Capítulo 1. "Absurdas cadenas de sangre."
SiWon dio un mordisco a su Hot Dog, en medio de la acción salsa se derramó sobre un par de papeles que segundos antes revisaba y ahora se encontraban completamente manchados sobre su desordenado escritorio.
Un suspiró pesado soltó y encolerizado lanzó todos los papeles y carpetas al suelo. El estrés se había acumulado y por fin explotado. No podía resolver ese laberintico caso al que le habían puesto a cargo. Su homicida se las había apañado para salirse limpio y seguramente ahora estaría en alguna parte del occidente, disfrutando descaradamente de su dinero sucio.
Se levantó de su asiento con desgano, y mientras arreglaba el desastre que el mismo había causado, pudo observar una hoja con apenas unos renglones escritos a tinta china, de letra gruesa y en idioma hebreo. Avanzó apenas un poco y tomó la evidencia entre sus manos, y con una expresión que mostraba entusiasmo y excitación, salió de aquel lugar en menos de un segundo.
La noticia había llegado ya a oídos de todo, el agente especial Choi SiWon había atrapado a otro pez gordo, el polémico narcotraficante internacional. Al final todo resultó sencillo, pudo obtener una orden de arresto gracias a aquella nota firmada de agradecimiento que se le había sido enviada tan solo para burlarse, la misma que poseía las huellas que aparecieron en la escena del crimen.
Era una fiesta que consistía de cervezas y bocadillos, una multitud de oficiales y agentes, hombres toscos y arrogantes, y un SiWon en medio de aquel embrollo, siendo alabado y venerado como era de costumbre.
Pasada la media noche, con pasos pesados se adentró en su amplia oficina y dejó caer su trasero sobre el sofá, se deshizo de su corbata y lanzó lejos su saco. Se encontraba exhausto y ya debía comenzar a analizar otro caso. Su agitada vida solo consistía de eso, su trabajo, el mismo que amaba y le apasionaba. Y a pesar de que a veces resultaba ser un problema para una vida saludable, la satisfacción de poner las esposas en las muñecas de aquellos delincuentes trastornados podía recompensarlo todo.
Con sus ojos a medio cerrar observó la embriagante vista de la ciudad de Seúl, y sintiendo sus parpados pesados, creyó que caería rendido ante el sueño en cualquier momento. Pero todo resultó completamente adverso, el silencio desapareció cuando el Jefe del departamento de inteligencia entró tranquilamente, con una carpeta en la mano y un café americano en la otra.
Con un rostro que mostraba molestia, se reincorporó.
-¿Qué es lo que quieres, KyuHyun?-
-No mucho-
Respondió con dureza y acto seguido tomó de su taza.
-Se breve-
Ordenó Choi, quien le miraba con hastío.
-De acuerdo, ¿Hace cuánto fue? Si no mal recuerdo cinco años, cuando nuestro valioso agente especial HanKyung murió debido al caso llamado infinito, el mismo que hasta ahora nadie ha podido resolver.-
SiWon frunció ligeramente su entrecejo y sintió como una especia de acidez se formaba en su garganta.
-La verdad es que soy una persona muy desagradable, me gustan los retos y no me importan las consecuencias, pero estoy seguro de que tengo una mente superior y muy audaz, no muchos pueden superarme, y si se trata de resolver este infernal caso, soy el candidato número uno-
Una irónica sonrisa apareció en el rostro del más alto.
-¿Has venido a vanagloriarte a ti mismo? Deja de ser tan engreído y vuelve a tu cueva, agente-
Se levantó con desgano y caminó hasta él, para mirarle con ese par de ojos sagaces que solo buscaban intimidarlo, pero KyuHyun no era ese tipo de persona, no caía tan fácil ante esa mirada que podía hacer temblar a cualquiera.
-Te necesito SiWon, y sabes muy bien por qué-
Un abrumador silencio se prolongó por un par de segundos, ambos combatían mentalmente y lo mostraban en sus expresiones, hasta que finalmente Choi se hartó y soltó una serie de risas fingidas.
-¿Me estás tomando por broma? ¿Tú quieres que yo me introduzca en el caso infinito?-
-Así que me obligarás a recordártelo. Sí, quiero que trabajes conmigo para por fin atrapar a esos hijos de puta, esas mierdas que te arrebataron a tus compañeros y amigos. Tú eres el único sobreviviente, y si llegaron tan lejos en aquel tiempo fue por ti, porque eres la persona más capaz que se conoce, ¿Por qué si tienes el poder de cerrar ese círculo vicioso de muertes no lo haces?-
Cho KyuHyun había hablado con un tono de voz fuerte, con sus nudillos de las manos blancos y sus ojos flameantes.
