Un cielo gris, una nueva vida y el cigarrillo de siempre.
El cielo era gris y prometía una futura tormenta, miraba a la ciudad de fondo, llena de movimiento y personas, se encontraba extrañamente muerta, muchos autos por las calles, caminantes que parecían zombis desganados, si es que eso tenía algún sentido, aire tan contaminado que hacía difícil respirarlo, era por eso mismo que me parecía tan bella, tan hermosa y entrañable a la distancia mientras mi tren se alejaba cada vez mas de mi ciudad natal y me despedía de la extraña relación amor odio que mantenía con ella, aspire una vez más del cilindro de nicotina en mi mano, un habito despreciable sin duda, el humo raspaba mi garganta con un sabor desagradable e inundaba mis pulmones calentándolos como si deseara incinerarlos, pero se sentía tan bien, el sabor rápidamente daba paso a un regusto dulce mientras que el calor recorría todo mi pecho antes de volver al exterior, una pequeña nube gris salía por mi boca y se elevaba hacia el cielo, perdiéndose al instante en el aire como si jamás hubiese existido y luego esa sensación que anhelaba por otra calada de aquel dulce elixir etéreo, en verdad nunca lo había visto como un vicio, supongo que será una frase común para cualquier adicto el "puedo dejarlo cuando quiera" pero en verdad no me hacía mucho daño, fumaba con suerte una cajetilla al mes y solo cuando me sentía estresada, otra frase común sin duda.
-Adieu Ponyhattan- dije mientras soltaba el humo de mi última calada y el viento se lo llevaba, como si se dirigiera a la ciudad a propósito.
Guarde el paquete de cigarrillos en el estuche de mi violonchelo segura de que no fumaria más de uno y mire hacia atrás hasta que la vista de mi ciudad se perdió entre las colinas despobladas del campo, sostuve la mirada al vacío ya sin prestar mucha atención, mantos verdes que lucían igual de lúgubres ante la melancólica luz del día, solitarios arboles apareciendo de vez en cuando entre la pradera, casi muertos por el clima de Ecuestria durante esta estación del año, algunos animales que pastaban sin ninguna apariencia salvaje, el viaje hasta Canterlot era relativamente corto, un par de horas tenía entendido y aun así parecía exhaustivo, siempre era divertida la idea de perderse en el vacío, olvidarse de todo y comenzar de nuevo como si pudieras huir de ti mismo, en verdad jamás me había parecido agradable hacerlo, pero siempre parecía divertido, eso era lo que no podía negar, vi la luz resbalando por el cielo como si lo desgarrara, unas fracciones de segundo antes de que el melodioso sonido del trueno explotara en el ambiente, un sonido fuerte y acorde al momento, de pronto varias notas más comenzaron a acompañar a aquel poderoso comienzo, con un inicio lento pero prometedor, un aumento ligero, tenue y apenas perceptible que invitaba el oído a estar atento, otra nota poderosa que terminaba de retumbar larga y especial en si misma antes de a modo de contrapunto ser seguida por notas más potentes que las anteriores, constantes pero singulares, silbando en el aire antes de estamparse contra el suelo, a pesar del pequeño techo del balcón al final del tren las gotas comenzaron a empapar mis negros cabellos, di una última calada al cigarrillo logrando llevarlo a un tercio de su largo original y lo arroje, rápido se extinguió como un pequeño punto naranja entre la lluvia que comenzaba a dificultar la vista a la distancia, me di la vuelta y camine hacia mi camarote con mi violonchelo a cuestas, pase junto a una señora anciana de cabellos blancos y porte elegante que tomaba el té con serena calma, un hombre con traje que hablaba