¡Llenando el lugar con un poco de esta inusual pero divertida pareja! Vamos, se que alguien estará interesado. Yo lo sé, mi experiencia llevando a la gente a este lado oscuro lo demuestra *w*

En fin; buenos días, tardes o noches amable lector. Ya que has decidido leer te lo agradezco independientemente de cuanto tiempo le dediques a este pequeño fic que constará de tres capítulos.

Trataré de apegarme en su mayoría a las personalidades de ambos, y si hay un poco de ooc una disculpa, pero esta shipp la llevo en mi sangre :D

Disclaimer: Bleach no me pertenece, sino a Tite Troll Kubo

Sujeto: Kuchiki Byakuya

Situación actual: Cabecilla del clan Kuchiki, viudo, deseado por cientos de chicas de las cuales él no esta interesado, capitán de la sexta división de los trece escuadrones de protección.

—Ustedes son uno para el otro.
El escuchar esa oración casi lo hace soltar una sonora carcajada.

Un noble respetuoso como él con la alocada teniente de la décima. Vaya que era irreal.

—Si te dieses una oportunidad verías las semejanzas entre ustedes dos— dijo Shunsui, había decidido utilizar su entrega de papeleo como excusa para hablar, ya que su teniente estaba enferma ese día.

—No existiría ni un objetivo en común Kyoraku taicho— respondió con calma al aceptar la pequeña pila de papeles.

Su compañero lo ignoro olímpicamente —Harían linda pareja a mi parecer— ante el ceño naciente del noble una leve sonrisa se dibujo en su rostro —Puedo demostrarlo— aseguro, pero mas que incitar a la curiosidad parecía retar al capitán a aceptar sus puntos de vista.

Byakuya no cedería tan pronto, sus deberes eran mas importantes que escuchar los disparates del castaño —Ambos son solteros, perdieron a la persona amada en sus brazos— soltó como inicio del incendio.

El mas joven medito la respuesta un par de segundos ¿Acaso se refería a Ichimaru? Si ese fuera el caso ¿Como sabían lo de Hisana?

—Son reservados— continuo mientras recordaba los demás puntos.

—Debe bromear, Rangiku es una mujer escandalosa, lo menos que podría poseer es discreción— contraataco por instinto, incluso se sorprendió ligeramente por su respuesta.

—¿Le ha visto llorar?— fue la pregunta del capitán mas perezoso, ante el silencio prosiguió —O incluso que este furiosa. A las personas verdaderamente las conocemos cuando nos muestran esas dos facetas. Todos en algún momento las utilizamos.

Incluso ante esos puntos seguía siendo especulación, nunca había entablado conversación con ella y dudaba que existiese algo.

Un momento ¿Estaba considerando la idea?

Shunsui parecía leer sus pensamientos, pues su sonrisa se ensancho un poco mas, utilizo su sombrero en un intento de disimular.
—Son de una belleza excepcional a mi humilde opinión, incluso sus ojos son de un color intrigante comparado con los demás, el color gris puro es único junto al violeta y rojo.

Parecía alargarse mas esto de lo permitido, debía encontrar una manera de excusarse del taicho de la octava sede.

—Kyoraku, debería entregar lo que resta de papeleo a las demás divisiones— dijo el noble al acomodar en una carpeta las hojas recibidas poco antes.

—Ya lo hice, deje su división al último— ante la respuesta no pudo evitar mostrar algo de sorpresa —Byakuya-kun, si deseabas que me fuera solo tenias que decirlo— se sincero en tono amable —Por cierto, ella es mas seria de lo que aparenta.

Después de decirlo se marcho por la puerta y desapareció entre los oficiales de la sexta.

Vaya que el castaño estaba más ruidoso de lo usual, nada podría haber entre ambos, comenzando por el hecho de que no se conocían.

—¡Nii-sama!— exclamo Rukia a la par de acercarse con rapidez, por poco y utilizaba el shumpo dentro del lugar

—¿Que sucede?— preguntó un poco alarmado, no era común un comportamiento así por parte de ella.

