Mi primera historia no-malec *-* Es Shumdario (Harry-Matt) porque a mucho honor soy shippeadora de ellos.
Prólogo
Flashback/Detrás de escenas del episodio 2x18
Matt y Harry se encontraban sentados en sus respectivas sillas en el set del loft de Magnus, más específicamente en la habitación, mientras Todd estaba de pie junto a la cama, explicándoles en cuales puntos debían detenerse al tiempo que los marcaba con cintas de colores en el suelo. Amanda estaba un poco más allá, supervisando todo.
—¿Entienden? —preguntó Todd—Sé que será un poco más complicado ubicarse ya que estarán con los ojos cerrados besándose, pero si Matt cuenta cinco pasos desde la puerta llegaran al punto.
—Y luego lo empujo hacia atrás— continuó Harry, a lo que Todd asintió.
—Ahí habrá un corte. Tal como lo ensayamos, en la siguiente toma ya estarán sobre la cama. Es solo para evitar accidentes.
—Claro, no quiero aplastar a Matt con mi peso—apoyó Harry. Matt no pudo evitar una risa divertida.
—Como si eso fuera posible—dijo, y ante su comentario Todd también rió. A pesar de que Harry era más alto que el hombre promedio, se había vuelto divertido molestarlo porque, junto a Matt, parecía un alfiler. Harry rodó los ojos y se puso de pie.
—Suficiente, basta de divertirse a mi costa. ¿Vamos a ensayar? Sé que esta escena es muy corta, pero las maquillistas me esperan para una prueba.
—Es corta porque ustedes quieren—recalcó Matt mientras se ponía de pie y señalaba con su mano a Todd— Ya les dijimos que no tenemos problema con llevar las cosas más lejos.
—Exacto—concordó Harry—Es la primera vez Malec, debería ser más memorable. Más larga, sobre todo—Todd suspiró.
—Chicos, ya hablamos de esto. Incluir relaciones homosexuales en la televisión es un tema muy serio y delicado. Cualquier cosa, los roles, el tiempo, el lugar, las palabras, hasta las acciones pueden parecer que queremos faltar el respeto. Es mejor no llevar las cosas tan lejos, por ahora—Matt y Harry soltaron un suspiro y empezaron a moverse a sus posiciones, después de todo Todd tenía algo de razón.
Amanda, quien había prestado total atención a la conversación, decidió guardarla en su cabeza. Algo le decía que esa información podría serle útil en el futuro.
En el presente
Amanda suspiró mientras pasaba sus dedos sobre las dos tarjetas de plástico que se encontraban justo frente suyo, sobre el escritorio en la oficina del director. Aparentemente los fans de la serie habían quedado muy conformes con su trabajo dirigiendo el episodio de los flashbacks y la separación de Malec, así que se le había delegado la dirección de uno de los nuevos episodios de la temporada donde Malec también tenía un papel fundamental.
Tenía miedo de no alcanzar las expectativas que el equipo y todos los fans le habían impuesto. Uno de los trabajos de un director consistía en dar todo de sí para que la escena escrita en el guión fuera creída y causara emociones en el espectador, así que eso fue lo que se propuso. Esta vez quería hacer algo diferente, algo más real, algo que traspasara la pantalla para que cada fan de la serie, al ver el capítulo, sintiera el cambio. Ya sabía lo que debía hacer, y el equipo de Shadowhunters estuvo de acuerdo y la apoyaron, solo faltaba que los directamente involucrados se enteraran de la decisión.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por un firme golpe en la puerta. Ella se sobresaltó, ocultó las tarjetas deslizando sobre ellas las hojas de uno de los guiones pasados, y alzó la voz.
—Adelante.
La puerta se abrió y por ella entraron Harry Shum Jr y Matthew Daddario. El primero, como era usual en él, estaba comiendo una manzana roja mientras el borde de su celular se asomaba por el bolsillo de sus jeans, como si acabara de guardarlo. Matt, por el contrario, tenía las manos dentro de sus bolsillos y su espalda se inclinaba ligeramente hacia adelante, haciendo que una serie de arrugas se formaran en su sueter marrón, en la parte del abdomen. Como siempre, ese chico parecía un adolescente desgarbado y despreocupado a pesar de estar en los 30.
—Hola, chicos—saludó Amanda tranquilamente. Recordó que, cuando le contó su plan a Todd, éste había sonreído diciéndole que era una buena idea, y que debía tomarse con toda naturalidad. Ella se esforzaba, tampoco le parecía la gran cosa del mundo, pero no podía evitar sentir vergüenza.
— ¿Pasa algo?— preguntó Harry con esa melodiosa voz con la que Amanda siempre lo reconoció, y después le dio un sonoro mordisco a su manzana— Nos dijeron que nos mandaste llamar— completó, esta vez su voz sonó extraña porque estaba hablando con la boca llena.
—Matt, Harry, tengo una propuesta para ustedes— ella se puso de pie para darle la vuelta al escritorio y quedar frente a ellos, recostando su trasero contra la superficie de madera de la mesa.
—Tú dirás—dijo Matthew servicial.
Amanda dio un largo y profundo respiro, era hora de soltar la bomba.
—Necesito que ustedes dos se acuesten—soltó. Harry, quién tranquilamente volvía a acercar la manzana a su boca, se detuvo a medio camino y la miró incrédulo—Que tengan sexo— aclaró. Vio el pecho de ambos inflarse, como si estuvieran tomando aire para responder ante la propuesta, por lo que decidió continuar— Estuve pensando junto con el resto del equipo, y decidimos que ésta sería una gran estrategia de actuación. Escuchen, quiero que lo que se viene para Malec, sea algo impactante, nada comparado con lo que hasta el momento he hecho. Creo que ya están enterados que, desde que formalizaron la relación, sus personajes se han acostado varias veces. Pues necesito mostrar eso en la pantalla, esa cercanía, esa confianza que solo se logra cuando ya has conocido de todas las manera posibles a la persona que tienes junto a ti.
—¿No es un poco exagerado? —preguntó Matt dudoso. La verdad, Amanda no le temía a convencer a ese, sino al otro, al casado y enteramente heterosexual. Harry lanzó su manzana sin terminar directo al cesto de la basura y luego miró directamente a la directora.
—No necesitamos llegar hasta eso— anunció— Estoy seguro de que podemos actuarlo— para convencer a la mujer, estiró sus brazos hacia el cuello de Matt, una muñeca la usó para agarrarlo de la nuca mientras la otra hacía masajes circulares en el mismo lugar. Amanda soltó un suspiro y se cruzó de brazos mientras los observaba crítica. Matthew se giró hacia Harry para ayudarlo a comprobar su punto, y ambos se dieron un beso, pero no como los piquitos que últimamente estaban acostumbrados a hacer, sino más bien como el "primer beso Malec", con lengua, succionando los labios del otro.
Amanda no dijo nada, simplemente esperó a que terminaran lo suyo. Cualquier fan de Malec, o en cualquier caso de Shumdario, moriría por ver lo que ella presenciaba en ese momento. Claro que se sentía la química entre ellos dos, estaba segura que ningún espectador dudaba de que Magnus y Alec se amaran. Pero para ella, eso no era suficiente. Quería más confianza, más sensualidad, más pasión, pero no una pasión que anhelaba más, que era la que Harry y Matt le estaban mostrando, ella quería una pasión que mostrara que habían llegado a ese "más" muchas veces. Quería que cuando los fans vieran las escenas Malec, pensaran "Si, definitivamente Magnus y Alec son más que simples novios. Cada vez que Alec se queda en el loft, no es a dormir".
Una vez que los chicos se separaron, Harry dejó sus brazos alrededor de Matt y se giró hacia la mujer.
— ¿Qué tal?
—Hermoso, como todo lo que ustedes hacen— dijo ella— Pero no es lo que estoy buscando—Harry chasqueó la lengua y finalmente soltó a Matt.
