Hola, soy nueva por aquí, este es mi primer fic ulquihime siempre, siempre quise escribir sobre ellos, este va a ser un fic de 6 capítulos espero les guste. (Orihime y los demás tienen la apariencia de del agente perdido, los arrancars están igual que antes de la muerte de ulquiorra-sama)

U /A: Aquel día cuando Inoue Orihime entro a trabajar en la cafetería "Las noches" queriendo olvidar su amor no correspondido ocupando su tiempo en algo, jamás pensó que el inexpresivo gerente le robaría su herido corazón.

Parejas: Ulquihime- Grimnell-Ichiruki-Ginran-Hitsukarin.

Dejen review´s no sean tan duros plis

BLEACH es propiedad de Tite-Kubo.

Pueden escuchar vestida de azúcar de Gloria Trevi como introducción

Cap. 1 Vainilla

El sol entro a hurtadillas por los huecos de las cortinas de la habitación despertando a una hermosa chica de piel cremosa, enmarañados cabellos naranjas, producto de su continuo movimiento durante la noche y un par de grandes ojos castaños, los cuales parecían estar algo hinchados e irritados por el insensible astro rey que los golpeaba con su fulgor. Se reincorporo en la cama haciendo que la cobija cayera dejando ver su esbelto cuerpo y su voluptuosa delantera; algo exagerada para los apenas 16 años que tenía. La chica suspiro y se froto los orbes.

-Otro día más-murmuró con pesar, con desgano se levanto de la cama y fue hacía el baño, abrió el grifo y se mojo la cara –.Qué aspecto tan patético tengo- se dijo tocando el espejo, un par de ligeras ojeras reposaban bajo sus ojos. –. Parezco un vampiro- se rio sin felicidad—. Tatsuki-chan se enojaria si me ve así, pero no puedo evitarlo aunque ya han pasado dos semanas- las lagrimas parecían querer salir de sus ojos cuando recordó el porqué de su actual condición, no era otro que una persona llamada Kurosaki Ichigo el chico del que estaba enamorada desde que entro al instituto y el cual la había rechazado cuando por fin había reunido el valor de confesárselo, pero muy en el fondo ella se lo esperaba, pues al mismo tiempo que ella se enamoro de él, el kurosaki parecía haberse enamorado de una alumna que llego a la mitad del primer año, Kuchiki Rukia, quien irónicamente era una de sus mejores amigas.

-"Gracias me hace feliz saber tus sentimientos, pero no puedo aceptarlos sería injusto para ti cuando yo nunca podre corresponderlos adecuadamente Inoue"- él había sido amable incluso cuando la rechazó, pero eso no evitaba que le doliera el corazón.

Para su buena fortuna las vacaciones de verano empezaban justo al día siguiente por lo que no tendría que verlo durante un buen tiempo, pero ya habían pasado dos semanas en las que su estado de ánimo era pésimo, no tenía ganas de nada que no fuera estar en su departamento comiendo helado de choco-chips y viendo películas de Sandra Bullock; incluso llegando al extremo de pedirle a Tatsuki, su mejor amiga, que la dejara un tiempo a solas, cosa a la que accedió con la condición de que la llamara todos los días. Lo cual se torno un poco difícil ya que la chica se había ido a un campamento de karate en Hokkaido, en el cual estaría todas las vacaciones de verano.

Un tono de celular la despertó de sus ensoñaciones, regresándola a la realidad con un poco de crueldad, salió del baño y tomo su teléfono que estaba en la cómoda de su habitación.

-Hola- saludo con un falso tono feliz.

-Orihime, buenos días— respondió la familiar voz de su amiga.

-¡Oh! Tatsuki-chan ¿Cómo te va en Hokkaido?

-Bien, nada de qué preocuparse ¿Cómo estás tú, ya saliste de tu departamento?-pregunto cautelosa, a pesar de estar tan lejos sabía que la pelinaranja aún estaba mal.

-Yo aún no puedo, lo siento Tatsuki-chan- respondió afligida –. Créeme lo intenté pero simplemente no puedo, sí que soy débil- rio vacía.

-No Orihime, ere fuerte aguantaste por dos años en secreto tu amor, lo confesaste pero él no te correspondió, allá él que se lo pierde-trato de animarla-. Sí, sigues así cuando te llame mañana no me importa cómo pero regreso a Karakura, ¿lo entendiste?

-No, no lo hagas tú querías mucho ir a ese campamento, no lo abandones por mi- pidió alarmada.

