Fingers-falling-upwards: No puedo creer que este haciendo esto… pero aquí esta la tercera entrega de mi serie "ni-remotamente-superando-la-muerte-de-ace". (Ver Burning All the Brigdes, y Young and Built to Fall para los otros dos.)

Este desafío es el #72 de la lista hecha por The BlackSeaReaper.


Gruesas nubes de vapor recorrían la estación, entrelazándose alrededor de los pilares y posándose sobre los hombros de los padres y sus hijos, preparándose para abordar el Expreso de Hogwarts. Cuando el estudiante de último curso comenzó a subir a los trenes, muchos de los entusiasmados de primer año se quedaron mirando con envidia, esperando para subir al tren ellos mismos. Ronald Weasley era una de esas personas. No era su culpa—su madre simplemente no lo soltaba, seguía y seguía recordándole cepillarse los dientes, y no olvidar entregar su tarea, y por Dios, por favor no seguir el ejemplo de Fred y George.

—Sí, sí, mamá, entiendo –trató de alejar sus dedos inspeccionadores. Ella mantenía un agarre en su suéter con manos apretadas y duras.

— ¿Te acordaras de escribir, por supuesto?

Ron rodó los ojos.

—Sí. Escribiré una vez a la semana, peor necesito abordar ahora, ¡O de lo contrario no podré ir a Hogwarts! Así que déjame ir ya, ¡Voy a perder el tren!

—Muy bien –ella exhaló y quitó las manos de su suéter. Lo siguiente que Ron supo fue que lo jalaron hacia una desgastada lana marrón y una mano se enredó en su cabelló rojo. Torpemente le dio unas palmadas en la espalda, fallando en su deseo de continuar las cosas.

Ella se alejó finalmente, con las manos revoloteando en sus ojos llorosos. Agua, aprendió, era una garantía para cualquier Weasley—especialmente el primer año que los niños se iban. Lo sabía porque recordaba la despedía de Percy, y la despedida de Fred y George, y ahora la suya se agregaba a la lista. Ginny debía estar harta de haber visto tres hasta ahora, pero cuando miró a su hermanita, todo lo que veía era anhelo en sus ojos. Él entendía eso también, a pesar de la jaula de mariposas que retumbaba en su pecho. La sensación de aleteo solo le recordaba para qué estaba aquí.

Alejándose de su madre y su hermana, subió por la empinada brecha entre el cemento y el tren. Ron se quedó allí un momento—no había nadie más entrando a través de esa puerta, así que se giró y se dirigió a la predecible vista de su madre sollozante—una isla escarlata—en medio del mar de otros padres llorosos, preocupados y orgllosos.

— ¡Adiós, Ronald! ¡No te olvides de escribir! ¡Cepíllate los dientes todos los días! –su grito apenas se elevaba por encima del estruendo y Ron estaba muy agradecido por eso. A veces ella era demasiado vergonzosa.

— ¡Adiós, Ron! –la voz chillona de diez años de Ginny atravesó toda la turba de gritos.

— ¡Adiós, Gin!

Su madre gritó de nuevo: — ¡No te preocupes por hacer amigos, solo se tú mismo!

Apenas captó eso, por lo que no se molestó en responder. En cambio, Ron giró hacia el corredor del interior del tren y entro. El conductor del tren hizo su última llamada y, un momento después, cuando Ron estaba en el pasillo, el tren avanzó con un chirrido de metal sobre el metal. Tropezó, pero rápidamente se enderezo.

Solo, lejos del zumbido incesante de su madre. Ron se permitió admitir que se sentía increíblemente nervioso. No conocía nadie, ¿Así que dónde exactamente se suponía que se sentara? Fred y George ciertamente no lo dejarían sentarse en su vagón, lo que entendía, realmente lo hacía, pero estaría bien si pudiera…

Ron tentativamente se acercó a la primera habitación en el transporte y se asomó en el vidrio. Un grupo de chicas que debían ser de tercer o cuarto año se abarrotaron hablando intensamente sobre algo. Una alzó la vista y vio su mirada. Dijo algo que no pudo escuchar y todas las chicas se giraron a verlo antes de soltar una risita. Él no necesitaba un espejo para saber que sus orejas eran de un color rojo brillante. Ese vagón estaba obviamente lleno. Él era rápido para moverse por la línea.

