UA/ Rey regresa de sus ansiadas vacaciones con el corazón roto y dolorido. Lo ha dejado con su novio y se siente totalmente devastada. Y para colmo las cosas han cambiado en el bar donde trabaja; empezando por ese maldito grupo con su maldito vocalista de pelo negro.
Depresión Post-Vacacional
Con una amarga sensación en el pecho golpeándola sin descanso, Rey se encontraba sujeta a una barra metálica para mantener el equilibrio en aquel maldito compartimento del metro. El estruendoso sonido le rebotaba en los tímpanos pero sus pensamientos, los cuales le hablaban a gritos, hacían que ese traqueteo se ocultara tras ellos. Incesantes.
Estaba de regreso al local donde ella trabajaba después de unas dos semanas de "vacaciones". Las había estado esperando con ansias meses atrás, deseaba salir del local para descansar y estar durante esos días con el hombre que hacía feliz a su joven corazón… Lamentablemente un malentendido causó que Rey llegara de imprevisto a casa de su pareja cuando terminó su turno. Y le pilló. Le pilló por sorpresa con otra chica en la cama.
Y si mal no recuerda aquella fue la única vez en esas dos semanas que salió de su casa.
Suspiró. Ni Finn ni Poe tenían consciencia de ello. No quería preocuparles ni cargarles con sus complicaciones así que decidió que durante el descanso de esa misma tarde se lo contaría todo con pelos y señales.
Posiblemente Poe se enfadara al ver que Rey no había hablado con ellos ni les había pedido ayuda para apoyarla, pero necesitó pasar esas dos semanas reflexionando en soledad y torturándose con preguntas sobre si realmente ella valía la pena.
Había estado saliendo con aquel chico, al cual apodaba Maul, durante casi dos años tras una larga soltería. Y ahora se sentía como una mierda. Utilizada, traicionada y de nuevo desconfiada con todo y con todos.
Sorbió su nariz con fuerza a la vez que pasaba el palmo de la mano bajo sus ojos, apartando las lágrimas y rezando para no haber arrastrado la máscara de pestañas con aquella acción. Rápidamente comprobó su reflejo en el espejo. Al parecer todo estaba en su sitio y se forzó a tranquilizarse.
Chequeó la hora, iba a llegar a tiempo para su sorpresa. Se felicitó a la vez que las puertas del metro se abrían. Rey salía hacia la calle con un paso decidido forzosamente fingido.
Aparentar nunca se le dio demasiado bien así que durante esa noche iba a estar haciendo el doble de esfuerzo para mostrarse simpática, agradable y sonriente a cada cliente que le pidiera una copa… ¡Por la fuerza! Iba a ser todo un desafío.
Avanzó por las calles y no tardó en divisar el local gracias a las luces de neón que la dueña, Mara, había colocado antes de que ella se fuera de vacaciones. La verdad es que sí que llamaban la atención y sí lo hacían más visible, un nuevo tanto anotado en el marcador de la pelirroja.
Se dirigió al callejón trasero y abrió la puerta, sabía que Mara iba a estar ya adentro preparando las cosas y quizá haciendo papeleos ilógicos.
-¡Llegas temprano! ¿Cómo te fueron las vacaciones? –La pelirroja apareció, dándole una pequeña sorpresa a su camarera. Rey tuvo que sostenerse el pecho para tranquilizarse y evitar soltar un grito.
-Pues bastante bien… -Mintió y al terminar la frase se quedó asintiendo mientras intentaba mantenerle la mirada a Mara. Esta alzó una ceja, esperaba que la más dicharachera de sus camareras se fuera un poco más por las ramas en aquel primer contacto después de dos semanas. Pero Rey no estaba por la labor.
-¿Has ido de viaje o algo?
-No. Sólo me quedé en casa. Descansando.- Hizo un gran esfuerzo por no romper a llorar allí mismo, Mara la reñiría. No es que tuvieran muy buena relación y no esperaba su consuelo. Y tampoco esperaba tener que empezar a fingir tan pronto, antes de empezar su turno. Aquella charla era toda una novedad.
-Pues espero que hayas descansado bastante porque vienen unas semanas fuertecitas.- La pelirroja se dio media vuelta y avanzó con sus tacones por el local hasta que Rey la perdió de vista.
El Mos Eisly era un lugar bastante frecuentado en aquella ciudad y ofrecía algo que otros pocos locales ofrecían; música en directo de jueves a domingo y unos buenos cócteles.
Disponía de un pequeño escenario el cual, la noche de los miércoles, estaba repleto de mesas pues la gente solía ir a pasar la tarde jugando a las cartas o charlando hasta el cierre de las doce. Típico de un miércoles.
