One-shot

Hace a algunos meses que decidí viajar con Sesshomaru todo por causa de Rin.

Durante las viajes con Inuyasha me encontraba muchas veces con la pequeña Rin y esta me pedía siempre que me quedase, hasta que un día fue Sesshomaru que me pedio, y yo acepté. Él se comportaba diferente conmigo, era cuidadoso, cariñoso, a pesar de siempre llamarme: "Miko".

Estábamos a seguir una pista para encontrar a Naraku, cuando un yōkai, que decía ser un sirviente de Sesshomaru, le informó que él tenía que regresar a su castillo. Sesshomaru no cuestionó y siguió a su sirviente, yo iba a cuestionarle pero él se adelantó.

— Vamos Miko, te voy a necesitar. Te recompensaré, te lo prometo.

Mi corazón se aceleró y sin dudar lo seguí.

Demoramos algunas horas a llegar a su castillo, nadie se atrevió a preguntar a su amo quien eran las dos humanas. Me instalaran en un lujoso cuarto cerca de los de Sesshomaru y Rin. Las criadas me trataban bien, por miedo a su amo y yo lo sabía que solamente me trataban bien porque Sesshomaru les ordenó que así fuese.

Un día cuando caminaba por él castillo, vi Sesshomaru apoyado en la pared se veía desgastado. Me aproximé de él.

— ¿Qué te pasa Sesshomaru?

Él me miró fijamente y me sonrió, lo que me dio escalofríos.

— Estoy cansado, necesito de algo para recargar mis energías. – me contestó con una voz quebrada.

— ¿Que necesitas? Lo voy buscar de inmediato…

— No es necesario, ya lo tengo en frente. – se aproximó de mi a una velocidad sobrenatural, y me apegó a su cuerpo para besarme. No fue un beso dulce sino uno beso lleno de deseo. Sus manos se apegaran a mi cuerpo, su lengua desafiaba la mía…hasta que quebró lo beso—. Ahora ya estoy mejor.

El yōkai se alejó de mí en dirección a su escritorio para continuar trabajando. Me dejó en el pasillo desorientada. No sabía lo que había pasado, Sesshomaru el yōkai más frio y conocido por detestar humanos ¿me besó?

(…)

Los días siguientes los pasé en la biblioteca leyendo pergaminos sobre mis poderes de Miko y también sobre yōkais, para me distraer un poco. Pero hoy Jaken interrumpió mi lectura.

— Humana, el amo Sesshomaru quiere hablar contigo en su despacho.

Extrañé el pedido, pues Sesshomaru habla solamente conmigo a las refecciones o cuando caminamos con Rin en los jardines. Era más su costumbre me dejar flores con alguna carta para mí. Me gustan mucho sus cartas, el temas es siempre algo diferente y yo contesto a todas, pienso que es una manera de él me contar todo sobre su vida sin romper su orgullo.

No tardé en llegar a su escritorio, esperé hasta recibir su autorización para entrar, cuando me la dio, entré. Como siempre él tenía muchas cartas y pergaminos sobre su mesa.

— ¿Me puedes decir que necesitas de mí? – me atreví a cuestionar.

— Solamente quería avisarte que no vamos atrás de Naraku por un tiempo. – me habló sin tirar los ojos de su pergamino.

— ¿Puedo saber por qué?

— Tengo asuntos a tratar y en breve realizaré una fiesta y voy necesitar tu presencia. – me informó me mirando en los ojos.

¿Una fiesta? ¿Va a necesitar de mí? Es mejor no hacer más preguntas. Asentí y me fui de ahí en dirección a los jardines donde se encontraba Rin.

Ella hablaba muy feliz con su dama de compañía sobre algo, decidí me juntar a la conversación.

— ¿Señorita Kagome que es lo que va a ofrecer al amo Sesshomaru? – me preguntó dulcemente la pequeña Rin.

— ¿Cómo así Rin?

— ¿Me permite hablar? – me cuestionó la yōkai que acompañaba a Rin, yo solo asentí—. La verdad es que en breve es lo cumpleaños del amo.

— ¿El cumpleaños de Sesshomaru? – No podía acreditar, entonces la fiesta es para celebrar su cumpleaños—. ¿Cuándo es?

— Dentro de una semana. – me informó la yōkai.

(…)

Pensé sobre ese asunto durante cuatro días y no sé qué le ofrecer. Reuní coraje y fue le preguntar directamente. Jaken me dice que él estaba en su escritorio y que no quiere ser incomodado, pero yo sé que él me recibirá. Como en las otras veces esperé por su autorización que no tardó en llegar.

— ¿Que necesitas Miko? – me cuestionó con una voz dulce pero sin mi mirar.

Me aproximé a él, se veía ocupado tenía un viejo pergamino en sus manos y sus ojos leían su contenido, y me apoyé en la mesa y me atreví a preguntar. (Pueden ter más noción miren la imagen, me inspiré en ella)

— Bien tu cumpleaños está cerca… ¿Qué quieres de presente?

Él continuó a mirar los pergaminos pero susurro algo.

