¡Hola! De nuevo por estos rumbos con otra historia de los merodeadores. Bueno ustedes ya saben que los derechos están reservados a sus respectivos dueños.

Tengo estas ideas que no salen de mi mente así que tenía que plantearlas y escribirlas, son capítulos cortos así que espero estar escribiendo con fluidez y publicar con rapidez, lo intentaré.

Gracias por leer y espero sus reviews.


Sirius no conocía el significado de la palabra amor. No era que fuera insensible o malvado solo que pasar tanto tiempo en la casa de Walburga te hacia un poco escéptico hacia el real significado de esa palabra.

Cuando era niño y hacía algo indebido su madre le castigaba, le hacía quitarse los zapatos y dejar sus pies al descubierto para que ella pudiera reprenderlo usando un fuete. Ella solía decirle que lo hacía por su bien, porque lo amaba, para convertirlo en la clase de hombre que todo Black debía ser.

Se recordaba llorando, suplicándole a su madre que parara, que nunca más volvería a reírse de malos chistes de su tío o que jamás volvería a poner los codos en la mesa a la hora de la cena o que ya no sorbería su te demasiado rápido, así que cuando su madre paraba el castigo y le acariciaba la cabeza diciéndole que lo hacía porque le amaba asocio el amor con el dolor.

No quería que nada le doliera así que tampoco quería amar a nada y a nadie. A su alrededor las personas que osaron dejarse llevar por el amor habían terminado mal y fuera del tapiz familiar, conforme iba creciendo se hizo a la idea de que luchará para que a él no le ocurriera lo mismo.

Con la llegada a Hogwarts eso cambió. Quedó en la casa de los leones y eso le hizo sentir un terrible nudo en el estómago, eso sería decepcionante para su madre, la primera noche en el castillo se la paso sentado en su cama; abrazando sus piernas sin dejar de ver las pequeñas cicatrices que tenía en el empeine de ambos pies. "Si estuviera en casa seguramente estaría siendo castigado" pensó.

Sin poder dormir intentaba asimilar lo que había ocurrido, ¿Cómo era posible que alguien como el terminará en Griffindor?

Alguien arriba debía estarse burlando de él, seguro era su abuelo que para fastidiarlo le había hecho aquello. El sombrero debió cometer algún error. Seguro que era eso.

- ¿No puedes dormir? – la voz le tomo de sorpresa y dio un pequeño respingo. Cuando fijo su mirada vio a uno de sus compañeros de habitación bajar de su cama y camino apresuradamente hasta la suya y así, sin pedir permiso ni nada se acostó en su cama, a su lado.

Sirius arrugó su nariz en señal de molestia – Demasiadas emociones para un solo día-murmuro el chico de cabello negro y ojos castaños – Tampoco puedo dormir, siento que todo está pasando muy rápido y que mi vida al fin comienza, ¿No sientes lo mismo? –

Se quedó mudo, ¿Así era como lo veían los demás? ¿Un inicio? Para él no era así, ir a Hogwarts era primordial en su educación si deseaba volverse el Black que debía ser.

- ¿Eres el chico Black, cierto? – pregunto aquel chico del que había olvidado el nombre—Soy James Potter y en verdad espero que seamos grandes amigos. Digo, compartiremos habitación por los siguientes 8 años – La mirada que le dirigió fue algo mágico, le miro como nunca nadie le había visto, esos ojos color avellana le invitaban a un mundo que auguraba diversión, peligro y sorpresas, un mundo desconocido y ansiado por una parte de su alma que desconocía.

Asintió con una extraña sonrisa formándose en sus labios - ¡Perfecto! – exclamó James – Ahora que somos buenos amigos así que te contaré un secreto- Pestaño y sintiéndose aún más ansioso miro atentamente al chico de anteojos – Eres mi primer amigo –

Sus palabras acompañadas de una sincera sonrisa le calentaron el pecho y sin saber muy bien por qué también sonrió – Y tú el mío – respondió soltando una risita, contagiado por la risa de James.

Y por primera vez en su corta vida Sirius Black vio un destello de amor que no dolía.

CONTINUARÁ

Hola gracias por leer esta breve historia, espero te haya gustado y me dejes saber tu opinión. Saludos a todos