La joven parecía haber conectado un par de ideas, en su rostro se plasmo la sorpresa inmediata junto a la expectación —No te has enterado— dijo estupefacta ante los ojos grises del azabache

El capitán comenzaba a intrigarse cada vez mas sobre el acontecimiento —Desconozco a lo que te refieres ¿Te importaría decírmelo?

—Etto...— susurro la teniente ante la mirada de su hermano, sus mejillas comenzaron a teñirse de rojo por la pena. Ella no era la indicada para decirlo ¡Como podría explicarle que ...!

—¡Byakuya!— gritó Ichigo al aparecer frente al azabache con shumpo — ¡¿Porque te vas a casar con Rangiku-san?! ¡¿Acaso salen?!— cuestiono ligeramente alterado, reprimiendo el impulso de tomarlo del kimono.

La expresión del noble ante la nueva información era el primer poema de su vida. Ahora comprendía la platica del castaño. —No, para tu información Kurosaki en este preciso momento me he enterado.

—¡¿Qué?! pero, incluso ella...— balbuceó el sustituto por un instante, aunque parecía haber tenido un escalofrío, miró asustado a su compañera de aventuras, ella capto el mensaje —Rangiku-san esta molesta, deberías hablar con ella y aclarar todo esto antes de que se filtre por el Goitei

—Nii-sama trataré de arreglarlo con el clan, pero por favor atiende a lo que dice Ichigo— agregó la joven en un tono levemente mas preocupado.

Byakuya asintió, ninguno parecía mentir al haberlo dicho, inclusive estaba seguro que su clan lo hizo a propósito. En varias ocasiones le presionaban para obtener al siguiente cabecilla.

Utilizando el shumpo no tardó ni cinco minutos para llegar a la décima división, sin mucho hablar se dirigió a la oficina de ambos. Entro sin anunciarse, no estaba dispuesto a ser avergonzado por una decisión tan irreal. —Rangiku tenemos que hablar— fueron sus palabras, se extrañó al verla sentada con las piernas cruzadas mirándole fijamente, la sonrisa usual había desaparecido.

—Kuchiki Byakuya— ella respondió seria.

Hitsugaya soltó un suspiro antes de salir por unos minutos, le daría a su teniente el espacio que pidió.

—Debo de aclarar que esta decisión fue tomada sin mi consentimiento—

—Yo no tengo alternativa. Deberías estar mas atento respeto a su clan, hoy se me ha transferido a la sexta división; espero que notase la ausencia de Renji.

Byakuya suspiró, su teniente se reportó enfermo en la mañana así que no le presto atención al detalle.

—Disculpe por los cambios tan repentinos — se disculpó el azabache —Pero si ha sido así, no hay una alternativa simple.

Rangiku negó con la cabeza —¿Tan tercos son? Entonces si decides seguirlos como sirviente no te escucharán de nuevo

—Es muy diferente— respondió ante la creciente molestia de ella —Solo me permitieron casarme con Hisana y adoptar a Rukia. Le prometí a mis padres seguir las reglas y si el clan lo considera necesario aceptare casarme contigo.

—Si no nos damos la oportunidad esto terminara muy mal ¿Sabes porque?— dijo Matsumoto con una leve sonrisa antes de acercarse hacia al capitán —Yo no permitiré que mi cargo me sea arrebatado para convertirme en una ama de casa a espera de su esposo.

—Me intriga el escucharla, pensé que incluiría sus vicios por llamarlos de alguna manera— comentó en un leve ataque por el tono altanero de ella. Ni de chiste permitiría una falta de respeto

—¡Eso puede pasar sin escándalo! Pero este es el trabajo que amo, poder pasar el tiempo junto a mis seres queridos es algo que aprecio. Usted siente lo mismo, le agrada no tener que escuchar a los vejestorios todo el tiempo, poder salir a misiones, llenar papeleo conversar con los demás incluso tiene un club de caligrafía— respondió segura de si misma. Una sensación parecida al escalofrío recorrió su espalda, en cierta medidas tenía razón. Prefería miles de veces estar en junta con los capitanes que con nobles de edad avanzada.

