¡¿Qué tal población de ?!
Es maravilloso estar de vuelta. Estaba pensando seriamente en hacer esta historia bajo los parámetros normales, ya saben. En secuencia con la realidad del anime, sin alterar nada, pero luego me dije "¡¿Qué rayos? ¡Esa no eres tú!". Así que el terrible, terrible ideal apareció susurrándome al oído, "Venga, haz algo mejor".
¡Y Aquí está! Mi segundo proyecto en esta plataforma. Una two con todo lo mejor de un par de donas y soda un sábado por la noche. El fic de la fabulosa Charmy Pappitson y… ¡Yuno!
Notas: No guarda relación con la cronología de eventos del anime Black Clover, porque en mi historia el cargo de Rey Mago lo ocupa Asta, ¡Sí, queridos míos! El promedio de edad de los personajes varía entre los 23-25 años. Porque hasta donde recuerde, no dijeron la edad asignada para el cargo ¿O sí?
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"La sagrada locura, atentando con mentes cuerdas. Después del suplicio del encierro trae para ustedes su primer proyecto"
Y el escritor dijo: Hágase el computador.
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Black Clover no me pertenece, creación de Yuki Tabata y ¡Por favor! Solo la utilizo por mero placer a la escritura, que me es gratificante por el hecho de explotar mis ideas. ¡Espero les guste!
Yami la observa con aburrimiento, desde su posición sentado en el cómodo sofá de cuero negro que por milagro de la divina providencia no había terminado quemado con las continuas peleas de los tarados que tenía por pupilos. Y él, en su pensamiento siente que la palabra tenía es sumamente interesante, porque en la actualidad sus días como capitán habían finalmente terminado. Una solemne ceremonia dio paso al nuevo escuadrón del Rey Mago.
Por supuesto que su decisión no fue difícil, le bastó con "Hey tú, toma, eres el nuevo capitán". La decisión se propuso a finales del verano, cuando Asta había adquirido el título por el que se sacrificó en tantas ocasiones torpe, ingenuo y en muchísimas veces demasiado inoportuno. El nuevo Rey Mago estaba en manos de la persona que Yami consideraba más apta. Los Black Bulls celebraron por su integrante por casi tres días hasta que algunos olvidaron el nombre y el origen de la celebración.
Entonces se encaminó a su elección. La persona que creía, sería capaz de defender los ideales del escuadrón, tocó su hombro para que lo siguiera, sin decir una palabra. Era un amanecer prometedor apenas asomándose por el horizonte, recién empezaban a levantarse después de la celebración.
-¿Por qué yo? -intuitiva como de costumbre, esta vez se había ahorrado la actitud jovial para permanecer serena.
-Tienes la capacidad de proteger tus ideas y a pesar de que tu estómago algún día estalle de tanta comida que te metes y solo veamos tus pedazos por ahí, creo que te irá bien con el puesto.
-... -torció la boca antes de sonreír con confianza- claro, soy muy capaz de hacer esto mejor que cualquier otro, mejor que tú~
Yami le dió una palmada en la cabeza, ahora no era la pupila pequeña que entró preguntando por comida, era una mujer capacitada para enfrentar las situación que se le presentara. Charmy podía ser vaga, obsesiva con la comida y… vaga otra vez, sin olvidar que empezaban a hartarlo con su título de "hija". Los Black Bull tenía a la persona correcta.
Cabello negro atado en el habitual chongo, pero había crecido un poco más; ojos verdes siempre alerta a la mínima exposición de alimento y la estatura, bueno, seguía igual de hongo, pero que más daba, con esa altura le serviría para meterse en la tuberías, escapar de los mocosos tempraneros. Un mundo de posibilidades.
-¿Ahora qué, excapitán? -musita ella cuando él le extiende la capa distintiva de capitán- ¿vas a hacerme caravana?
-Con suerte, lo mejor que tendrás en comida.
-¡Oh sí, comida!
