James Potter era un chico alto, de complexión atlética, castaño y con los ojos grises. Popular como el que más, era capitán del equipo de Gryffindor de Hogwarts.

Lily Evans era... rara. Pintaba a todas horas y llevaba la ropa manchada de pintura. No es que se preocupase mucho por su aspecto y no era ni mucho menos popular... tenía el pelo largo y pelirrojo, unos grandes y bonitos ojos verdes y era extremadamente delgada. Lily también iba a Gryffindor.

Ese lunes empezaban las clases y no pintaba ser un día cualquiera. James Potter bajó de la torre Gryffindor hacía los terrenos. Vio su nombre y su cara en la vitrina del quidditch y sonrió.

-¡Hola James!- dijo una chica rubia.

-Hola.- respondió el con una sonrisa.

-Holaaa.- dijo otra chica bajita.

-Hola.- saludó el.- ¿Qué tal Connie?- le preguntó a una chica morena que estaba con su amiga.

-¡Me ha hablado!- dijo ella cuando se había ido el chico.

-Te ha llamado Connie.- dijo su amiga.

-¿Y?

-Que te llamas Melissa.

-Hola Jessy.- dijo Lily acercándose a su amigo de Hufflepuff. Era un chico alto, gordo y rubio. Eran amigos desde el primer curso.

-¡James!- dijo Sirius Black. Era amigo de James. Ambos jugaban en el equipo de quidditch junto con Remus Lupin. Sirius era moreno, alto, también de complexión atlética, con unos grandes ojos azules. Remus por el contrario, era castaño casi rubio, con los ojos dorados, un poco más alto que Sirius y James, pero también fuerte.

-¡Ey! ¿Qué hay Sirius? ¿Qué tal Remus?

-¿Qué hay tronco?

-¿Os habéis dado cuenta de que solo nos quedan ocho semanas de vida en Hogwarts?

-¡Si! Lo pienso como cada cinco minutos.- dijo Sirius.

-Pues a mi me choca. Hoy, al llegar aquí he pensado que mañana no será un día más: será como el futuro.¿No?

-No. ¡Eh tíos! ¡Al loro! ¡Mira quién ha vuelto del fin de semana y esta más buena que nunca! – dijo Sirius al ver llegar a Emily Parker. Era una chica castaña, bajita y con un cuerpazo.

-Sirius, en nombre de toda la raza humana.- dijo Remus.

-¡Ejem!- le cortó Sirius

-¡Cállate!- volvió a hablar Remus.

-¡Eh!- dijo James a Nataly y Harmony. Ambas eran de la raza negra. Nataly bajita y Harmony alta. Guapas y con un cuerpazo también. Eran amigas de Taylor. La novia perfecta de James- ¿Habéis visto a Taylor?

-No.- dijo Harmony.- ¿A quién?

-A Taylor. Mi novia.

-¡Si! La conocéis... una chica alta que le grita a todo el mundo.- dijo Sirius.

-No, ¿por qué?- dijo Nataly.

-¿Por qué? Pues no lo sé... tal vez porque lleva una semana desaparecida...

-Hola chicos.- dijo una chica castaña, con el pelo caoba oscuro, alta, apareciendo donde estaban ellos.

-Hola Taylor.- dijo James intentado besarla.

-Lo siento cielo, pero apesto a zumo de calabaza Light. ¿Alguien tiene un chicle?

-Yo tengo.

-Yo también- dijeron sus amigas tendiéndole chicles. La chica los coge y se los come. Se gira y le dice a James:

-Oye James, lo he estado pensando detenidamente y lo siento, pero para mi, lo nuestro, ya no funciona.- y dicho esto se marcha.

-¡Que putada!- dijo Remus.

-Mira Taylor, quiero una explicación. Vuelves después de una semana con un tatuaje nuevo y quieres romper conmigo. ¿Qué ha pasado Taylor?

-¡Ay! Si quieres torturarte a ti mismo... ¡Bueno! Te lo contaré... he estado toda la semana en Hosmedague

-Todo eso esta muy bien... pero, ¿podrías pasar a la parte en la que decidiste joderme?

-Ya estoy llegando... sigo. Allí conocí a Broke Hudson.

-¿Broke Hudson? ¿Qué clase de nombre es ese?

-¿Y que clase de nombre es James Potter? Broke está en la magia real.

-¿Y qué es eso?

-Pues el programa la magia real. Lleva dos temporadas en antena.

-¿El jugador de gobstones disléxico? Pero si le echaron del programa...

-Los siguientes días fueron moviditos... era como si el me conociese a mi y yo a el. Antes de volver aquí, Broke me dijo que tenía una sorpresa. Para que me acordará de mis días con el... ¡el tatuaje!

-¿Eso es todo?

-Básicamente. Pero no te preocupes: iré contigo al baile de fin de curso porque seguro que nos eligen a nosotros... como el rey y la reina de la promoción...

-No, no, no sé que decir...

-Entonces no digas nada... ha sido divertido, pero, ¿creías en serio que abandonaría Hogwarts saliendo contigo? ¿Lo creías? ¡Qué mono! ¡Oh! Aún me duele el tatuaje...- Taylor se marchó y James se quedó allí solo.

Una voz amplificada mágicamente resonó por los pasillos de Hogwarts. Justo cuando James, Sirius y Remus bajaban las escaleras principales:

-Muy bien colegas, se acabo por hoy, todos a las salas comunes, por cierto: mi más sentido pésame para cierto individuo que ha sido despreciado y abandonado por su deliciosa novia. Salían juntos desde hacía varios años...

