Hola a todos! Aqui les pongo como dije en mi perfil, este fic de CCS...mi primero...como dije es solo una idea...asi que solo espero que les guste y lo disfruten...Por favor dejen comentarios se los agradecere enormemente y de todo corazon, tambien de estos depende el que que me anime a seguir con la historia
Bueno ahora si me despido...y los dejo que lean...
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Al Atardecer
…En el tiempo de ella…
Alguna vez has creído o pensado en la existencia de los encuentros predestinados o en el hecho de que en algún lugar de este mundo se pueda encontrar el alma gemela, yo en contadas ocasiones lo he creído, mas sin embargo, aun no tengo la certeza de que esto pueda ser cierto.
Mientras pienso esto sigo mirando la pantalla del televisor donde en estos momentos se ve el desarrollo de una película a blanco y negro, de esas que siempre aseguran la existencia del amor predestinado. Acurrucada en mi cómodo sillón decido que definitivamente hoy no estoy de humor para ver o pensar en este tipo de cosas, por lo que tomando el control cambio una y otra vez los canales del aparato que está enfrente mío
Son las 6:15 de la mañana y afuera todavía no ha aclarecido, en mi apartamento todo está en silencio, excepto cuando este es interrumpido por el ruido que hacen las pesadas gotas de lluvia cuando golpean las ventanas.
Bostezando me pongo en pie y frunzo el ceno al ver el chaparrón de agua que está cayendo afuera, ¡Genial! y tenía que llover a cantaros precisamente hoy que me tocaba irme a pie
Vuelvo nuevamente a tomar el control remoto y esta vez de mal humor le doy al botón rojo para apagar la tv, con un clic la pantalla queda en negro y por primera vez en la mañana veo en el reflejo de la pantalla mi rostro, tengo mis cabellos castaños claros todos desordenados, la piel más blanca que de costumbre y los ojos verdes apagados y somnolientos… en definitiva, un aspecto terrible.
Con paso presuroso me dirijo al cuarto, tomo del cajón lo primero que veo en este caso unos jeans azules ajustados una camisa manga corta rosa y unas zapatillas en el mismo color y me vuelvo para meterme en el baño, ahí hago lo propio y me arreglo para salir
Al terminar vuelvo al comedor, tomo mi bolso, al cual le meto casi sin ver los cuadernos de ese día y me lo pongo cruzado de lado, ya en la puerta tomo las llaves, un sweater azul que siempre tengo a mano y el viejo paraguas azul con cuadros verdes, al tenerlo en las manos casi me echo a llorar, odiaba ese paraguas, además de que no era mío (el mío lo había dejado en casa de mi padre) nunca había sabido muy bien cómo utilizarlo, siempre me traía problemas.
Termine de cerrar y sin siquiera ver al ascensor me dispuse a tomar las escaleras, al llegar a planta y lograr salir del edificio suspire vencida, era hora de que la función comenzara.
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Las gotas corrían por mi cabello hasta depositarse en mí ya de por si empapada camisa, sentía las mejillas encendidas por la vergüenza y los puños de las manos los llevaba fuertemente cerrados. ¡Función! Un espectáculo fue lo que di para tratar de llegar a tiempo a clases.
Nada más salir a la calle la fuerte lluvia azoto mi paraguas, camine apurada para tratar de alcanzar el autobús que pasaba justo por la cuadra, como ahora iba a la universidad no podía utilizar mis patines como hacia cuando estudiaba en la escuela, además la universidad me quedaba muchísimo más lejos, hice la señal de alto y un mal humorado conductor abrió las puertas del bus en el que se suponía debía montarme, trate de cerrar rápidamente el paraguas para poder subir y ahí fue cuando comenzó todo.
