Había una vez, en los tiempos donde estaba recién nacido el sol y los planetas daban sus primeras vueltas, una planta hermosa, con flores negras. Esta planta fue creada en la primera noche del mundo, cuando un par de gotas del cielo recién pintado oscuro cayeron en los pétalos blancos de aquella flor y los rayos de la luna la iluminaron con intensidad. Ese par de gotas de noche y ese rayo de luna le dieron el poder de hacer 5 veces más fuerte y alargaba 2 días la vida al hombre que tocase la planta y cantara suavemente la melodía que ofrecía la noche, que solo los brujos buenos sabían.

Pero como en todas partes, había personas falsas. Uno de los brujos se hizo pasar por bueno, hasta que consiguió la canción. Y ese brujo era Freezer. Día por medio iba a la planta, cantaba la canción y luego volvía a aterrorizar a las pequeñas aldeas recién formadas.

Y así, pasaron siglos hasta que en la zona donde estaba la planta se estableció un reino llamado Saiyajin. El rey Vegeta era conocido por las heroicas acciones que hizo para salvar al reino y la reina Seripa era conocida por la bondad que en ella habitaba. Ambos se casaron muy jóvenes, pero lastimosamente la reina nunca pudo tener hijos. No fue así que a los 33 años de edad, quedó encinta, dando esperanzas a los ciudadanos saiyajines con el heredero o heredera. Pero la reina era muy débil y no podía tener más al bebé en su vientre, y ya probando todo tipo de hierbas medicinales, se guiaron por la leyenda de la flor de la luna.

Freezer acababa de ocupar la flor cuando escuchó ruidos provenientes de los árboles. Rápidamente se escondió y con horror vio que se llevaban su preciada planta. Los guardias la llevaron al palacio donde la reina tomó su néctar. Gracias a esa flor, el principito nació.

Todo el reino se regocijaba por tal hito en la historia de su nación, y el rey y la reina no cabían en alegría, aunque el príncipe tenía algo peculiar: una colita de mono. A dos semanas de nacido, el príncipe Vegeta desapareció.

Freezer se lo llevó a una torre escondida y lo crio como a un hijo, o algo así. Le enseñó a leer, a escribir, a contar y a cantar la canción de la noche. Le dijo lo débil que era para salir a un mundo tan hostil y que todos le dirían lo idiota y sin fuerzas que era. Según lo que le contaba Freezer a Vegeta, las personas tenían pieles venenosas, todos querían tenerlo para ser más fuertes y que ellos dos eran los únicos normales de todo el mundo.

Así creció el pobre príncipe. La única ocupación que tenía era cantar y cuidar de su cola. En su tiempo libre leía, pues le estaba prohibido practicar artes marciales, aunque lo hacía a escondidas.

Y nuestra historia comienza aquí, en el cumpleaños 19 del joven Vegeta.

-Hoy se lo diré-dijo carisbajo el joven-aunque me cueste

-¡Vegeta, abre el pestillo!- se escuchó una voz cantarina

-¡ya voy!-grita Vegeta

Entra Freezer con una mochila llena de comida

-Hijo, te tardaste demasiado-dijo cínicamente el brujo-te tendré que quitar un libro, otra vez

-Perdón padre, debí estar más atento a la puerta-le dice forzadamente Vegeta a Freezer. No le gustaba pedirle perdón, pero la última vez que le faltó el respeto lo encerró una semana completa en su habitación sin comida

-Así es. Ahora, tu trabajo mi pequeño mono

Freezer se sentó y Vegeta enrolló su cola en la muñeca del brujo:

"Flor de oscuridad, quita malestar, trae fuerzas y

Da eternidad, eternidad"

-Bien hecho, mi pequeña mascota. Ahora tráeme un vaso con agua

-Claro. Pero antes padre, yo…-y Vegeta fue cortado bruscamente

-Nada de pero antes, tráeme el vaso con agua, luego me dices-dijo autoritariamente Freezer

Vegeta siempre pensó que su padre era casi un tirano, pero era su padre, no podía hacer nada. Un día pregunto por sus padres biológicos y le dijo de la forma más cruda posible que su madre era una ramera y que su padre era un vagabundo idiota, que debería sentirse afortunado de que él lo hubiese recogido antes de que lo secuestraran para malos fines y luego lo mataran. Y tenía 5 años cuando preguntó.

-Aquí tienes, padre-dijo entre dientes, con una sonrisa casi sarcástica-Y bueno…lo que quería decirte es que si me dejar ir al pueblo para…ver las luces flotantes

-¿Luces flotantes, te refieres a las estrellas?

-No, yo sé cuáles son las estrellas, las he estudiado y tienen una órbita constante. Las luces flotantes solo aparecen una vez al año

-Vegeta, sabes la respuesta-dijo serio

-Padre, solo por mi cumpleaños, por favor-Vegeta dijo con humildad fingida

-¿Cumpleaños? Eso fue hace un año

-Esa es la gracia de los cumpleaños, son anuales. Por favor padre, solo esta vez, es que…-y nuevamente fue cortado

-Vegeta, sabes la respuesta. Pareces más idiota de lo que eres suplicando, mono tonto.

-Entonces…

-¡SE ACABO!-Y recibió un golpe en su mejilla que resonó por toda la torre

-Yo…solo-dijo sobándose su mejilla-te iba a pedir un libro. Un atlas estaría bien, quiero averiguar más sobre…la tierra

-Pero es un viaje de 2 días al pueblo-dijo rezongando

-Creí que era mejor idea que ver las luces flotantes

-Estrellas-le dijo recordándole

-Estrellas-se corrigió Vegeta

En otro lugar del bosque, una jovencita de 18 años iba escapando con sus camaradas

-¡Bra, te vienen persiguiendo!-Grita un hombre con cicatrices en su cara

-¡Ay, Marron tiene miedo!-Dice una mujer muy bien formada, algo (muy) tonta, que también corría detrás del hombre

-¡Debemos escapar!-Dice la aclamada Bra. Tiene el pelo y los ojos Azul como el cielo, un físico envidiable y está en la flor de su edad

Todos se detuvieron al ver una muralla de piedra creada naturalmente por la erosión.

-¿Qué hacemos?-dice Marron

-Yo subo, ustedes me hacen escalera-dice Bra

-Primero me das la bolsa-replica Yamcha, indicando con su dedo a, en efecto, la bolsa que traía cruzada Bra

-hemos pasado tanto juntos Yamcha ¿Y aun no confías en mí?-Dice Bra a su casi novio

-Con menos razón confío en ti, dame la bolsa

Bra le entregó la bolsa, junto a un sonoro "idiota". Escaló hasta arriba y Marron dijo:

-ahora debes subir a Marron

-Lo siento, manos llenas-justificó Bra con una sonrisa, mostrando la bolsa recién extraída de Yamcha

Corrió como alma que lleva al diablo, pero se encontró con el caballo del Jefe de la guardia del Palacio, Krillin. Encontró que era ridículo pelear con un animal, pero que más daba.

El maldito caballo le dio buena lucha. No sabía dónde esconderse hasta que encontró una cueva tapada con una cortina de lianas. Se adentró un poco y cuál fue su sorpresa al encontrar un claro y en medio de ese paraíso, una torre.

Corrió y trepó hasta la ventana más cercana. Entró, abrió la bolsa y todo se fue a negro