Holaaaaaaaaaa! es que hoy estoy hiperactiva... mi chihuahua volvió!
Ejem... he aquí he venido con otro fabulantástico (?) fic... es fabulantástico porque lo he escrito con mi Onee-san Laychu [Bypolar Sky en DevianART] que disque no le gusta el yaoi pero yo me puse como meta yaoizarla y aquí los resultados!
Así que este fic es mitad mío, mitad esa chica que no tiene cuenta aquí ¬¬ oh si, y sé que lees esto, así que lograre yaoizarte onee-san... será mi meta de fin de año jua jua jua
Espero que les guste *w* La parejita principal es FudoXKidou, pero aparecen casi todas [Oh Yeah, de IE Go tambien... o intentaré] [no esperen EndoxKaze ¬¬]
Nota: lo que está en curiva son los flash back's que tienen Fudo y Kidou al ver las fotos... [igual aviso xP]
Enjoy!
"¿Qué podía pasar?" se preguntó Kidou cuando Fudo lo invitó a salir un rato. ¿Qué harían? Tan solo un par de copas para despejarse un poco de todos aquellos problemas que últimamente lo agobiaban por parte de "Endo y su gran entrenamiento".
– ¿Y? ¿Vas a querer? – preguntó el de ojos verdes llamado Fudo dando golpecitos impacientes en el suelo con sus pies.
– Ya… está bien… no puede pasar nada malo por simplemente salir con un amigo una noche…
~*o*~
Kidou se despertó gracias a esos molestos rayos de luz que se filtraban por la ventana. Un momento, esa no era su ventana… esa no era su cama… ¡Esa no era su casa!
– ¿QUÉ DEMONIOS? – grito el pobre joven de rastas al ver quién estaba al lado suyo.
– ¿Eh…? – Se empezó a despertar su acompañante – ¿Qué me hiciste Kidou? ¡Me violaste! ¡Maldito pervertido vestido de maid! – dijo ese joven de ojos verdes divertido por las expresiones de Kidou.
– Yo… yo no te violé… vos… ¡Vos también estás vestido de maid! – gritó Kidou quitándole la sábana.
– ¡Wa! ¡Encima me drogaste y me vestiste de maid para tus locas fantasías! – le gritó Fudo verdaderamente divertido.
– ¿No será al revés? ¡Acá el pervertido sos VOS! – lo señaló Kidou saliendo de la cama.
Fudo se sonrojó al ver a -su- Kidou con ese bonito traje de maid, aparte tenía una bonitas orejitas de neko y quién sabe dónde habían quedado sus googles. Un poco más y el pobre joven tendría una hemorragia nasal.
– ¿Qué mirás? – preguntó a la defensiva Kidou.
– Lo sexy que te ves… – dijo Fudo gateando hasta el borde de la cama en donde estaba Kidou.
– ¡Ma-maldito pervertido! – le gritó Kidou pegándole un almohadazo.
– Culpa tuya por verte sexy en ese traje de maid – dijo el mayor haciendo sonrojar al de rastas – ¿No querés jugar otro ratito más?
Esta vez fue Kidou quién se sonrojó al ver como estaba la situación. Fudo gateando hacía él con la almohada que Kidou le había tirado.
En un rápido movimiento, Fudo se le abalanzó a Kidou, pero por un mal cálculo, cayeron ambos al suelo. Poco le importó al oji-verde, el cual comenzó a besar el cuello del menor. El de rastas no supo qué hacer al sentir los tibios labios del mayor sobre su cuello.
– Realmente no sé que hicimos anoche, pero yo sé que quiero estar con vos, ahora. – le susurró el joven de ojos verdes mientras le quitaba el bonito delantal blanco.
Aún en el suelo, Yutto quedó congelado, y no justamente porque tenía a Fudo a punto de hacerle el amor. Sino porque vio algo debajo de la cama que aterrorizaría a cualquiera…
– ¿Yutto? ¿Qué pasa? – preguntó Fudo al ver el estado del menor, dirigiendo la vista hacía donde este miraba. Abrió los ojos grandes como plato – ¡MALDITA FUJOSHI DEL DEMONIO! ¿QUÉ DIANTRES SE SUPONE QUE ESTÁS HACIENDO ALLÍ ABAJO?
Y Fudo comenzó a blasfemar al ver a cierta profesora de Raimon debajo de su cama con una bonita cámara fotográfica. La aludida los saludó con una risita nerviosa y salió corriendo lo más rápido que pudo.
– ¡Hagan como que no estoy! – les gritó desde la ventana, ya afuera. ¿Cuándo se supone que había llegado allí?