-Tranquilo, nadie sabe que se refiere a ti.- consoló Remus a James.

-¡Aguanta James! Nos pasa incluso a los mejores... no te hundas ¿de acuerdo tío? Y si ella está con otro, haz lo mismo... esto está lleno de tías ¿vale?- dijo el locutor de nuevo.

-Será mejor que hagas algo...- dijo Sirius- porque tu reputación esta en peligro. Hasta hace un momento eras James Potter delegado de clase, atleta destacado y el jefe del cotarro en general. Y ahora eres James Potter, el puteado.

-¡¿Quién coño se cree que es esa tía!-dijo James refiriéndose a Taylor.- Hay más de dos mil chicas en el colegio y podría echar un polvo con cualquiera de ellas. Taylor Backward es una tía reemplazable.

-Ahórrate esa gilipollez de reemplazable. Hablamos de Taylor Backward.

-Si tío, tiene razón.

-Claro que la tengo. Aquí es toda una institución: las tías quieren ser como ella y los tíos quieren tirársela.

-Ella es como tú, pero con tetas.

-No, no, no... te equivocas. Óyeme bien: la Taylor Backward que acabas de describir es un espejismo, un mito, si le quitas la coquetería y el maquillaje lo único que queda es una nota media de seis con woanderbra.

-Vete a cagar.

-Pongamos a esa, por ejemplo.- dijo señalando a una chica castaña.- Bajita, con una delantera decente... Pero, con el look adecuado y el novio apropiado, en seis semanas la coronarían reina.

-¿En serio?

-Lo que oyes.

-Creo que estas delirando... ¿Por qué no nos lo demuestras?

-¡Eh! Alto, alto... Sirius, Sirius... el tío esta flipando. No abuses de un amigo en esta situación...

-Con una botella de whisky de fuego en la mano y útero podrías ser mi madre. Si este tío se cree que puede hacer lo que sea, que lo demuestre. ¿Qué dices James?

-¿Una apuesta?

-Si.

-Dí las condiciones.

-Es muy sencillo, yo elijo a la chica y tu la haces reina en seis semanas.

-Eso es, captado chicos, todos tenemos unos pitos enormes y ahora...- dijo Remus.

-Acepto.- dijo James. Se dieron la mano.

-Entonces... vamos de compras. Jajaja. Tíos... esto va a ser una pasada...

-¿Qué tal esa?

-No esa no.

-¿Qué tal esa?- pregunta Sirius señalando a una chica gorda y fea.

-¿No eliges a la de antes?- dice James.

-Nah... habrá alguna mejor...

-¿Qué tal esa?

-¡Menudo culo tiene la tía! ¡Y una mierda!- los tres rieron. Lily pasaba en ese momento por allí. Cargada con su mochila, con varias carpetas, y dos cuadros tropezó en las escaleras de entrada al castillo.

-¡Caballeros ya tengo a la reina!- gritó Sirius.

-¿Qué? ¿Lily Evans?- dijo incrédulo James mientras veía a Lily recoger sus cosas con su ropa manchada de pintura.- ¡No! ¡No! Ni hablar...

-Una apuesta, es una apuesta ¿no Remus?

-Oye tíos... no me metáis en vuestros líos...

-Oye, oye Sirius. Puedo con tetas caídas, con la gordura, mal aliento incluso con ciertos hongos pero esa tía es terrorífica e inaccesible.

-Oye tío, yo que tu no perdería más tiempo. Según mis cálculos solo quedan seis semanas hasta el baile... y si Lily Evans va a ser la reina yo diría que tienes un faenón de cojones. Jaja.

-Hola Lily, ¿tienes un segundo?- preguntó James acercándose a la chica que estaba sentada con todas sus cosas en la hierba. Cerca había muchísima gente.- Oye Lily, he pensado que tal vez te gustaría- Lily se levantó y echó a andar hacía el castillo. – Dejarme en ridículo delante de todo el mundo.- James se giró y vio a Sirius y Remus partiéndose de risa.

-¿Cómo esta la reina James?- preguntó Mackensy Portman. Amiga de la infancia de James y miembro de Gryffindor pero de sexto curso. Ambos estaban en la sala común.

-¿Cómo te has enterado?

-Por favor, todo Hogwarts lo sabe. ¿Quién es la afortunada pedorra sustituta de Taylor?

-¿Sustituta?

-Ya sabes, tiene que haber alguien ¿no?

-Bueno... no hay nadie en concreto pero si el proyecto.

-¿El proyecto?

-Si... aunque lo cierto es que me ha enviado a paseo.

-Entonces, me cae bien...

-Pues yo creo que esa tía esta cometiendo un error.

-James, ya se que es un concepto que tiene que ser difícil de entender para un imán de zorritas como tu, pero, ¿nunca se te ha ocurrido hacer un pequeño esfuerzo?

-¿Qué esfuerzo?

-Averigua por donde se mueve, averigua que le gusta... me tengo que ir.- Mackensy se fue y James se quedó en la sala común. Entonces llegó una lechuza para el chico. Era de su padre.

Hola hijo,

¿Aún no te han contestado del ministerio? No nos han escrito de ningún departamento, ¿no te parece muy raro a estas alturas del curso?

James subió a su cuarto y sacó del cajón del escritorio varias cartas. Asistente del ministro, reversión de accidentes mágicos, inefable... pero el quería ser auror. Lo tenía claro. Y eso era algo que su padre no comprendía.