por teléfono con voz de alegría pero sin mostrar ninguna emoción en su rostro, no pude evitar reparar en sus ojos amarillos de pupilas rojas y el me dedico una mirada fría en uno de sus ojos mientras que el otro parecía muy interesado, como si estuviera a punto de hablarme pero rápidamente volvió a su llamada y yo aumente la velocidad de mi marcha, antes de llegar a mi pequeña habitación se encontraba por ultimo una chica de piel morena y cabello profundamente negro que sostenía un paraguas rojo usando un vestido del mismo color, aun sin detenerme a mirar a ninguno de los pasajeros del último vagón no podía evitar mirlarlos de reojo, como una pieza de arte que apreciar, aun así nadie llamaba realmente mi atención, todos exceptuando a aquel hombre parecieron no reparar en mí, me metí en mi alcoba y desenfunde mi instrumento, su brazo grueso pero ligero, quizá a fuerza de la costumbre, se amoldo en mi mano, me senté en un pequeño taburete y sosteniendo el arco con la otra mano entone una larga nota, grave y con un aire de aullido , lentas notas le siguieron, un contra punto, notas veloces y agudas, una práctica de poco valor pero verdaderamente placentera, continúe tocando un rato, intercalando notas azarosas con melodías aprendidas, disfrutaba de sobremanera la música que exprimía de mi instrumento pero la lluvia se robaba mis pensamientos y oídos a pesar de no lograr frenar mis dedos, los truenos a veces aprecian débiles y la lluvia moribunda antes de volver con un poderoso estruendo y gotas de renovadas fuerzas, guarde mi arco y violonchelo en su estuche una vez más antes de recostarme cuan larga era en un sofá no muy grande que dejaba mis piernas caer a partir de las rodillas, la lluvia podía seguir por días, Canterlot tenía fama de largo periodos con el mismo clima, yo personalmente prefería el clima siempre cambiante de Ponyhattan, saque mi teléfono del bolsillo de mi saco para ver el tiempo que debía esperar para llegar pero antes de siguiera encenderlo la voz del maquinista anuncio por los parlantes.
-5 minutos para arribar a Canterlot- su voz era fuerte y agradable, acostumbrada a su trabajo aunque con un toque de alegría.
Cerré los ojos ¿acaso me quedaría dormida en esos minutos? En verdad no me parecía tan malo perder mi estación, tener que tomar otro tren y esperar en un lugar desconocido, pero definitivamente no era buena idea, realmente seria irresponsable, se me había ido el tiempo tocando el violonchelo, me había acostumbrado a las practicas largas pero sin dejar de sentir placer cada vez era menos divertido el tocar la práctica diaria, el tiempo volaba como en un trance, pero la música era una delicia y los recuerdos de las tonadas me hacían sonreír mientras mis dedos se movían lentamente como si tocara un instrumento de aire, encendí el teléfono que aun sostenía en mi mano y conecte los audífonos, muchos creían que era una amante empedernida de la música clásica, no podía negar que la amaba, sin embargo algunos pensaban que por eso no sería capaz de disfrutar otros géneros, la verdad era que amaba la música en general como método de expresión, lo único que despreciaba era el vacío y la falta de creatividad, fuera lirica o de composición, en una gran parte de la música moderna, pero la música me traía emociones potentes y me tornaba desagradablemente sentimental, aun así deslice el dedo rápidamente por la pantalla del móvil dejando pasar algunas páginas de la enorme lista de música que guardaba antes de presionar un punto al azar, la canción era corta, probablemente terminaría antes de llegar a Canterlot. "Cartoons and Vodka"- Jinkx Monsoon.