-Entonces tenía diecisiete años, no tenía ni la menor idea de lo que pasaba, por eso mismo no pueden decir que gracias a mí casi descubrimos al pez blanco, no fue así y nunca será así. Obviamente he estado evitando ese patético caso, y el que tú vengas a rogarme ahora no cambiará mi decisión.-
Esas palabras eran definitivas y KyuHyun lo sabía, por lo que optó por respirar, calmarse e intentar más tarde.
-Considéralo SiWon, no tengo conocimiento de lo que pasó realmente, no sé qué tanto sufriste o que tan terrible fue, pero estoy seguro de que tu capacidad superior, tu experiencia y sobre todo, los motivos que te conllevarán a la venganza, nos ayudarán a ponerle fin a ésta jodida basura-
Cho dejó su carpeta amarillenta sobre el escritorio para después salir del lugar, dejando a Choi con un pésimo humor.
-Como si tuviera tiempo-
Susurró y observó aquella carpeta por escasos segundos, para luego tomarla y lanzarla al cesto de desechos.
…
KyuHyun se dejó caer sobre un sillón de piel negra pesadamente, y en medio de aquel espacioso lugar, se mantuvo mirando el suelo blanco. Analizaba las posibilidades, los contras y pros de la situación. Sabía que Choi SiWon era duro, muy duro y sobre todo terco, de algo que carecía era de flexibilidad, lo sabía y no tenía nada en contra de eso. Creía que el caso le tocaba fibras sensibles, y que aquello sería un punto a su favor, uno que por la reciente escena, se había convertido en su contra.
Echó su cabeza hacia atrás y dejó escapar un ligero bufido.
-¿Kyu?-
Kim RyeWook apareció de repente frente a él, con un café expreso y unos orbes que mostraban preocupación.
-Por tu cara supongo que no fue muy bien-
-Simplemente me dijo que no, y bueno, si él dice que no tan seguro, no hay muchas cosas que yo pueda hacer para cambiar eso-
Esbozó una leve sonrisa.
-¿No crees que tú mismo te estás limitando? Solo son rumores, y ambos sabemos que eres muy bueno persuadiendo a las personas, no te desanimes-
El pequeño hombre se acercó para posar una de sus manos sobre el hombre del mayor, al tiempo en que le mostraba una pequeña expresión fraternal, una que hacía calmar fácilmente a su jefe.
-¿No les he dicho mil veces que detesto las muestras de cariño gay frente a mí?-
Sin previo aviso, KangIn se había puesto a sus espaldas, mirándoles por el rabillo mientras ojeaba unos documentos.
-¿Tienes algo nuevo para mí?-
KyuHyun se levantó y se encaminó hasta él.
-Sí, no ha sido fácil y me tomó más que un par de noches conseguirlo-
-Entonces deslúmbrame-
-Hay un lugar cerca de la costa oeste, según mis contactos, durante los meses de Marzo y Septiembre se estuvo produciendo una gran cantidad de Cocaína en el sótano de un establecimiento, después transportaron más de quinientos kilogramos en cruceros privados-
Cho encarnó una de sus cejas.
-Es algo común, narcotráfico, no comprendo que tiene que ver con nuestro caso-
-No se impaciente jefe, aquí viene lo mejor. La persona que estuvo verificando que todo se llevara a cabo con perfecto cuidado, fue un hombre de 1.78 de estatura, cabello rubio y complexión delgada, según las descripciones, y bueno, está demás mencionar lo que esto significa-
Los tres compartieron miradas intensas, sus pupilas brillaban y unas sonrisas vertientes de alegría se formaron de sus bocas hambrientas. Porque les estimulaba, anhelaban con toda su alma el resolver ese caso lleno de crucigramas, se aferraban a la idea y era un sueño que con un espíritu indomable, creían febrilmente en cumplirlo.
-Por cierto, ¿Qué sucedió con Choi SiWon? ¿Si aceptó el cara de estreñido?-
RyeWook soltó una pequeña risa ante la frase del mayor, pero KyuHyun solo se limitó a fruncir el ceño.
-Debemos encontrar la forma, he intentado pedirle ayuda al jefe pero me dice que no está capacitado para dar esa orden, el caso infinito lo tomará SiWon solo si él lo quiere-
-Va estar más que complicado, porque ese estirado es peor que una mula-
Todos callaron ante las palabras y un silencio incómodo se formó, pero esto no duro mucho cuando de repente el Jefe de departamento chasqueó los dedos.
