos fueron años.
Eso sí significa algo.
Perdón.
Nada, estaba pensando en voz alta.
Tonto.
Campesina.
Príncipe engreído.
Diosa del agua.
Ni… espera, eso no fue un insulto.
No.
Entonces tú eres un dios del fuego, verdad.
Te lo parezco.
Por supuesto.
Quieres que entremos a mi camarote a platicar.
Sí, creo que lo necesitamos.
Ven, pasa.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Definitivamente eras un genio Iroh, todo había salido perfectamente bien, ahora sólo faltaba que dieran el siguiente paso.
Quizá pronto el príncipe Zuko dejara de perseguir al Avatar para enfrentar realmente su destino.