Fudo bufó verdaderamente molesto, se quitó con cuidado a Kidou de encima -el cual seguía en su shock-, y se sentó en el suelo, apoyándose contra la cama. ¿Hacer como que no estaba? ¡Imposible! Si ahora estaba del lado de afuera, mirando por la ventana, esperando a que pasara algo. ¿Cómo se supone que podés hacer el amor con alguien si tu hermana o futura cuñada te están mirando? Enojado, Fudo le tiró con un zapato que inútilmente rebotó contra el cristal. Del otro lado de este, podía verse a Haruna sacudiendo un manojo de llaves. ¿Llaves? ¿Qué llaves? ¡Las llaves de la casa de Fudo! Estaban… ¡Estaban encerrados!
Fudo y Kidou comenzaron a correr por toda la casa, esperando ver alguna puerta abierta o simplemente encontrar las copias de dichas llaves. Negativo, Haruna tenía todas las copias.
– Decime Akio… – lo llamó Kidou desde el sillón en el que estaba sentado – ¿Quién es tan idiota como para ponerle rejas a todas las ventanas de su casa?
– Imbécil – bufó Akio al saber que él mismo era ese idiota. – ¿Quién tiene una hermana-fujoshi-extraña que se esconde debajo de la cama de ex compañeros de preparatoria con una cámara de fotos?
– A mi hermana no le faltes el respeto… – le ordenó Kidou quitándose las orejitas de neko.
– Pero si es ella quien nos está faltando el respeto a nosotros.
Fudo no encontró más opción que rendirse, no encontraba las copias de las llaves, no sabía dónde estaba su propio celular y el cable del teléfono estaba cortado. No tuvo más opción que cerrar todas las cortinas de la casa, con tal de que Haruna no los observase todo el bendito día.
– Nee nee Fudo ¿Tenés algo para el dolor de cabeza? – preguntó Kidou.
Luego de tomarse cinco pastillas él, Fudo le pasó la tableta a Kidou con junto un vaso de agua.
– ¿Vos también estás con dolor de cabeza? – interrogó el de rastas.
– Si, anoche debí tomar demasiado alcohol, no es normal que me duela tanto la cabeza durante la resaca… – le dijo Fudo sentándose a su lado, en el sillón, entregándole un café.
– ¿O sea que aceptás que no te drogué? – dijo Kidou algo divertido.
– Fuiste vos o tu endemoniada hermanita – dijo Fudo, acentuando "endemoniada hermanita" con vos de finita – mejor tomate el café, te debe servir.
Luego de tomarse el café, Fudo le prestó algo de ropa a Kidou, ya que no era normal que un empresario como lo era Yutto anduviese vestido de maid. Aparte, ninguno de los dos sabía donde había quedado su ropa de la noche anterior.
Al rato, empezaron a tratar de recordar que diantre había pasado la noche anterior, que demonios habían hecho para terminar en "ese" estado.
– ¿Vos te acordás de algo? – No ¿Y vos? – Menos…
Al segundo de esa brillante conversación -nótese la ironía-, Kidou recibió un mensaje de texto de su querida hermanita, cosa que le causó un gran escalofrío.
"¿Por qué no le decís a Fudo que se meta en su Facebook? "
Esta vez el escalofrío le corrió a Fudo por la espalda.
– Esperá… ¿Por qué no usas tu celular para poder…? – no tengo crédito Fudo, ya lo había pensado.
Fudo abrió su laptop, temeroso abrió el navegador y entró a su facebook. Colocó la computadora sobre la pequeña mesa que había delante de ellos para que ambos vieran y comenzó a leer sus notificaciones.
"La Pingüi Otonashi te ha etiquetado en su álbum de fotos ~Locura de viernes por la noche~"
"Sakuma de mi Leoncito, Heladito Midorikawa y 14 amigos más han comentado el álbum de La Pingüi Otonashi donde apareces"
"La Pingüi Otonashi y Peque Goenji han publicado en tu muro"
"Tenma Matsukaze, Ranmaru Kirino y 10 amigos más han comentado las publicaciones en tu muro"
Determinadamente, Fudo no quiso abrir el álbum de Haruna… simplemente tenía bastante miedo de eso…
– No puede haber nada peor, a lo mucho aparecemos vestidos de maid… – trató de tranquilizarse Kidou.
El de ojos verdes simplemente lo mató con la mirada, tratando de Haruna se podía esperar cualquier cosa.
"¡Al bailar!" decía la descripción de la foto, aparecían Fudo y Kidou sobre la mesa de la mansión de… ¿De Hiroto? Bailando.
– Emm… alguien me quiere explicar qué es eso – dijo Fudo señalado la foto, completamente rojo.
– Sin comentario Akio, sin comentarios… – dijo Kidou escondiéndose tras sus manos.
~*~*~ Flash back ~*~*~
Estaban todos en la mansión Kira. Cervezas, música alta, y un grupo de jóvenes bailando animosamente pervertidamente. Y se supone que simplemente se juntaban a charlar un rato…
– Nee nee Akio-sama~ - lo llamó melosamente Kidou sentado sobre una mesa – ¿quiere bailar?
– Como quieras mi nekito… – le contestó Fudo divertido por el estado de ebriedad de su "amigo".