Rápidamente se volvió hábil para pasar y mirar a través del cristal de una manera que pareciera casual y ni remotamente tan desesperado y ansioso como se sentía. Siguió así a través de dos vagones del tren hasta que vio un compartimiento con solo una persona en él.

Un chico de cabello negro estaba sentado en uno de los asientos. Parecía una especie de niño escuálido, pero eso es todo lo que ron realmente podía ver ya que el rostro del otro chico estaba volteado, mirando el paisaje. Se veía incluso más joven que Ron, por lo que también tenía que ser un primer año. Lo más importante es que estaba sentado solo. Ron se arriesgó y abrió la puerta de cristal, esperando que el otro chico sea tan torpe como él.

— ¿Puedo sentarme aquí? En todos lados está lleno –una mentira, pero no es que el otro niño supiera.

Ojos verdes se giraron para mirar fijamente a Ron. Vio la misma ansiedad y preocupación que sentía. Cuando el niño aceptó rápidamente, Ron sintió que el estrés abandonaba su cuerpo. No pudo evitar la exhalación de alivio ni la sonrisa que se extendió por su rostro mientras se dejó caer en el asiento frente al chico.

—Mi nombre es Ron, Ron Weasley –dijo.

—Soy Harry, Harry Potter.

Ron no esperaba eso. De ningún modo. Sus ojos se abrieron con sorpresa y se inclinó hacia adelante, inmediatamente examinando la frente del otro chico, que estaba cubierto de espeso cabello negro.

— ¿Realmente la tienes?

Harry frunció el ceño un poco.

— ¿Tener qué?

Ron se inclinó, bajando la voz inconscientemente.

— ¿La cicatriz?

—Oh –Harry sonrió, antes de decir: —Sí –sin que Ron siquiera tuviera que preguntar, El Chico que Vivió levantó su flequillo, revelando una tenue cicatriz de relámpago.

Perverso –Ron no pudo evitarlo. Este tenía que ser el momento más surrealista en toda su vida. No podía esperar para restregar en los rostros gemelos que realmente conoció a Harry Potter.

Al darse cuenta de que todavía estaba mirando, Ron se sacudió un poco.

—Bueno, encantado de conocerte, Harry –el pelirrojo extendió su mano en un hábito que su mano había arraigado minuciosamente en él. Harry pareció aliviado por el gesto por alguna razón, y se encontró con su agarre.

Harry se inclinó hacia delante y sus yemas se rozaron.

—Igual—

Y el mundo se detuvo. Todo se detuvo. Porque Ron ya no estaba en el tren, en Inglaterra, de camino a la escuela. No, él estaba en una isla cubierta de matorrales de la jungla, que tiene la vista más perfecta del agua de color cerúleo que alguna vez haya visto, incluso después de sus extensos viajes que todavía no han sucedido. Pero de repente es un niño de nuevo, de diez años, y su nombre es—

Ace, debes respetar a Dadan y a los bandidos, incluso si son un buen de escoria buena para nada, les dije que cuidaran de ti, ¿Entiendes?

El viejo estúpido, con su estúpido Puño de Amor que nunca había nada más que dejar bultos adoloridos en las cabezas de Sabo y él—

Y él recordó a Sabo.

¡Dejaremos todo esto atrás una vez que tengamos suficiente tesoro!

¡Y nunca más volveremos a esta isla de mierda!

Esa sonrisa de dentadura incompleta que nunca se desvaneció, y luego la primera que si lo hizo—atrapado en las llamas ardientes del mundo y los Tenryuubito, dejándolo para vigilar—

Y recordó, oh Dios, recordó a Luffy.

Entonces es bueno que esté vivo.

¡Por supuesto!

Sin parpadear, sin ninguna duda, completa certeza. Ace no lo creía completamente en ese momento, pero finalmente lo hizo. Todos lo demás caía en su lugar más rápido ahora, dejando la isla detrás y creando a los Piratas de Spade. Tratando de mover una montaña que le dio la vuelta y le ofreció su familia. Uniéndose a esa familia y haciendo innumerables nakamas. Siendo traicionado por una parte de esa familia Yendo a cazar al cabeza de mierda—siendo capturado. Enviado a Impel Down. Bautismo. Tortura, desesperanza, aceptación, y entonces el horror, porque Luffy, es estúpido y maravilloso Luffy estaba ahí, tratando de salvarlo. Y no, Ace no podía aceptar eso. ¡No se suponía que fuera así! Luffy simplemente no entendía.