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La ceremonia fue… cabreante, para Yami que ya llevaba hora y media escuchando los halagos que recibía cada nuevo pupilo por parte de su antecesor empezaba a revolverle la cajeta de comida que se robó de Magna antes de que Charmy se llevara el resto y Vanessa empezara con la labia de prepararse para el evento.
Desde ese punto no había visto a la capitana de Black Bull. Así que al levantarse para soltar la mierda de discurso que había planeado alias "toma mi trabajo que yo estoy cansado de estar cuidándoles el trasero" ella dió un paso adelante, siendo llamada para adquirir la solemnidad del cargo. Vanessa la había tomado de experimento esa mañana después de atragantarse con la comida hurtada poniendo el grito al cielo cuando el aspecto con el que iría, que era el mismo de siempre, no la convención.
-¡Estás loca! Es tu mejor momento, debes lucir más presentable -chilló.
La pelinegra bostezo antes de morder la última galleta de arroz- no encuentro la gracia a estar jalándose el cabello… además hay unas donas en…
-¡Charmy no! Noelle, dile que no puede -musita enojada la pelirrosa- ¡Solo por hoy!
La mencionada rió divertida desde el umbral de la puerta, apoyada con el uniforme pulcro negro, su cabello estaba atado en un moño bastante distinto a las coletas que acostumbraba a llevar. A pesar de que su actitud seguía irremediablemente cambiante, con su "prometedor" noviazgo con Asta su actitud era más sonrojos, balbuceos, risa, golpe, sonrisa y volvía el ciclo, aunque eso era lo de siempre. Además, Vanessa estaba casi segura de que en un mes el Rey Mago se lo propondría, ¡La gran propuesta! Y ella sería la madrina, organizaría la boda y a los invitados… al propio novio que de seguro no sabría ni que hacer.
-¿Por qué no escuchas a Vanessa, Charmy? Es un evento único.
Pappitson suspira sonoramente antes de meditarlo. Ella puede ser muchas cosas, desde cauta a brindar parte de su comida con facilidad como un gesto de familiaridad. Pero, a pesar de tener conciencia con todo eso, Charmy también es capaz de decir que sabe defenderse sin prescindir de algún compañero, ya lo ha demostrado, ella es muy capaz. Sin embargo, de eso ha dejarse arreglar por su presunta verdugo sería demasiado… aburrido.
-Bueno, Asta ya debe estar con Yuno y el resto. Me adelantaré, las veo allá -concluyó Noella, tratando de disimular su sonrisa cuando la pelirrosa captó su pequeña insinuación- suerte con eso, Charmy.
El silencio se instaló e incluso el "click, clack" del reloj de mesa empezó a incomodarla. ¿Por qué se sentía extrañamente nerviosa de pronto? Su príncipe salvador de la comida era solo eso, un precioso chico que rescataba chicas desvalidas y su comida, que también está desvalida.
-Si aceptas te daré la caja de donas y otra extra en la tarde.
No había que pensarlo dos veces.
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-No voy a dar un discurso largo, de esos que aburren gente y me dan sueño. Así que otorgo mi sitio a Charmy Pappitson, la presento a Asta como parte de su gabinete -se toma una pausa para mirarla, hay una sonrisa ladina de orgullo- eres una persona capaz y sé, que los dejo a todo ustedes -observa a la misma partida de niños, que ahora se veían tan diferentes- en las mejores manos.
Asta levanta la mano de forma animada antes de reír con la actitud jovial de siempre, habría alguien además de Yuno con quien charlar que sea más íntimo. La pelinegra tenía el cabello negro suelto, con las ondas libres adornando sus pómulos, uno de ellos detrás de su oreja. Cuando se inclinó para recibir la aprobación se sintió extraña siendo el centro de atención, era raro sino incluía comida.