— ¿Qué es lo que estás buscando? —preguntó Matthew— Intentaremos actuarlo lo mejor que podamos—Amanda miró hacia el techo, pensando en la mejor forma de explicarlo.
—¿No les pasa que cuando van por la calle y ven a una pareja de novios, con solo verlos, les es fácil deducir si ya se han acostado o no? —preguntó. Harry y Matt compartieron una mirada y luego volvieron a dirigirse a ella sin decir nada. Amanda supuso que quizás su ejemplo solo serviría para una mujer, así que pensó en otra cosa— Obviamente, una pareja de casados ha tenido su noche de bodas. Creo que al menos ustedes dos, a primera vista, son capaces de diferenciar a una pareja de novios de una de casados. Es difícil de explicar, pero hay algo, un cambio en la mirada de ambos, en sus movimientos… es como si el otro cuerpo ya fuera una extensión del propio, porque lo conoce a la perfección—ambos chicos siguieron observándola en silencio, y al final Matt fue el primero en hablar.
—Entiendo— dijo. Pero eso no significaba una afirmación, solo que entendía lo que Amanda intentaba explicar. Harry miró a su compañero de grabación y luego dirigió sus ojos achinados hacia el suelo, pero no dijo nada. Amanda se enderezó y volvió al frente de su escritorio para tomar su tableta digital.
—Tengo algo que mostrarles— comunicó, luego deslizó sus dedos por la pantalla, y finalmente dejó que Matt y Harry vieran a Esther y a Shelby frente a ellos, en una videollamada.
—¡Wow! —dijeron ambos chicos y dieron un paso hacia atrás. Las chicas en la pantalla rieron y los observaron divertidas.
—Hola— saludó Harry con una sonrisa, pero su voz estaba teñida de sorpresa. Después se giró hacia Matt y le habló en voz más baja— Esto definitivamente es inesperado—comentó, haciendo que Matt riera y asintiera en acuerdo. Amanda los observó con atención, ellos eran amigos muchos más cercanos de lo que aparentaban ante los fans, eso con el propósito de que no los shippearan como pareja, y ni siquiera por ellos mismos, sino porque no querían que alguien lastimara u ofendiera a Esther o a Shelby. Fue un acuerdo que se hizo con todo el cast y con todo el equipo durante el rodaje de la primera temporada.
—¿Dónde están? —preguntó Matt mirando a su novia y a la esposa de su amigo. Esther y Shelby eran amigas, eso si no era un secreto para nadie. Lo sorpresivo aquí era que Amanda estuviera haciendo una video llamada con ellas juntas.
—En la casa Shum— dijo Esther, y levantó una bandeja de comida de la mesa— Estamos cocinando pato al horno.
—Sí, pero Amanda nos pidió que la ayudáramos—continuó Shelby con su característica voz aguda y con una considerable buena vocalización, tal como debía ser cualquier actriz de doblaje de voz— Chicos, no se preocupen por nosotras.
—Exacto— apoyó Esther— Ya nos dijeron qué es lo que ustedes deben hacer, y queríamos decirles que las dos estamos de acuerdo y que no tenemos ningún problema con ello. Enserio—Amanda sonrió triunfal.
—Pero…—empezó Harry.
—Harry, no importa— dijo Shelby— Solo es actuación. Y por lo que escuché, hará que Malec avance muchísimo. Y sabes que siempre te apoyaré en todo lo referente a tu trabajo.
—Lo mismo para ti, Matt— aportó Esther asintiendo. Los chicos se quedaron en silencio, por lo que Amanda supuso que ya era hora de continuar con su explicación. Giró la pantalla de las chicas hacia sí misma y les sonrió.
—Gracias por esto, chicas. Creo que hemos logrado quitarles a estos chicos un gran peso de encima. Ahora tengo que dejarlas, y espero que quede bien cocido ese pato.
—¡Cuídate, Amanda! —dijo Esther, mientras que Shelby solo sonrió, y luego la llamada se terminó.
Shelby bajó su iPhone, con el que había contestado la videollamada de Amanda, y como no pudo aguantarse más, soltó una carcajada. Esther la miró divertida y le dio un suave golpe en el brazo para que se callara.
—Sigamos con lo nuestro— dijo la actriz de voz, aun riéndose. Esther asintió, y luego ambas volvieron a lo suyo, picando vegetales y mezclando especias. En realidad, si fuera por ellas, desde hace mucho hubieran hecho un cuarteto, pero nunca lo sugirieron porque sabían que sus respectivos acompañantes masculinos se hubieran escandalizado. Contrario a Harry y a Matt, a ellas les divertía que las shippearan cuando subían una foto. Y les divertía aún más saber que sus chicos estaban a un paso de ser literalmente arrojados a una cama. "Eso les pasa por ser tan quisquillosos con esas cosas" se burló Shelby mentalmente. Esther la miró, sabiendo lo que estaba pensando, y no pudo evitar volver a reír.
Amanda dejó el aparato de nuevo sobre el escritorio, y volvió a mirar a los chicos.
—Todo es actuación— continuó— Piensen en que no serán Matt y Harry, sino Magnus y Alec. De hecho, los van a vestir y maquillar como tal. Esto no es por diversión ni nada por el estilo, es un serio método de actuación, y ustedes no serán los primeros en usarlo. Les interesará saber que en varias películas de renombre, el hecho de que los actores principales tuvieran sexo ayudó a mostrar el avance de su relación en la pantalla—ella agarró las tarjetas de plástico que había escondido y las estiró hacia ellos, quienes las tomaron sin emitir sonido alguno— El equipo incluso ya preparó el lugar. Será en un hotel, y esa tarjeta es la llave de la habitación. El pago solo incluye esta tarde y noche, hasta las ocho de la mañana, así que pónganse de acuerdo en la hora del encuentro.—Harry miró la tarjeta y luego a la directora.
—Pero… no me atraen los hombres.
—A mí tampoco— apoyó Matt. Amanda miró al de raíces asiáticas.
—Pero a Magnus sí— replicó— y Magnus ama a Alec, ni estando loco desaprovecharía una oportunidad para acostarse con él. Y te repito: esta noche, será Magnus quien esté ahí, no tú— la mujer los miró a los dos—Ahora, hay otro asunto que debemos aclarar. Supongo que están enterados de que las relaciones homosexuales son diferentes a las heterosexuales, ¿No? Creo que es obvio.
—Sí…—respondieron ambos chicos. Las mejillas de Amanda se tiñeron de rosa mientras ella levantaba sus manos para graficar su punto.
—Debe haber un activo y un pasivo. Uno de ustedes debe dar, y el otro debe recibir. No estoy segura de si quieren turnarse durante la noche, pero por si acaso, lo mejor es que definamos esos roles aquí y ahora—Harry y Matt abrieron los ojos, con este último ruborizándose ligeramente debido a lo pálido de su piel. Amanda pasó la mirada de uno al otro, solo por teatro, porque en realidad previamente ya había definido todo.
—Mmmm… a ver…—los chicos la observaron expectantes— ¿Quién prefiere recibir? —ninguno dijo o hizo algo. Ella sonrió— ¿Quién prefiere dar? —tampoco hicieron algo al instante, pero luego, tímidamente, ambos levantaron un solitario dedo. Ella rió, y se lamentó de no haber podido grabar aquello— Muy bien. Harry, por cuestiones de practicidad y estrategia, tú recibirás.
—¿Qué? —preguntó él abriendo los ojos. Matt se giró a verlo y rió, era la sonrisa que te daría un amigo cuando te tropiezas, como diciendo "Lo lamento, solo que en realidad no". Claramente el de ojos avellana encontraba divertida la rabieta de Harry— ¿Cuestiones de estrategia y practicidad? —Amanda asintió y levantó sus dedos para enumerar diplomáticamente.