-Casi lo olvido, tengo una noticia que brindarles-
Cho comenzó a buscar entre una montaña de carpetas.
-¿De qué se trata Kyu?-
-Kim KiBum, es un estudiante de élite y todos tienen grandes expectativas sobre él, a partir de mañana comenzará a trabajar con nosotros-
KangIn se acercó curioso para mirar la fotografía en aquella ficha de información que recién había encontrado su jefe.
-Tiene cara de perdedor, ya saben, esos nerds que son molestados por media escuela y nunca tienen citas-
Ignorando al corpulento hombre, RyeWook sonrió mientras miraba el retrato de ese chico sonriente de melena negra y gafas de aumento, tan simple y particular a la vez, que solo producía una contradictoria descripción.
…
El sol salió para iluminar a Seúl. Los adultos ya se encontraban trabajando arduamente, los adolescentes e infantes se mantenían en clases; así era como la mayoría de las personas pasaban su mañana, pero para una de ellas era diferente, el agente especial Choi digitó con flojera el código para poder acceder a su departamento situado en el núcleo de la ciudad.
SiWon lanzó sus llaves y portafolio sobre la mesilla de la sala de estar, para después dirigirse a la cocina y servirse un poco de agua. Con pasos lentos se volvió hacia la sala y se tiró sobre el sofá, mientras tomaba de su bebida.
Luego de estar descansando por un par de minutos, miró una fotografía que apenas y se podía observar debido a los diferentes objetos situados antes que ella, se encontraba en aquel librero enorme junto al pasillo; en ella se encontraba un HanKyung que lucía demasiado feliz mientras lo abrazaba por el cuello con fuerza.
Como si aquello le trajera terribles recuerdos, cerró los ojos con fuerza y tragó duro. Su intervalo de dolor se interrumpió en cuanto el timbre sonó, y sin esperar, se encaminó para abrir la puerta.
-¿MinHo?-
SiWon vio cómo su hermano menor trataba de levantar una gran maleta con una expresión arrugada en su rostro.
-¿Qué haces aquí?-
Preguntó mientras le ayudaba con el equipaje que le daba problemas y le miró con seriedad.
-¿Ni un "te extrañé"? ¡Sí que eres un maldito!-
MinHo le sacó la lengua para después darle un breve abrazo y entrar al departamento rápidamente. SiWon por su parte soltó un largo suspiro y le siguió con una expresión cansina, dejó caer las maletas pesadamente y vio cómo su visitante ya se había acomodado en uno de los sillones.
-No me digas que te volviste a pelear con nuestros padres-
El menor de los Choi bufó y molesto le miró.
-¿Realmente piensas eso de mí? Que solo uso de excusa querer verte porque no tengo a donde ir, ¡Tengo muchos amigos y gente que me quiere! ¡Pero no, quise venir contigo, a verte, porque te echaba de menos! ¡Nada más! Y no me he peleado con ellos, no siempre se trata de eso.-
Después de haber terminado de hablar sacó su IPod de una de sus mochilas y se colocó los auriculares para que no escuchar los sermones que su hermano estaba por darle.
El mayor de los Choi volvió a suspirar, para después dirigirse a la cocina y antes que llamarle a su padre, prepararle el almuerzo a su nuevo huésped.
…
-¿¡Es enserio!? ¡Qué suerte!-
Se pudo observar como un muchacho de cabello castaño y cuerpo relleno brincaba alegremente en uno de los pasillos de aquella grande instalación, con una sonrisa inocente dibujada de sus labios y unos ojos que emanaban un brillo resplandeciente.
-¿Enserio lo crees? Yo no estoy tan seguro-
KiBum le miró indiferente, y mostrándose totalmente exhausto se sentó sobre las escaleras.
-¿Por qué este profesor puede hacernos esperar dos horas y cuando llegamos cinco minutos tarde no nos deja entrar a su clase? ¿Le encuentras lógica a eso?-
Le cuestionó al momento en que comenzaba a juguetear con sus dedos.
-Lo que yo creo, es que tiene la suficiente autoridad para obligarnos, así que quejarse no te sirve de nada-
Con su felicidad extinguida se colocó a su lado y le miró de una forma que le demostraba que podía ver a través de él.
-¿Qué te sucede? Estás dentro de un caso muy importante, el caso en el que tú querías trabajar y por el que te has esforzado un montón, ¡No te comprendo para nada!-
El gordito se cruzó de brazos y negó repetidas veces con la cabeza, pero KiBum no cambió su postura ni un poco, y con unos ojos más perdidos que antes, dejó escapar una leve sonrisa de su boca.