Hoy era viernes y el escenario ya estaba a punto para que, tras la apertura de puertas, diera comienzo el espectáculo.
Durante esas dos semanas lo que más añoró Rey fue eso, la música del local. Nunca solían tocar cosas que a ella le gustaran pero debía admitir que aquellos cuatro tipejos bajitos y calvos sabían tocar de lo lindo, haciendo que cualquier canción resultara agradable. Echó un último vistazo al escenario antes de encaminarse hacia la sala donde poder cambiarse y arreglarse un poquito más. Sentía que, de tanto sobarse la cara y los ojos, esa base correctora que se había aplicado para tapar sus ojeras se había esfumado.
Entró en la sala tras prender la luz, suspiró mientras la analizaba nuevamente. Sí, en definitiva era demasiado pequeña para la cantidad de gente con la que se compartía. Cada empleado tenía su propia taquilla donde dejar las cosas. Un espejo adornaba el lateral derecho de la sala, custodiado por dos percheros a cada lado y un gran banco sin respaldo surcaba el centro de la estancia.
Rey se acicaló un poco más a la vez que se ajustaba el cinturón que ceñía el pantalón a su cintura. Observó su reflejo nuevamente. Para estar hecho un desastre por dentro, por fuera se veía bien. Demasiado bien. Guardó sus cosas en el taquillero intentando no demorar más aquel momento.
-¡Rey! –La voz de Finn la sacó de su mundo y el abrazo que este le dio terminó de ponerle los pies en la tierra.
-¡Finn! ¡Me alegro de verte! –Dijo ella, correspondiendo al abrazo y observando a Poe quién se recostó en el marco de la puerta, sonriendo de oreja a oreja. Ella le devolvió la sonrisa.
-¿Cómo estás, nena? ¿Todo bien?- La voz de Poe sonó como si la acunaran pero lo que contenía su dicción le hizo entristecerse de golpe.
-¿Qué tal tus vacaciones?- Finn se apartó levemente de ella y al observarla a los ojos esta se quebró y rompió en llanto.
Se apartó de Finn y se ocultó la cara con ambas manos mientras se sentaba. Poe se acercó confuso y asustado mientras compartía miradas con Finn. Este le posó una mano en el hombro y Rey rehuyó el contacto.
-¿Qué pasa, Rey? ¿Algo va mal?
-Lo hemos dejado… Me ha puesto los cuernos…- Habló a golpes la muchacha, mientras intentaba que su voz dejara de acallarse en su garganta por momentos. Hipó y alzó los ojos.- Le pillé el primer día de mis vacaciones.
Finn y Poe se miraron atónitos a lo que escuchaban. Rápidamente Poe cambió de expresión y tomó asiento a su lado.
-¿Por qué narices no nos llamaste?- Le acarició la espalda a la vez que le apretaba el hombro en señal de afecto y apoyo.
-Sabes que puedes contar con nosotros…
-No quería fastidiaros, sé que estas semanas han sido una mierda en el local… - Rey empezaba a calmarse aún sin dejar de sollozar.
-¡Pero no por eso debes pasarlo mal tú sola!- Le riñó Poe.
Se hizo un silencio roto por los sollozos de Rey. Finn le dio un último abrazo antes de empezar la jornada y luego le apartó las lágrimas con su pulgar.
-Ese tío es un gilipollas si es capaz de dejarte por quien sea.
-No conoces a la otra chica…
-No hace falta conocerla ni a ella ni a nadie para saber que lo que ha hecho ha sido un error.
-Bueno, quizá mejor así ¿No?- Ambos volvieron la vista a Poe.- Quiero decir, si es un capullo es mejor que esté bien lejos. –Rey sonrió en un suspiro.- Tranquilízate, Rey. Todo estará bien.
-Gracias… De verdad.
La muchacha volvió a observar su aspecto. Apartó el rímel levemente corrido por sus mejillas y se negó a volver a maquillarse. Respiró profundamente y salió hacia la barra, colocándose tras esta. Estaban a punto de abrir y se notaba; Cassian barría el suelo con ansias mientras Jyn pasaba ágilmente un trapo a su zona en la barra. Rey la observó y cruzaron miradas, ambas se saludaron con un movimiento de cabeza y Rey volvió a suspirar mientras ponía la vista al frente. Parecía que esa noche iba a compartir la barra con Jyn y aquello la tensaba. No, no se llevaban demasiado bien.