—Eres el más pequeño, y Matt es más fuerte y pesado que tú. No les voy a hablar de posiciones, pero tengan un poco de imaginación y me comprenderán. Además, con los fans, Magnus como pasivo ha sido el más popular desde que se estrenó la serie, y no me preguntes por qué. Tercera razón, tú sabes mover muy bien las caderas—Harry abrió aún más los ojos, y el rostro de Matt ya asemejaba un tomate—La voz de Matt es muy grave, y se nota que su "paquete" es más grande. Tus gemidos sonarán más melodiosos, además…
—¡Amanda! —se quejó Matt, pero no por la ofensa a su tono de voz, sino por la desfachatez de la directora. Ella se encogió de hombros.
—¿Qué? Ay, por Dios, es solo sexo. Creo que ustedes le están poniendo más importancia de la que en realidad tiene. No serán ni los primeros, ni los últimos ni los únicos hombres que se acuestan con alguien de su mismo sexo. Y no hay riesgo de que alguno quede embarazado. Así que cálmense—Matt llevó una mano para cubrir su rostro avergonzado, mientras que Harry seguía viendo a la mujer con la boca abierta. Al parecer, la revelación de su rol le había robado el habla. Así que, como ninguno protestó, la directora supuso que ya había cumplido con su labor.
—Es todo— informó, y se giró para sentarse tras su escritorio— Hemos decidido que hoy no grabaran ninguna escena, así que pónganse de acuerdo en lo del hotel y luego hagan lo que quieran el resto del día, siempre y cuando se presenten con los maquillistas y los de vestuario antes de irse. Y espero que disfruten la habitación que el equipo les ha pagado. Ahora, debo empezar a trabajar—ambos chicos tomaron eso como la despedida, por lo que Matt tomó a Harry del codo y lo sacó de la oficina de la mujer. Amanda soltó un suspiro y dejó caer la cabeza contra la mesa.
Una vez en el corredor y con la puerta cerrada, soltó al asiático y lo miró de frente. Fue inútil luchar contra la sonrisa que le provocaba ver a Harry en ese estado, después de todo, un buen amigo es aquel que se alegra de las pequeñas desgracias del otro.
En su caso, era un actor que se podría decir que estaba empezando en su carrera. No tenía mucha experiencia en escenas eróticas, pero aunque le inquietaba y al mismo tiempo una pequeña parte de él se empeñaba en creer que aquello estaba mal, lo haría. Dejaría que Alec se apoderara de su cuerpo y se uniera a Magnus esa noche, lo haría para ayudar al avance de Malec, para mejorar sus capacidades y experiencias como Alec, para complacer al equipo, y porque después de todo era un actor, y cualquier actor sabía que no importaba lo que pasara con el cuerpo.
Harry, por otra parte, estaba en shock. Era un actor con más experiencia y profesionalidad que Matt, y tener sexo no era el mayor de sus problemas, sino que fuera con un hombre, y específicamente con Matthew Daddario. Hubiera preferido a alguien más pequeño, delgado, con una contextura un poco más afeminada, y sobre todo, que no fuera su amigo.
Ahora bien, tenía otro conflicto: Iba a recibir. Como lo veía, iba a hacer el papel de la mujer, algo totalmente nuevo para él. No sabía específicamente qué debía hacer, o si le iba a doler, y francamente tampoco se sentía preparado para volverse el sumiso en la relación íntima, sentía que su personalidad no daba para eso.
—¿Te parece a las ocho? —preguntó Matt, como si estuvieran poniéndose de acuerdo para ir a jugar bolos. El de los ojos avellana levantó la tarjeta de plástico y la miró— Aunque no sé dónde queda este hotel—Harry también levantó la tarjeta y leyó el nombre.
—Yo sí— comentó— Si quieres te puedo recoger donde digas y nos vamos juntos…—Matt miró hacia otra parte y Harry suspiró—Está bien, mala idea. Mejor ahorrémonos ese incómodo viaje y más tarde te envío la dirección a tu celular—Matt asintió en agradecimiento y ambos hicieron ademán de girarse e irse, pero Harry recordó algo y volvió a dirigirse al otro— Cuando lleguemos ahí, dejaremos de ser Harry y Matthew, y ellos no volverán hasta mañana. Esta noche seremos Magnus y Alec—Matt asintió, después de todo eso ya había quedado claro, pero el bailarín sintió la necesidad de volver a recalcarlo—Bien, ahí nos vemos.
—Hasta entonces, Harry— dijo Matt, y ahora sí se giró y se fue. Harry no entendía por qué se estaban separando, después de todo ninguno tenía nada que hacer y podían pasar juntos el día comiendo o hablando, pero luego comprendió que el de ojos avellana estaba evitando cualquier cosa incómoda. Lo que lo llevaba a que Matt también temía que eso afectara de alguna forma su amistad.
—Pues no va a pasar— le dijo a la nada, y empezó a caminar en dirección opuesta. Matt era un amigo invaluable, no lo perdería por culpa de una actuación de una noche. ¿Qué acaso los actores porno no podían ser amigos entre ellos? Y además, en su caso nadie los grabaría para mostrárselo al mundo. Harry sonrió, más confiado de sí mismo y de lo que Amanda les había pedido.
Por alguna extraña necesidad de sentirse fuerte y robusto, se dirigió al gimnasio y le rogó a Nuno, el entrenador, que trabajara con él de manera excesiva. Quería llevar su cuerpo al límite, poner a trabajar sus músculos, y quizás ganar más masa muscular para esa noche. Temía que se fuera a sentir como una chica.
Matt llegó a su tráiler personal, cerró la puerta con llave, y se sentó en el sofá mientras tomaba su celular. Era claro que Harry estaba preocupado por su rol, pero él también. Después de todo, cargaba sobre sus hombros una gran responsabilidad.
Abrió el buscador, y literalmente escribió "Fanfics en inglés de Malec de Shadowhunters" (English fanfics of Malec from Shadowhunters- Malec´s english fanfics from shadowhunters) creyendo que necesitaba ser muy específico, asumiendo ingenuamente que habrían pocos. Ya había leído un par de ellos, pero no fue porque los buscara, sino porque lo etiquetaban o se los enviaban, y de todos modos solía saltarse las escenas sexuales, solo divirtiéndose con leer a su personaje y al de Harry siendo tiernos.
El buscador arrojó un montón de resultados: Archive of Our Own, Fanfiction, Wattpad…se acomodó en el sillón sabiendo que le esperaba una gran tarea. Debía abrir enlaces, buscar historias subidas de tono, y documentarse sobre lo que, como seme-activo, debía hacer. Lamentablemente no contaba con que, a medida que iba leyendo, su cuerpo se iba interesando y calentando.
Así pasaron varias horas, con Matt leyendo y con Harry llevando su cuerpo al extremo. Fue éste último quien primero se dio cuenta de la hora, se despidió de Nuno, y en medio de temblores y espasmos de sus músculos adoloridos se dirigió a las duchas. Tuvo que esperar varios minutos bajo el agua caliente para que su cuerpo se relajara y dejara de dolerle todo, y una vez que salió, se sentía como un nuevo ser lleno de vitalidad y energía. Aún en bata, se dirigió con las vestuaristas, pero no imagino que al llegar se encontrara con que ellas habían convertido el vestidor en un spa.
—Bienvenido, Magnus— dijo una de ellas con una enorme sonrisa en su boca. Harry se preguntó levemente si ellas estarían enteradas de lo que él y Matt harían esa noche— Ya tenemos listo tu vestuario. Pero antes, te queremos dar un regalo de parte de todas nosotras.
—Una exfoliación— añadió otra. Harry sonrió, ya había ido a un spa de verdad, y encontraba ese tratamiento como algo relajante, por lo que dejó caer su bata quedando solo en ropa interior (como era usual con sus vestuaristas) y se recostó en la camilla que ellas le indicaron. Nunca imaginó que aquello no sería relajante, sino una completa tortura. La mujeres restregaron su piel hasta dejarla roja, y después aplicaron por todas partes una crema que, aunque le refrescó, olía a sándalo y dejaba pequeños destellos brillantes.
—Todo es parte de la caracterización— dijo una en medio de una carcajada. Harry, con su cara pegada contra la camilla y lamentándose de su miseria, gruñó.