…Ace nunca encontró una manera de decir que simplemente no valía la pena salvarlo. La mirada en los ojos de su hermano pequeño siempre decían que lo era, incluso cuando Ace le gritaba, ¡No, no, vete! ¡Vete! ¡No te quiero aquí!

En la plataforma, mirando hacia abajo sobre el humo y las explosiones, luego a las esposas que se abrían y—Libre, libre al fin. Feliz, aliviado y luego triste, porque la firme montaña—Padre—se estaba derrumbando. Ira a la falta de respeto, seguido de magma, profundo y abrasador magma que cocinó el interior de su cuerpo, despellejando su piel y derritiendo sus pulmones. Y el temor que siguió, porque eso no era suficiente, porque Luffy todavía estaba demasiado cerca, y la sangre de Ace corría por el puño de Akainu hacia un agujero a juego en el pecho de su hermano. Ambos colapsaron, y hubo un ataque de pánico, y gritos y alaridos, pero Ace apenas los escuchó. Solo estaban Luffy y él, sangrando y aferrándose con la fuerza que les quedaba. Había miles de palabras que Ace nunca pudo decirle a Luffy, y no obstante, las únicas que encontraron su boca eran, afortunadamente, las más adecuadas.

Gracias por amarme.

Recuerda haber visto la luz desvanecerse de los ojos de su hermano cuando Luffy se estremeció antes de quedarse inmóvil en sus brazos. Recuerda haberse preguntado si Sabo alguna ve podría perdonarlo por haber matado a su hermanito—

Y entonces… entonces… entonces ya no había más. Todo después es una mezcla de recuerdos sobre crecer en una familia llena de niños, se objetó de burlas constantemente, caerse de la escoba y rasparse la rodilla, recibir el regalo diario de los besos de su madre y los abrazos de su padre, luchar financieramente, no teniendo realmente amigos, preocupándose y soñando con Hogwarts, y escuchando historias sobre el Señor Tenebroso y el Chico que Vivió y—

Ace inhaló, de repente regresando a sí mismo, en el tren, en Inglaterra, en el camino a Hogwarts. Se sintió mareado, casi como si estuviera a punto de desmayarse. No podía, sin embargo, porque al mirar a los ojos verdes frente a él, vio la misma mezcla de emociones—aflicción y conmoción e incredulidad y esperanza, tanta esperanza—y no parece probable, ni siquiera posible, pero se siente como si estuviera mirando—

— ¿Luffy? –apenas pensó en lo que estaba diciendo.

— ¿Ace? –lágrimas apareciendo en esos ojos ahora. Harry —no, Luffy—saltó hacia él, torpemente trepando en su regazo mientras lo agarraba y lo aplastaba en un abrazo. Ace solo pudo responder instintivamente, con la esperanza de que pudiera confiar en sus sentidos porque su pensamiento racional estaba más allá de comprender la repentina avalancha de información. La imposibilidad de todo es abrumadora, pero Luffy está en sus brazos ahora, absolutamente sollozando.

— ¿Eres tú? ¿En serio eres tú?

— ¡Sí, sí, sí, sí!

Y el niño que tenía delante realmente no se veía como Luffy; la cabeza tenía una diferente forma, el cuerpo más delgado, los miembros desgarbados, pero existía la alegría ilimitada en esos ojos verdes y llorosos que una vez pertenecieron a un par de ojos negros. No había nadie más que pudiera mostrar una emoción tan genuina y pura como su hermano, y Ace se encontró creyendo.

—Gracias a Dios, gracias a Dios te encontré. Gracias a Dios que viviste –Ace puso sus manos en el cabello de su hermano, negro y desordenado, al igual que antes. —Ace está vivo –Luffy se las arregló entre lágrimas. Una mano se presionó contra el pecho de Ace, justo sobre su corazón. —Estoy realmente muy feliz de que Ace esté vivo.

