"Here's our destination,
so come on step inside,
take my hand and you will
discover what I hide"

Reflexiones

¿Qué pasó? ¿Qué fue lo que cambió? ¿Es cierto que las cosas están cambiando, o solo es un juego más en mi mente? No tengo la más remota idea del lugar al que quiero llegar, llevo vagando en este mundo varios años, y durante ese tiempo no he puesto algún mapa en mi mano. Llegué a pensar que tenía todo en claro, pero me he dado cuenta que nada es cierto; que ésta es una de las pruebas más difíciles a las que me he enfrentado; mi orgullo no me deja salir adelante, no puedo, no quiero.

Solo fui un juego para él, un rato de ocio. A final de cuentas, mi vida y mis sentimientos son efímeros. ¿Qué es lo que queda entonces? Un montón de sueños rotos tirados en el suelo, duele acercase, duele acordarse.

No hablo, no quiero hablar, prefiero ver todo desde mi perspectiva, alejada de lo demás, alejada de esta realidad que cada día puedo sentir más deshecha, más hueca. No hay nada que me apetezca hacer para mejorar la situación, mis fuerzas flaquean y mi voluntad se desvanece, lo peor es que sé que está mal, y aun así me rehúso a cambiar la condición en la que me encuentro. Ni yo puedo explicar el porqué de tantas sensaciones, la razón de ser de mis emociones. Nunca me había sentido tan sola y destrozada. Un dolor que me indica que aunque estoy en su compañía, estoy sola, personas que consideraba mis amigos se han ido alejando.

Los extraño, no puedo explicar con precisión qué fue lo que pasó, pero de un momento a otro todo se desvaneció; de Shippo y Kohaku ya no sabía nada, de Kagome, Inuyasha, Sango y Miroku sabía muy poco ya. Fui yo la que los alejó, tenía miedo de lastimarlos a ellos también.

Sonreír es difícil, no es natural en el estado en el que me encuentro, aunque después de tantos años de práctica es casi espontáneo, por decirlo de alguna manera. Fingir estar bien es aún más doloroso después de haber experimentad la felicidad.

¿Qué es lo que hay que hacer? No quiero recibir nada de él, no quiero su compasión, no quiero verla reflejada en sus ojos. Me siento vulnerable cuando lo hace. Espero no volver caer en la falsa trampa de la felicidad, no puedo creer que haya caído. Lágrimas luchan por derramarse en mis mejillas, las detengo, no vale la pena llorar, ya no más. Ayúdame. Ayúdenme. Tal vez sea yo la que está mal, normalmente todo es a causa mía, a fin de cuenta mi vida es mi responsabilidad.

Recuerdo aún la dulce sensación de sus labios rozando los míos, no puedo creer que todo haya desaparecido tan rápido, una pequeña semilla de rencor e clava en pecho.

¿Qué me hace falta? ¿Por qué carezco de todo eso? Bueno, posiblemente porque no soy merecedora de todo eso. ¿O sí? Falsas esperanzas adornan mi cabeza, no soy nadie para decidir el azar del destino.

Sonrío ingenuamente al recordar lo ilusa que fui al pensar que Sesshomaru me correspondía. Nada de eso era ya cierto, posiblemente tengo que seguir caminando, vagando por este mundo, enfocar mi atención en los humanos, olvidarme de aquél demonio que había robado mi corazón.