"De repente miré al cielo, la luna y las estrellas estaban ocultas"

"Las nubes lo cubrían todo, y tú no podías verme desde el otro lado."

Mienai Tsuki (Fujita Maiko)

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Te quiero

Te echo de menos. Volvió a leer el mensaje; era al menos la décima vez que lo leía en la hora que llevaba sentada frente a su escritorio, pero no podía dejar de mirar esas cuatro palabras. Sonrió ligeramente al pensar en lo estúpido de su comportamiento aquellos días, en el hecho de que no pudiera dejar de leer una y otra vez aquella conversación.

Estoy deseando volver a Magnolia para verte. Esta semana en Crocus se me ha hecho muy larga sin ti, odio tener que estudiar en un lugar tan alejado.

Lucy sonrió de nuevo a la pantalla de su ordenador, aquel mensaje era de hace dos días. Hacía ya más de un año que Natsu se había ido a estudiar a la capital del Reino, una pequeña ciudad como Magnolia no ofrecía la educación que un aspirante a informático como Natsu requería. Desde entonces, el joven estudiante sólo había podido volver a su ciudad en vacaciones y fines de semana; aun así trataba de regresar siempre que podía para visitar a su preciosa novia, aunque a ninguno de los dos les parecía suficiente.

Sólo una noche más y ya podré dormir a tu lado. No puedo esperar a que llegue mañana, a estas horas ya estaré abrazado a ti, no vas a conseguir que te suelte.

Unas pequeñas mariposas de dolor se alojaron en el estómago de la rubia ¿por qué no podía él estar allí con ella, abrazándola como prometía en el mensaje? Hacía tanto que no veía su rostro… Que no sentía el suave tacto de su piel. La última vez que se vieron la besó con dulzura, quizá para hacerle más llevaderas las semanas que pasarían sin verse. Se habían sonreído con amor y Lucy había soltado su mano para dejar ir al pelirosa, con la promesa de hablarse mucho durante las semanas de separación.

Espero que estés preparada para todo lo que te tengo planeado este finde, no te voy a dejar tiempo a solas.

No puedo terminar de leer la última parte del mensaje; había sido enviado ese mismo día y la rubia sabía que dentro de poco Natsu estaría en la estación de Magnolia, sonriente ante la expectativa de un tiempo de descanso perfecto junto a la persona a la que amaba. Desgraciadamente Lucy no era esa persona, el corazón de aquel chico despreocupado y alegre le había pertenecido durante algún tiempo; llegaron a quererse tanto, a ser tan felices, que ella pensó que podrían estar así para siempre. Pero las cosas nunca salen como uno las planea, y es que ella ahora vivía en Crocus, la última vez que vio a su ahora ex novio fue antes de vacaciones, él volvía a Magnolia para trabajar en Fairy Tail y ella debía quedarse.

A veces se preguntaba cómo habrían salido las cosas si se hubiera ido con él, si podría haber sido diferente. Aunque en el fondo sabía que el corazón siempre toma las decisiones acertadas, y el destino ejerce su papel en todas las situaciones, cualquier cosa que hubiera hecho terminaría en el mismo escenario; pero su corazón no quería aceptarlo.

Sólo una semana después de su partida Natsu la llamó, alguien de su pasado había vuelto a su corazón y no podía ignorar esos sentimientos, aunque eso significara destrozar los de Lucy. Ahora ellos estaban juntos, felices; y ella, sola y desdichada. Por el bien de su nuevo romance, Natsu había decidido dejar de lado a la rubia, no podían hablar, no podía saber nada de él.

Una lágrima se escapó de los ojos de la rubia, el único consuelo que le quedaba era una red social, el correo de su antiguo amor y la suerte de que no hubiera cambiado de contraseña desde que lo dejaron. Ahora se sentaba frente a su escritorio, en su pequeño piso de Crocus, leyendo mensajes que no eran suyos y deseando que las últimas palabras del último mensaje enviado por Natsu fueran para ella.

Te quiero, Lisanna.