El suéter hecho en casa de Ace gradualmente recogió la auténtica cascada de lágrimas que todavía abandonaba los ojos de Luffy. Sosteniéndolo y murmurando palabras de consuelo y seguridad era todo lo que Ace podía hacer. Apenas puede creerlo, pero su hermano, su hermano menor que murió frente a sus ojos está vivo, y en sus brazos—a Ace le preocupa que si lo suelta, todo se disolverá en nada más que un engaño pasajero.

Se sienta allí por un largo tiempo, más de lo que es cómodo para cualquiera de ellos en sus incómodas posiciones. Al final, es Ace quien se aleja, empujando con suavidad a su hermano un poco hacia atrás para que pueda mirarlo.

Se parece a Harry, el chico que acaba de conocer, pero como el chico sonríe de forma vibrante, todo lo que ve es a Luffy.

— ¿Cómo pasó esto?

Ace no espera una respuesta, pero Luffy le da una de todos modos.

—No sé. Aunque es bastante ingenioso.

Ingenioso no es la palabra que Ace usaría en este momento. 'Milagroso es más parecido', piensa. En voz alta dice: —Es simplemente extraño. Tengo todos estos recuerdos de ser Rin, y creo que todavía soy Ron, pero quiero decir, ahora soy Ace también.

—Yo igual –Luffy inclina la cabeza. —Solo soy Harry, pero no solo Harry. Es un misterio.

Ace se ríe.

—Sí, estoy de acuerdo contigo en eso. No hay otra manera de decirlo.

Luffy pica las mejillas de Ace, riéndose.

— ¿Qué?

—Ace tiene pecas.

El pelirrojo golpeó juguetonamente la mano de su hermano menor.

—Tú tienes lentes. ¿Qué pasa con eso, huh? –Ace los arrancó de la nariz de Luffy y los examinó.

— ¿Huh? ¡Devuélvelos!

Ace los sostiene por el costado de su estructura metálica, maravillado por el grosor del lente.

—Quienquiera que haya hecho esto no te conoce muy bien. Vas a romper esto, no hay dudas al respecto.

Luffy hizo una mueca cuando Ace finalmente devolvió las gafas al rostro del joven.

—No lo haré.

—Lo harás. Tal vez deberíamos mirar y ver su hay un hechizo que arregle tu visión.

—Ooh, ¡Magia! ¡Cosa misteriosa!

—Es genial, ¿Cierto? Al menos no estamos en un universo aburrido con—

—Ahem –tanto como Luffy y Ace se voltearon para ver a una mujer regordeta y canosa empujando un carrito. También notaron que todavía estaban sentados el uno sobre el otro.

— ¿Algo del carrito? –preguntó, todavía mirándolos desagrado.

— ¡Comida! –grita Luffy, saltando del regazo de Ace.

—Ahhh –Ace está en la misma página, pero de repente recuerda que su situación financiera es realmente triste en el mejor de los casos. Está a punto de rechazarla cuando Luffy le arroja un puñado de monedas de oro.

— ¡Dos de todo!

Ella está sorprendida por su entusiasmo, y da un paso atrás.

—Vas a darte un dolor de estómago, joven –advierte.

Luffy simplemente empujó su dinero hacia ella más, provocando un suspiro. Tomó una de las monedas de oro de hasta arriba y le dio un puñado de aperitivos, y algunas monedas color marrón.

— ¡Gracias! –chilló Luffy. les dio una mirada recelosa antes de sacudir la cabeza y avanzar. Ace parpadeó. Aparentemente su hermano tenía una situación financiera mucho mejor que él.

— ¡Aaaace! ¡Tenemos comida! –Luffy se sentó frente a Ace y tiro todos los dulces y pasteles en el asiento junto a él.

—Te lo haré mucho mejor –dice Ace y levanta un dedo. Hurgo en sus bolsillos delanteros por cuatro sándwiches aplastados. A Luffy apenas le importaba su estado. En cambio, su atención se centraba únicamente en las capas de papilla rosa que se extendía entre el pan. El mayor de los dos no podía entender ahora cómo pudo haber sido tan poco entusiasta acerca de la carne en conserva antes de recordar.

— ¡CARNE!

Ace sonríe y le arrojó dos sándwiches a su hermano, quien los atrapó fácilmente. Luffy procedió a arrancarle las envolturas y metérselos en la boca al mismo tiempo. Sus mejillas estaban estiradas a longitudes anormales y Ace hizo una pausa en su propio bocado de sándwich.

