N/A: Bueno, está tabla la hice hace mucho tiempo. Pero no lo suficiente como para publicarla en la Tabla: 10 Tipos de besos que publique, que ya esta finalizada y por ello no la subo allí. La verdad es que la encontre en mis archivos y... ¿Para que privarla a los demás? Espero la disfruten y si no han leído la tabla de besos, pues les doy la bienvenida de hacerlo.

Recuerden Amour Sucré es imposible que me pertenezca, una pena XD


Tabla especial: Infancia.

Pasó a la siguiente fotografía con extremo cuidado, como si temiese que en un arrebato esta se dañase. Miro con dulzura esas hebras doradas, sucias por la arena, el pequeño en la foto de unos ocho años recientes estaba sentado en uno de los columpios, sonriendo, y junto a el, un niño un poco más pequeño, de pelo azabache y mirada tímida delataba un tierno sonrojo.

— ¿Qué haces? — cerró el álbum rápidamente mientras lo depositaba sin cuidado en una caja.

—Nada. — maldijo el ligero calor que sintió en las mejillas.

—Claro, nada. — el tono de voz delataba lo poco que le creía, Nathaniel dirigió su mirada hacía la caja y arqueo la ceja dispuesto a descubrir su contenido.

— ¡Eh, no toques eso! Es solo… basura. — cogió la caja inmediatamente y la saco a la sala, rezo todas las oraciones que sabía, que no eran muchas, ninguna a decir verdad, para que el rubio olvidará pronto la caja.

—Castiel, solo tienes pizza congelada, pizza congelada y un pedazo de queso de más de… ¿Una semana, un mes…? — el ceño fruncido de Nathaniel le era una advertencia.

Era normal, mientras el rubio viviese allí, nada de comida congelada o de días. Y eso significaba una cosa, tenía que hacer la compra aunque no tenía ni una gana.

—Ya, ya voy. — refunfuño un poco.

—Anda con cuidado. — sonrió ante la mala cara que ponía el pelirrojo y deposito un beso tierno que relajo las facciones del más alto. Eso siempre funcionaba.

Le vio tomar las llaves. Suspiro cuando se vio solo, tenía que desempacar. Iba hacía el cuarto del pelirrojo cuando tropezó con… la caja.

Parecía algo sucia por el polvo, quizás Castiel la mantuvo en un lugar por mucho tiempo. La destapo y en minutos estuvo a punto de cerrarla.

—Mmm… ¿Qué es esto…?. — una pequeña sonrisa se curvo en los labios del rubio.

"— ¿Por qué siempre tengo que venir a salvarte? Si solo no te metieses en tantas peleas… — le oí suspirar, supuse que estaba cansado de presenciar la misma escena todos los días, pero él no comprendía mis razones…

—Porque eres mi mejor amigo, además, ellos tienen la culpa ¿Acaso no escuchaste lo que dijeron? — repliqué molesto ante la mirada de indiferencia que me daba.

—Si, y no me importa, así que a ti menos debe importarte. — le mire incrédulo, ¿Era en serio?

— ¡Deberías defenderte! ¡Deberías pararles! Tú… Tu no eres una niñita llorona… ¡Ni siquiera te conocen! — impotencia, frustración y miles de cosas se arremolinaban en mi.

—Eso ya lo se, pero no me afecta, porque se quién soy… además, no me importa lo que ellos piensen… el único que me importa eres tú.

¿Qué yo era lo único que le importaba? Trague en seco y sentí mis mejillas arder, mire el suelo tímido intentando ocultar mi cara con mi cabello, que vergüenza, deseaba que la tierra se abriese y me tragase.

—Lo siento. — susurro. Vi su dedo meñique frente a mi cara, alcé los ojos y los dirigí hacia sus ojos, aún no lograba darle un nombre exacto a ese color tan absorbente, tan hermoso.

— ¿C-cómo…?

—Hagamos una promesa. Prométeme que nunca más te meterás en peleas… yo a cambio, te prometo que estaré contigo… Por Siempre…"

—Nathaniel… ¿¡Qué mierda haces con eso!? — el rubio se sobresalto.

Mirarle así, a ese pelirrojo que nunca se dejaba amedrentar, con esa mirada grisácea, profunda y dura, esa altura que se imponía, con ese rubor y el ceño fruncido, le daba dulzura, ternura y ganas de darle un gran abrazo, como esos abrazos de oso que solía dar Alexy.

— Castiel. — su voz se torno seria, al mismo tiempo que su mirada, pero suavemente preguntó. — ¿Estarás siempre conmigo?

El pelirrojo sonrío burlón, pero esa mueca se convirtió en una suave sonrisa, le tomo la cara en las manos y le besó.

"Te lo prometo, Por Siempre."


Bueno, otra vez esa vena romántica que odio de mi... Bueno, no tanto.

Espero les haya gustado y no se olviden de dejar comentarios.

Atte. Ukime