Capítulo 1: Presentaciones.

El agua tibia de la ducha resbalaba por la piel de Yuichi mientras se quitaba todo el jabón del cuerpo. Era una sensación agradable a esas horas de la tarde, después de un duro día en el colegio, era lo más idóneo para relajarse.

Yuichi era un joven de dieciocho años, sus ojos eran de un color azul marino extraño pero muy hermoso, sobre todo porque armonizaban a la perfección con sus cabellos rubios. Yuichi era una persona muy alegre, optimista, enamoradiza, se preocupaba por los demás…en definitiva, era un muchacho adorable y atractivo además, pero demasiado tímido a veces.

Al margen de todo esto el único defecto de Yuichi eran sus excesivas preocupaciones, sin excluir las amorosas, cierto era que había estado saliendo con chicas pero…había algo que nunca había logrado entender, en sus relaciones no había sentido un amor sincero, puro, sino que se había sentido medio lleno, como si esas chicas no quisieran amarle del todo y eso era algo que le apenaba porque él si que había entregado mucho amor a todas esas jóvenes, ni que decir tiene que a Yuichi no le faltaban atenciones femeninas.

Suspiró mientras cerraba el grifo de la ducha y cogía una toalla para secarse, mientras se vestía escuchó unos golpes en la puerta.

-Yu, cariño – dijo su madre - ¿has acabado ya?, necesito que vayas al supermercado a comprarme unas cosas que me hacen falta para la cena.

-Mamá, estoy muy cansado, hace nada que he vuelto de las prácticas de baloncesto ¿tengo qué ir yo precisamente? Podría ir Naoko ya que siempre voy yo – respondió Yuichi con fastidio.

-Tu hermana está estudiando para su examen de mañana así que lo siento pero tendrás que ir tú – contestó tajantemente su madre.

-Está bien, ya salgo – suspiró.

Yuichi odiaba tener que interrumpir su tarde descansando por una tarde de compras, Naoko era muy estudiosa, responsable y aplicada, estudiaba todos los días, prácticamente tenía que saberse ya el libro de memoria pero aún así continuaba repasando lo que ya se sabía. Su hermana era una niña de dieciséis años, tenía dos cualidades que fascinaban a Yuichi: una era su completísima personalidad y la segunda era su increíble belleza.

Sus cabellos eran larguísimos, se extendían hasta su fina y perfecta cintura, caían sobre su espalda como brillantes hebras de seda castañas. Sus ojos eran de un azul intenso y su tez era pálida. Yuichi siempre la comparaba con las princesas de los cuentos de hadas, pero el inconveniente de todo esto era que su hermana era demasiado bonita ante los ojos de los miles de hombres del mundo. Siempre que salía a pasear con ella se encargaba de protegerla ya que todo el que la miraba se paraba en seco en la calle para observarla mejor, no sería la primera vez que intentaban propasarse con ella y eso era algo que a Yuichi le hacía sacar su mal carácter hasta el punto de llegar a pegarse por ella.

Ambos hermanos se peleaban a menudo pero no podían negar que se adoraban. Pero eso no quitaba el malestar de Yuichi ante el hecho de que su madre prefiriera que él fuera a hacer la compra.

Eran las siete de la tarde y una vez en el supermercado Yuichi recorría los largos pasillos de alimentos con un carrito metálico casi lleno, pesaba mucho, pero Yuichi era fuerte para llevar eso e incluso más.

Su mal humor crecía por momentos, pero cuando sonó su teléfono móvil, toda la rabia acumulada estalló.

-Ya tenías que estar de vuelta – riñó su madre a través del teléfono – hace media hora que tenía que estar preparando la cena y tú estás por ahí entreteniéndote ¿me quieres explicar qué haces?

-Ya voy, te recuerdo que son varias cosas y es un carro muy grande… no se hacer milagros – su voz sonaba irritada.

-¡No se te ocurra volver a hablarme así, date prisa, ya hablaremos cuando llegues a casa!- acto seguido se escuchó un clic que indicaba con claridad que su madre había colgado.