—Luffy, ¿Todavía tiene tu poder de la Fruta del Diablo?

— ¿Hm? –Luffy tragó y luego tiró de su mejilla. Efectivamente, la piel siguió a sus dedos a la acción familiar. Parpadeó sorprendido, y Ace sabía que no lo había pensado antes.

—No lo hacía antes… –dice Luffy, frunciendo el ceño. —No sé porque. Tal vez es magia.

Eso es lo único que tiene sentido para Ace. Tal vez la magia de Luffy transformó su cuerpo en lo que recodaba ser. O algo. Comparado con todas las demás sorpresas, esta última no destacada demasiado. Una parte de Ace todavía estaba luchando por conciliar que él es realmente Ron, y que su hermano estaba aquí y estaba muy vivo.

—Ne, ne, Ace, ¿Todavía eres fuego? –pregunta Luffy, interrumpiendo sus pensamientos.

Ace no había pensado en ello, demasiado distraído por su revelación y Luffy como para darle mucha importancia, pero mientras se concentraba en su cuerpo, se encuentra que su cuerpo se siente sin peso, y el fuego lentamente arde justo debajo de su piel, enviando escalofríos por su columna vertebral mientras se convierte en una verdadera hoguera. De repente, no puede imaginar cómo vivió sin llamas corriendo por su cuerpo. Con apenas un pensamiento convoca un poco de fuego y lo sostiene en su palma. Luffy sonríe ampliamente, y Ace lo imita.

—Oh, ¡Wow!

Ambos hermanos se sobresaltan y se vuelven hacia la puerta presas del pánico. Una chica de su edad se encuentra en la entrada. Su cabello es grueso y encrespado y ya tiene puestas las túnicas negras del uniforme escolar. Sus grandes ojos marrones están fijos en la llama de Ace. El fuego se dispersa de la mano de Ace automáticamente.

—Es un hechizo de alto nivel, ¿No? –pregunta con entusiasmo, sentándose junto a Luffy. —Ya he leído nuestros libros de texto, y sé que no hay un hechizo de fuego en ninguno de ellos, ¡Especialmente uno que use magia sin varita! ¿Tu familia te lo enseñó? ¿O has leído aún más que yo, llegando a cosas de segundo y tercer año? Mi nombre es Hermione Granger por cierto.

Ace parpadeó ante la repentina avalancha de información. Lentamente extendió su mano, pero descubrió que su mente estaba en blanco buscando su nombre.

—Ese es Donald Westly –interrumpió Luffy.

—Es un placer conocerte, Donald –ella le dio un firme apretón de mano y Ace se dio una palmada en el rostro.

—Es Ronald Weasley –corrigió. —Pero solo llámame Ron, ¿Está bien?

Sus ojos se dirigieron hacia Luffy que todavía estaba sonriendo, y Ace podía ver que ya estaba sacando conclusiones sobre él y su nivel de inteligencia.

— ¿Y tú eres?

— ¡Soy Harry Potter! –él tomó su mano repentinamente floja y la sacudió.

— ¿H-Harry Potter? –su boca se abrió. — ¡No puedo creer que te estoy conociendo! ¡He leído mucho sobre ti en tanto libros! ¡Eres uno de los magos más conocidos que jamás ha existido! Hicieron un capitulo completo dedicado a ti y todo lo que sucedió con Ya-Sabes-Quien en Grandes Magos del Siglo Veinte. ¡Esto es fantástico!

—Oh. Gracias –Luffy inclinó su cabeza un poco, mirándola intensamente.

Su penetrante mirada debió ponerla nerviosa, porque Ace la vio inquietarse por un momento o dos antes de ponerse de pie apresuradamente.

—Bueno, debo irme, debo ayudar a un chico llamado Neville a encontrar su sapo. No lo han visto, ¿O sí?

—Nope –Ace se hundió de hombros.

—Muy bien, bueno, probablemente deberían cambiarse a sus túnicas, vamos a llegar en una hora más o menos –instruyó.

—Vale.

Se desplazó torpemente hacia la puerta, sin dejar de mirar a Luffy con total fascinación. Él le sonríe y hace un gesto con la mano.

— ¡Te veremos en el castillo!

Un leve sonrojo de felicidad le da color a sus mejillas y asiente una ve antes de desaparecer en la entrada. La sonrisa se desvanece lentamente del rostro de Luffy.

