En la aldea de Konoha

temprano por la mañana

el día se despereza

y los ninjas se levantan.

Naruto se pone en pie,

salta fuera de la cama,

se arregla y, antes de salir,

mira esa foto enmarcada,

donde salen él, Sakura,

un hombre con máscara

(a quien llaman "copy ninja")

y el amigo que le falta.

Cada día lo recuerda,

cada día renovaba

su enorme decisión

de hacerlo volver a casa.

Por el momento, no obstante,

sin Sasuke la vida pasa.

En las calles, la gente

ya ha salido de casa.

Por el camino encuentra

a la dulce Hinata,

que al verlo se sonroja

y enseguida le aparta

la mirada, azorada.

También a Shikamaru,

el genio de los Nara,

que saluda con pereza,

como siempre acostumbraba.

A Kiba, que lucía

la sonrisa en la cara,

Lo acompaña Akamaru,

su gran mascota blanca.

Neji, Rock Lee, Tenten

e Ino Yamanaka.

Naruto llega a donde

su equipo le esperaba.

Sakura, la muchacha

de fuerza sobrehumana.

Sai, que sustituía

a Sasuke, su nakama.

Y el capitán Yamato

que a Kakashi reemplaza

y cuida de Naruto.

Se pusieron en marcha

al ver llegar al chico.

La misión asignada

por la vieja Tsunade

debe ser realizada.

No era un equipo siete

como lo recordaba.

Era muy evidente

que Sasuke ya no estaba.