-No lo sé, no le des tanta importancia, pero creo que tengo miedo-
ShinDong se levantó completamente impactado por sus palabras.
-¿Tú? ¿¡Por qué!?-
-Más de cien personas han muerto a causa de ello, nadie sale vivo y yo sinceramente, me estoy acobardando-
-No te apachurres, estoy enterado que el agente a cargo es Cho KyuHyun ¿Has escuchado las historias sobre él? ¡Es increíble! A parte, no es seguro, pero creo que también el agente Choi SiWon participará, si él pudo sobrevivir en aquel tiempo, cuando tenía nuestra misma edad, ¿Por qué tu no? Te menosprecias demasiado, eres astuto, hábil y superas a todos en cuanto a inteligencia, tienes pasión y sobre todo valentía ¿Quién eres? Tú no eres el Bummie que yo conozco ¡Demonios!-
Las palabras de aliento dichas por su mejor amigo hicieron latir su corazón, y alcanzaron el propósito de elevarle el ánimo, Kim KiBum había vuelto a tener ese par de ojos seguros y despejados, esos mismos que mostraban toda su fuerza de voluntad.
-¡Los pillé!-
De pronto un hombre de cabellos castaños y sonrisa bufona apareció, portando una camisa blanca desgastada y unos pantalones vaqueros sucios.
-¿Qué están haciendo aquí? Tan solitos y viéndose de esa manera- Cubrió su boca asombrado. -¡No me digan que ahora tienen ese tipo de relación!-
-¿Qué haces aquí Teukie Hyung?-
ShinDong le miró contrariado luego de preguntarle.
-Bueno quise venir por mis hermosos hijos y enseñarles la vida de una forma que acabaran amando todo lo que vean-
Guiñó uno de sus ojos para después sacar un cigarrillo y prenderlo.
-La verdad es que tenemos que dejarle unos trabajos muy importantes para el semestre al profesor de Historia, pero aún no sale de la sala de reuniones, así que no sabemos cuánto más vamos a tener que esperar-
Había hablado finalmente KiBum, con un tono de voz distante.
-¿Y por eso estás de mal humor? ¿Qué te pasó, cariño?-
Dejo escapar el humo retenido en su garganta, viéndole estridentemente.
-No es nada importante, ¿Por qué no solo lo dejas pasar?-
El Kim quiso levantarse e irse, pero fue retenido por un fuerte agarre en su muñeca.
-¿No confías en mí? ¿Qué soy para ti entonces?-
-No es eso Hyung, estoy bien, te lo juro, no ha pasado nada-
LeeTeuk suspiró y le soltó, mostrándose visiblemente decepcionado.
-Está bien, ¿Qué te parece si vamos los tres por un poco de pizza? Después podemos ver películas en mi casa toda la noche o algo parecido-
ShinDong se mostró festivo y le abrazó efusivamente.
-¡Si quiero! ¡Hace mucho que no salimos así!-
Luego de su pequeña celebración, ambos miraron a un muy poco ilusionado KiBum.
-Bueno, creo que puedo ir a divertirme de vez en cuando-
Una sonrisa jocosa mostró, ocasionando el alivio y contento de sus amigos.
-¡Bien! ¡Que no se diga más! ¡Ahora vamos a sacar al cabrón de su maestro para que les revise sus jodidos trabajos!-
LeeTeuk había alzado sus brazos y gritado, produciendo las sonoras carcajadas en los otros dos.
…
Un grito ahogado se escuchó en el interior de aquel palacio, que en su esquema estructural respondía al tradicional de la vivienda musulmana. En torno a un patio central a cielo abierto se distribuían habitaciones polivalentes, con planta baja y una planta superior. El patio adopta un esquema de crucero, con fuente central. La perfección proporcional visual que añade al patio a la arquería corrida en todo su perímetro, lo convirtieron en una de las réplicas más universales y hermosas del "Palacio Comares". En el dormitorio principal el mosaico está hecho con oro de veinticuatro quilates, las paredes son de roble con una importante colección de arte en ellas. Las ventanas enormes son cubiertas por un cortinado blanco muy delicado con detalles de transparencias. El diseño de la cama tiene un acabado elegante, una que evoca las decoraciones de décadas atrás, la misma donde las siluetas de dos hombres se notaban bajo las sabanas marrones de seda.
-Deberíamos añadirlo a los cinco mejores polvos-
La voz de un varón de cabellos cafés alborotados y ojos negruzcos se escuchó como un eco en los tímpanos del otro, uno pelirrojo de piel cetrina y sonrisa maravillosa.