Quizá las palabras de Kyoraku eran ciertas, ahora estarían juntos por un largo tiempo de no encontrar una salida rápido.

Notaba en los ojos grises una pizca de temor, no la culpaba. Pasaría de ser un Ryoka a un noble en menos de una semana. —Me aseguraré de que no suceda— mencionó ante un silencio creciente —Si me concede la oportunidad yo haré lo mismo.

—¿Crees que funcionara capitán Kuchiki?

Ella no parecía confiar en sus palabras —Solo existe una manera de comprobarlo— respondió para acomodar un pequeño mechón rubio que le estorbaba a la teniente.

No existiría marcha atrás.

Las horas pasaron con rapidez después de la conversación, no se volvieron a encontrar después de ello.

—Byakuya-kun. Que sorpresa tenerte aquí— comento Shunsui en encontrarlo en su oficina esperándole.

El azabache fue al punto —Como sabias lo del compromiso. Hasta el momento sé que es un asunto privado

—Matsumoto-chan me lo contó. Seguramente escuchaste de sus labios que no tenía otra opción ¿No?— se acomodó el sombrero, nadie mas estaba alrededor, le contaría al noble la verdadera situación de ella —Decidió ofrecerse a cambio de que Rukia-san no tuviese que casarse contigo— sonrió con nostalgia ante la mirada de completa extrañeza de Byakuya —Sabe lo extraño que sería para ambos, pasar de ser hermanos a esposos no es algo simple. Lo hizo de corazón, fue lo primero que dijo ante un noble de tu clan; y debe estimar a Rukia-san mas de lo que parece— finalizó con calma, la noche se acercaba a cada instante. Sería la primera ocasión donde no compartiría una borrachera con la teniente...

Dolía recordar la mirada gris, estaba furiosa de la decisión unánime de esos hombres, no existía duda alguna; sin embargo la tristeza se encontraba en lo mas profundo.

Seguramente es terrible estar casado con alguien a quien no amas, lo único en su poder era las palabras que compartía en este momento con el futuro esposo de Rangiku.

—¿Te menciono quien fue?— cuestionó el Kuchiki, de ser alguien fácil de tratar podría hallar una escapatoria a este problema.

—No, solo que fue un viejo de tu clan

Quizá en una parte de él deseaba salir sin problema, sin embargo ante un anciano sus palabras eran invalidas la mayor parte del tiempo. —Me retiro capitán Kyoraku, le agradezco por su tiempo— mencionó con su frío semblante, al darle la espalda al castaño, este colocó su mano encima de su hombro.

—Cuida bien de ella, no te perdonaría si le lastimas— sentenció el mas amigable con una voz amenazante. Los ojos cafés apoyaban su repentino cambio, estaba hablando en serio con ese tema.

Aun así, él era un hombre de palabra.
—Lo haré


Su regreso a la mansión no fue tan largo de lo usual, al ingresar inmediatamente un par de sirvientes lo abordaron.

—Kuchiki-sama— dijo un joven de cabello castaño corto a la par de una reverencia —Rangiku-sama lo espera en el jardín.

Antes de que siquiera pensase una respuesta simple otro lo interrumpió —El consejo esta complacido con su respuesta ante esto.

Bien, cualquier posibilidad de un arreglo simple se esfumaba ante ese comentario.

—Den aviso al consejo de mi llegada, iré a encontrarme con Rangiku— respondió antes de cerrar los ojos y suspirar levemente, aquel par asintió para marcharse.
Caminó entre los pasillos, aunque su imagen fuese serena, la curiosidad le picaba con insistencia.

¿Porque hizo un sacrificio tan grande por su hermana?

La vio sentada en el piso de madera mirando a los arboles de cerezo que se preparaban para florecer.
—Kyoraku me puso al tanto— dijo el azabache con simpleza para tomar asiento a su lado, ella ni se inmuto, seguía viendo al árbol sin mucho entusiasmo —Agradezco tu acción.

Rangiku esbozo una pequeña sonrisa para mirarle fijamente —Rukia aun es joven, debe estar junto a quien realmente ama— respondió antes de regresar a su actividad.