La música me abstrajo de la realidad inmediatamente, era como si pudiera ver cada nota vibrando en el aire mientras sonaba la canción, se dibujaban extrañas imágenes en mi mente relacionadas a la vejes y la juventud, una mezcla agradable y extraña por igual, sentía el tren reducir su velocidad, parecía estar rítmicamente conectado con la música, una sensación por demás agradable pero común, indudablemente nos acercábamos a la estación. Tome mi maleta, nada muy ostentoso a decir verdad, apenas unos cuantos cambios de ropa según la situación, es decir un traje adecuado para un concierto, ropa cómoda para aligerar el viaje, artículos de limpieza básicos y algunos aparatos electrónicos. Mi portátil, cargadores, etc. que me era más fácil trasladar junto a mí que esperando al plazo del servicio de mudanza, finalmente estaba mi violonchelo, el estuche era probablemente más grande que mi maleta y probablemente si no estuviese tan acostumbrada a arrastrarlo con migo de un lugar a otro me parecería más pesado que esta, salí al vagón y me posicione junto a la salida esperando el momento adecuado, al ritmo de la música en mis audífonos podía sentir el mundo en movimiento como si se coordinaran en favor del arte, los 3 pasajeros actuaron muy distinto entre sí, la mujer que bebía el té parecía confusa, como si ignorara que el tren estaba pronto a parar, quizá esperaba una futura estación o había perdido la anterior, la chica de vestido rojo se mantuvo sentada pero pude notar como su mirada se clavaba en la ventana viendo la aun fuerte lluvia y apretaba ligeramente su paraguas, ahora que lo pienso probablemente debí cargar un paraguas cuando salí de casa esta mañana viendo el cielo nublado, no quería mojarme pero tampoco es que me molestara demasiado un poco de agua cayendo del cielo, aunque daría una impresión horrible a mi compañera de apartamento que llegara con la ropa húmeda y directamente a por un baño y un cambio de ropa, no había tenido ocasión de conocerla en persona, solo sabía que se dedicaba a la música con ocasionales actuaciones en orquestas aunque estudiaba zoología y mitología antigua, sonaba como una chica interesante y su voz al teléfono era agradable, Lyra era su nombre, debo decir que bromeaba cuando le pregunte si su instrumento era la lira y ella sonando un tanto apenada al teléfono, parecía más avergonzada que molesta, mientras respondía que afirmativamente, aun así habíamos quedado en buenos términos y esperaba que fuera al menos la mitad de agradable en persona, el tren se detuvo en la estación pero las puertas se mantuvieron cerradas, probablemente esperando a que el inspector viniese a sellar los boletos, si bien un tren de pasajeros no era muy largo parecía que tardaría un momento en llegar el turno del último vagón, el sujeto del teléfono seguía en su llamada, se paró junto a mí en lo que esperaba a que la puerta se abría, no podía oír si continuaba su llamada con la voz anterior pero ahora su rostro parecía especialmente entretenido, excepto su ojo izquierdo, eso sostenía la mirada fría del aburrimiento absoluto, hizo un gesto interesante con su cara y de pronto paso a verse serio y formal una vez más, su ojo derecho mantuvo el gesto de diversión, era curioso y me comenzaba a poner algo nerviosa, aun así intente no inmutarme y mantener la vista fija al frente, la puerta se abrió de pronto y fuimos recibidos por el inspector que nos miró como si buscara algo en especial, con una mirada sospechosa extendió su mano y le ofrecí mi boleto, él lo perforo y me lo regreso de inmediato sin prestarme demasiada atención, abandone el vagón y comencé a andar por la estación, quizá debería pedir un taxi pero algo en mi interior me decia que caminara, la canción se detuvo dejándome escuchar el sonido de la lluvia, un tanto atenuado, volví a mi móvil y pase el dedo por la pantalla una vez más, deslizando con fuerza y parándolo de golpe, una canción apareció pero sin leer el título devolví el celular a mi bolsillo y comencé a caminar hacia la salida, reconocí de inmediato la canción "Mr. Blue Sky" – Electric Light Orchestra.
El ritmo alegre comenzó y logro convencerme de caminar, sabía el camino al campus desde la estación y estaba segura de que no me tomaría mucho llegar, definitivamente estaba influenciada por la canción pero aun así no podía evitar una sonrisa por el sentir que me trasmitía, salí del andén reconociendo unos cuantos nombres de calles y girando, me sentía nerviosa, pero era increíble, agradable y excitante, pasaron tan solo unas cuantas calles antes de ver la institución, una enorme estatua de un caballo mítico al frente, un jardín gigantesco y edificios imponentes más al fondo, era bastante bello, me quede unos segundos parada frente a la estatua del equino épico antes de darme cuenta de las gotas que comenzaban a aumentar su fuerza, sin demasiada prisa continúe mi camino, un pequeño trote me permitió entrar bajo un largo pasillo en el primer edificio, una chica de cabello lacio y rosado se encontraba frente a su casillero abierto moviendo los labios, quizá hablando por teléfono, camine hacia ella y me saque los audífonos.