…
El ajetreo constante al que había estado sometida aquella noche de viernes sobrepasó a Rey en gran medida, pero le ayudó a despejarse de sus problemas. Olvidarlos durante unas horas le resultó más que agradable.
Todo había ido "bien", a excepción de que aquella noche ocupaba un sitio en la barra que le impedía ver el escenario y a esos cuatro tipejos graciosos que siempre tocaban entusiasmados. Aquella noche habían cambiado el registro (vaya si lo habían hecho, cualquiera diría que no eran los mismos).
Chequeó su reloj, estaban a punto de sonar las tres y media de la madrugada. Casi la hora del cierre total, momento en el que la clientela se esfumaba a los garitos privados que aguantaban casi hasta las ocho de la mañana sonando sin parar.
Estaba recogiendo un par de vasos cuando, de repente, un tipo alto y con melena negra se recargó en la barra. Ella volteó y le disgustó levemente su imagen, estaba empapado en sudor y parecía que le faltara el aliento.
-¿Me pones tres tercios? –Soltó con una voz ronca, clavándole la mirada.
-En seguida.
Rey bajó sus ojos hacia el refrigerador y deslizó una de las tapas bajo la atenta observación de aquel tipo. Sacó tres tercios y empezó a buscar el abrebotellas.
-Serán seis con cincuenta.
-¿Perdona? –El chico pareció no registrar aquello. Rey alzó los ojos y le observó extrañada. Pensó que quizá no le había hablado lo suficientemente alto.
-Sí, seis con cincuenta, por favor.- Rey sostuvo el abrebotellas, sin accionarlo contra ninguna chapa. Algo le decía que lo mejor sería no abrir la botella hasta que el chaval pusiera el dinero sobre la mesa. Este frunció el ceño y la observó de arriba abajo con cierto aire de superioridad.
-¿Qué pasa? ¿Eres la nueva o algo?
-¿Disculpa?
-Yo no pago las consumiciones.- Dijo con total tranquilidad. Rey se quedó perpleja ante aquel atrevimiento ¿Qué se pensaba ese idiota, que se la iba a colar?- He estado tocando ahí arriba toda la noche. Soy del grupo. Las consumiciones las tenemos gratis…
-Buen intento, colega, pero como sigas por ese camino llamaré a los de seguridad.- Aquel comentario colmó la paciencia del moreno, quién golpeó la mesa con fuerza asustando a Rey.
-¡¿Estás sorda o qué narices te pasa!? ¡Te acabo de decir que soy de la banda que ha estado tocando!
-¿¡De verdad te crees que me lo voy a tragar?! ¡Conozco a quienes tocan en ese escenario y tu maldita cara de amargura no me suena!
-Joder, con la becaria…
-¿¡Cómo dices?!
-¿¡Dónde está tu superior!?- El chico vociferó, rabioso.- ¡Que venga el encargado!
-¡Seguridad!- Rey alzó la mano, haciendo una seña intentando que cualquier miembro de seguridad se acercara hacia la barra, pero recibió a cambio una mirada de incomprensión por parte del gorila que custodiaba la puerta. Inútiles…
-¡Dile al jodido encargado que venga!- Otro golpe sobre la barra, que hizo rebotar varias botellas, la sacó de su pequeño trance y volteó hacia él.- ¡Quiero una jodida hoja de reclamaciones, becaria!- Su puño aporreaba la mesa al ritmo que salían sus palabras.
-¡A ver si te enteras, no soy una becaria!
-¡Llama a tu superior ahora mismo! ¡Voy a hacer que te despidan!- Otro golpe colmó un par de vasos y también la paciencia de Rey.
-¡Golpea la barra otra vez!- Le vociferó apuntándole con el dedo y asustándolo levemente. Consiguiendo que retrocediera.- ¡Golpea la barra otra puñetera vez, energúmeno, y te aseguro que ya no volverás a pisar este sitio!
Intercambiaron miradas y el chico alzó el puño para propinar otro sonoro golpe, pero alguien le sostuvo por la muñeca. Frenando en seco su acción.
-¡Kylo, para! ¡¿Qué pasa!?- Un chico pelirrojo apareció frenándole y apartándole de la barra.
-¿Qué es tanto escándalo? ¿Qué pasa aquí?- Mara apareció tras percibir tanto alboroto desde su pequeño despacho.
-Este chico tan simpático no me ha querido pagar los tres tercios que ha pedido y se me ha rebotado…
-¿Pagar?- El pelirrojo frunció el ceño.- ¿No teníamos consumiciones gratis?