Yuichi estaba tremendamente furioso, miró la lista de la compra, ya había terminado, cogió su carro y con todas sus fuerzas con el fin de expulsar la rabia de su interior, empujó sin mirar hacia delante el carro del supermercado. De pronto escuchó un gran estruendo que provenía justo de delante de él. Levantó la vista y en ese momento sintió como si le acabaran de tirar encima una jarra de agua congelada, la rabia que sentía momentos antes se había desvanecido cuando observó que delante de él se encontraba un muchacho de aproximadamente su misma edad en el suelo detrás de otro carro, probablemente el suyo.

Las mejillas de Yuichi enrojecieron y su mente no era capaz de asimilar lo que acababa de ocurrir. Durante un instante se fijó en las facciones del chico: Dios, como decirlo, era…increíble. Se trataba de un muchacho con el pelo largo de una tonalidad azul oscura preciosa hasta los hombros recogido en una coleta, sus ojos eran del mismo tono azul oscuro pero intenso a la vez. Su tono de piel era ligeramente bronceado, su cuerpo parecía fuerte al tiempo que deportista…

El muchacho se incorporó mirando a Yuichi fijamente a sus ojos marinos, Yuichi enrojecía cada vez más por momentos, su imagen era deslumbrante, normalmente no se fijaba en la calle si un chico le parecía guapo o feo, pero…él era terriblemente guapo, fascinante, en fin, increíble.

El muchacho se acercó a Yuichi y en ningún momento desvió la mirada.

-¿Estás bien?- dijo con una tono de voz dulce, realmente preocupado y lo que era aún más extraño…no había seña alguna de enfado por lo ocurrido.

-N-no, estoy bien – logró decir Yuichi con dificultad.

-Me alegro, ha sido un golpe bastante brusco por ambas partes, pero bueno, es mejor que no haya nada que lamentar- sus labios se curvaron en una amplia y agradable sonrisa.

-Lo siento mucho, no era mi intención chocar contigo, lo cierto es que estaba furioso y…

-Sssh – el muchacho colocó su dedo índice delante de sus labios – no pasa nada, es comprensible, todos tenemos alguna vez un mal día, lo único que hoy a sido tu turno.

Acto seguido tendió su mano derecha ante Yuichi.

-Me llamo Kyou Aizawa, y ¿tú eres…?

-Yuichi Ohira – dijo Yuichi al tiempo que estrechaba su mano con timidez, pero con determinación. El contacto con su piel le produjo un escalofrío que le recorrió desde la nuca hasta el resto de su cuerpo. Su mano era cálida y suave.

-Un placer, bueno espero volver a verte, vivo por aquí cerca, en fin, hasta pronto-dijo despidiéndose con una amplia sonrisa.

Dicho esto Kyou se dio la vuelta dejando a Yuichi con la palabra en la boca y una tremenda sorpresa. Yuichi estaba muy confuso, se esforzaba a sobremanera en intentar comprender lo que acababa de sucederle, pero todos estos pensamientos se interrumpieron cuando recordó que su madre le estaba esperando enfadada, ya pensaría luego en quién era ese chico, ahora lo importante era llegar a su casa y evitar la gran regañina que tendría su madre preparada para él.

Himeko-Hi-No-Miko: hey, hola a todos, que sepáis que soy novata en este tipo de género, mi primera historia es hetero, pero como adoro el yaoi y he comprobado que tiene una buena acogida por los lectores he decidido empezar una historia de este tipo.Si es cierto que los dos protagonistas recuerdan bastante a Naruto y a Sasuke, pero os aseguro que no los he sacado de ninguna serie anime, al menos ninguna que yo haya visto. La razon por la que inclui mi historia en la cartegoria de Naruto es porque no podia meter esta historia en ninguna serie conocida puesto que son inventados, otra cosa, la mayoria de las opciones que tuve que escoger para publicar no tengo ni idea de para que eran (es la primera vez en esta pagina) asi que si aparecen cosas que os hacen confundiros os digo de antemano que lo siento. Me gustaría que las personas que lo lean me den su sincera opinión, necesito que me digáis si os gusta el comienzo si os engancha la historia si os parece interesante, en fin… todas esas cosillas que nos motivan a mejorar jeje, bueno no os quiero aburrir, os mando un beso y os animo a leer mucho de lo que os guste ya que es lo mejor que hay. Kisses de Hime-sama XD.