-Orihime sabes que te aprecio, nada es más importante que mi mejor amiga incluso este estúpido campamento.

-Tatsuki-chan- sonrió con ternura -Yo también te quiero, no te preocupes a partir de hoy voy a salir te lo prometo.

-Eso espero, tengo que dejarte las actividades comienzan, te llamo mañana- se despidió.

-Hasta mañana Tatsuki-chan- y colgó, la ojicastaña dejo escapar un largo suspiro, no quería preocupar a su querida amiga, por eso haría lo que fuera para salir de la depresión o al menos para distraerse y no pensar mucho en eso -¡Bien entonces me alistare y saldré de aquí!-grito con entusiasmo.

Tenía que intentar superarlo al menos.


Y ahí estaba ella, parada afuera de una cafetería del centro antes de la hora de apertura mirando dubitativa el cartel que estaba pegado al cristal con la leyenda de "se busca camarero(a)" no era la mejor idea y tampoco necesitaba dinero pero tal vez trabajando se distraería un poco y muy remotamente podría olvidarse de su amado Kurosaki. Pero seguía dudando aún no se sentía capaz de estar ahí afuera, apenas había puesto un pie fuera de su casa y ya quería regresar dentro a ver una película pero no quería que Tatsuki desperdiciara su oportunidad por culpa de ella, debía ser fuerte, solo que no sabía cómo.

-¡Hey naranjita! ¿Qué haces ahí parada?- pregunto una voz algo infantil, Orihime respingo y dirigió su mirada al callejón al lado de la tienda, ahí parada estaba una chica de entre 17 o 18 años con un cubo de basura entre las manos, un traje de maid rosa pastel ceñido al cuerpo que resaltaba su increíble delantera comparable a la de la ojicastaña, su largo cabello ondulado caía libre por su espalda y sus ojos pardos tenían cierto deje juguetón en ellos.

-y…yo… quiero…-balbuceo.

-¿Tú quieres el empleo?-cuestiono directa la pelinaranja asintió, sonrió de oreja a oreja y camino hacía ella la tomo de la muñeca y la jalo-. Vamos te llevare con gato-chan y murciélago-kun - Orihime no entendió muy bien a quienes se refería pero dejo que la peliverde la arrastrara a la puerta trasera.

Entraron a lo que Orihime dedujo era el almacén donde había varias reservas de ingredientes, por lo que sabía esa cafetería se había inaugurado recientemente por un millonario llamado Sosuske Aizen , nunca fue ahí a comer pero había escuchado que era un buen lugar.

-Me encantaría que fueras mi compañera- la muchacha que la arrastraba término con el prematuro silencio que se había formado—. No sabes cuanto me aburro aquí yo sola con ese par, aunque también hay otra camarera pero esta algo enferma por lo que muy rara vez viene a trabajar, no la despiden porque es la novia del señor Aizen se llama Hinamori Momo, ¡ah! Sí aún no me presento soy Nelliel Tu Odelschwanck, puedes llamarme Nelly, vine a Japón a hace un par de años- canto tan rápido que a la pelinaranja le costó seguirla –. ¿Cómo te llamas naranjita?

-Inoue Orihime.

-Qué lindo- rio. La voluptuosa chica la llevo hasta la cocina donde se podían escuchar fuertes gritos.

-¡Sí que eres estúpido, no te importa nada maldito Batman, porqué Aizen te dejo a cargo del local cuando yo claramente soy mejor que tú!-recrimino enojada una voz.

-Eres una basura para los negocios- respondió inmutable la otra persona.

-¡¿Qué?

-Murciélago-kun hay una chica que quiere el empleo- interrumpió Nelly, la ojicastaña pudo apreciar perfectamente a un chico alto de rasgo felinos, piel bronceada, ojos y cabellos celestes estaba vestido con las ropas de un chef ligeramente alteradas; el otro chico no era muy alto de piel tan clara que casi era blanca cabello negro un poco largo y con un mechón que la caía por la frente hasta la nariz haciendo una bifurcación en las puntas. Sus ojos eran grandes color esmeralda y con apenas un pequeño brillo ellos, sus ropas se parecían a las de un mayordomo, ninguno de ellos pasaría de los 18. Ambos se giraron hacia las recién llegadas y Orihime se puso nerviosa.

-B…Buenos di…días-tartamudeo haciendo una reverencia -.s…Soy Inoue Orihime y q…quisiera el empleo…o.