—Es extraño ser famoso por algo que no recuerdo –dice haciendo un leve puchero.

—También lo creo. Y cielos, eres famoso. No tienes idea de lo famoso que eres, lo apuesto. Es realmente raro.

A medida que Ace trata de concentrarse en el hecho de que su hermano pequeño es de repente el salvador del mundo mágico, siente un dolor de cabeza viniendo. Todo es demasiado—su repentino recuerdo de memorias, muriendo y Luffy sangrando—en todos los sentidos. Todavía no está listo para lidiar con el estatus adicional de su hermano como celebridad. En este momento, solo quiere llegar a Hogwarts.

Cuando se despertó en la mañana, sabía que era un gran día (después de todo, ¡Finalmente iría a Hogwarts!), pero ahora se daba cuenta de que no sabía ni la mitad de eso. Hoy había cambiado su vida entera de una manera que nunca espero.

— ¿Deberíamos vestirnos como Hermit dijo? –preguntó Luffy.

—Creo que su nombre era Hermione –corrigió Ace con una sonrisa.

— ¿No es lo que dije?

Ace solo sacude la cabeza antes de pararse de la silla y estirar las manos hacia el compartimiento superior en busca de su túnica.

—También podría. Podemos terminar de comer después, supongo.

— ¡Vale! –chilla Luffy, sacando su propio baúl y tambaleándose bajo su peso. Lo dejó caer pesadamente y deja escapar un triste suspiro.

— ¿Qué pasa?

—Soy taaaaan débil –gime Luffy.

Ace sonríe.

—No te preocupes, arreglaremos eso. Apuesto a que podemos encontrar un lugar para entrenar en Hogwarts. Es una escuela mágica, así que tiene que tener un lugar secreto.

La última palabra hace que Luffy se entusiasme casi de inmediato, y Ace sonríe.

Luffy empieza a reír.

— ¡Es genial ir a una verdadera escuela de magia!

El chico con pecas asiente firmemente de acuerdo. ¡No puede esperar a ver el castillo por sí mismo!

Luffy estaba inquieto a un lado de Ace mientras se paraban en una pequeña multitud de primeros años, esperando ser llamados al frente donde pudieran ser sorteados.

—Luffy, cálmate –susurra Ace.

—Quiero usar el sombrero misterioso ya –Luffy se quejó.

—Están en la M. Estas por venir, así que quédate quieto.

—Bien –se remueve y permanece en silencio durante diez segundos completos.

— ¿Crees que estaremos en la misma casa? –Luffy finalmente pregunta. Ace lo mira, pero los ojos de su hermano están fijados hacia delante.

A decir verdad, Ace ha estado pensando en esa posibilidad desde que abandonó el tren. No quería separarse de su hermano tan pronto después de reunirse—

en un lugar sin explosiones y humo

donde no tuvieran cortes y moretones cubriéndoles la piel

y donde Ace no se preocupe si su hermano sobrevivirá a la lucha contra tanto almirantes, especialmente con lo desgastado que se ve y es solo cuestión de tiempo hasta que los marines también los vean

— ¿Ace?

El chico pecoso se sacudió los pensamientos con un tirón en la manga y una mirada preocupada. Recuperándose rápidamente, puso una sonrisa firme en su rostro.

—Definitivamente. E incluso si no estamos en la misma casa, lo haremos funcionar de todos modos.

Luffy sonrió un poco y asintió.

—Potter, Harry –llamó la mujer de aspecto estricto, y Luffy sonrió aún más por la emoción. Se sentó ansioso en el taburete y esperó con poca paciencia a que ella le pusiera el sombrero en la cabeza. Cuando lo hico, la boca de Luffy se abrió con sorpresa, Ace ve a su hermano un poco nervioso, esperando que nada estuviera mal. Le toma más tiempo que a cualquiera de los niños anteriores, y puede escuchar el ruido de los murmullos alzarse desde las mesas, y ve que incluso algunos maestros intercambian miradas.

Después de un doloroso período de tiempo, el sombrero al fin abrió la boca.

— ¡Gryffindor!