-Hola, disculpa ¿podrías decirme donde se encuentran los dormitorios del bloque 3?- pregunte, en verdad no sabía cómo llegar desde este punto.
-¿Y-Yo…? – dijo con un tono extraño, su voz sonaba baja, aunque el oído me daba para escucharla perfectamente, sonaba un tanto asustada e increíblemente dudosa.
-Eh… si- le respondí, en verdad me parecía extraño, note que no tenía un teléfono es su mano ¿acaso estaba hablando sola? ¿Había algo en su casillero?
-Pe-perdón, está por haya- dijo apuntando con el índice de la mano derecha hacia el fondo del pasillo- das vuelta a la izquierda y encontraras el edificio.
-Oh…muchas gracias- dije sonriéndole, ella me dedico una sonrisa y sin prestar más atención me coloque los audífonos, avance unos pasos antes de sentir un pequeño tirón en mi hombro, la chica me miraba, no había reparado antes en que media en torno a 20 cm menos que yo, quizá 1.60 o 1.58, me pareció pequeña frente a mi 1.80, aunque algunos decían que en verdad yo era alta, al final no hallaba mucha diferencia, era esbelta, de piel pálida y ojos índigo, su cabello rosa pastel resaltaba bastante, sus labios se movieron mientras me miraba fijamente, me saque los audífonos he hice una seña para hacerle notar que no había podido oírla.
-Oh, perdón, te decía que si quieres puedo llevarte hasta ahí- dijo luciendo bastante apenada, a pesar de eso no había entendido bien sus instrucciones así que apreciaba el gesto- yo también vivo en ese edificio.
-Gracias, me serias de gran ayuda, quizá seamos vecinas- dije sonriendo, sonreír siempre era importante cuando la persona a tu lado hablaba con su casillero.
.Yo vivo en el primer piso ¿y tú?- su voz era suave pero parecía más libre que antes, quizá realmente hablaba por teléfono y eh interrumpí una llamada personal, ella debió guardar su teléfono antes de que lo notara, parecía una chica muy agradable.
-Me temo que yo vivo en el tercer piso, pero algún día podríamos arreglar una cita para tomar el té o salir por ahí- agregue, una persona que conocía el campus era siempre buena.
-Claro, vamos por acá- dijo, la seguí de cerca, el camino no era muy largo pero había mucho para ver, mas jardines, básicamente cada espacio libre era adornado por flores o esculturas, me gustaba ese aprecio al arte, caminamos hablando misceláneos sobre algunos adornos y carteles, parecía que ella se entera bien de lo que pasaba por el lugar, sabia el motivo de las estatuas y sobre algunos movimientos estudiantiles, el camino no fue muy largo, el edificio no era nada especial, sin ser feo era bastante menos artístico que el principal, aunque claro solo en el exterior, al entrar ella hablo.
-Bueno, aquí estamos, mi dormitorio está aquí abajo, quizá algún día te pueda presentar a mi compañera de cuarto, su nombre es Rarity ¿tú vives sola? ¿Perdón, cuál es tu nombre?- pregunto mirándome a los ojos de nuevo, era una costumbre curiosa la que tenía considerando que parecía ser bastante tímida.
-Oh no, aun no conozco a mi compañera de cuarto más que por su voz y nombre, pero jamás la he visto, se llama Lyra Heartstrings: y mi nombre es Octavia Melody - dije, ella me miro un momento extrañada.
-¿Ly-Lyra?- pregunto con ¿incredulidad? Eso me preocupo un poco ¿había algo de Lyra que debiera saber?
-Sí, es ella ¿pasa algo?- pregunte ahora realmente interesada.
-N-no, no es nada- volvía a su ligero tartamudeo- es solo que es un tanto…curiosa, pero es una gran chica, bastante agradable y me ha ayudado unas cuantas veces con mis mascotas- la mire extrañada esta vez yo, primeramente porque creí que no se admitían mascotas, aun así nada ganaba obligándola a cumplir el reglamento y seguidamente ¿curiosa era bueno o malo?