—Me vengaré de esto— advirtió, y su amenaza hizo que todas ellas soltaran una carcajada limpia. A continuación le colocaron el vestuario, y luego él se dirigió con los maquillistas.
Matt dio un fuerte jadeo cuando terminó otra fanficción. Ya que no contaba con tiempo, no pudo leer las historias con todo el contexto que involucraba, pero a juzgar por lo detallado de las escenas eróticas, no dudaba de que todos ellos fueran buenos escritos. Aunque se quedó con un sin sabor, y es que siempre había visto a las fans como niñas adorables y pequeñas, e incluso se preocupaba cuando una escena era muy violenta o sangrienta. Ahora su perspectiva había cambiado radicalmente, y se preguntó si no sería él el niño.
Miró la hora y se puso de pie de un salto. Se le había hecho muy tarde. Dejó el celular a un lado y corrió con los vestuaristas, sin poderse quitar de la cabeza la idea de que, a pesar de todo, lo que leyó le había agradado de alguna forma.
Cuando llegó se encontró a las mujeres detrás de una camilla y con una enorme sonrisa en sus rostros, como si lo hubieran estado esperando.
—¿Hola? —saludó extrañado por el recibimiento.
—Matt, tenemos un regalo para ti. Una exfoliación— dijo una de ellas. Matt arrugó la nariz.
—¿Qué es eso?
—Es…—una de ellas miró al resto en busca de ayuda.
—Mejor quítate la ropa y acuéstate. Ya lo experimentarás— aportó otra. Matt se encogió de hombros y obedeció, después de todo, esas mujeres eran adorables; no había posibilidad de que le hicieran algo malo.
Ellas se miraron traviesamente, y procedieron con su tratamiento. Originalmente habían decidido que a Matt también le harían una depilación general, pero luego descartaron la idea porque, aunque quizás le hubiera facilitado las cosas a Harry, Matt ya no sería Alec.
Una vez que terminaron de exfoliar y de ignorar todas las quejas de Matt por el dolor, aplicaron una crema humectante y perfumada. Olía fuerte, varonil. Perfecto para Alec en una situación así. Luego simplemente lo vistieron y dejaron que se fuera a que le pusieran sus runas.
Harry fue el primero en llegar a la habitación del hotel. Sacó de su bolsillo la tarjeta y la pasó por la perilla de la puerta, haciendo que esta hiciera un click y se abriera. Al menos debía agradecer que les hubieran conseguido una habitación aparte, y no tuvieran que hacerlo en el set del loft.
Adentro, su mandíbula cayó ante lo que sus ojos veían. Habían velas, pétalos de rosa roja sobre la cama de sábanas doradas, música tenue, copas junto a una botella de vino, y la puerta del baño estaba vierta, revelando una tina con más velas y más pétalos. Se preguntó en la necesidad de todo eso si lo único que importaba era que se uniera íntimamente a Matt, pero luego decidió dejar de quejarse y valorar el esfuerzo del equipo de producción.
Caminó hasta el espejo de la habitación y se miró en él. Tenía puesta una pañoleta, una camisa de abotonar de color morado, un abrigo largo negro, y pantalón y zapatos del mismo color. Sus ojos estaban delineados, su cabello estaba en punta, sus uñas estaba pintadas, y un montón de anillos adornaban sus dedos. No había nada de Harry ahí, todo era Magnus.
Miró alrededor y encontró un sofá en el cual sentarse, tal como Magnus lo haría. Ahora solo faltaba esperar que Matt llegara y que terminaran con eso.
Matt atravesó el corredor a paso apresurado, consciente de que iba tarde para el encuentro. Una vez que estuvo frente a la puerta, se detuvo para recomponerse y respirar, y luego estiró una mano para tocar. Pero no lo hizo, porque en una situación así, y teniendo la llave, Alec simplemente entraría. Se acomodó el arco de Alec en su espalda y abrió la puerta.
—Hola…—dijo alegremente, pero su voz murió al ver lo que tenía frente a él. La habitación parecía suit de noche de bodas.
—Alexander—saludó Harry con una sonrisa coqueta, y se puso de pie del sofá donde estaba sentado. Matt lo recorrió con la mirada, era increíble que ese mismo hombre fuera el que horas antes estaba haciendo una rabieta. Pero lo que era más increíble era que fuera uno de los protagonistas de todo lo que había leído. Cientos de imágenes pasaron por su mente, pero se esforzó en apartarlas antes de que hicieran estragos en él. Al menos su imaginación no se quedaría corta esa noche.
Harry caminó hasta él, puso una mano en su pecho, y dejó un rápido beso de bienvenida en sus labios.
—¿Cómo te fue en tu día?
—Los mismos problemas de siempre—comentó, y miró alrededor, buscando un lugar dónde dejar su arco— Algunos pocos demonios, Jace y Clary enamorados pero con sus dramas de pareja, unos cuantos Shadowhunters que se niegan a obedecerme… lo usual— Harry frunció el ceño.
—¿Fuiste a cazar? No es común desde que eres la cabeza del instituto—Matt se encogió de hombros y finalmente optó por dejar el arco en el suelo.
—A veces uno tiene que dar el ejemplo de disciplina y entrega—comentó. Harry asintió como si estuviera de acuerdo y luego su mirada se deslizó hasta una de las mesas.
—¿Quieres beber? —preguntó. Matt rió.
—Ya te estabas tardando— ese comentario hizo que Harry también riera al tiempo que se dirigía a servirles copas de vino a ambos—¿Magnus?
—¿Sí? —respondió Harry de espaldas.
—¿Qué es… todo esto? —Harry dejó de mover sus manos y giró la cabeza hacia él.
—Una sorpresa para ti—respondió astutamente— Espero que te guste. Así como espero que te guste lo que seguirá a continuación— y con eso volvió a girarse hacia las bebidas. Matt caminó hasta él y lo abrazó por detrás, haciendo que Harry se congelara en sus brazos.
—Me encanta—se esforzó en bajar la voz para que saliera como un susurro— Desde hace mucho quería repetir "el siguiente nivel".
—Bueno, no nos precipitemos— dijo Harry con una sonrisa—Apenas acabas de llegar, y no hemos bebido. Además, recuerda que no podemos literalmente arrojarnos a esto, he perdido a muchas ex parejas de esa manera. No quiero perderte a ti— Matt sabía que Alec se ponía serio por la mención de otros en la vida de Magnus, pero le daba la impresión de que Harry estaba intentando posponer lo inevitable, y no lo iba a dejar. No había perdido su tiempo excitándose al leer a Magnus.
—Si— concedió, y giró el cuerpo entre sus brazos, haciendo que Harry quedara frente a él—Y tú recuerda que no tienes nada de qué preocuparte. Te amo, y no dejaré que me pierdas así como tampoco permitiré que algún día yo te pierda a ti—Harry hizo una pequeña sonrisa, y Matt unió sus labios antes de darle tiempo de decir algo más que les diera largas.
Harry, naturalmente, correspondió con toda la pasión y sentimiento que Magnus pondría en una situación así. Matt disfrutó ser correspondido, por lo que procedió a empezar con la tarea. Quitó el abrigo de Magnus y lo arrojó lejos mientras, sin permitir que su acompañante se alejara demasiado, empezó a guiarlos a ambos hacia la cama. Harry no soltó sus labios en ningún momento, moviendo su boca con maestría, haciendo que Matt perdiera todo el aliento pero negándose a alejarse en busca de aire.
En el camino, y tal como ocurrió en el show, Matt se quitó los zapatos, pero esta vez fue él quien arrojó a Harry sobre la cama.
—Veo que hoy estas especialmente lleno de energía—comentó Harry con una sonrisa y con su respiración acelerada mientras se sostenía de los codos. Matt se quitó la camisa de Alec por la cabeza y la arrojó a un lado de la habitación.