Un rugido de gritos provino de una de las mesas del medio y Luffy descendió alegremente de su lugar en el taburete y trotó hacia su nueva casa. La gente clama por hablar con él, y las manos de Luffy se estrechan a diestra a siniestra. Ace ve que sus ojos se giran hacia él y le envía a Luffy una sonrisa tranquilizadora. La subdirectora adjunta en realidad tuvo que aclararse la garganta tres veces para que todos se callen. Una vez que lo estuvieron, los revisa con una mirada seria antes de volver a su pergamino para reanudar la ceremonia. Finalmente, solo queda un puñado de niños. Y ella grita.

—Weasley, Ronald.

Ace descubre que está inexplicablemente nervioso al recordar que su familia espera que esté en Gryffindor. Dios, si entra a Slytherin tendrán motivos para repudiarlo. Su mente, de repente, capta ese pensamiento, espera, de repente tiene una familia—una con una madre amable y un padre que no es un trozo de basura bueno para nada. Suspira y sube los escalones, preguntándose cuándo su vida se volvió tan complicada.

El sombrero puso un poco arriba de sus ojos y espero que algo pasara. Cuando lo hizo, apenas contuvo un grito de sorpresa.

Bueno, eres una persona interesante, ¿Verdad?

Qué¿Quién eres?

El Sombrero Seleccionador. Ahora silencio mientras hago mi trabajo.

Ace también se preguntó cuándo su vida se volvió tan extraña. Se tomó un momento para hacer una nota para matar a Fred y George por decirle que tenía que enfrentarse a un troll. Pequeñas mierdas.

Dos hermanos de muchos, ya veo. El otro chico que estuvo aquí, él es tu hermano también, ¿No? Simplemente no de esta vida.

Supongo –pensó Ace torpemente. El hecho de que esté hablando con un sombrero mágico en su cabeza no es algo que haya aceptado por completo.

Bueno, tienes muchas cualidades que elegir. Hmmm, estoy dividido entre Hufflepuff y Ravenclaw para ser honesto. La razón detrás de la primera realmente no necesita ser explicada, pero estoy considerando la segunda porque tienes una curva de aprendizaje muy marcadatambién eres increíblemente innovador y tu inteligencia cinética es realmente notable. Serías una adición bienvenida a esa casa. Muy pocas personas de diferente inteligencia han ingresado a Ravenclaw recientemente, así que me inclinó por esa

¡No! –Ace gritó en su mente. — ¡No puedes sepárame de Luffy! –su garganta se contrae levemente ante la caliente sacudida de ansiedad que recorre su cuerpo.

Escucha al sombrero suspirar y siente(?) diversión liviana.

Si me dejas hablar, te dejaría saber que si bien harías un gran Ravenclaw, también quedarías bien con Gryffindor. Y nunca sería tan cruel para separarlos después de que se reunieron tan recientemente.

Ace vaciló.

— ¡Gryffindor! El sombrero grita en voz alta. Ace es muy consciente de los gritos de Fred, George y Luffy, pero su mente se ve atrapada en la advertencia

Se cuidadoso. Este mundo tiene cosas interesadas reservadas para el Chico que Vivió.

Con esa criptica despedida, el sombrero fue quitado de su cabeza y bajó las escaleras un poco aturdido por todo. Caminó hacia Fred, George y Luffy, quienes le estaban sonriendo alegremente.

— ¡Sabía que sobrevivirías! –dijo George.

— ¡Estabas preocupado por nada! –dijo Fred.

—Sí –dice Ace, un tanto distraído, mientras se sienta al lado de Luffy que sonríe como loco.

— ¡Estamos en la misma casa! –Luffy simplemente chilla. Eso gana algunas miradas interesadas.

— ¿Cuándo ibas a decirnos que hiciste un buen amigo, eh, Ronniekins? –preguntó George.

Antes de que Ace pueda responder, Dumbledore se aclaró la garganta y Ace se dio cuenta de que la ceremonia terminó cuando él no estaba prestando atención. Luffy agarró su mano debajo de la mesa, y Ace le dio un apretón. Porque él también sabía lo importante que era entrar en la misma casa, y que ninguno de los dos podía soportarlo de otra forma a pesar de lo que decían.

Ace apretó su agarre e intentó apartar la advertencia del sombrero a la parte trasera de su mente. No importaba lo que el mundo le deparara a su hermano. Nunca dejaría que nada malo le pasara a Luffy nunca más.