-Genial una mujer con problemas de habla- bufó el peliazul, la pelinaranja se sonrojo de la vergüenza.

-Cállate estúpido gato-chan-regañó Nelly.

-¡No me llames así maldita!

-Gato-chan, gato-chan, gato-chan- canto sacándole la lengua.

-Te matare- amenazo apuntándole con un cucharon manchado de crema de fresas.

-Como si te tuviera miedo- se cruzó de brazos y giro el rostro.

Mientras ellos continuaron discutiendo, la ojicastaña se movió inquieta y estaba algo incomoda, por su parte el ojiverde la miro fijamente de pies a cabeza, tal vez con ese físico ella atraería mas clientela, pero noto algo extraño en su forma de pararse en sus ademanes. Simplemente había algo pero desconocía qué.

-Tienes el empleo-musito girándose a partir de hoy, si lo estropeas considérate despedida mujer- informo sin el mínimo atisbo de sentimientos en sus voz.

-¡¿eh?- levanto el rostro solo para ver su espalda –Gracias.

-Nelliel dale un uniforme.

-¡sí!- exclamo alegre la peliverde ignorando al peliazul que continuaba amenazándola.

-Qué asco- murmuro el ojiceleste yéndose al almacén.

-Vamos, vamos Orihime-chan- la empujo levemente.

-¿Quién era él?-preguntó cuando entraron al vestidor.

-¿El grosero de gato-chan? se llama Grimmjow Jeagerjaques.

-El otro chico-susurro, Nelly levanto una ceja y sonrió con picardía.

-¿Te ha gustado Murciélago-kun?

-¿Qué?- se exalto sonrojada- No claro que no es solo que el…- desvió la mirada.

- Murciélago-kun se llama Ulquiorra Cifer, no te preocupes por su actitud siempre es así de inexpresivo hemos llegado a pensar que no es humano o que no tiene corazón- agrego sacando de un casillero el conjunto de ropa muy similar al suyo solo que en color blanco –. Espero que te quede- se lo dio, la ojicastaña observo pensativa las ropas eso era imposible todos tenían corazón no existía nadie que no lo tuviera, tal vez había algunos que lo ocultaban pero ahí estaba.

-Quedan 10 minutos para abrir no pierdan tiempo- aviso monótonamente la voz del moreno desde la puerta, Orihime se asusto ni siquiera lo había sentido.

-Ya, ya, no nos apures- alego Nelly –Vamos Orihime-chan ahí está el baño, no te preocupes yo te enseñare lo que debes hacer- le guiño un ojo y se fue.

La pelinaranja suspiro mientras cerraba la puerta del pequeño cubículo, miro otra vez la tela y la apretó contra su pecho, nuevamente sentía duda.

¿Qué demonios estaba haciendo?


La jornada por fin había acabado, por suerte Orihime lo había hecho excepcional a pesar de su torpeza pudo adaptarse perfectamente al trabajo y cuando tenía dudas Nelly la ayudaba. Eran las 10:30pm y las chicas se encontraban acomodando las sillas, Grimmjow se aseguraba de guardar todos los instrumentos culinarios y Ulquiorra hacia las cuentas de las ventas del día.

-Oye Orihime-chan ¿Cuál es tu sabor preferido?- cuestiono la ojipardo, la pelinaranja la miro al tiempo de que acomodaba la ultima silla. Coloco un dedo bajo su barbilla pensativa, Nelly había estado interrogándola durante todo el día sobre las cosas más insignificantes de su vida, y por ello Orihime se dio cuenta de que había encontrado a una muy buena amiga en ese lugar.

-hmm, tal vez la vainilla.

-¿la vainilla?

-Sí, la vainilla- le sonrió con sinceridad.

-Ya veo, ¿sabías que la vainilla es como el sabor de la vida?- ella la miro curiosa, jamás había escuchado eso.

-¿El sabor de la vida?

-Sí, porque dependiendo de con que la mezcles puede ser dulce o puede ser amarga.

-Vaya jamás lo pensé de esa manera- murmuro sorprendida –Nelly-chan parece que sabes mucho de eso.

-Lo aprendí cuando estaba en la universidad-sonrió.

-¿Universidad? ¿Qué no estás en instituto?- ladeo la cabeza confundida, la peliverde rio.