—Todo el día te extrañé— dijo. Harry sonrió, y Matt se lanzó hacia adelante para capturar esos sonrosados labios. Estando en eso, usó sus largos y torpes dedos para desabotonar la camisa de Magnus, mientras Harry pasaba la mano por su cabello, alborotándolo completamente. Una vez que el suave y dorado pecho de Harry estuvo a la vista, el de ojos avellana bajó la cabeza y procedió a pasar sus labios por la superficie expuesta, tal como había leído que su personaje lo hacía en cientos de historias.
—Cuanta habilidad, shadowhunter—murmuró Harry, dejando salir pequeños jadeos por entre sus labios y con sus ojos cerrados.
—He estado trabajando en ello— respondió Matt, y no pudo evitar reír por lo irónico de su respuesta.
De un momento a otro, Harry se sentó para poder terminar de desabrochar la prenda, dejando sus brazos ocultos pero su pecho a la vista. Ahí estaba, un Magnus que no tenía problema en mostrar su tórax desnudo al hombre que amaba. Luego se empujó a sí mismo hacia adelante, haciendo que esta vez fuera Matt quien quedara atrapado contra la cama. El de ojos avellana no alcanzó a rechistar o a reaccionar antes de que Harry dejara un camino de besos a lo largo de su cuello, delineando la runa de bloqueo, mientras con sus manos iba jalando los pantalones de Alec hacia abajo. La parte posterior de su muñeca alcanzó a rozar el miembro de Matt por sobre la tela de la ropa interior, haciendo que el de más alta estatura lanzara su cabeza hacia atrás. Hubo algo en esa reacción, tal vez el darse cuenta de lo que había logrado en el otro, lo que hizo que la mente de Harry se nublara y algo diera un tirón dentro de sus pantalones. No iba a mentir, pasó por su cabeza el temor de que probablemente no se excitaría esa noche, pero al parecer no había nada de qué preocuparse.
Desear volver a escuchar el jadeo contrario fue lo que impulsó al de raíces asiáticas a soltar los pantalones de Alec y volver a llevar su mano al miembro de Matt, esta vez acariciándolo sobre la tela de la forma en la que, cómo hombre, sabía que era placentero. Matt era un desastre de sonidos lascivos, casi como un adolescente virginal, y en pocos segundos su miembro empezó a erguirse. Harry se preguntó levemente si su compañero de trabajo realmente estaba canalizando a Alec y metiéndose enteramente en el personaje, o si esas reacciones eran totalmente genuinas. Lo malo era que no se le ocurría qué podría decir Magnus para averiguarlo.
Harry finalmente volvió a levantar los brazos y se preguntó cómo haría para quitarle la camisa de Alec a Matt, teniendo en cuenta que éste último se encontraba acostado debajo de él. Aun así no tuvo tiempo para averiguarlo, porque Matt con urgencia llevó sus manos al pantalón de Harry y lo bajó de un tirón, con todo y ropa interior. Harry se congeló, y Magnus lo abandonó. Podía sentir el miembro erecto de Matt haciendo presión sobre su muslo, el calor de la atmósfera que habían creado, pero ahora sentía que solo era él, Harry Shum, y estaba a punto de ser penetrado por otro hombre, por su amigo.
Matt debió notar que algo iba mal porque detuvo sus movimientos. Harry quería decirle algo como Magnus, pero ya no era capaz de sentir al personaje dentro de él. Estaba demasiado abrumado por la situación, y por lo sabía que iba a pasar. Después de todo él aún era virgen en esa parte de su cuerpo.
—¿Harry? —preguntó Matt. Harry gruñó y dejó caer su cabeza sobre el hombro del contrario.
—Se supone que no íbamos a salirnos del personaje—lo regañó, consciente de que él mismo ya había fallado en eso. Sin embargo, Matt ignoró ese reclamo.
—¿Qué ocurre?
—¿Aparte de lo obvio? —Harry cerró sus ojos y suspiró para regular su respiración. Se iba a confesar, y para eso no podía estar mirando a Matt, o no podría hablar— Tengo miedo—soltó, y esperó una respuesta.
Matt, primero que todo, envolvió uno de sus grandes bracos alrededor de la espalda de Harry, abrazándolo. El de raíces asiáticas agradeció que el otro no lo hubiera obligado a hacer contacto visual.
—Esto te parecerá ridículo, teniendo en cuenta que voy a sonar como una adolescente de 18 años cuando casi tengo cuarenta, pero… ¿Y si me duele? ¿Y si me duele mucho? Prácticamente voy a perder mi virginidad. No puedo hablar por todos los hombres, pero sé que… esa parte en mí, no fue hecha para ser penetrada. —Harry nunca imaginó que su vergonzosa confesión haría que Matt se riera, haciendo que su cuerpo subiera y bajara debido a la vibración del pecho del contrario.
—Que tierno— fue lo que respondió.
—¿Es todo? ¿No dirás nada más?
—Eres muy tierno.
—¡Hermano, te estoy diciendo que me voy a morir del pánico porque un hombre va a entrar en mí! ¿O es que acaso quieres que cambiemos roles para que entiendas lo que es tener ésta ansiedad? —soltó. Finalmente la respiración de Matt volvió a normalizarse.
—No, los roles seguirán intactos. Pero, hey, no tienes nada de qué preocuparte. No soy un novato—la voz del de raíces italianas salió tranquila y confiada. Harry llevó sus manos a los lados de la cabeza de Matt, apoyándose sobre el colchón, para levantar la cabeza y mirar a su compañero a los ojos.
—Matt ¿Ya habías estado con un hombre antes? —preguntó sorprendido.
—No, pero antes de venir aquí, me documenté. Estuve documentándome todo el día, de hecho. Aprendiendo todo lo que debía saber de mano de los expertos—Harry levantó sus cejas hacia él—Así que insisto, no te preocupes. Tienes mi palabra de que no hay nada por lo cual asustarse—Harry, con el miembro de su amigo aun haciendo presión en su pierna, sabía que Matt quería superar rápidamente ese altibajo y volver a la acción. Pero no pudo evitar sonreír conmovido, porque aunque fueron dichas con prisas, las palabras de su amigo hicieron mella en él: Matt se preocupó, y buscó información durante todo el día, mientras él mismo todo lo que hizo fue intentar distraerse.
Con un poco más de tranquilidad, y aprovechando el agradable calor que empezó a extenderse en su pecho, bajó su cabeza y unió sus labios con los de Matt mientras volvía a intentar canalizar a Magnus.
Tomando aquello como la autorización para continuar, Matt terminó de bajar los pantalones de Magnus, y con ayuda de Harry ambos los arrojaron a un lado de la habitación para después proceder a hacer lo mismo con los de Alec. Una vez que ambos estuvieron desnudos de la cintura para abajo, Matt se sentó llevándose consigo a Harry, quien se deslizó hasta terminar sentado en el regazo del otro, haciendo que ambos se mordieran el labio con anticipación.
Matt, aguantándose las ganas de soltar un gemido, estiró su mano hacia la esa de noche y empezó a hurgar en los cajones.
—Espero que aquí haya algo—murmuró—Porque sospecho que no te van a encantar las alternativas—Harry frunció el ceño y quiso preguntar a qué se refería, pero antes de hablar Matt sacó un pequeño frasco marrón con gotero. Harry leyó la etiqueta y sonrió.
—¡Un afrodisíaco! —exclamó, y estaba aliviado. Con eso definitivamente podría conseguir una erección que los beneficiaría a los dos. Levantó su brazo para tomar el frasco, pero Matt lo alejó de su alcance y lo lanzó contra la pared, haciendo que Harry cerrara los ojos ante el estruendo. El vidrio se rompió y el brillante líquido rojo se esparció en el suelo, como si la habitación fuera la escena de un asesinato y aquello fuera sangre.
—Vamos a hacer esto sin ninguna droga—informó Matt— Confía en mí, sé lo que hago.