El estúpido paraguas no cerraba, aplicaba todas mis fuerzas en el botoncito y el prendedor de arriba, jalaba con todas mis fuerzas pero nada, el paraguas no cedía, la lluvia me mojaba, ya los carros que estaban detrás tocaban la corneta, el señor amenazaba con dejarme si no me apuraba y yo estaba nerviosa y mas roja que un tomate, no sabía si por la rabia o por la vergüenza de saber que me debía estar viendo como una tonta, ¿en donde quedaban aquí el famoso caballero al rescate de la dama en apuros? Ah claro, es que eso solo ocurre en las telenovelas y las películas, decidí que mejor era subir con todo y paraguas aunque este estuviera abierto, entonces subí pero nada más hacerlo el conductor pego un acelerón que ni me dio tiempo de agarrarme a nada, perdí el equilibrio y para mi mala suerte caí encima de un muchacho que de muy malas formas me aparto y me dijo que me quitara de encima suyo. Cuando finalmente pude cerrar el arma que tenia entre las manos, ya había llegado a mi destino por lo que me dispuse a bajar
Cuando lo hice no tuve que mirar al piso para saber por qué sentía los jeans desde la mitad de la rodilla para abajo mojados, ahora los jóvenes y algún que otro compañero de clases que pasaban por ahí reía, el idiota del autobús me había dejado en una laguna de agua sucia provocada por la lluvia
¡Oh por dios! ¡Como odiaba los días lluviosos! Me salí de allí ante la mirada burlona de algunos y sin abrir otra vez el paraguas, me enrumbe a mi facultad, pero al llegar el guardia de la entrada no me dejo pasar ¿motivos? Pues que no podía permitir que una persona, acótese yo, ensuciara el inmaculado recinto, así que ahora me encontraba como dije antes con las mejillas rojas y los puños fuertemente cerrados por la furia y la vergüenza contenidas.
-Mire señor, no es mi culpa que el día este lluvioso y que una serie de eventos me sucedieran dejándome así, las clases están a punto de comenzar y de verdad necesito que me deje pasar
-Señorita ya le dije que el recinto…
-Mire –no pude evitar alzar un cuarto mi voz, pero luego me contuve y lo disminuí un tanto- de la limpieza del recinto se encarga el personal de limpieza que para eso está, además yo no me empape porque quise y su trabajo es el de verificar si cada estudiante tiene identificación, no el de la limpieza- pude sentir como el hombre me perforaba con la mirada
-Sí y hablando de identificación ¿donde está la suya?- me mordí el labio y sentí que me ruborizaba levemente, con las prisas se me había olvidado colocarme la identificación antes de salir de casa, con una mano le hice una señal para que esperara un segundo mientras revolvía en mi bolso con la esperanza de encontrar la estúpida identificación, pero esta no aparecía, cuando estuve casi a punto de vaciar ahí mismo el contenido del bolso el celular comenzó a sonar, con rapidez me lo lleve al oído
-¿Alo? Al otro lado de la línea una voz aguda muy familiar para mí me respondió
-¡Sakurita! ¿Como estas? Mira te acuerdas del desfile que tenia hoy…- tuve que cortar la voz de mi amiga sino sabía que no podría hacerlo por lo menos dentro de los próximos 20 minutos
-Hola Tomoyo, mira ahora no estoy en un muy buen momento, yo luego te llamo
-Pero Saku… oye, ¿estás bien? te oyes un poco ofuscada
-Si Tomoyo digamos que no me he levantado con el pie adecuado hoy, rodé los ojos irónicamente, te dejo- en ese momento mi mano había rozado con el objeto que andaba buscando y con júbilo se lo restregué en ese momento en la cara del guardia
-Espera Sakura no me cuelgues lo que te quería decir es que la modelo no vino hoy y pensé que tal vez cuando salgas de clase…-Ay no! Al saber las intenciones de mi mejor amiga un escalofrío me recorrió el cuerpo, Tomoyo estudiaba para ser diseñadora de modas y desde pequeñas ella siempre me tomaba como su muñeca viviente, es decir, toda idea loca que tuviese mi amiga terminaba siendo probada en mi
-Tomoyo… - avance por los pasillos hasta mi casillero, donde empecé a depositar mis cosas- después de clases no voy a poder tengo…- ¿qué excusa inventaría?- tengo quiz mañana y necesito estudiar
- Y mañana, ¿por la tarde? – ¡ay diablos!- mañana por la tarde…mañana….
-¡Vamos Sakura!- casi pego un brinco al oír detrás de mí la voz de mi amiga, su risa melodiosa resonó tanto en el pasillo como en el celular que tenía en la mano
-Tomoyo! Por dios no me des estos sustos, ¿qué haces aquí no se supone que estás en tu facultad?
-Claro que no tontita sino no estaría aquí enfrente tuyo, además sabía que no querrías ser mi modelo a menos de que te convenciera personalmente – trague, eso era cierto yo nunca podía negarle un favor a un amigo de frente mucho menos si era Tomoyo quien me lo pedía
-¿Entonces? ¿Hoy en la tarde?- Tomoyo me miraba fijamente, trague de nuevo
-¿Hoy?