-Eso es algo que siempre decides tú, DongHae-
Con su cuerpo sudado, se levantó y se colocó una bata roja.
-¿A dónde vas, HeeChul?-
Su tono de voz siempre era intimidante, y más cuando era puesto en ese tipo de interrogantes.
-No lo sé, tal vez a darme una ducha, a hidratarme, o a cagar, ¿Debo darte cuentas de lo que hago a cada segundo? ¿Qué soy? ¿Tú puto esclavo?-
-Eres mi perra, por lo que sí, debes decirme todo lo que haces, a dónde vas, con quién, a qué horas, y lo que hiciste. ¿Alguna otra cuestión, querido?-
Y poniéndolo de un humor pésimo, el pelirrojo salió de aquel lugar dando un portazo.
-¿Qué sucede princesita?-
Un chico de cabello rubio, vestido completamente de negro, rodeó su cintura con uno de sus brazos y lamió descaradamente su cuello.
-Vete a la mierda EunHyuk-
Contestó colérico, mientras lo empujaba con una expresión asqueada.
-Dejen de estar peleando cada vez que se ven, es realmente molesto-
Pronunció un sujeto de pelambre oscuro, llevando una laptop entre sus manos.
-¿Acaso estás celoso, Yeye?-
El peli rubio se lanzó hacia él abrazándole por la espalda, dejándole percibir su aliento a brandy.
-¿De qué?-
Preguntó mordazmente mientras se deshacía de su agarre, que al parecer le resultaba fastidioso.
-Quiero vino-
Susurró HeeChul mientras se sentaba en el sofá de la sala en la zona principal al mismo tiempo que YeSung.
-Yo te sirvo-
Otro individuo se mostró, uno de melena bruna y piel demasiado blanca, pero lo más sobresaliente en su apariencia, era el cubrimiento de su rostro por una singular máscara blanca.
-Eres como un fantasma-
Ante el comentario casual del chico de la laptop, EunHyuk soltó una escandalosa risotada, una que solo ocasionó que el recién aparecido gruñera hastiado.
SungMin se dirigió a la barra más cercana y destapo una botella, vertió el líquido rojo en una copa de vidrio y regresó con ella.
-Aquí tienes-
HeeChul recibió el copón y bebió de él ansiosamente.
-¿Por qué el amo nos ha reunido?-
Lee preguntó al momento en que se dejaba caer sobre el escaño situado en frente al de donde dos personas presentes estaban postradas.
-No tengo ni la menor idea, debe ser otra de esas situaciones en las que debemos borrar a algún oficial del mapa o algo así-
HyukJae había dicho mientras se tambaleaba, aun cuando se encontraba recargado en la pared.
-Eso es un trabajo para personas de menor rango, no creo que se trate de cualquier trabajo mediocre-
Había rebatido YeSung, totalmente molesto por esa frase que a su parecer, no hacía más que menospreciarlo a él y su excelente trabajo.
-Veo que ya se han reunido todos-
Entonces se manifestó él, Lee DongHae, un muchacho de apenas diecinueve años, con una magnifica apariencia y con una inteligencia aún más magnifica. Frente a ellos se dejó ver, haciéndose ver superior, mirándoles desde arriba, como un rey, como un dios.
-Amo-
Todos dijeron en unísono mientras inclinaban sus cabezas y se arrodillaban ante él, como si se tratasen de simples sirvientes.
-Pueden levantarse, debo mencionarles un importante anuncio-
Ellos obedecieron y regresaron a sus antiguos lugares, por su parte DongHae se colocó en el sofá individual y cruzó su pierna.
-El caso infinito se ha vuelto a abrir-
Ante sus palabras se exhibieron confusos.
-Hasta ahora nadie ha podido descubrirme, pero esta vez el encargado es Cho KyuHyun, un increíble dirigente poseedor de un cerebro exquisito, y estoy seguro que persuadirá a mi amado SiWon para unirse a él, por cual creo que es el momento indicado para movernos, vamos a iniciar con el plan ahora mismo.-
YeSung realizó una reverencia y con un asentimiento por parte del líder, fue su oportunidad para hablar.
-Si vamos a proceder con ello, quisiera que me diera los datos de los integrantes del equipo de investigación, para poder analizarlo todo y darle una estrategia factible-
-Me parece razonable, no lo repetiré, así que escucha atentamente-
Kim afirmó con la cabeza y esperó por su desborde de información.