—Pero…
—Sé lo que hago— repitió. Harry no tuvo más opción que creerle y esperar a que el otro terminara de buscar lo que sea que necesitaba. Finalmente Matt sacó un bote de algo que a simple vista podría pasar como gel para el cabello. Harry volvió a leer la etiqueta. "Lubricante" — La lubricación natural es más reducida en los hombres que en las mujeres—informó. El de raíces asiáticas lo miró asustado—Sé lo que hago—repitió una vez más. Harry rodó los ojos.
—Más te vale, Daddario. Si después de esto no puedo volver a caminar te juro que buscaré mi venganza—aquello, otra vez, hizo que Matt riera.
Matt abrió el botecito de lubricante, dejó la tapa a un lado, y embadurno algunos de sus dedos con el líquido espeso. Harry lo observo con los ojos totalmente abiertos y con una idea de lo que vendría a continuación.
—Oh dios…—murmuró. Matt lo miró.
—Ahora ¿En qué posición lo prefieres? No conozco de nombres pero puedes estar contra la cama, o puedes darte la vuelta y…
—¡No entiendo lo que dices, Matt! —gritó Harry, y nuevamente se veía en pánico. Matt sonrió, aparentemente él tendría a que asumir el papel de Magnus por ahora.
—Muy bien, ven aquí—dijo con voz tranquilizadora, y acercó sus labios a los de Harry para darle un lento y reconfortante beso, dejando que su lengua explorara la cavidad bucal contraria. Harry correspondió, y Matt pudo sentirlo tranquilizándose, fundiéndose en ese beso, como si se estuviera convenciendo de que todo saldría bien.
Aprovechando la tranquilidad del contrario, Matt lo llevó hacia adelante y lo sentó sobre la cama, ubicando las piernas de Harry a los lados de la cadera propia, con sus rodillas flexionadas. Aquella había sido la posición más popular en todo lo que había leído. Harry, aun entregándose al beso, se dejó hacer. Después de todo y por ahora, Matt demostraba ser el más experto de los dos.
El de ojos color avellana llevó una de sus manos al rostro de Harry, acariciando la mejilla con el pulgar, y justo cuando sintió a Harry empezar a inclinar su cabeza hacia el toque, fue cuando hundió su primer dedo en el interior de su compañero. Como sospechaba, su atrevida acción tomó por sorpresa al otro, haciendo que rompiera el beso y lanzara su cabeza hacia atrás soltando un gruñido.
—¿No que no dolería? —reclamó Harry con la voz ahogada.
—Creo que todo placer debe conllevar dolor—respondió Matt.
—Quizás, pero…—Matt no lo dejó terminar de hablar ya que su manó voló y envolvió el miembro de Harry. Primero procesó el hecho de que era la primera vez que tocaba el miembro de otro hombre, pero luego las comisuras de sus labios se levantaron al notar que aquella acción había tenido efectos en sí mismo, enviando un corrientazo a su entrepierna. Ya que curiosamente le agradaba lo que estaba haciendo, dejó que su mano bailara a lo largo del miembro contrario mientras empezaba a mover ese único dedo en su interior.
Harry se sintió mal por haberse burlado antes de Matt, ya que era consciente de que el desastre de jadeos y gemidos ahora era él. Tanto el dedo en su interior como la mano en su miembro se sentían muy bien, tanto que podía percibir cómo lentamente empezaba una erección. Con su respiración entrecortada, y sus caderas moviéndose involuntariamente hacia adelante, buscando más contacto con el dedo de Matt, se convenció de que aquella situación no era mala en lo absoluto. Pero entonces y sin previo aviso vino el segundo dedo.
—¡Te voy a matar! —gruñó, y nuevamente lanzó su cabeza hacia atrás. Matt soltó una nueva carcajada— ¿Muy gracioso? Quisiera verte…— y entró sin más el tercer dedo. Harry esta vez y con un fuerte gruñido se lanzó hacia adelante y se agarró de los hombros de Matt, dejando que sus uñas se enterraran en la piel del otro, no solo porque necesitaba algo con lo que distraerse del dolor, sino porque el de ojos color avellanada se lo merecía—Aún no estaba acostumbrado—riñó aguantándose las ganas de morder el hombro contrario.
—Harry, ya no puedo esperar más. Te necesito—confesó Matt. Antes de que Harry procesara aquellas palabras, la mano de Matt empezó a bombear con urgencia su miembro, haciendo que el de raíces asiáticas se ahogara con su propia respiración mientras seguía enterrando sus uñas en Matt. Sabía que ya estaba completamente erecto, y por lo tanto entendía a Matt: Necesitaba liberarse.
—Hazlo—dijo sin titubear. Su agarre sobre los hombros de Matt se puso firme y enderezó su espalda. Matt llevó su cabeza hacia adelante y unió su frente con la de Harry, en una muestra de apoyo y cariño. Harry se sintió confiado y seguro otra vez. Y ahí, justo cuando los dos sintieron que no podían estar más listos, Matt deslizó su miembro a través del interior de Harry y, pese a lo que había leído, no se detuvo hasta estar completamente hundido, disfrutando la sensación de ser abrazado por las estrechas y calientes paredes de su compañero.
El aire abandonó los pulmones de Harry, quien tuvo que sobre esforzarse para lograr inhalar algo de oxígeno, o de lo contrario estaba seguro de que se moriría allí mismo. Podía sentir la longitud de Matt dentro de él, como si el otro buscara partirlo en dos. Se tomó su tiempo sin moverse ni siquiera un centímetro, luchando por acostumbrarse a la nueva y agradable intrusión. Porque maldita sea que se sentía muy bien, y sabía que eventualmente, a penas su cuerpo se acostumbrara, rogaría por más.
Matt lo dejó tomarse su tiempo, y aunque no movió a Harry, él sí hizo un movimiento: Harry tenía la cabeza muy cerca de su hombro, como si estuviera debatiéndose entre recostarla allí o dejarla firme. Matt movió su espalda y cuello hacia atrás, intentando obtener un vistazo de su compañero. Harry tenía los ojos cerrados mientras sus cejas estaban fruncidas en una mueca de dolor. Su boca estaba entre abierta, recibiendo grandes bocanadas de aire al tiempo que su pecho se extendía y se retraía. El de raíces italianas sentía el peso de la responsabilidad de lo que estaba ocurriendo, como si fuera el encargado de cuidar de Harry y asegurarse de hacerle las cosas más llevaderas. Soltó el miembro del otro por un momento y tomó una de las manos de Harry, haciendo que soltara el agarre en su hombro y guiándola a que se agarrara de su nuca. Quería decir algo, lo que fuera, pero no sabía qué.
—¿Magnus? —intentó. Harry finalmente y con lentitud abrió los ojos y lo miró mal.
—No me vengas con eso ahora, Daddario—gruñó, y después de unas cuantas respiraciones más de su parte, apretó el agarre en la nuca de Matt— Muy bien, creo que puedes continuar.
—No estoy seguro de que estés listo— dijo, a pesar de que se moría por continuar aquello. Harry gruñó.
—Como quieras— habló, y empezó a mover sus caderas de atrás hacia adelante, con la armonía y sensualidad que solo tendría un gran bailarín como él.
—Dios...—murmuró Matt y esta vez fue él quien llevó su cabeza hacia abajo y la dejó descansar sobre el hombro de Harry. Amanda tenía razón, Harry era realmente bueno moviendo esa parte de su cuerpo. Además había algo sexy en el hecho de que fuera él quien estuviera tomando el control de las cosas. Podía sentir cómo las estrechas paredes de su compañero acariciaban su miembro de inicio a punta, sacándolo y metiéndolo, haciendo que el calor infernal lo envolviera y luego lo dejara por unos cuantos segundos solo para abrazarlo otra vez.
Una de sus manos se envolvió alrededor de la espalda de Harry, manteniéndolo cerca, mientras la otra volvió a tomar el miembro de su compañero y nuevamente procedió a masturbarlo; no sabía que tan excitado se encontraba Harry, pero debía ayudarlo a que terminaran juntos.