Había otra situación, en cuanto ocupó el sitio de Yami, estaba a unas sillas de Golden Dawn, su príncipe salvador a unos pasos. Trató de no ser tan obvia en cuanto lo vio de perfil, aún más guapo que lo que recordaba enfundado en el uniforme blanco y dorado. Cabello negro rebelde, pero a la vez tan uniforme. Para desgracia, a su lado la horrible cosa verde que no duraría en comerse para callarla, siempre al lado suyo. ¡Lo de daria ella para hablarle un poco más! Solo intercambiaban saludos eventuales y, ella parecía la más animada de ambos. ¿O es que era él muy frío? ¿Ella demasiado abierta?
Para cuando llegó el brindis, los capitanes intercambiaron copas. Charmy se acomodó nerviosamente uno de los mechones que había escapado de su oreja. Un sonido interrumpió sus pensamientos, encontrando al capitán de Crimson Lion, el menor de los Vermillion extendiendo la copa con una sonrisa, él era una buena amistad de Asta así que suponía, la asociaba al enérgico rey y por ello, había venido a chocar copas de forma solidaria.
El nuevo rey mago había deshecho las clases sociales establecidas.
-¿Charmy, cierto? -comentó.
-Sí -se limitó a responder para luego mirar hacia las mesas de comida a modo de buffet. La comida hizo babear su boca, cosa que fue notada por el chico arrancándole un risa honesta.
-¡Vamos, al fin una persona de buen estómago! -comentó divertido. La pelinegra lo siguió para tomar su respectivo plato, la comida la llamaba a devorarla sin misericordia y eso haría.
El castaño tomó también algo de las muestras apanadas en lo que se planteaba de reojo lo distintos que eran los miembros de Black Bull. No se forjaban pensando en la inferioridad del resto, de hecho ellos mismos se burlaban de ser considerado lo más bajo de los escuadrones. Su nuevo capitán era un gran ejemplo de ello, no fingió una comida moderada cuando empezó a tomar de cada cosa a dos en dos, le pareció interesante.
-¡Hey, Leopold! -Asta golpeó su hombro antes de reír- buena comida, felicidades por tu ascensión a capitán ¡Ahora podremos pelear de seguido!
-¡Cierto, pero no porque seas rey vas a ganarme! -rió-... Yuno, también es bueno verte.
Charmy no volteó, no porque quisiera hacerse la interesante. Es más, eso no estaba en su vocabulario, es todo lo contrario. Su corazón le dió un golpe doloroso en el pecho, mientras se emocionaba por escuchar el nombre del pelinegro, así que no giró para mirarlo sonrojada, probablemente con esa mueca que hacía Noelle cuando Asta estaba cerca.
-También es bueno verte -escuchó de sus labios, tenía una voz más profunda ahora. Era un efecto del tiempo, tenía 24 años y había pasado por distintas situaciones que forjaron su carácter- Charmy, felicidades por tu ascensión.
La pelinegra lo miró entonces, algo nerviosa. No sabía el motivo, pero estar arreglada por Vanessa le dió algo de seguridad cuando se aventuró a responderle- Gracias e igualmente.
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La segunda vez que Charmy sacó más de dos palabras en Yuno que no incluyeran el típico saludo "hola", venían con el evento invernal, un festival que conmemoraba los primeros tres meses desde la elección del Rey Mago, nuevamente Vanessa se la había pasado narrando lo segura que estaba de que Asta y Noelle finalmente darían el siguiente paso. Estaba sumamente segura que él se lo pediría durante el evento.
Como capitán de los Black Bulls, Pappitson tenía muy poca disposición para conversar de temas que no incluyeran la formación de un "orden" en su escuadrón que aunque, seguía algo disperso, estaba disminuyendo exponencialmente la cantidad de estrellas negras a las que estaban acostumbrados. Asta pedía reporte de formación que leía a una velocidad increíble, con la emoción de un niño; así que ella tenía que escribir página tras página.
Curiosamente, con todo eso en su contra, se encontró sosteniendo lo que podía considerarse como una de las más importantes que podía tener con Asta hablan casi sin respirar, dando tantas vueltas y Yuno, a su lado con una seriedad poco contagiosa.
-¿Qué necesito?