-El líder es Cho KyuHyun como dije anteriormente, es actualmente el jefe del departamento de inteligencia, y le hace honor a su puesto. Kim YoungWoon, mejor conocido como KangIn, es un ex miembro de las fuerzas especiales. Kim RyeWook, un médico forense. Y finalmente Kim KiBum, un estudiante becado. ¿Te ha quedado claro?-
JongWoon hizo otra venia y recibió la autorización de nuevo.
-En lo que respecta al reclutamiento del superior Choi SiWon, ¿Cuál será el proyecto para hacerlo posible?-
-Tú eres mi rata de laboratorio, para eso te pago-
Le miró con atrocidad, haciendo que se encogiera de los hombros y rehuyera sus ojos, temeroso.
-Por lo tanto, si todos tienen trabajo que hacer ¡Lárguense de mi vista!-
Con aquel grito, provocó la pronta desaparición de sus hombres, quedando completamente solo en la estancia de aquel inmenso fúnebre castillo.
…
MinHo salió a hurtadillas de aquel departamento, y con las llaves que robó de su hermano, arrancó un auto blanco de lujo. El recorrido no fue muy largo, se detuvo frente a una Universidad de fachada simple.
-Por eso mismo le dije a papá que quería irme a Francia, no puedo creer que esto realmente será mi escuela-
Chasqueó su lengua para después bajarse del carro y adentrarse en aquel centro. Comenzó a explorar cada uno de los rincones del lugar, fue así hasta que se encontró con un trío de personas que platicaban amenamente en las escaleras que daban hacia la azotea del primer edificio, el punto al que quería llegar.
-Quítense-
Con arrogancia ordenó, y presuntuoso les recorrió con la mirada. La primera persona era un hombre adulto con pintas de vago, de rostro común y con un cigarrillo entre sus delgados labios. El segundo era un chico orondo con una expresión llena de júbilo. Y el tercero, un joven de cabellos como la noche, con sus ojos renegridos detrás de unas gafas de aumento, de mejillas grandes y sonrisa fulgurante. Extrañamente Choi MinHo era el típico adolescente que gracias a su multimillonaria herencia y la educación que se le fue brindada, era engreído y vanidoso, jamás se fijaría en una persona como aquel chico que le había dejado prendido de su ocultada belleza.
-¿Estás perdido?-
ShinDong le preguntó, sacándole de su corto letargo.
-¿Buscas a alguien?-
Pudo escuchar su voz, tan suave y baja que podría sentir como acariciaba sus oídos.
-¿Estás bien?-
Y cuando fue LeeTeuk el que cuestionó, pudo volver a su mundo y mostrar una bufona sonrisa.
-Les diré algo perdedores, soy Choi MinHo, hijo del hombre más influyente en Corea. Ustedes tienen el honor de conocerme, y poder verme a los lejos, pero no el de dirigirme la palabra como si fuera su igual, ¿Lo comprenden?-
Las palabras de MinHo no fueron gritadas pero si marcadas con un fuerte desprecio, tanto que ocasionó el cohibimiento de Shin DongHee, el ligero enojo en Kim KiBum y la implacable ira en Park JungSoo.
-Escucha bien crío, tú padre es el hombre más influyente de Corea, tú padre, no tú; y aunque lo fueras, no tienes el derecho de hablarnos de esa forma, para mí eres nadie, no vales ni un poco, así que por mí puedes morirte y no me importaría en lo más mínimo.-
El Choi le miró con ojos fieros y soltó de su boca una risotada falsa.
-¿No comprendes la diferencia de clases sociales? Eres un muerto de hambre, tan solo mírate, das pena. Si yo lo quiero, puedes hacerte desaparecer, solo es cuestión de hacer esto…-
MinHo se había acercado y colocado su mano cerca del rostro de LeeTeuk, para así tronar sus dedos frente a sus orbes.
-¡Eres un hijo de puta!-
El mayor explotó y se lanzó contra él, pero un impulsivo KiBum se interpuso y recibió el golpe que iba dirigido hacia el niñato pedante.
-Basta Hyung, sabes que no vale la pena-
El resto se habían quedado pasmados ante las acciones del ser humano con gafas, fue una simple acción que resultó toda una hazaña.
-¿Qué tienes en la cabeza Bummie? ¡Mira cómo te he dejado tú bonito rostro!-
Park lo abrazó con fuerza y le miró con arrepentimiento.
De repente el celular de MinHo sonó y cuando vio en la pantalla el nombre de su hermano formó en su rostro una mueca de molestia.
-Se dio cuenta-
Suspiró pesadamente y contestó
-¿SiWon?-
Su voz fue dulce para la sorpresa de los otros tres.