—Nuestros seres queridos se han marchado ¿Por eso has aceptado? — cuestionó mientras sentía varias presencias de todo tipo a su alrededor.

—No sé, fue lo único en que pensé al escuchar ese veredicto.

La fría mirada se tornaba mas amable con el paso de los minutos, si juntos deberían de estar le permitiría ver poco a poco su personalidad. —Te cuidaré como quizá lo desearía haber hecho Ichimaru, como yo no pude con Hisana— fueron sus palabras ante los ojos grises que miraban atentamente al otro lado.

Notó la sorpresa inmediata de ella, incluso como aparecía un nudo en su garganta

Sin previo aviso la abrazó —Debes sentirte abrumada— susurró tratando de ser lo mas dulce posible, aunque no le era para nada sencillo.

Escuchar sus sollozos le calmó, de cierto modo le preocupaba que ella se encerrase ante su nueva realidad, preferiría tener a una alborotadora teniente que a una melancólica quien extrañase su antigua vida.

Pasaron pocos segundos antes de que ella también correspondiera el abrazo, Byakuya soltó un suspiro, el aroma dulce de Matsumoto llegó a su nariz.
Quien diría que olía ligeramente dulce, no le desagradaba ya que era poco, una leve sonrisa apareció en su rostro, siendo sincero se imaginaba que ella era de las mujeres quienes gastaban muchos de sus recursos en perfumes.

Pero este aroma era auténtico, como una marca personal: dulce, embriagante, cálido. Su sentido del olfato estaba maravillado con esa mezcla perfecta de su fragancia, las imágenes de sus años anteriores aparecieron en su mente. Cerró de nueva cuenta sus ojos.

Hisana...

Tenia la certeza de que no era ella, y que nunca lo sería. La abrazó con mayor fuerza, anhelando que el aroma lo llevase a otro lugar, uno donde no sintiera el dolor en lo mas oscuro de él.

—Rangiku...— susurró al sentir su respiración, sin darse cuenta ambos estaban a escasos centímetros.

La teniente respondió a su voz con ojos levemente enrojecidos por las lágrimas.
—Ven, te llevaré a tu habitación Ella se aferró llevada por sus emociones retenidas

—No te vayas Byakuya— respondió mirándolo con tristeza en el fondo —Aun no me siento del todo bien— agregó al recargar su cabeza en el pecho de él y soltar un suspiro.

Tal vez no media la magnitud de sus palabras, o quizá encontraba algo de su persona entre las lágrimas de ella. —Dormirá a mi lado— comentó, aunque en realidad parecía ser una orden —No habrá problema con compartir el futón ¿Cierto?

—No... pero

—Mis costumbres exceptúan el levantarme a mitad de la noche

Un pequeño silencio apareció entre ambos, ahora que lo meditaban, esta era su primera conversación larga.

—¿Que te gusta hacer?— preguntó la teniente sin dejar de escuchar el latido del corazón.

—Dar paseos nocturnos— respondió. Unos segundos bastaron para que la shinigami tuviese una idea

Rangiku con un rápido movimiento se limpio los rastros de lágrimas para levantarse —Ven, iremos a tomar uno. Además hay algunas imágenes impresas guardadas en la décima división que te encantarán— dijo con una leve sonrisa para invitarlo a levantarse entendiéndole su mano.

El noble aceptó, su calmada figura en este momento se convertía en lo único seguro que ella tenia, sin pedir permiso sujeto con suavidad la mano contraria, solo para hacer que Rangiku lo tomara del brazo

—Si querías que lo hiciera solo debías pedirlo— se sinceró Matsumoto con una leve sonrisa

¿Desde cuando no hacían eso con alguien? Caminar en un silencio agradable mientras miraban ocasionalmente al cielo, apreciando el reflejo del mundo humano.
—¿Te encuentras mejor?— preguntó a mitad de su camino, la noticia iba a ser esparcida pronto; así que deberían de disfrutar de su pequeña paz.