Los movimientos de Harry e tornaron más frenéticos, pero de un momento a otro empezaron a menguar, volviéndose lentos y casi perezosos. Matt buscó el rostro de Harry, queriendo descubrir qué estaba pasando. Su compañero estaba parpadeando con lentitud mientras tomaba grandes bocanadas de aire, como si estuviera luchando en permanecer despierto. El de raíces italianas no podía creer que ya estuviera cansado.
—¿Harry? —preguntó con la voz más ronca de lo normal.
—Me duele todo— confesó su compañero. Matt abrió los ojos, ¿Acaso lo había lastimado? Harry lo notó y le dio una media sonrisa— No es por ti, es mi culpa. Creo que fui un poco irresponsable en mis actividades del día de hoy—Matt frunció el ceño confundido. Con un Harry tan cansado, no podían seguir. Empezó a sacar su miembro, pero Harry apretó solo un poco el agarre en su nuca y volvió a hundir el miembro de Matt en él—No, terminemos con esto.
—Pero no tienes fuerzas—replicó Matt.
—Puedo soportarlo, después de todo es mi culpa. Vamos, no me hagas rogarte— y Matt no necesitaba que le rogaran. Las caderas de Harry empezaron nuevamente sus movimientos solo que mucho más lentos, por lo que Matt volvió a tomar el control, sacando su miembro y luego embistiendo al de raíces asiáticas con fuerza. El cuerpo de Harry se movía como si fuera tan ligero como una hoja de papel mientras jadeos y gemidos dejaban su boca, ahora sin ningún pudor, como si se hubiera rendido en callarlos. Matt decidió imitarlo y dejó que su garganta hiciera cuanto sonido desease, después de todo dudaba en que alguien pudiera escucharlos, y si lo hacían, ellos se marcharían para nunca volver al día siguiente.
Su mano en el miembro de Harry daba vueltas por toda la longitud, después se iba a la cabeza y acariciaba la punta con unos cuantos dedos, solo para volver a bajar y apretarse alrededor de la enrojecida y caliente carne. Aunque luchó por reprimir el pensamiento, no puedo evitar sonreír con ternura al darse cuenta de que, a comparación con el propio, el miembro de Harry era pequeño y casi que adorable. Se dio cuenta de que calificar el miembro de otro hombre como "adorable" era un paso más allá hacia algo desconocido, pero ahora no era momento de analizar el origen de su línea de pensamientos.
Nuevamente el agarre de Harry en su nuca se volvió más fuerte, y supo, por el calor en su abdomen, que él mismo también estaba a punto de terminar. Sus movimientos, tanto de cadera como de su mano, se volvieron más veloces y fuertes. De repente Harry soltó un fuerte gruñido, y Matt sintió un líquido caliente y espeso salpicando su mano y su abdomen. Supo que Harry había terminado, y la sola idea de que gracias a él Harry, aquel que estaba temeroso y reacio a que todo eso ocurriera, llegó al clímax, fue suficiente para hacer que el calor en su abdomen explotase y regara su caliente semilla en el interior del de raíces asiáticas, solo que él no pudo reprimir el "Harry" que dejó sus labios. Aunque tampoco le preocupaba que el otro lo hubiera escuchado.
El de raíces asiáticas se dejó caer hacia atrás, recostando la espalda contra la cama y haciendo que el miembro de Matt saliera de él. Se veía muy cansado, con sus ojos luchando por permanecer abiertos. Matt volvió a buscar dentro de la mesa de noche y agradeció al atento staff por haberles dejado algunas toallas húmedas desechables. Por lo que había leído, él era el encargado de limpiarlos a ambos, por lo que procedió a pasar la tela sobre el abdomen desnudo de Harry y luego por algunas partes de sus muslos.
—¿Cómo estás? —le preguntó.
—Siento que todos mis músculos están palpitando—respondió Harry, quien seguía los movimientos del otro con la mirada.
—Pero no fue tan malo ¿Verdad? —Harry soltó una risita.
—No, Matt, no fue tan malo. Pude notar toda la paciencia que me tuviste, así que te lo agradezco.
—No es nada— respondió Matt. Una vez que el cuerpo de Harry estuvo limpio, procedió a hacer lo mismo con el propio—Estábamos juntos en esto ¿No? Mi obligación era ayudarte.
—¿Eso es lo que hace el activo? —preguntó Harry con curiosidad— Es casi lo que hace el hombre en una relación heterosexual.
—En realidad diría que en las relaciones homosexuales los roles no están tan definidos para cosas así— Matt terminó de limpiarse y lanzó las toallas a un lado, decidiendo que después las desecharía mientras se dejaba caer en la cama, junto a Harry, y cubría los cuerpos desnudos de ambos con una sábana—Pero decidí tomar la responsabilidad porque no parece que tengas fuerzas para nada más.
—Cierto— Harry se dio la vuelta, acostándose sobre su costado y mirando a Matt— ¿Sería muy femenino de mi parte si me durmiera justo ahora? Creo que realmente lo necesito—Matt rió.
—Para nada. Ya hemos cumplido, así que descansa. Mañana te despertaré para irnos de aquí—Harry asintió agradecido y cerró los ojos. Pero después los volvió a abrir.
—¿Matt? —preguntó con voz queda.
—¿Si?
—Lo que paso… esto que hicimos… ¿Va a afectar en algo nuestra relación? Eres mi amigo y no quiero perderte, o que las cosas se vuelvan incómodas ahora—Matt se giró y lo miró, quedando ambos frente a frente. Tampoco quería perder a Harry, había pasado momentos increíbles y divertidos junto a él. Pero no estaba seguro de que las cosas fueran a ser iguales.
—No lo sé— respondió sincero— El hecho de haberlo disfrutado, y de estar un poco decepcionado de que ya te vayas a dormir, me pone a pensar. Creo que tendremos que esperar hasta volver a convivir en el set, y ver cómo se dan las cosas en un contexto normal para nosotros—Harry asintió— Por mi parte prometo que haré un esfuerzo por no perder nuestra amistad.
—Prometo lo mismo— habló Harry, y volvió a cerrar los ojos. Matt esperó hasta que escuchó la respiración normalizada del otro, y una vez que se convenció de que ya estaba dormido, se dio la vuelta y trató de también dormirse.
Epílogo
Harry escuchó el sonido de un mensaje entrante de su celular, por lo que gruñó y se llevó las manos al rostro para espabilarse un poco. Después estiró un perezoso brazo hacia la mesa de noche y casi al instante sintió una punzada de dolor en sus bíceps, aun así continuó su camino hasta llegar a la mesa de noche y tomar su celular. Desbloqueó el aparato frente a su rostro y leyó el texto:
Me fui temprano, y no quise despertarte. Tienes que estar en el set a las 11 y son las 10, así que tienes el tiempo justo.
Encontré un gel en uno de los cajones, lo dejé sobre la mesa. Aplícalo sobre los músculos que te duelan haciendo masajes circulares, supongo que ya estás familiarizado con el proceso.
Nos vemos en el set.
Matt
El aturdimiento matutino no dejó que Harry analizara las cosas con claridad, pero unos segundos bastaron para que se diera cuenta de su situación, y la impresión hizo que soltara el celular, haciendo que este cayera y lo golpeara en la nariz. Se maldijo por ser tan idiota y se sentó. Recibió un nuevo corrientazo de dolor en todo el cuerpo y se maldijo por segunda vez. A él siempre le había gustado el dolor que quedaba en el cuerpo después de hacer ejercicio, pero esta vez era diferente. Lo sentía intensificado, sin mencionar que también había una leve molestia en su trasero.
Se puso de pie y se dirigió al baño a paso lento, tomando en el camino el bote de gel.
Matt estaba sentado en el sofá de su tráiler, con las hojas de uno de los libretos en sus manos mientras memorizaba sus líneas. Ese día no habría grabaciones, solo una mesa de lectura, y para esos casos a él le gustaba tener casi aprendido lo que iba a decir. Era muy vergonzoso cuando leía mal algo que decía su personaje, era como si toda la magia del momento de la interpretación esfumaba.