"Calmantes" pensó Charmy mordiendo su octavo pastel de crema, pero se limitó a quedarse callada, no sabía nada que pudiese ayudarlo. De hecho, ni siquiera sabía porqué estaba allí.
-Un anillo, es lo primero -habló el pelinegro- y un par de palabras, si es que puedes -susurró lo último con diversión disfrazada de naturalidad.
-... ¿Charmy, que sitio crees que le guste a Noelle para decirle? -consultó Asta anotando "seriamente" las palabras anillo y discurso convincente en un pizarrón.
La pelinegra lo pensó detenidamente en lo que miraba algo divertida a su ex compañero, había madurado un poco. Y no, no es que perdiera esa actitud tan Asta, pero también tenía una aura de confianza que la llevó a decir algo para alentarlo.
-No, pero si quieres puedo buscar uno.
-¡Te lo agradecería mucho! -chilló tomando sus manos ¡¿Cuando había llegado hasta ella?!, sus ojos incandescentes empezaron a molestar su vista, así que trató de sonreír entrecerrando los ojos.
En cuanto se retiró del despacho lo escuchó, la voz profunda que la hace desear más de esas pocas palabras que le dirige a cualquiera.
-Te acompañaré.
-¿Eh?
-A buscar el sitio. ¿Qué día?
Ese mismo día se encontró golpeando la puerta de Vanessa, que ni siquiera terminó de escucharla.
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Eran aproximadamente las seis y media de la mañana, creyó prudente iniciar su búsqueda temprano. Primero, adelantó el papeleo. Desayuno extrañamente menos de la mitad, pero no se detendría a pensar el motivo cuando estaba claro que incluso no había dormido lo suficiente por Yuno. Su no cita la encontró meditabunda, enfundada en un vestido que la camuflara, por eso llevaba el cabello suelto y había dejado su capa insignia de los Black Bulls. Él también hizo algo similar, optó por esconder todo rastro de su posición.
-Hola.
Charmy se crispó como un gato al tenerlo al frente, no lo había notado por la sencilla razón de estar pensando en él. Sí, sonaba estúpido cuando lo pensaba, pero era lo que le estaba pasando. Levantó la mano nerviosamente para luego seguirlo, Yuno era de muy pocas palabras, así que estaba segura de que era un tácito "sígueme, tengo una idea". No caminaron por mucho, de hecho, visitaron dos sitios, un pequeño claro al este de la ciudadela y el valle arriba donde el silencio era tranquilizador. A Charmy le gustaba más los sitios como la cocina o un restaurante, un concurso de chef donde pudiese probar comida; por lo que no sabía decidir que le gustaría a Noelle.
-¿No te gustan? -escuchó la voz de Yuno, había tomado asiento cerca de uno de los pocos árboles del valle.
-No es eso -extendió un pequeño pie de manzana que el aceptó agradeciéndoselo. La pelinegra se sonrojó al escuchar su gratitud, era ridículo sonrojarse por algo tan vano, pero ¡Era Yuno! ¡Era perfecto cuando hablaba o estaba callado, de cualquier forma lo era!- e-es solo que no sé cual puede gustarle a Noelle, yo no tengo sus gustos.
-Cierto -concluyó, Charmy estaba segura de que ahí terminaría su conversación- a ti te gusta la comida.
Pero, no fue así. Ella abrió la boca algo sorprendida, él recordaba sus gustos. "Venga, tampoco está tan difícil si te la pasas dándole comida cada vez que lo vez" aun así, se sintió alegre de escucharlo. No podía negar que viniendo de él se le hacía maravilloso, es decir ¡Le gustaba desde hace mucho! Y, podían hablar más que antes, él no había notado ninguna de sus indirectas. O era inmune... ¡¿Era inmune?!
-Sí, me gusta muchísimo -aprobó asintiendo efusiva- me gusta cocinarla, pero por sobre todo, comerla. Deberías probarla algún día... ¡E-es decir! No estás obligado ni nada... bueno...