—Bastante, gracias Kuchiki taicho— respondió mas tranquila, incluso su pequeña la congestión nasal ya estaba desapareciendo

—No es necesario llamarme de una manera tan formal. Algún día deberemos llamarnos por nuestro nombre y quizá un sufijo

Ingresaron a la división sin problema alguno, solo un par de oficiales se encontraban realizando guardia.
Al entrar en la oficina ella se soltó del brazo y fue en busca de una pequeña caja de madera.

Matsumoto la abrió y saco lo de su interior —Son imágenes del cielo estrellado. Aquí solo podemos ver el Mundo Humano, de ninguna manera se compara con admirarlas en persona, pero para un shinigami son suficientes ¿No crees?— comentó al entregarlas, sonrió ante la admiración del capitán.

Sus ojos parecían ser los de un niño pequeño ante algo nuevo, no era de extrañarse ella se maravillo al verlas en internet que pidió al sustituto imprimirlas en papel fotográfico.

—Es momento de regresar, puedes tenerlas si deseas— agregó ante la chispa que el gris tenia ante las constelaciones.


Era interesante la manera en que se observaban en la habitación, incluso el futón limpio no había sido movido de su sitio. Se encontraban con kimonos mas cómodos, pero el silencio predominaba, Byakuya se encontraba sentado en un cojín con los ojos cerrados.

—Al parecer lo decías enserio— el noble ante su voz le miró

—Siempre lo hago.

Ella suspiro ante la respuesta estoica del shinigami —¿No te molesta?— preguntó Matsumoto con un poco de desconfianza

—En lo absoluto.

Sin más remedio Rangiku se metió dentro, el noble la imitó para quedar uno en frente del otro.

—Gracias capitán— dijo a modo de "buenas noches" como respuesta el azabache asintió

No se dirigieron de nuevo la palabra, lentamente el sueño los vencía a su tiempo. El Kuchiki fue el ultimo en dormir, simplemente prefería observar los hábitos de la teniente al descansar.

Dormía de lado, con una mano en su cabeza y la otra adelante de su rostro, sus piernas estaban un poco encogidas, para terminar con un cabello recogido en una coleta.
Cerró los ojos, el calor de ella comenzaba a adormecerlo, tenia tanto tiempo que no lo sentía...

El día arribó sin esfuerzo, Byakuya de nueva cuenta era el primero en despertar, no le sorprendió ver a la teniente en la misma posición. Su intriga apareció al percatarse de la cercanía que ambos compartían, siendo separados por escasos centímetros.

Acarició con su pulgar el rostro durmiente, ella se convertiría en su esposa entonces debería acostumbrarse al contacto físico poco a poco. Si deseaba cuidarla de una forma adecuada eso era uno de los requisitos que se impondría

Salió de la habitación ya listo para escuchar a los ancianos de su clan, camino unos cuantos pasillos para llegar a la junta matutina.
—Cabecilla Byakuya— dijo a modo de saludo uno al verle entrar.

El lugar se encontraba prácticamente vacío, cinco hombres de edad madura estaban sentados en una linea perfecta, solo había un asiento vacío frente a ellos

—Buenos días— respondió para tomar asiento en uno de los cojines. Finalmente estaba frente a los cinco espíritus quienes casi le obligaron a casarse con su hermana, naturalmente deseaba dar su punto de vista sobre el compromiso. Aunque esperaría lo que tenían que decir esos hombres

—Al parecer has aceptado gustoso— menciono otro de los hombres con una calma y serenidad iguales a la suya —La joven Rangiku...

—Estoy enterado de su acción— interrumpió, no estaba del todo contento en ese lugar, si podía reducir el tiempo lo haría.