-Bueno, espero verte pronto, adiós- le dije volviendo a mi compostura.
-Adiós, nos vemos luego- termino.
Me dirigí a las escaleras y comencé a subir, cada piso tenía un color distinto, volví la vista hacia atrás para confirmar que el tono morado del primer piso era distinto al lila del segundo, al llegar al tercero un bello color gris igual al de las nubes me recibió, ese era mi color favorito debo agregar, camine hacia la habitación 31 y llame a la puerta, casi de inmediato una voz respondió.
-Un segundo- pude reconocer la voz femenina como perteneciente a Lyra- ya voy- agrego después de unos segundos, se escuchaban varios ruidos de objetos moviéndose dentro, esperaba no encontrar nada demasiado malo, ahora estaba un tanto más nerviosa con lo que había dicho… ¿no le había preguntado su nombre?- Ya casi.
La puerta se abrió de pronto dejando ver a una chica de cabello verde menta y con un par de líneas blancas en este, sus ojos eran amarillos y brillantes, casi dorados y sonreía con alegría, media en torno a 1.70, usaba una camisa con una imagen de un pony con gafas de sol que decía "soy más real que tu" mientras apuntaba con un casco hacia el frente, era un diseño divertido, vestía una falda verde menta y zapatillas cómodas.
-Hola, soy Lyra ¿Quién eres tú?- pregunto mirándome fijamente, ella también aprecia bastante amable.
-Hola, Soy…- no pude terminar mi oración porque me sorprendió con un pequeño grito.
-Octavia, te esperaba, cuando te vi casi estaba segura de que eras tú, pero no quería equivocarme y…-hablaba bastante emocionada, me tendió la mano y la agito efusivamente después de un momento.
-Gracias, me alegra verte Lyra- dije, no era tan… expresiva como ella pero creo que comprendió bien la intención y me invito a pasar, la sala de estar lucia bastante común, una pequeña cocina con una nevera y alacenas separándose del resto de la habitación por una barra, una pantalla plana con una consola conectada se encontraba frente a un sofá grande y entre estas una mesa baja, los muros era amarillo brillante con líneas de un amarillo más claro cada algunos centímetros, me mostro el baño y me guio hasta mi cuarto.
-Bueno, puedes ponerte cómoda, quizá debas tomar una ducha o podrías resfriarte- me había olvidado por completo de como mi ropa se había empapado por la lluvia.
-Gracias, eso hare- le sonreí mientras dejaba mi maleta frente a mi puerta.
-Podemos jugar cartas, o algún videojuego o interpretar algunas piezas juntas- dijo con rapidez y alegría, realmente era bastante efusiva.
-Claro, me encantaría, nos vemos en un momento- se quedó mirándome un segundo antes de reaccionar.
-Oh claro, el baño- dijo con una pequeña risa avergonzada ¿había olvidado lo que acababa de resaltarme?- bueno, adiós- agrego antes de darse la vuelta y volver a la sala.
Entre a mi habitación, era un cuarto lindo, al registrarme en la universidad habían aclarado que estaba amueblado y alfombrado, en verdad esperaba algo más simple pero me satisfacía lo que encontraba, las paredes estaban tapizadas del mismo bello tono gris del piso en el exterior, una ventana grande dejaba ver el exterior del campus, la vista debía ser increíble en el último piso, mientras que una alfombra gruesa cubría el suelo, compartía el tono guindo con las cortinas de la ventana que estaban atadas por los lados para mantenerla abierta, un tocador con un espejo, un armario y una cama individual terminaban de completar la habitación, dejaban un buen espacio para practicar con mi instrumento o colocar algunas decoraciones en los muros, deje la maleta en mi cama, el estuche con mi violonchelo lo deje en el armario; y saque un conjunto de ropa casual, una falda rosada, unas botas negras, una camisa blanca con adornos grises y una corbata de moño rosada, el estilo jamás pasa de moda supongo, sonreí para mí misma.