-Estoy visitando a un amigo no te preocupes ya vuelvo-
Enseguida cortó su llamada y les envió una mirada directa.
-Sólo manténganse alejados de mí-
Después de decir aquella frase, se dio la vuelta en sus talones y se fue del lugar con un andar demasiado seguro.
-Es un imbécil.-
Susurró entre dientes LeeTeuk mientras veía su espalda alejarse en la extensión del largo pasillo.
-Que no te afecte Hyung, sólo es una persona que no conocemos y de la cual no debemos preocuparnos-
-¡Por eso te quiero tanto Bummie!-
Luego de la escandalosa exclamación lo envolvió en un asfixiante abrazo, uno al cual ShinDong también se unió.
…
KiBum se despidió de sus amigos, y emprendió camino en una dirección opuesta. Sus ojos se perdieron en las luces brillantes de la ciudad, y como si nada más importara se quedó prendido de ellas. Solo se trataba de meter su atribulada mente en cualquier otro asunto, no importaba que tan absurdo fuera, mientras no estuviera relacionado con ese umbrío caso serviría.
La interrupción residió en la escena que su vista captó, una en la que un hombre que parecía como una sombra seguía sigilosamente a una persona que resultaba demasiado familiar. Sin estar muy seguro de si obraba correctamente, comenzó a seguirles.
Con extrema sutileza se desplazaba por esos callejones carentes de luz, esperando porque sus sospechas fueran incorrectas. Pronto los tres se habían adentrado en una zona donde se albergaban salas de juego, moteles y burdeles. Choi MinHo parecía emocionado de haber encontrado aquel ambiente.
Las calles eran atestadas de muchedumbre, por lo que para Kim fue mucho más difícil hacerle de detective, no podía adaptarse a avanzar tan rápidamente y hábilmente como el sujeto incognito. En un instante ya no podía mirarlos, y sintiendo como su pecho se oprimía, se desesperó y corrió en su búsqueda. Sus piernas se volvieron más lentas y su respiración se aceleró, se detuvo en una esquina para descansar, y justo cuando iba a darse por vencido, los vio. Choi se resistía y el individuo no podía hacer mucho contra esos ataques continuos.
En medio de esa calle penumbra y solitaria KiBum avanzó, y a medida de que lo hacía su corazón palpitaba con más fuerza, sus manos sudaban y sentía como en cualquier momento sus piernas se flaquearían.
MinHo no se lo esperó, de pronto ese muchacho al que había llamado perdedor apareció por detrás golpeando con fuerza el moflete de su agresor, haciéndolo trastabillar.
-Oye…-
Balbuceó sorprendido, y a cambio recibió un par de fanales que desprendía nada más que pavor.
-¡Corre! ¡Yo lo detendré!-
Bramó con su garganta ahogada.
-No espera, ese sujeto es un monstruo, no te dejaré solo con él-
Replicó congojado, y sin pensarlo dos veces, se colocó a su lado.
-Vamos a hacerlo juntos ¿Vale?-
El de grandes mejillas le miró fugazmente, a él y su determinación sorprendente, si no hubieran tenido ese encuentro antes nunca se imaginaría que se trataba de un chico déspota y egocéntrico.
Para cuando había acabado de hablar, ese ser ya se había recuperado del golpe y ahora se lanzaba contra ellos para iniciar una pelea. Al principio KiBum creyó firmemente en las palabras del otro, pero eso cambió cuando su pecho fue empujado por una de sus manos. Todo sucedió como en una cámara lenta, su cuerpo fue lanzado hacia un lado y el no pudo hacer nada más que mirar aquel teatro que se desarrollaba frente a sus aterrados ojos.
MinHo cerró los ojos y extendió sus brazos, dando a entender al atacante que estaba preparado para recibirlo. Con sus manos cubiertas por guantes de cuero oscuro manipuló la jeringa y se la encajo en el cuello, ocasionando un desmayo instantáneo en el menor.
Kim sintió su cuerpo temblar en cuanto aquel varón dirigió una gélida mirada hacia él, todo su rostro estaba cubierto, a excepción por ese par de orbes que parecían no haber conocido nunca la claridad. Y creyendo que moriría ahí mismo se arrastró con impaciencia. Sorprendido se quedó cuando observó cómo esa persona salía de aquel lugar con el chico sobre sus hombros.
-Mierda-
Vociferó ronco.
