¡Allá vamos!

Dijo Bridgette con seguridad viendo la espalda de Félix y alzando el puño corrió hacia él, estirando sus manos por su cintura. Recorriendo sus manos por todo su abdomen.

— ¿Qué haces? —Le cuestiono Félix fríamente al ver a Bridgette con sus manos en su cintura. Ella levanto la mirada con un rubor cubriéndole las mejillas por la vergüenza y con una risilla nerviosa. Repuso: Cosquillas.

— No tengo cosquillas —Contesto impasible sin mostrar un signo de sonrisa o risa.

— ¡¿Qué?! ¡Debes tener! —Replico volviendo a lanzar sus manos por el abdomen de Félix.

— Ni siquiera lo intentes —Espeto posando una mano en la frente de Bridgette imposibilitándola de cualquier movimiento mientras ella inútilmente seguía estirando sus manos.

— ¿Que querías conseguir con esto?

— Sacarte una sonrisa o risa —Respondio alzando su mirada ya dejando de luchar.

Al oír eso intento no demostrar sorpresa por tales palabras, aunque sus ojos se ensancharon levemente por escucharlas.

— Y acosándome sexualmente, lo quieres lograr —Añadió con el ceño fruncido.

Ella lo reto con la mirada y lo señalo con el dedo.

— ¿Sabías que cuando fruncís el ceño usas más músculos faciales que cuando sonreís?

— ¿Y? ¿Qué quieres decir con eso? ¿Debo felicitarte por qué sabes algo?

Ella bufo, dejando de señalarlo poniendo sus manos en los costados de su cintura.

— ¡No! Lo quiero que sonrías, que seas feliz.

Otra vez se sorprendió, desvió la mirada a un costado para que no vea su pequeño sonrojo, ya que había pasado mucho tiempo desde que alguien quería que sonriera y espeto fríamente para no perder su compostura:

— ¿Y? Si no sonrió es porque no tengo ningún motivo para sonreír y si lo hago no significa que sea feliz.

Al decir eso, empezó a alejarse de Bridgette.

— Debe haber uno —Le insistió siguiéndolo, estando dos pasos detrás de él— El sol de la mañana, el cantar de los pájaros, no se, cualquier cosa puede hacerte sonreír, puede hacerte feliz.

Al oír eso, su mente divago en la sonrisa de Ladybug, en el recuerdo de su corazón latiendo con desenfreno al divisar su traje rojo. Por esa razón sin poder evitarlo, la comisura de sus labios se levantó, naciendo naturalmente una sonrisa que por unos segundos estuvo instalada en su rostro.

Ella al divisar eso, se quedó quieta y empezó a parpadear incrédula por el raro acontecimiento mientras que Félix se alejaba más.

¿En qué pensó para que sonriera de esa manera?

Se preguntó Bridgette con un sonrojo instalado en sus mejillas. Viendo la espalda de Félix sin saber que era ella la causante de sus sonrisas y sus desvelos y porque claro, él es Chat Noir, un gato tonto enamorado.

Y si estaba su Lady no hacía falta hacerle cosquillas para que sonriera.