Entre al cuarto de baño y me desvestí, deje el agua correr un momento para asegurarme de que estaba caliente, coloque algunos artículos de limpieza personales en el lavabo y deje mi toalla junto a la de Lyra, la suya era blanca con un dibujo de un unicornio verde menta de ojos dorados y melena similar a la cabellera de mi compañera, parecía haber sido bordada, casi creí reconocerla en la imagen pero de inmediato supe que eso era ridículo, solo era un diseño bromista y caprichosamente oportuno, me introduje bajo el chorro, el agua caliente resbalaba por mi piel dejando una sensación agradable tras de sí, podía ver el vapor subir por la habitación, de pronto deseaba un cigarrillo, era poco común que fumara más de uno al día, pero el clima me propiciaba esa sensación, parecía que sería cómodo y acorde a la situación, realice mi ritual de limpieza tan rápido como pude aunque claro sin descuidar su correcta función, me seque y vestí, era enserio relajante una ducha caliente en un día frio, me metí en mi cuarto y cerré la puerta tras de mí, no había detectores de humo así que probablemente fumar no estuviese prohibido, en verdad no era muy importante, me acerque a la ventana y la abrí recargándome en el marco, el cielo seguía gris y la lluvia caía pero un pequeño techo sobre la ventana imposibilitaba que entrara a la habitación, saque mi cajetilla del estuche del violonchelo en el armario y encendí el tabaco cuando estuve fuera asegurando que el humo no se quedara en la habitación, si bien no me desagradaba no era un olor que me gustara tener impregnado en la alfombra, , una calada, el calor en la garganta, el sabor amargo, el gusto dulce, la calidez en el pecho, figuras perdiéndose entre el humo junto con mi estrés, la sensación deliciosa en suma, placentera sin duda alguna, continúe fumando un rato, disfrutando el olor del humo, y verle escapar hacia las nubes, ligero y gris como si deseara ser una de ellas, el tiempo se perdió entre mis pensamientos mientras no apartaba la vista de la ventana, las clases comenzarían en un par de días, confiaba en desempeñarme adecuadamente en la facultad de música, a pesar de que muchos no valoraban adecuadamente este estudio a mí me parecía realmente interesante, la música funcionaba a muchos niveles, el nivel matemático y la influencia de las vibraciones en la física de partículas, los patrones de ondas que se reconocían en la naturaleza y su relación con la vibración de una cuerda, métrica sonora, había muchos estudios importantes detrás pero las personas lo despreciaban como si fuera algo fácil, algunos incluso juzgaban de "No ser un trabajo" al tocar en una orquesta, escuche como tocaban mi puerta, viendo el cigarrillo casi extinto en mi mano lo arroje por la ventana y una vez más vi como su fulgor naranja se extinguía por obra del agua.
-un momento- conteste y los toques se detuvieron, salí para encontrarme con Lyra, ella olfateo el aire un momento, pareció notar el olor pero no dijo nada al respecto.
-¿Ya terminaste tu baño?- no, solo lo continuaba dentro de la habitación, definitivamente no podía bromear así con ella por lo que preferí callar- perdón, no quería molestar solo que tardaste un poco- me miraba con sus ojos siempre alegres.
-Perdón por no avisarte, solo me tomaba un descanso después del viaje y eso- le conteste con la misma sonrisa.
-Bueno, te espero en la sala, tengo algo para ti- dijo y se dio la vuelta alegre- era extraño recibir un regalo de una chica que acababa de conocer en persona pero aun así ella era bastante agradable.
Al llegar a la sala la encontré sentada en el sofá con una bolsa de papel entre las manos, me miraba invitándome a sentarme y sin esperar mucho lo hice.
-Toma- dijo entregándome la bolsa, la abrí encontrándome con el peluche de un pony gris, tenía un tatuaje de una clave de sol en su flanco, sus ojos eran rosados, como los míos, su crin negra y peinada como la mía…. Acaso… Su corbata de moño también era igual a la mía.