Un mal sabor de boca tenía, Choi MinHo le había salvado sin dudarlo. Y él no pudo siquiera levantarse. Su alma estaba seca y sus sentimientos se pudrían en su pecho. Derramaba un llanto que quemaba su rostro, sus puños se impactaban contra el frío pavimento y sangraban, y le imploraba a la oscura noche que terminará con su sufrimiento. Se sentía vacío, sin destino a donde ir. Su voluntad se evaporaba y su pasión ya muerta estaba, en medio de aquel ambiente callejero de drogas y sexo.
…
Su cabello mojado se movía al compás del viento.
"Cuida de MinHo, ayúdalo."
SiWon se encontraba en el balcón de su apartamento, recordando esas agrias palabras que su madre le había dicho a través del teléfono.
"Ustedes son lo más importante para mí y no quiero que nada les pase. La situación por acá está por demás de complicada, no comprendo mucho, pero solo sé que debo alejar a MinHo de aquí, y estando a tú lado puedo saber que estará protegido, por eso mismo, te lo ruego."
Choi apoyó sus codos desnudos en la balaustrada platinada y hundió su frente entre sus manos entrelazadas. En su estómago comenzó a sentir unos molestos reflujos y en su cabeza, un inmenso dolor que no mejoraba la situación.
"Considéralo SiWon, no tengo conocimiento de lo que pasó realmente, no sé qué tanto sufriste o que tan terrible fue, pero estoy seguro de que tu capacidad superior, tu experiencia y sobre todo, los motivos que te conllevarán a la venganza, nos ayudarán a ponerle fin a ésta jodida basura."
Tenía demasiados asuntos sin resolver y todo en su vida se reducía eso, a mantener una disputa en su cabeza sobre reanudar u olvidar lo que ha estado atormentándolo por tantos años.
Soltando un soplo se metió a su vivienda para aguardarse del frío, y con unos ojos vacuos de sentimientos, miró la pantalla brillante de su celular.
-Choi SiWon-
La voz al otro lado de la línea se escuchaba distorsionada, áspera y jadeante.
-Tu hermano Choi MinHo nos está brindando una agradable compañía-
SiWon se sintió en medio de un páramo sofocante. No podía articular ni una sola palabra, sus labios secos ya estaban, incluso el tragar saliva le era imposible. Se encontraba paralizado en aquella superficie de tránsito oscuro.
-Haz como siempre. Luego de trabajar toda la noche y rendirte ante el sueño apenas dos horas, levántate y lávate la cara, desayuna café negro y tostadas francesas, después te irás a tu trabajo en taxi, quedarás atrapado en el tráfico lo suficiente para introducirte en el desespero; cuando pises tu oficina actuarás como siempre, de mal humor y autoritario, luego en la hora de tu descanso irás al pordiosero puesto que tanto te encanta, comerás dos Hot Dogs con salsa picante y regresarás a tu oficina, te meterás tanto en los apilados documentos que tienes sobre tu escritorio que no te darás cuenta cuando fue que cayó la noche, cansado y fastidiado tomarás tus pertenencias e irás a casa. Nada ocurrió y para ese momento tú ya habrás recibido indicaciones. Cuando termine esta llamada destrozaras tu celular y lo tirarás a la basura.-
La comunicación se cortó y el obedeció las ordenes, tiró al cesto su ya cercenado teléfono. Después de haber obrado, se dirigió a su escritorio y se sentó detrás de él, sacó una hoja de papel en blanco y un bolígrafo, y como si se lo estuvieran dictando, comenzó a escribir todo lo que había oído hacía un par de momentos.
Sus eclipsados orbes movedizos estaban anclados a su escrito. Una revolución en su cerebro se ejecutaba, maquinaba la obtenida información, y con empeño trataba de descubrir el instante en que lo contactarían. Su oscurecido dedo índice se detuvo en una frase "Quedarás atrapado en el tráfico lo suficiente para introducirte en el desespero", luego se recorrió hasta otra "Irás al pordiosero puesto que tanto te encanta", y finalmente se deslizó hacia la última "Cansado y fastidiado tomarás tus pertenencias e irás a casa."
El primogénito de los Choi dejó escapar una burda sonrisa de sus labios y comenzó a tamborilear contra la madera. Pero de pronto todas sus acciones cambiaron en cuestión de un segundo, con violencia lanzó el bolígrafo lejos y volteó el escritorio, era un arrebato de cólera.
-¡Maldición!-
Maldijo en aquella exclamación en mitad de retorcimientos histéricos. Y sintiendo por las venas un abrazador fuego, en su rostro una expresión muerta e hipócrita se vio, con punzantes lágrimas insultantes de desprecio adornándolo, y en su quijada, una boca de comisura triste.
Continuará.