-Gracias, estaré agradecido de probarla cuando gustes.
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¡Maldición! Chilló angustiada desde su posición, una de sus creaciones movía pacientemente la salsa blanca mientras que la otra terminaba de hervir la pasta. Estaba inusualmente intranquila considerando que la comida casi siempre ocupaba parte de su tiempo. No, todo su tiempo; ese día apenas había probado seis empanadas de crema antes de sentirse llena. Rayos, no podía seguir así, moriría de hambre si no podía controlar los nervios que le provocaban cocinar para Yuno.
Ok, primero se quejaba de no hablarle y ahora que le hablaba, de no invitarlo. Y después de invitarlo, de no saber que hacer ¡Joder! ¿Cuánto faltaba para verlo? Una de sus ovejas de creación asintió dando por terminado el platillo, ella se encargó de probar que todo estuviese en su punto antes de acomodar la mesa, ese día almorzarían juntos en el despacho que a ella le correspondía como capitana, aunque nunca lo usara por estar en la casa de los Black Bulls, su "oficina" tenía algunas de sus pertenencias, entre ellas los libreros de recetarios, casi doce estanterías repletas.
La puerta sonó entonces.
Tomó aire antes de abrir con manos temblorosas, del otro lado Yuno la observó antes de saludar. Ese día Charmy estaba uniformada habitualmente, con su moño característico, la hacía lucir igual que antes a pesar de que, era diferente ahora. Tenía un par de centímetros arriba y sus facciones habían dejado de ser infantiles.
-P-Pasa.
-Gracias, con permiso.
-Propio -respondió autómata, ser formal no era lo suyo, ni estar tan recta como un roble... tenía que tranquilizarse- ¿Qué tal tu día?
-Similar al resto.
Pappitson hizo un puchero al escucharlo, era demasiado difícil hacerle hablar, casi parecía forzado a hacerlo. Pensó en si se sentía forzado a venir al almuerzo y, como era de esperarse la entristeció tener esa idea. Que pasaba si era cierto, su mueca infantil se acrecentó sin notar que su acompañante la estaba observando. ¡Vamos Charmy, ánimo! Su príncipe salvador de comida no es de ese tipo de persona, si no le gustaba la idea, lo hubiese dicho... ¿Verdad? ¿Si? ¿No?
-¿Por qué la mueca?
-¿Eh?
-Eso que hiciste hace poco. ¿Algo no va bien?
-¡N-No! Es que... solo pensaba un poco -balbuceo nerviosa- ¡Sí! solo pensaba.
Yuno la observó antes de asentir- Asta hace eso también, solo que en él se ve raro -sabe lo que va a preguntar, y se adelanta porque siente que es mejor ahorrarle las palabras- no, en ti no se ve raro.
¡¿Es un cumplido eso?!
Charmy balbuceo azorada antes de invitarlo a sentarse. Entonces sirvió para él un poco de la pasta y esperó a su reacción nerviosa, expectante y dispuesta a escuchar cada palabra que podría salir del pelinegro. Yuno tomó un bocado de la pasta masticando ante la mirada de su acompañante, entonces hizo algo que nunca esperó ver dirigida a ella, ese decir, nunca había hecho merito para verlo en esa faceta. Él le sonrió, con una genuina satisfacción en sus labios.
-Está delicioso.
-M-me alegro que te guste -ella sonrió igual de agradecida, era una sonrisa perfecta.
Bueno, hasta ahora esa eran mis ansias de escribir sobre ellos porque hay tan poco ¡Sólo dos historias! Y me duele, me quema, me lastima que ninguna de las dos sea en español. Soy muy fan de esta pareja, de hecho, soy de esas personas que le gustan todo tipo de historias raras que comienzan por algún momento fugaz, como en Magi con "¿Me consideras mejor que Alibaba?" Bueno, así soy.
Espero que se animen a comentar si les gusto, si quieren formar un foro para escribir sobre ellos en algún evento. No sé, solo opinen si así lo desean ¡Nos vemos!