-Si Sakurita ya que en esta semana no tienes nada, especialmente quices
-¿Cómo sabes eso Tommy?- mi amiga me había agarrado
-Bobita si estuviste toda la semana pasada diciendo que esta semana por fin estabas libre
-Cierto- suspire resignada- está bien Tomoyo nos vemos esta tarde ¿al salir de clase?- mi amiga se me echo encima estrangulándome
-Gracias Saku! Ah y por cierto toma - mi amiga depositaba ahora en mis brazos una muda de ropa limpia seguramente de su colección de diseños – Menos mal que siempre traigo uno o dos a la mano, bueno cámbiate rápido que ya son las 6:55
-6:55
-6:55
-6:55
-¡Que!!!! Ay dios el profesor no me va a dejar entrar si llego después de las 7 - salí disparada hacia los baños y en mi carrera al pasar al lado de mi amiga me detuve en seco
-Por cierto Tomoyo ¿cómo demonios pasaste sin identificación?
-Jojo pues el guardia no me dijo nada – bufe
-Ya sabía yo que la tenia agarrada conmigo…
Las risas de mi amiga fue lo último que oí al perderme por el pasillo.
-Kinomoto… Senorita Kinomoto, espere un momento por favor
El llamado de mi profesor justo cuando salía de mi última clase del día hizo devolver mis pasos sobre si
-Si diga profesor
-Estuve revisando los últimos ensayos que me ha mandado y como siempre han estado ejemplares….- al oír esto mi rostro se ilumino de alegría- pero, al igual que siempre noto que en estos no me toca un punto en particular y esto hasta ahora no ha importado pero para el tema que viene a continuación si es importante puesto que como sabrá es el pilar fundamental, tiene idea de lo que le puedo estar hablando? Fruncí el ceno claro que sabía de lo que hablaba
-Si profesor creo que tengo una clara idea de lo que me puede estar queriendo decir
-Me alegra entonces, como una de mis mejores alumnas solo se lo digo como un consejo si es una de sus debilidades pues vaya practicando y documentándose al respecto cualquier duda o inconveniente sabe que puede dirigirse a mí o a cualquier otro profesor de la cátedra en horas de consulta
-De acuerdo muchas gracias profesor
-Oh antes que se vaya, esto es para usted, pensaba dárselo después de ver su ensayo acerca de la novela romance, pero creo que podría resultarle como incentivo para mejorar desde ahora
Con el entrecejo levemente fruncido mire el papel que me extendía, al tomarlo me di cuenta de que parecía un anuncio vi el encabezado que ponía como titulo central y en letras grandes y negras CONCURSO DE LITERATURA para Roman à l'eau de rose. No tuve que mirar más, sin más nada que añadir agradecí con una sonrisa al profesor, me disculpe y salí en silencio del aula.
Con pesadez deposite mi bolso y mis llaves en el sillón de la entrada de la casa
-Estoy muerta, tan cansada que creo que me podría desmayar en cualquier momento
-Cierto- la voz de Tomoyo se escucho entrecortada por el entrechocar de los platos al ser sacados de la alacena desde la cocina – Menos mal y se me ocurrió comprar la comida de camino para acá, si es por ti vives del aire… y para comprobar mis palabras- el sonido de la puerta de la nevera al ser abierta me llego a los oídos – solo hay que ver tu nevera- un sonrojo me cubrió las mejillas hasta las orejas, en tres pasos entre a la cocina y cerré la puerta de la misma
-Bueno es que tenía pensado hacer el mercado en estos días – Tomoyo me miro con cara suspicaz
-Es cierto – me defendí, ayudando a mi amiga con los vasos y cubiertos, nos dirigimos al comedor
-Aja, pero bueno cuéntame ¿por qué saliste como un fantasma de tu clase favorita de literatura?- nuevamente mi entrecejo se frunció, suspire, no sabía cómo explicarlo
-No es nada grave, como decirlo, es solo que el profesor ya se dio cuenta de mi punto débil en mi escritura
-¿Y?
-Y que lo debo corregir antes de entrar en este nuevo tema ya que si no, lo más probable es que repruebe
-¿Y?
-Y que no sé cómo hacer para en menos de unas dos semanas lograr fortalecer mi debilidad y escribir algo que me ayude no solo a aprobar si no a satisfacer las expectativas del profesor sobretodo tomando en cuenta el tema, la novela romántica
-¿Y?