-Es muy lindo, gracias- nunca había sido adepta a los muñecos cuando niña pero apreciaba su regalo- es un lindo diseño- agregue, era un tanto extraño a decir verdad.
-Este basado en ti- su sonrisa pareció crecer un poco.
-¿Qué?- pregunte, solo era extraño, estaba enserio confundida.
-Bueno, es una costumbre común, mi estudio sobre la civilización de equinos inteligentes que vinieron antes de los humanos lo volvieron un regalo acorde a mi trabajo- Bueno, ahora entendía que quería decir la peli rosa con "Curiosa".
-Es… muy lindo, gracias- al decir esto ella soltó una risa ahogada, me comenzaba a poner un poco nerviosa.
-Jejejeje, algunas de mis amigas dijeron que era un mal regalo pero yo sabía que te gustaría- dijo como si fuera un gran logro, le regrese la sonrisa.
-Bueno ¿quieres salir a comer algo?- pregunto
-Claro ¿conoces un buen lugar por la zona?- le pregunte en respuesta.
-El mejor; y soy amiga de la cocinera- respondió sonriente, parecía que sabía de lo que hablaba, si eliminaba su idea psicópata de que la humanidad venia de un mundo de ponis era una chica muy agradable ¿enserio pensaba eso?
Alguien llamo a la puerta, Lyra parecía un tanto sorprendida, por lo visto no esperaba visita.
-Yo atenderé- dijo mientras se levantaba del sofá, miraba bien por el ojo de la puerta, estuvo así un momento antes de abrir- Hola Fluttershy – dijo.
-Ho-hola, venía a traer un regalo a la nueva inquilina, dijo mientras miraba hacia abajo.
-Claro, pasa- dijo Lyra haciéndose a un lado dejándola entrar.
-Hola Octavia- dijo mientras me sonreía- les traje una tarta, espero que nos llevemos bien.
-Hola Fluttershy y gracias- dije mientras me acercaba para saludarla y recibir su regalo.
-Bueno… no te quito más tu tiempo, espero que nos veamos pronto- parecía que tenía prisa.
-Está bien, podrías pasarme tu número telefónico- ah, pedir el número telefónico, la forma perfecta de recordar a alguien sin tener que poner interés en esta.
-Claro- dijo sacando su teléfono, su funda era rosada y llamativa, una figura de flamenco tomando el sol al reverso, bueno, ahora sabía que no hablaba por móvil mientras movía los labios frente a su casillero aunque alumnos me había advertido de que mi compañera era una de aquel grupo casi sectario que creía descendíamos de ponis sapientes….de algún modo, así que al menos podía marcas un limites, de los males el mejor supongo.
Me pasó su número y me pidió que le enviara un mensaje para que obtuviera el mío, una pequeña formalidad que paso rápidamente, mantuvimos una corta conversación en la que Lyra no intervino mucho, parecía un tanto incomoda; y finalmente se retiró.
-Bueno, eso fue interesante- dijo Lyra mientras cerraba la perta después de haberse despedido de Fluttershy.
-Supongo, al parecer ya no es necesario salir a ninguna parte, además es tarde y el viaje fue largo- dije bostezando, ella saco su celular y al parecer reviso la hora.
-Pero apenas son la 5:30pm- dijo con un tacto de confusión –aunque claro comprendo que estés cansada por el viaje, puedes tomar una siesta si quieres- agrego, no esperaba que fuese tan temprano, no había reparado en la hora mientras usaba mi celular, aun así me sentía realmente soñolienta.
-Sí, supongo que será por el viaje, comamos un poco y me ire a dormir- dije y pude escuchar el cansancio en mi voz, lyra bostezo.
-Jejejeje, creo que tu cansancio es contagiosa- ambas reímos ante el comentario- bueno, comamos.
Cortó la tarta, aparentemente casera, rápidamente y sirvió un par de trozos en platos de cristal rojizo con diseños de flores, bastante bellos la verdad y puso a hervir agua.
-¿té o café?- pregunto.
-En general soy una amante del café, pero creo que por ahora lo mejor será un té- respondí.
-Oh, claro- saco una bolsa de té y la coloco en una taza que hacia juego con el plato.