— Quiero que concibiésemos un hijo.

Me quedé sin habla. Pensé que él estuviese a bromear, entonces me senté cerca de él y volví a preguntar.

— Ahora hablemos en serio ¿qué quieres? – cuestioné.

Sesshomaru elevo su mirada desde el pergamino hasta mí, y me miro seriamente y un poco molesto. ¡¿No me digas que él hablaba en serio?! Es verdad que ya nos besamos, pero fue solamente un beso.

En la habitación existía un ambiente de tensión, pero parece que alguien escuchó mis preces y entraran en la habitación.

— Amo bonito, tiene aquí alquilo que me pedio para la …. – pero cuando Jaken me vio se calló.

Yo aproveché esto para irme

— Bien, tengo cosas que hacer… Adiós. –Salí de ahí.

No di ninguna oportunidad para Sesshomaru me impedir. Me sentía muy avergonzada por su petición, será que su beso tuve algo haber con esa petición. Tanto que no lo vi ni hablé ni contesté ninguna de sus cartas en los últimos dos días. Rin me dice que Sesshomaru anda de muy mal humor, y yo pienso que es mi culpa y los criados es que pagan su mal humor.

(…)

Hoy es el día de su cumpleaños y tengo cuatro criadas me preparando para su fiesta. Es cuasi la hora y estoy muy nerviosa.

Me informaran que debería ir hasta la puerta de la habitación donde se daría la fiesta, pero tuve una supresa la tenía a mi espera la persona que no quería ver. Tenté huir pero fue inútil.

— Miko, no intentes huir de mí. – me avisó con una voz dulce.

— Perdón yo no quería huir de ti ni dejarte molesto. – al mismo tiempo que me disculpa bajé mi mirada para el suelo.

— La culpa fue mía. – con su mano derecha me obligó a míralo en los ojos.

— No importa, pues hoy es un día muy especial para ti. – me aproximé de él. – ¡Feliz cumpleaños Sesshomaru! – besé su mejilla derecha.

Él me miraba raro, y yo no entendí porque ni tuve tiempo pues él me agarró en la cintura y me besó, pero este beso fue diferente de lo que antes me dio, este solamente mostraba amor.

— Así está mejor.

Lo iba a reprender, pero las puertas se abrieran. Todos me miraban de una manera extraña, lo que estaba me dejando un poco incomoda. En la fiesta muchos yōkais felicitaban a Sesshomaru… otros le hacían preguntas como cuando se iba a casar y él apenas sonría lo que dejaba sus acompañantes un poco confusos.

Yo me cansé y fui para el jardín, estuve sentada en un banco de piedra debajo de un árbol sola por algunos minutos, después Sesshomaru me hizo compañía.

— Te estaba buscando. –informó

— ¿Porque? –pregunte curiosa

— Tengo algo que preguntarte. —Lo miré confusa y curiosa—. ¿Te recuerdas de mi respuesta sobre lo que yo quería como presente?

No entendía la pregunta pero yo asentí, claro que me recuerdo lo que me pidió de presente.

— Bien, yo quería saber cuál era tu reacción pues tengo una propuesta para ti.

Lo continué a míralo confusa, él solamente sonrió. Se colocó en frente de mí y se puso de rodillas. Me quedé con la mente en blanco. ¿Él no iba hacer aquello que pienso pues no?

— Kagome, yo no sé cuándo ni porque me enamoré de ti, pero lo hice y cuando lo noté yo quería protegerte de todo y de todos—él tenía algo en su mano, era un anillo—, Por eso, ¿Kagome aceptas casarte conmigo?

Lo miré incrédula, ¿Sesshomaru me estaba pidiendo en casamiento? Entonces fue por eso que en sus cartas siempre me decía que era bonita y amable y cosas así, pero nunca pensé que él estuviese enamorado de mí, tal vez fue un poco estúpido de mi parte por no lo percibir. Sabía que él quería mi respuesta y decidí entonces la dar.

— Si. – le dice con una sonrisa.

Él pegó en mí y me besó.

— No sabes el cuanto estaba nervioso por tu respuesta.

— ¿Porque?

— Tu reacción a mi pedido de tenernos un hijo.

— No estaba preparada.

— ¿Y ahora, lo estás? — yo solamente le sonreí—. Entonces anunciamos nuestro casamiento y vamos para mi cuarto trabajar en nuestro hijo.

— ¿Que dices? – le pregunté incrédula y muy sonrojada.

— La verdad es que esta fiesta no es solo para mi cumpleaños. —Lo miré con algo de molestia— Y después yo quiero el presente que te pedí.

— No sé qué te digo.

— No digas nada, vamos despachar esto para trabajar en nuestro hijo. — Sesshomaru me encamino de nuevo para el castillo, pero antes de entrar me hablo— Y una cosa solamente vas a salir de mi habitación cuando tuviéremos concebido nuestro hijo. – habló pícaramente que hizo que mis mejillas se tiñeran de carmín.

Lo iba a reprender pero ya estábamos adentro y todos los yōkais miraban mi cara roja por culpa de Sesshomaru.