Dumbledore aplaude con sus manos después de alunas palabras y comida aparece en la mesa. Un montón de comida. Ace se ríe porque Luffy parece que murió y ha ido al cielo. Ambos hermanos acumulan la comida con entusiasmo. Bajo las miradas ocasionales de Fred y George, Ro usa su mejor autocontrol para permanecer un poco civilizado mientras come. Luffy tampoco se vuelve loco como normalmente lo haría, pero Ace piensa que es principalmente porque está tan cautivado por todo lo demás. Sus ojos yendo al techo y a las velas flotantes, hacia los profesores y luego de vuelta a la comida en un ciclo continuo. Después de un festín absolutamente esplendido, seguido de una variedad decadente de postres, Dumbledore se para una vez más y sube al podio. Con un gesto de mano, la comida se desvanece. para gran consternación de Ace y Luffy.

—Ahora que estamos alimentados y bebidos, les diré algunas cosas antes de que vayan a la cama –explora la multitud con penetrantes ojos azules. —El Sr. Flich, el cuidador, me ha pedido nuevamente que les recuerde a todos que no deben usar magia entre clases en los pasillos. Además, los de primer año deben tener en cuenta que el bosque alrededor de los terrenos del castillo está prohibido para todos los estudiantes. Algunos de nuestros mayores harían bien en recordar esto también. Además…

Ace deja de escuchar. Las miradas de Luffy y la suya se encuentras, y ambos sonríen con entusiasmo.

—Tiene un bosque –dice Luffy con entusiasmo. La cuestión de dónde van a entrenar ha sido respondida, todo lo que tiene que hacer es descubrir la logística.

—Vamos a explorar tan pronto como podamos –responde Ace, asegurándose de mantener la voz baja para que Fred y George no lo escuchen, o peor, Percy. No hay duda de que obtendría un Vociferadora por solo hablar de eso.

Ace comienza a prestar atención una vez más a medida que todo el salón se convierte en una horrible mezcla de notas musicales que solo comparten palabras en común que aparentemente es la canción escolar de Hogwarts. Los ojos de Luffy se iluminan y se apresura a unirse con una melodía que tiene un tono decididamente pirata. Ace sonríe y envuelve su brazo alrededor del hombro de Luffy, tarareando lo que sea que esté cantando su hermano. La canción suena vieja, y Ace está seguro de que nunca antes la había escuchado. Se pregunta distraídamente dónde su hermano tomó esa canción. Después de que la canción terminara (y Fred y George dejaran de alargarla con su interpretación de la marcha fúnebre), Dumbledore los despidió para la cama.

Luffy oohs y ahhs a las escaleras y retratos en movimiento, y Ace está un poco entretenido al notar que él no es el único. Los ojos maravillados de Luffy encajan perfectamente en medio de la multitud de excitables niños de once años. Cuando Percy los llevó al dormitorio de Gryffindor, lo encontró lleno de sillas grandes y muchas mesas comunes, iluminadas con luz cálida y parpadeante, y pintadas con rojos y dorados. Ace pensó que era perfecto.

—Los chicos están a la izquierda y las chicas a la derecha. Sus nombres estarán en una placa afuera de la habitación y su equipaje debería estar cerca de su cama. Si tiene alguna pregunta, no duden en preguntar.

En el momento en que Percy cierra su boca, todos saltan hacia las escaleras ansiosos por ver sus habitaciones. Ace y Luffy están a la cabeza de la carga. Encontraron su habitación al final del pasillo. Una reluciente placa de bronce muestra sus nombre uno al lado del otro, y Ace y Luffy no pueden evitar reírse. Esto no podría haber funcionado mejor. Ace está empezando a pensar que cree que es el karma, porque Luffy debe haber ahorrado una gran cantidad si las cosas van tan bien.

Intercambiando sonrisas, Ace y Luffy giran la perilla y entran a su dormitorio.


Notas del traductor:

Una nueva traducción... Hehe—Como siempre, no me arrepiento. ¯\_(ツ)_/¯

Amo los crossovers, sobre todo si se tratan de fics de reencarnaciones, espero que les guste esta historia tanto como mí.

Espero les guste, gracias por leer y no duden en pasar a la historia original para dejarle un comentario o apoyo a la autora. Pueden encontrarla como fingers-falling-upwards aquí en FF.