De repente escucho un suave golpe en la puerta, por lo que bajó las hojas y las dejó en la mesilla de enfrente.
—¿Matt? —esa era la voz de Harry. Matt sonrió divertido y dejó que su cabeza se cayera sobre el espaldar del sofá.
—Pasa, Harry—habló. La puerta del tráiler se abrió, dejando que una luz blanquecina y el frío de Toronto de colara al interior del cálido lugar, pero casi al instante la puerta fue cerrada nuevamente. Harry dio algunos lentos pasos al interior, y Matt no puedo evitar notar que su compañero estaba caminando extraño, como si reprimiera las ganas de dar saltitos. Aun así, decidió no hacer comentarios al respecto—¿Cómo te sientes?
—Como el infierno— Harry terminó de caminar, y cuando estuvo de pie junto a él bajó la mirada hacia el libreto— ¿Estabas practicando?
—Sí, tenía un poco de tiempo libre antes de que llegaras para hablar contigo—respondió. Harry lo miró precavido—¿Vamos a mencionar eso de ahora en adelante o fingiremos que nunca pasó? —el de raíces asiáticas se sentó lentamente en el sofá, junto a Matt.
—No lo sé. Mencionarlo, supongo. Pero con naturalidad. Como cuando hablamos de los besos Malec, solo que esta vez… fueron más que besos—Matt asintió, eso estaba bien para él. Harry giró la cabeza para mirarlo y frunció el ceño— ¿Cómo lo haces? Eres tan despreocupado… todo parece sencillo para ti. Aceptas todo y casi nunca te veo replicar. Excepto, claro, cuando te enteras de que los escritores planean ponerle las cosas difíciles a la relación Malec—Matt soltó una risita.
—Sí, les he dicho que si quieren ponerse dramáticos pueden jugar con Clace, dejando a mi Malec quieto. Pero nunca me hacen caso—el de ojos avellanas se encogió de hombros— Y respecto a lo otro, no lo sé. No hay nada que replicar.
—¿Pero estás de acuerdo? —presionó Harry— ¿Hablar del tema con naturalidad es lo que quieres? —Matt chasqueó la lengua.
—Harry, sinceramente, lo que quiero es que se repita.
El aliento de Harry se atoró en su garganta mientras se quedó mirando fijamente a su compañero. Esa era otra cosa: él tenía más experiencia actoral que Matt, y por lo tanto probablemente al otro le costaría más separar una actuación de algo real. Matt pareció darse cuenta de lo que había dicho demasiado tarde, por lo que solo abrió los ojos y se quedó mirando al frente, negándose a hacer contacto visual. Harry cerró los ojos y suspiró.
—Yo también—soltó antes de que pudiera arrepentirse, y que lo demanden si estaba fallándole a su profesionalidad como actor. Matt giró la cabeza hacia él, con una expresión de sorpresa pintada en su rostro—Quiero decir, fue malditamente agradable. Mucho. Espero no arrepentirme de decir esto, pero fue mucho más agradable que una relación sexual con alguna mujer.
—Eso es porque el punto…
—No—Harry levantó su mano, cortándolo— No necesito que me des la explicación biológica que hay detrás, gracias. Me conformo con saber que fue agradable, fin de la historia—Matt nuevamente rió, llenando su rostro de sus usuales arruguitas que todo el mundo encontraba encantadoras.
—Me alegra que te haya gustado—comentó.
—Y si fuera posible, también me gustaría repetirlo— comentó Harry— Pero hay algunos impedimentos, y probablemente el mayor de todos, más que la misma Shelby, sea que no te amo. Y no quiero presionar las cosas, o lastimarte de algún modo—Matt vio su oportunidad. Había leído tanto que muchas de las escenas se quedaron en su cabeza como puras fantasías. Se moría por experimentar varias de ellas, por lo que no iba a rendirse en volver a estar con Harry, aunque tuvieran que interpretar nuevamente el papel de Magnus y Alec.
—Harry, eso no importa. Yo tampoco te amo. Y si algún día quieres volver a intentar, prometo no involucrar los sentimientos, así como también prometo que nada de eso afectara nuestra amistad. No es como si fuéramos a ser la primer y última relación de amigos con derechos.
—Lo sé— respondió Harry, y miró hacia el frente mientras pensaba. No iba a mentir, había tenido relaciones así con amigas en el colegio, y tampoco las consideraba del otro mundo. Pero ninguna de ellas había sido trascendente, y realmente tenía miedo de poner su relación con Matt en peligro. Además también estaba Shelby…. Quien, Harry sabía, saltaría en un pie de la felicidad si se enteraba de aquello. Como si no fuera obvio que ella y Esther tenían un flechazo.
—¿Y? —preguntó Matt. Harry suspiró y se llevó las manos al rostro, él ya no era un adolescente, no se supone que debería seguir jugando a esas cosas.
—Está bien— dijo, y miró a Matt— Pero si esto llega a arruinar nuestra amistad, juro hacer hasta lo imposible por recuperarla—Matt asintió con una sonrisa.
—Bien. ¿Prometes no involucrar los sentimientos?
—Prometo no involucrar los sentimientos— Harry levantó su brazo, y Matt estrechó su mano como si estuvieran sellando un trato. Ambos tenían una sonrisa emocionada en su rostro, aquello era excitante y, después de todo, ¿Qué era lo peor que podía pasar?
Harry, una vez que soltó la mano del de raíces italianas, empezó a ponerse de pie con lentitud.
—Pero nuestra segunda ronda tendrá que esperar a que recupere mis fuerzas y no me duelan los músculos. Y a que me informe un poco del tema, no puedo dejar que hagas todo solo. ¿Podrías pasarme el contacto de los expertos que consultaste?
—¡Claro! —Matt sacó el celular de su bolsillo y buscó en el historial— Se llaman Wattpad, Fanfiction, Archive Of Our Own…—el de ojos avellana levanto la mirada y se encontró con los pequeños ojos de Harry mirándolo incrédulo.
—¿Es enserio, Daddario? —preguntó y no sonaba feliz— ¡Esas son historias que escriben nuestras fans! ¡Niñas dulces e inocentes! ¡Nada que ver con la realidad! ¡EN QUÉ DEMONIOS ESTABAS PENSANDO, PUSE MI VIRGINIDAD EN TUS MANOS!
—Te aseguro que no son niñas dulces e inocentes—comentó Matt. Harry levantó una ceja hacia él.
—Son fans de Malec. ¿Qué no has visto los videos que nos hacen? Vi uno que hicieron usando la canción de La Bella y la Bestia— Matt rió, no había visto ese video, pero de todos modos era difícil seguirle el ritmo al fandom cuando había un nuevo vídeo cada 5 minutos.
—También me sorprendió conocer la realidad de mis pequeñas—Matt volvió a levantar su celular y le mostró la pantalla a su amigo— Puedo pasarte algunas historias muy útiles, si quieres. Así te convences de lo que te digo, y de paso te documentas un poco—Harry entrecerró los ojos hacia él.
—De acuerdo—aceptó, y empezó a dirigirse a la puerta del trailer—Voy a desayunar. Nos vemos en la mesa de lectura.
Matt asintió a pesar de que Harry no lo veía, y bajó la mirada hacia su libreto. Estiró una mano para volver a tomarlo y continuar con su pasatiempo cuando se preguntó por qué estaba siendo tan tonto. Él tampoco había desayunado. Se puso de pie de un salto y siguió a Harry.
—Espera, voy contigo—habló. Harry sonrió por lo adorable que le parecía su amigo. Salió al frío de Toronto, el cual lo hizo meter sus manos dentro de los bolsillos de su abrigo. Matt, unos cuantos pasos atrás, sonrió avergonzado y cerró la puerta del tráiler.
Fue tan divertido de escribir que puede que haga una segunda parte, aunque la historia termina muy bien aquí. Gracias por leer*-*