-Disculpad, chicos. La pobre ha vuelto de vacaciones y está algo distraída.- Mara le quitó los tercios de las manos y los abrió uno a uno, entregándolos a los dos chicos al otro lado de la barra.- No se lo tengáis en cuenta…
-Descuida.- El pelirrojo se adelantó al muchacho moreno, Kylo, para hablar primero mientras le empujaba suavemente, apartándolo de la barra.- Nos vemos mañana.
-¡Hasta mañana, chicos! ¡Buen concierto!
Rey se quedó perpleja y Mara volteó hacia ella cuanto tuvo oportunidad. Puso los brazos en jarras y la atravesó con la mirada.
-¿Acaso esos dos que tienes por amigos no te han dicho que he cambiado a la banda?
-¿¡Qué?!
-Me alegra que desconfíes y no te lo hayas creído, Rey, pero en vez de encararte con Ben como lo has hecho podrías haber llamado a alguien para comprobar si lo que decía era verdad.
-¡¿Por qué no me lo ha dicho nadie?!
-Pensaba que ya lo harían tus compañeros…- Rey se quedó con la boca abierta y antes de defenderse, Mara comprobó su reloj y avanzó hacia el despacho.- Vigila ese carácter, Rey. Es un aviso.
La castaña se quedó plantada tras la barra mientras observaba a Mara largarse. Toda la noche esforzándose y dejándose la piel en mantener su carácter para que ese último incidente lo lance todo por la borda. Fantástico.
Maldijo a Finn y Poe una y mil veces mientras regresaba a reordenar los vasos, no sin antes lanzar una última mirada al escenario desde un puesto más alejado. Allí estaban esos dos y una chica gigantesca de pelo rubio corto, recogiendo las cosas y ordenando la palestra. Fijó la vista en la enorme lona roja tras ellos; un hexágono albergaba una especie de sol dibujado solamente por una especie de silueta negra. Dirigió sus ojos a la batería, el mismo logo en el tambor central.
-Menuda cagada ¿Eh?- Jyn habló, sacándola de sus pensamientos. Rey le devolvió un ceño fruncido.
-Podrías haber avisado de este ligero cambio…
-Pensaba que ya lo habían hecho.- ¡Por la fuerza! Empezaba a odiar a esos dos tortolitos que tenía por amigos.
-¿Desde cuándo?- Jyn alzó los ojos y la observó directamente.- ¿Desde cuándo han cambiado a la banda? ¿Qué ha pasado con esos tipejos calvos y simpaticones?
-Tengo entendido que todo ha resultado ser por diferencias artísticas, la semana pasada la jefa se hartó y los despidió.- Rey puso los ojos en blanco.- También se dice que Mara le está haciendo un favor a su sobrino…
-¿Su sobrino?- Jyn asintió.- ¿El pelirrojo, verdad?- Jyn esbozó una suave sonrisa mientras Rey se desesperaba.- Dime que su sobrino es el pelirrojo…- Finalmente la morena empezó a reír levemente.- Oh, no me jodas…
-Oh, sí. – Rey desvió la mirada mientras respiraba con dificultad.- Has llamado "cara de amargura" y "energúmeno" al sobrino de la jefa.
-¡¿Por qué no has abierto la boca?!
-Me daba miedo entrometerme.
Rey largó un suspiro. Sí, menuda cagada…
…
Comida china y una buena botella de vino con sus dos mejores amigos era lo que Rey más necesitaba aquella noche de viernes tras una jornada laboral. Finn y Poe la llevaron hasta su piso con el Ford Fiesta de Poe y allí cenaron, bebieron y charlaron todo lo que pudieron y más.
-¿Cómo se te ocurre decirle todo eso a un cliente?- Habló Poe mientras dejaba su comida sobre la mesa y se recostaba en la silla.
-¡No lo sé! No soy así… Me sentía como una olla a presión y ese… Ese tío…
-Kylo.- Corrigió Finn.
-Ese. O sea ¿Qué toca? ¿La batería? ¡Menudos golpes le ha dado a la mesa!
-Es el guitarrista.- Finn observó a Poe.
-¿Guitarrista? ¿No es el cantante?
-Se puede ser guitarrista y cantante a la vez.- Finn sonrió al hablar.
-E inmaduro también.- Rey bebió de su copa de vino.
-No estás en condiciones de decir eso, Señorita "Tu-Maldita-Cara-De-Amargura-No-Me-Suena".
-¿Qué querías que dijera? Además, él empezó a atacarme…
-Tengo entendido…- Finn habló con cierto miedo, como si Mara estuviera cerca.- … que no es muy simpático.