El anciano parecía comprender un poco sus acciones, motivo por el cual no se molestó —Lamentamos tomar una decisión tan repentina. Nosotros lo que menos deseamos es que nuestro cabecilla sea obligado a casarse de nuevo con alguien a quien no ama— comentó sin perder su actitud —Todo indica que no nos recuerda Byakuya-sama— en sus labios apareció una ligera sonrisa cargada de nostalgia —somos parte de la segunda familia, pero escuchamos a los ancianos de otras casas nobles hablar sobre un nuevo cabecilla Kuchiki. Uno perteneciente a la segunda familia, pero como usted sabrá nuestro clan ha llegado a mostrar casos de hemofilia

—Por ello decidimos crear este compromiso— complemento el mas joven de ellos, pues su cabello aun mantenía unas estelas negras —Rukia-sama fue la hermana de su difunta esposa, pensamos que usted podría tener por ella un sentimiento mas profundo de ahí el motivo de que fuese nuestra primera opción.

Byakuya se mantuvo en silencio, lo antes mencionado fue cierto durante un tiempo. Aun así lo atribuyo al gran parecido entre ambas, pues sus personalidades variaban.
De cualquier forma, la amaba como una hermana, pues siendo hijo único no pudo disfrutar gran parte de su niñez al convertirse en el único heredero ante el fallecimiento de su padre.

—Ustedes son el grupo tres al cargo de Shunsuke ¿O me equivoco?— menciono el azabache al recordar su etapa de juventud.

El mayor sonrió con mayor amplitud ante su pregunta —Esta en lo correcto, ya que usted y la joven Rangiku no se conocen logramos obtener dos meses ante los demás clanes— respondió, quien estaba al medio de ellos se limpió unas gotas de sudor.

—Debemos extremar precauciones, pues estamos bajo la mira de muchas personas. Algunos de la familia inferior podrían tratar de sabotearlo, si usted pierde el liderazgo del clan muchos de nosotros podemos tener un final fatídico— dijo antes de hacer una reverencia —Le suplico que se permita una oportunidad de amar de nuevo, donde pueda representar todo lo que sintió por Hisana-sama.

Los otros cuatro ancianos lo imitaron sin objeción o palabra; esto era extraño en cierta medida, quizá ser el mas joven cabecilla era una desventaja al desconocer lo mas oscuro de su familia.

—Daré una oportunidad a sus palabras, debido a estos cambios repentinos la teniente Rangiku esta mas sensible. Además los trece escuadrones se enterarán dentro de poco y no existirá alternativa mas que seguir— comentó mientras observaba que ninguno de ellos se movía ni un centímetro —Pueden regresar a las actividades normales.

Después de la pequeña platica se dirigió al comedor, estaba a unos metros de entrar cuando escucho a Rukia reír con fuerza. Una leve sonrisa se marcó en sus labios, raras eran las ocasiones donde podía oírla tan natural, sin que su presencia la intimidara un poco.

—Buenos días capitán— saludó la teniente mientras la joven pelinegra recuperaba la compostura con esfuerzo

—Buenos días a ambas, ¿Puedo saber el motivo de risa?— preguntó con una ceja alzada al sentarse junto a su hermana

—Le conté a Rukia de como Toshiro se atoró en una ventana— respondió Rangiku como si fuese lo mas normal del mundo.

No era necesario mencionar la curiosidad naciente del mayor ante la oración. El tiempo transcurría sin impedimento, Rukia se marchó a su respectiva división poco antes. Ahora estaban solos en su pequeño desayuno.

—Que haremos respecto al matrimonio— mencionó la shinigami ante un pequeño tiempo realmente privado. Se preguntaba cuan acostumbrados estaban ellos dos a los sirvientes.

—Retractarnos no es una opción, así que he tomado una decisión. Rangiku Matsumoto, estoy dispuesto a cortejarla para que sea feliz a mi lado

Sus palabras crearon un obvio sonrojo en su compañera ¿En que pensaba ese hombre para tal cosa? No se permitirá ser tratada como una dama sin posibilidad de cambiar algo.

—Trataré de llevarme bien contigo, me asegurare de conocer cada uno de tus gustos y fechas especiales para celebrarlas. Si necesitas algo de mi parte solo tienes que hablar, no te juzgaré por nada ¿Te parece bien?— respondió para extenderle su mano para cerrar el contrato. Byakuya aceptó sin objeción alguna.

¿Lograrán llevarse bien?

A quien de mis lectores de esta pareja engaño, no tengo el corazón para hacerlo. Solo drama, puro drama XD