-¡Tomoyo! Odiaba cuando mi amiga me atosigaba de esa forma, ¿qué quieres?- a pesar de que yo me encontraba alterada ella estaba tan tranquila como al principio de la conversación
-Quiero que me cuentes la verdadera fuente de tu preocupación y que dejes de irte por las ramas – me pase una mano por mis cortos cabellos y me los lleve en un gesto nervioso detrás de las orejas tratando de organizar mis ideas y de calmarme para poder responder algo coherente
-De todo lo que escribo siempre trato de evadir la parte romántica, es lo que peor se me da- miré a Tomoyo que con la mirada me invito a que continuara- y esto se debe a que cuando uno escribe lo que sea no solo hace falta creer en lo que se escribe si no que hace falta vivirlo y sentirlo
-Entiendo, entonces me estás diciendo que no estás segura de creer en el amor porque crees que todavía no lo has vivido o lo has sentido y por ello no puedes escribir algo que tenga que ver con ello – al ver como Tomoyo le había dado vuelta a lo que dije hasta llegar al verdadero punto del asunto hizo que un calor incomodo se apoderara de mi cara y mis orejas
-Más o menos, si- dije incomoda
-Curioso, si antes te la pasabas leyendo ese tipo de historias y no solo eso, hace cinco años cualquiera que te hubiese visto diría que podrías escribir este tipo de historias con los ojos cerrados
-¡Cierto! Con júbilo me levante de un salto de mi asiento
- ¿Que sucede? – Tomoyo me miraba con curiosidad por mi repentino cambio
-Ahora que me recuerdo al mudarme, mi padre me dio una caja con escritos e historias que escribí por esa época así como mis historias favoritas, recortes y creo que hasta había un diario, si los encuentro puede que me sirvan como guía- aparté la silla y me dirigí a mi cuarto, al armario que tenía en el fondo, fije mi vista en la parte superior, estaba trancado con llave, la llave… me volví y me dirigí a mi mesa de noche la abrí y la revolví hasta encontrar un cofre, allí debía de estar la llave- quien sabe a lo mejor me llegue a inspirar tanto que pueda hasta ir al concurso- dije en voz alta para que Tomoyo me escuchara
-¿Concurso? La voz de Tomoyo me llego desde el comedor
-Sí, no he leído bien el panfleto pero el profesor me lo dio a modo de incentivo, es un concurso de literatura muy reconocido a nivel nacional cada año tiene una temática central diferente- mientras seguía buscando la llave seguí hablando- este año la temática es la novela romance, el panfleto está en mi bolso por si quieres verlo.
-Aquí está, dije cuando roce mis dedos con la llave. Ansiosa me pare y me dirigí nuevamente al armario, estirándome todo lo que pude introduje la llave y le di vuelta, con un poco de esfuerzo abrí la puerta, toquetee como pude la superficie de madera en busca de la caja y estirándome aun mas por fin pude alcanzarla pero al traerla hacia adelante ésta se me vino encima, con sobresalto me aparte antes de que esta me golpeara, la caja cayó estrepitosamente al piso, su contenido quedó esparcido por el suelo
-Sakura! ¿Estás bien? Voy para allá
- No, tranquila, solo se me cayó la caja, arrodillándome comencé a recoger con una sonrisa papeles que hacia años no veía, varias fotos de mi en la escuela primaria me devolvían la mirada desde el piso, con cuidado fui devolviendo todo a la caja, extendí la mano para recoger una de las ultimas fotos pero al hacerlo mi mano se quedo congelada en el aire al ver lo que la imagen me mostraba, con una velocidad de vértigo recordé el motivo de porque yo no había abierto por más de cinco años ese armario así como lo que este contenía adentro, el corazón se me comprimió y un nombre que hacia años no pronunciaba recorrió mi garganta hasta depositarse en mis labios, con un murmullo estrangulado y bajo este salió de mi boca
-Shaoran
Los pasos de Tomoyo al entrar a la habitación me llegaran amortiguados y juraría que hasta su voz me sonó distorsionada
-Sakura! Sakura! Tienes que ver esto- volví mi cabeza hacia Tomoyo con un mal presentimiento en la boca del estomago, mi amiga señalaba con uno de sus delgados y blanquecinos dedos una parte en especifico del panfleto, al leerlo el alma se me fue a los pies de nuevo, en letras negras se leía lo siguiente:
Con la sede auspiciadora de Hong Kong y las compañías participantes y patrocinadoras T&Tu, Li y P-coke
Si el día había comenzado mal con esto supe que terminaría peor, muchísimo peor.
Ahí sentada en el suelo de la habitación, mi tiempo pareció haberse detenido en tan solo un instante
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