-¿Me lo dices en serio, Finn?- Rey habló con un sarcasmo tajante. Poe empezó a reír sin parar.- No me había dado cuenta.
-Sí, hablo en serio.- Finn se tornó serio.- Casi entro en su banda hace un par de años.- Poe volteó rápidamente y Rey abrió los ojos como platos.
-Pensaba que no teníamos secretos tú y yo.- Poe habló entre risitas.
-No he tenido ocasión de contar esto.- Rió el chico.- Estuve a punto de entrar para ser el batería de su grupo…
-¿Qué pasó?- Rey estaba nerviosa.- Espera ¿Tocas la batería?
-Tocaba la batería. Y su "simpatía" fue lo que pasó.- Finn desvió la mirada. Poe le dio un leve codazo para que siguiera hablando.- Él y Hux…
-¿Hux?
-El pelirrojo.- Colaboró Poe, Rey asintió.
-Hicieron audiciones para encontrar a alguien que tocara la batería.- Finn prosiguió con su historia.- Yo fui a una y supuestamente estaba dentro pero nunca me llamaron. Me harté de esperar y empecé a trabajar. Por eso dejé de tocar la batería, no tengo tiempo suficiente.
-Espera, espera…- Ahora era Poe quien tenía preguntas.- ¿Por eso te llama "Traidor"?
-¿Traidor? ¿En serio? –Rey se echó a reír a la vez que daba un sorbo a su copa de vino.
-A ver…- Finn se enderezó en su asiento.- Supuestamente me dijeron que estaba dentro pero nunca me llamaron. Nunca me volvieron a citar, nunca volvieron a ponerse en contacto conmigo. Entonces encontré el trabajo en el Mos Eisly y me olvidé de aquello. Ya sabes, pensaba que no iba a llegar lejos ese grupo.
-¿Pensabas…? ¿Qué tan famosos son?- Rey habló.
-Son ligeramente reconocidos a un nivel más internacional. La Primera Orden no es moco de pavo.
-¿Pero por qué te llama "Traidor"? Ellos dejaron de llamarte. - Poe retomó su pregunta.
-Bueno… Kylo me dijo que les abandoné.
-¿Te dijo?- Rey alzó una ceja.
-El día que vino al Mos Eisly y se acercó a la barra yo estaba sirviendo, me miró con mala cara…
-¡Doy fe de eso! Le dijo que no iba a consentir que un traidor le sirviera una bebida.- Poe empezó a reír y Finn se alzó de hombros.
-Luego hablé con él y de forma muy tajante me dijo que no les respondí a las llamadas y que no fui a ningún ensayo.
-¿Y no le discutiste?- Rey se cruzó de brazos ahora.
-¿Para qué? No serviría de mucho.
-También tienes razón…
Sobre las cinco de la mañana Poe y Finn se despidieron de Rey y marcharon hacia el piso que ambos compartían en la otra punta de la ciudad. Ésta puso su mejor cara para que ambos chicos se fueran sin preocupaciones sobre su estado de ánimo. Pero cuando Rey cerró la puerta, se recargó de espaldas a esta y observó su casa.
Maul nunca había estado en ella, de hecho solamente Finn y Poe habían visto su pequeño apartamento. No solía traer demasiadas visitas… Pero en todo ese tiempo que estuvo viviendo allí, por primera vez, se sintió abandonada y sola. Como si hubieran arrancado algo a la fuerza de aquella casa y Rey no supiera reconocer el qué, pero lo sentía.
Sus ojos recorrieron el salón desde la entrada, ya que todo ocupaba una misma habitación. Se detuvo para observar la botella de vino que se alzaba sobre la mesa. Poe había olvidado llevársela.
Rey suspiró. No solía beber ni emborracharse a solas… Pero algo le decía que aquella noche iba a ser una excepción.
¡Hola!
Sí, lo sé "¿Por qué te metes en otro jaleo de fics si tienes tantos otros mil por terminar?". Que no cunda el pánico, les estoy dedicando tiempo a los otros (Y ya tengo dos terminados en mi carpeta pero que iré publicando poco a poco).
Me he metido en otro jaleo porque no puedo evitarlo, el ha sido todo un carrusel emocional para mí, despertándome ese fanatismo que tenía levemente apagado tras el anterior episodio.
He descubierto también que me encantan los fics de Star Wars basados en universos alternativos, creo que los veo más impredecibles y me encanta cómo la gente va colando "huevos de Pascua" en ellos. Algunos son tan ingeniosos que, joder, me parecen una maravilla.
En fin, espero que os guste este primer capítulo y que esperéis con ansia los siguientes.
Nos leemos pronto!
