Capítulo I: Haciendo el ridículo
Eran las cuatro de la tarde. Yo, una niña de doce años, estaba sentada en un sillón de la sala común de Gryffindor, no muy segura de querer intervenir en la pelea que tenía lugar a unos metro de distancia, y de la cual escuchaba cada palabra.
- ¡No acetaré a jugadores vagos en MI EQUIPO, MacHiss! – exclamaba un jóven de quinto año que me sonaba vagamente.
- ¡Eso no es justo! A lo mejor he cambiado este año, Wood. – Ah, claro, Oliver Wood. Suspiré. Según mi amiga Leanne el capitán del equipo de Quidditch de Gryffindor y una de sus cazadoras, Betty MacHiss, llevaban unos días discutiendo sobre la plaza de ésta en el equipo. Leanne tenía un extraño don para averiguar cosas que no la incumbían.
- ¿Cambiar, tú? ¡El Quidditch te importa un rábano! Si con Mathiew como capitán ya llegabas tarde, no sé qué harás conmigo, ambos sabemos que Mat solía poner los entrenamientos bien entrada la maña-
- ¡Mathiew los ponía a una hora razonable, y no a las cinco de la mañana, Wood! Y además, sabes que no solía llegar tarde, tú sólo sigues resentido por lo de... – La chica se quedó en silencio. - ¿Sabes qué? – prosiguió con un tono más tranquilo – Si no llega a ser porque no puedes permitirte perder otro miembro del equipo, renunciaría. Si no me dieras lástima, Wood, por no poder encontrar a una cazadora más decente que a mi, lo haría, te lo juro. – Y con esto, lo chica se marchó.
Me encogí aún más en mi sillón. Me encantaría entrar en el equipo... ¿pero sería verdad que Wood ponía los entrenamientos a las cinco de la mañana? Habría que averiguarlo.
Sin saber de dónde había sacado mi repentina decisión, me acerqué al joven que ahora se encontraba despatarrado en un sofá con la cara entre las manos.
- Ehm... ¿perdón? – sentí como mi "repentina decisión" se tambaleaba. El chico levantó la cabeza. Tenía el pelo castaño revuelto y ojos marrones que la observaban intentando ocultar una tremenda agonía.
- ¿Sí? – Lo observé. Tenía unos rasgos preciosos. Y una voz increíb... ¡Katie! Me regañé a mi misma. ¡Te saca tres años!
El chico titubeó:
- ¿Te puede ayudar en algo?
- ¿Eh? – Genial – Mm... – definitivamente, mi "repentina decisión" se había esfumado por completo. – No, eh... hm... – Y con esto, me di la vuelta y salí de la Sala Común. Idiota.
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- ¿Katie? ¿Kaaaaaatiiieeeee? Tierra llamando a Katie Bell... – Leanne me tiró del brazo.
- ¿Qué? – pregunté algo asustada.
- ¡Hola Kates, veo que has vuelto! – Mi amiga me sonrió.
- ¿Cómo dices? – Que yo supiera llevaba un buen rato sentada sobre la misma silla del Gran Comedor, dándole vueltas al mismo tenedor y dejando enfriar las mismas patatas. - ¿De dónde se supone que he vuelto?
- De la luna, obviamente. – Leanne siguió comiendo como si nada. - ¿Me vas a decir por qué te fuiste hacia allí? – Suspiré. Típico Leanne. Mi amiga era un tanto... "especial". Lo peor era que podías estar segura de que todas y cada una de las cosas que decía las decía en serio.
- Quise pedirle a Oliver Wood que me aceptara en el equipo de Quidditch como cazadora, no me atreví y quedé como una imbecil. – Y le relaté todo lo ocurrido. Leanne me miró con estupefacción.
- ¿Y por eso estás así? Simplemente tienes que ir, disculparte por tu comportamiento infantil y decirle que te encantaría estar en el equipo. – dijo esto como si fuera lo más simple del mundo. La miré atónita.
- Pero...
- Nada de peros.
- Pero...
- Ve ahora mismo, Katie.
- Pero Leanne...
- ¡Katie! ¡¿Quieres estar en el equipo o no?!
- Sí, pero...
- ¡Pues ve! – Y la muy traidora tiró de mi para que me levantara y me llevó a rastras a la Sala Común. – Ala. – La miré implorando. - ¡VE!
Un tanto asustada (Leanne jamás me grita), avancé hasta donde Oliver Wood estaba sentado junto a cinco personas más. Escuchó un trozo de su conversación:
- Oh, vamos Oliver – decía un chico pelirrojo que parecía ser un año mayor de que ella – Echa a MacHiss del equipo si tanto te molesta.
- Sí, ninguno de nosotros la soporta, Oliver – dijo un chico idéntico al primero. – No sé cómo lo hiciste tú cuando... – pero Wood lo cortó.
- No puede deshacerme de ella, no podré encontrar otra cazadora, ¡y también nos falta el buscador! – parecía realmente desesperado. Reuní todas mis fuerzas para hacerme de notar cuando una chica lo hizo por mí:
- Creo que alguien qiere hablar contigo, Ol. – Y Oliver Wood se giró para mirarla por segunda vez aquél día. Dios que ojos. ¡Sht! ¡Concéntrate!
- Hm... Hola – murmuré avergonzada. Katie... Cogí aire y solté, muy rápido – Losientoporelcomportamientoinfantildeestatardeperomeencantariasercazadoraenelequipodequidditchdegryffindor. – Intenté sonreir.
- ¿Perdón? – Los gemelos rieron. Les eché una mirada asesina. Error. Katie, podrían ser tus futuros compañeros de equipo, que no te cojan manía. – ¿Podrías repetir, por favor? Sólo he entendido Quidditch – dijo Wood. Suspiré.
- Sé volar. – Enhorabuena.
- ¡Oh, Oliver, una chica que sabe volar! – exclamó uno de los gemelos con fingido entusiasmo. - ¡Podría ser nuestra salvación! – Aunque fuera un comentario puramente sarcástico, fue mi salvación.
- Eso mismo creo – sonreí de una forma sorprendente incluso para mi misma y reuní el valor (finalmente) para decir lo que llevaba pensando desde que nací – Me gustaría ser cazadora del equipo de Quidditch de Gryffindor.
A esto siguió una larga discusión entre Fred, George, Angelina, Alicia y Oliver (como ahora sabía que se llamaban), que acabó aceptándome como cazadora sin siquiera haberme visto tocar una escoba. Si que tenía que ser horrible esa Betty MacHiss.
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FIIIIN!!! Espero que os haya gustado, y dejadme comentarios tanto si es así como si no =D
Intentaré actualizar pronto :D