-Que mona eres, pensabas que era de tu edad- canturreo abrazándola –Por desgracia no lo soy, aunque no parezca tengo 24 igual que gato-chan, solo Murciélago-kun tiene 22- la pelinaranja parpadeo atónita, ninguno de ellos parecía un adulto, pensaba que por lo menos estaban en su último año de instituto o el primer año de universidad.

-¿Ulquiorra-san está en la universidad?

-No, Murciélago-kun es un genio el se graduó a los 18 en la universidad de Madrid, donde él nació.

-¿También es extranjero?

-Es mestizo, su madre es japonesa.

-Vaya-musito.

-¿Nelliel ya terminaste? Si no te apuras me iré solo a casa- aviso la voz del peliazul entrando por la puerta.

-¿A casa?-susurro la pelinaranja.

-oh sí, no te lo había dicho pero gato-chan y yo estamos casados- declaro una sonriente ojipardo acercándose al peliazul.

-¿Casados?

-Sí, no parece porque discutimos mucho pero somos esposos desde hace dos años- planto un pequeño beso en la mejilla de su marido.

-Vamos, deja de contárselo a todo el mundo idiota- reprocho el chico sonrojándose imperceptiblemente.

-oh felicidades- hizo una reverencia.

-Nos vemos mañana Orihime-chan.

-Hasta mañana- despidió y ambos se fueron, Orihime sonrió era bonito ver a una pareja joven, se pregunto cómo se llevaría con su esposo y si este sería una persona a la cual ella amara mucho, repentinamente recordó a cierto pelinaranja y sus ojos se volvieron cristalinos.

Cierto ella había sido rechazada por la persona que amaba.

Sin poderlo evitar las lagrimas que habían estado ausentes todo el día se desbordaron de sus ojos, trato de controlarse ya que estaba todavía en la cafetería, limpio su rostro pero parecía imposible detener los lagrimones que surcaban sus mejilla, decidió que lo mejor sería salir rápido de ahí para que su jefe no se enterada. Corrió al vestidor y a una velocidad de vértigo se cambio las ropas, salió de este y troto hasta la puerta donde inevitablemente choco con la persona a la cual ella no quería importunar cayendo al suelo por la fuerza.

-Lo siento- mantuvo el rostro bajo, no quería que la viera así. El moreno no intento levantarse pese a que la chica estaba sentada en el hueco entre sus piernas

-¿Por qué lloras mujer?- su voz era serena, la ojicastaña elevo el rostro lloroso y clavo los ojos en los de su jefe, eran tan vacios, podía ver su patético estado en ellos, no supo porque pero se sintió aún mas desdichada.

-yo…-se mordió el labio intentando retener su llanto. Cerro fuertemente los ojos, no aguantaba más y sin medir consecuencias por sus actos abrazo con fuerza al pelinegro, quien se sorprendió pero no mostro expresión alguna.

-Mujer…-empezó a decir levantando una mano para separarla de él.

-Odio mi corazón Ulquiorra-san, lo odio mucho soy débil por su culpa, no puedo olvidar los sentimientos que hacen que me duela.- lo interrumpió, el detuvo su mano y la escucho atentamente –.Intente olvidarlo, pero no puedo me falta la fuerza para arrancármelo del pecho y seguir con mi vida- lloro enterrando su cara en el pecho de él. Repentinamente Orihime se sintió estúpida por decirle eso a una persona que apenas conocía pero tenía que decírselo a alguien, aunque esto significara que la tomara como una loca y la despidiera.

-Entonces yo lo tomare por ti- dijo él, la pelinaranja abrió los ojos rápidamente, el pelinegro la tomo por la barbilla obligándola a levantar la cara para verlo y acerco su rostro al de ella, haciendo que los sollozos se callaran por el momento. Su mirada era profunda tanto que Orihime se perdió en ella –Tomare tu corazón- volvió a decir y sus labios chocaron contra los de ella, la pelinaranja se dejo llevar, si podía deshacerse de su corazón y de ese dolor no le importaba el método.

-La vida es como la vainilla, dependiendo con que la mezcles puede ser dulce o amarga- las palabras de Nelly resonaron en su cabeza, en verdad tenía razón. Ella había intentado hacer un pastel combinando la vainilla con la fresa* y resulto ser amargo. Quedando un solitario y patético pastel de vainilla

Tal vez si la combinaba con el chocolate seria dulce.

Hasta aquí el primer capítulo, espero que les haya gustado, sugerencias para el siguiente cap. Comentarios, criticas todo se acepta solo no sean tan duros. *Ichigo también significa fresa.

Akari se despide

Nos leemos.