-Bueno… cuéntame algo sobre ti ¿Qué te llevo a elegir tu campo de estudio?- sus ojos parecieron iluminarse mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.
-Bueno, desde pequeña siempre pensé que el mundo era algo extraño- comenzó a hablar como si fuese un discurso ya preparado- encontraba algunos objetos de lo más curioso sin embargo lo que realmente me enloquecía eran los nombres de los asentamientos humanos que podíamos rastrear cientos de años o quizá miles, Ponyhattan, Las Pegasus, Ponyville e incluso el propio continente Equestria, realmente siempre sentí esa conexión, una tarde encontré un antiguo diario que hablaba respecto al tema y de inmediato supe que era algo digno de estudio, supe que quería dedicar mi vida a confirmar la teoría más impresionante y sorprendentemente sensata que conocía, si bien en la actualidad existen varios mamíferos cuadrúpedos los equinos siguen tratándose como un mito, sean pegasos, unicornios o simples ponis terrestres, aun así se han encontrado múltiples fósiles de estos seres de los cuales se ha podido obtener información que demuestra eran seres inteligentes que vinieron antes que nosotros, incluso algunos más optimistas que yo creen que estos seres aún viven o que pueden saltar entre realidades como distintos planos, siempre me sentí impresionada y dispuesta a darlo todo por la ciencia.- se detuvo mirando con determinación, parecía que esperaba una respuesta de mi parte, personalmente encontraba sus supuestas pruebas altamente cuestionables pero no parecía muy importante o pertinente desanimarla con una opinión opuesta así que solo sonreí.
-Es muy impresionante sin duda, espero que logres avances de importancia en tu campo- pareció completamente satisfecha ante mi respuesta.
-Sabes, algunos solo dicen que es una locura o que no vale la pena estudiarlo, realmente aprecio que sepas valorarlo- dijo con un tono de afable.- y a ti ¿Qué te llevo a la música?
-Bueno, supongo que también me ocurrió siendo muy joven, descubrí lo mucho que me gustaba el ritmo de las cosas, fueran obras del hombre o de la naturaleza y decidí estudiar que tan inherente al universo era realmente, los patrones que surgían en el ambiente en relación a las ondas sonoras y su recreación precisa experimental inmediatamente me llamaron. Me gusta la forma en la que permite desarrollar el arte y la ciencia juntas.
-Wow, eso suena súper cool- dijo sonriendo.
La merienda fue normal, seguimos conversando sobre algunos misceláneos y las clases, unas cuantas bromas sobre música y me conto que su gusto por la lira siempre le había traído ligeros problemas por chistes sobre su nombre, parecía que le afectaban bastante a pesar de intentar tomarlos con humor, terminamos comer entorno a las 6 y me aviso que pensaba salir a visitar a unas amigas en su trabajo, Bon Bon llamo a la chica y prometió que me llevaría algunos dulces, no me atreví a rechazar el regalo, en verdad no era muy adepta al dulce, y nos despedimos.
Apenas entrar a mi cuarto me tire en la cama presa del cansancio, mi compañera era un poco más extraña de lo que esperaba pero parecía realimente interesada en su campo y eso la volvía mejor que muchos conocidos que elegían un estudio sin valor personal solo por el dinero o complacer a los demás, las suaves sabanas contra mi cuerpo y el blando colchón parecían buscar noquearme, sin demasiada resistencia me entregue a los encantos del sueño por voluntad propia, mañana sería otro día, al menos podía decir que hoy fue un día mas y no un día menos.
NOTA DEL AUTOR*
Debo decir que si bien cuento con un par de historias abandonadas disfrute bastante escribir esta y espero continuarla, si bien nunca me siento del todo cómodo con mi trabajo me parece interesante publicarlo y espero una mejoría mientras avanza la narración. apreciare bastante sus opiniones y consejos en cualquier aspecto, toda critica es bien venida.
En un futuro se mezclara el romance y la seudo adicción de Octavia que bien podría empeorar.
sin mas que decir por el momento espero sus reviews.