Fudo se subió a la mesa y comenzó a bailar con Kidou. Aunque chico de ojos verdes no se esperó lo que hiso su compañero de baile. Estaban escuchando reggaetón y todos sabemos cómo se baila el reggaetón ¿No? Si, exactamente, el perreo.
– Kidou…
El nombrado tenía su trasero restregándolo contra Fudo, que si no fuese que todavía no estaba borracho lo hubiera violado ahí mismo. Luego Kidou se daba la vuelta y se volvía a pegar contra el cuerpo de Fudo.
Kidou se acercó a la cara de Fudo y con una cara completamente sonrojada pero fuera de sí, se acercó para…
En el momento más "dulce" de aquella pequeña y acaramelada escena, quedó interrumpido por un Fudo noqueado debido al tremendo golpe que le causó el pingüino mortal de Sakuma, quien al ver tremenda escena, no soportó sus celos… Fudo se levanto hecho una furia y tomo al pobre e inocente pingüino del cuello, lo lanzo con todas sus fuerzas, tratando de que este le diera al peli plata, pero este lo esquivo…
El pingüino tuvo un nuevo destino: empujó a Goenji, causando que "accidentalmente" se bese con Endo. Cierto defensa de pelo azul los ve y quiere matar a Shuuyita-kun por ese "desliz"
– ¡No querrás haber nacido! – le gritó Kazemaru a Goenji.
– ¿Yo? Psi… si yo simplemente… simplemente… simplemente lo beso porque lo amo… ¿Problema? – le dijo Goenji colgándose del cuello de un Endo sonrojado.
– ¡Ya verás! – le gritó y le tiró una "patada mortal", la cual Endo paró.
– ¡Mamo-chan! – gritó Hiroto al ver que Kazemaru casi le pega a su querido capitán. Fue y lo agarró de los pelos.
– ¡Hiro-kun! – ahora era Midorikawa el que trataba de separar a Hiroto de Kazemaru.
Quién sabe cómo, pero enseguida apareció Osamu para defender a su "querido" amigo. ¿Por qué terminó Tachimukai en la pelea también? Un misterio… lo que sí fue que Tsunami estuvo allí para defenderlo de aquellos buitres. Y si está esa palmera rosada ¿Quién no puede faltar? Pues Touko…
A ser sinceros, todos estaban en esa pelea. Handa le mordió una oreja a Someoka. Hiroto le arrancaba los pelos a Afuro… En el medio del tumulto, Fuusuke fue al refrigerador y le robó los helados a Mido… Y Miyasaka, que quién sabe de dónde salió, le tocó una nalga a Kazemaru sacando provecho de la situación…
Haruna tenía brillito en los ojos, estaba con su inseparable cámara. Pero se le prendió la lamparita… todos estaban peleando pero faltaban dos personitas… Akio Fudo y Yutto Kidou.
~*~*~ End Flash Back ~*~*~
– ¿Cómo es que Miyasaka terminó en la casa de Hiroto? – preguntó Fudo.
– Peor aún… ¿Por qué Tachimukai salió a defender a Osamu? – Incógnitas sin respuesta…
Fudo decidió pasar a la siguiente imagen sin siquiera ver los comentarios, una foto suya bailando con Kidou daba mucho que decir, y realmente no quería saber que podían decir.
Pues la siguiente foto decía "Encerraditos! xD"
Estaban Kidou y Fudo en el baño, seguramente de Hiroto, tratando de abrir la puerta.
– Mi hermana es una santa, decía. Ella se porta bien, decía… – dijo irónico Fudo al ver la imagen – TU hermana nos encerró en el baño, encima vos estabas borracho luego de apenas TRES cervezas. – Yo… yo no estaba borracho… –
– Y Miyasaka no quería violar a Kazemaru esa noche…
~*~*~ Flash Back ~*~*~
Fudo se había llevado a Kidou del tumulto aquel con tal de que no quedara lastimado luego.
– ¡Akio-sama! ¿A dónde me lleva? – preguntó Kidou mientras era arrastrado por Fudo.
– ¡Dejame de decir Sama! – le criticó Fudo.
Escuchó unos pasos detrás de él. Dio la vuelta y no era otra que La Pingüi Otonashi.
– Entrá – ordenó Fudo empujando a un Yutto perdido al baño.
Escuchó unos pasos que se acercaron y se detuvieron en la puerta, luego parecían alejarse. Cuando ya creyó conveniente, Fudo trató de abrir la puerta. ¡Imposible! Esa maldita fujoshi les había trabado la puerta desde afuera. Empujó y empujó pero nada… estaban encerrados. El de ojos verdes se dio la vuelta y vio a Yutto sentado en la tapa del inodoro con las piernas cruzadas.
– ¿En qué pensás? – preguntó Fudo algo intrigado.
– ¡En que debemos escapar del fuerte del enemigo capitán!
