"Este fic participa en el minireto de octubre para La Copa de la Casa 2018-19 del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black".
La nieve cubría por completo el lugar, las luces que se asomaban por las ventanas, los adornos navideños colgando de las casas y las risas que escapaban de los habitantes de estas ultimas solo daban al lugar un ambiente mas idílico y bello, digno de cualquier postal navideña, pero la joven rubia que rápido caminaba no veía nada de aquello, estaba demasiado apurada por llegar a su destino.
El timbre fue de la puerta fue presionado deteniendo las risas del lugar, un par de rápidos susurros y una voz varonil que con un "ya voy" seguida de rápidos pasos abría la puerta, realmente sorprendido por la persona que se encontraba en ella.
— ¿Andy? Es para ti— Informo Ted a su esposa sin prestarle atención o invitar a pasar a la recién llegada.
— ¿Cissy?— pregunto Andrómeda, con una bebe de cabello morado en sus brazos, apenas llego a la puerta — ¿Quieres pasar?— La incomodidad en su voz era notable y entrego a la bebe a brazos de su esposo quien se dirigió de inmediato hacia el fuego de la chimenea dejando a las dos hermanas.
Narcissa arrugo la nariz con disgusto, tenia que darse prisa antes de que sus padres notaran su ausencia, esa noche tenían un importante baile en la mansión Malfoy donde seria presentada como la prometida de su heredero, Lucius.
—No— replico mientras extendía la caja prolijamente envuelta en papel verde con un pequeño moño plata —Toma, para tu mestiza— sentencio entregándole la caja y sin decir nada mas dio media vuelta, aun tenia que arreglarse el cabello y verificar que Bellatrix no hubiera hecho nada a su vestido en su ausencia.
Confundida por la rapidez de aquella visita Andrómeda regreso a la sala donde su esposo se afanaba en hacer muecas a su pequeña hija que respondía con risas y cambios en su cabello, una vez ahí abrió la caja donde tres hermosas muñecas de porcelana que antaño pertenecieran a Andrómeda reposaban, esperando las siguientes manos que jugaran con ellas. El regalo ocasiono la primer sonrisa sincera ocasionada por su familia en Andrómeda, quizá, solo quizá no todo estuviera perdido con su hermana pequeña.
