Hola a todos.
Esta historia por motivo de plagio la he retirado de Fanfiction y mudado a Wattpad.
La pueden encontrar al ubicar mi perfil StefaniaBloom
Les agradezco profundamente a todas las personas que la han leído y aún la leen pues a la fecha lleva más de 20.000 lecturas y es número 1 en rw - Rated M
Para los nuevos lectores, les dejo el capítulo 1 y si se sienten enganchados ya saben dónde la pueden ubicar.
Un beso a todas las hiddlestoners del fandon
Stef.-
INTRODUCCIÓN
La astrofísica Francesca McGreen es la hija menor de una acaudalada familia ítalo - escocesa caracterizada por el éxito de todos sus miembros. Siendo la menor de 4 hermanos y la única hembra, desde pequeña ha sentido sobre sus hombros el peso de hacer algo muy especial en su vida y la ambición la llevará a exceder todos los límites.
Obsesionada con hacer sentir orgullosos a sus padres y hermanos, se enredará con personas muy peligrosas y emprenderá una carrera casi letal por obtener un puesto importante en la historia.
Arrastrada por su apetito de grandeza conocerá a su media naranja de manera más que inesperada y esta vez su espectacular físico y su elevaba inteligencia no le serán suficientes para conquistar a este enigmático y malvado hombre que es la clave al éxito que tanto desea.
Con solo 28 años esta hermosa mujer ha recibido los más grandes reconocimientos en su área de trabajo, pero igual no le es suficiente; envidia profundamente a su colega Jane Foster que a pesar de no poseer ni la mitad del currículo de Francesca ha obtenido un reconocimiento público gracias a sus avances en astrofísica, ella y el Dr. Selvig son los únicos ser vivos que han comprendido los poderes que alcanza un "puente arcoíris" y además lo han visto funcionar con sus propios ojos.
Jane solo se ha conformado con su pequeña teoría de funcionamiento y poder predecir cuándo dicho puente volverá abrirse enviando algo o a alguien a la tierra, con la esperanza estúpida de volver a ver a Thor su amor asgardiano. Pero el apetito de Francesca es mucho más voraz, desea construir un Bifröst aunque no tiene mucho más que la investigación de Foster y Selvig para basarse.
Lo que nadie sabe es que tiene en su poder el Cetro de Loki, obtenido de la manera más fraudulenta de los laboratorios de S.H.I.E.L.D. y la energía del Teseracto aún reposa en el Cetro, haciendo de esté el objeto más poderoso en el planeta.
La joven Francis, como la llaman cariñosamente en su familia. Desatará el caos en su vida, un caos que cree que es capaz de controlar y manipular, pero el Dios de las Mentiras, no tiene ese nombre de gratis; ambos lucharan por tener el poder y ambos caerán en su propia trampa…
CAPITULO 1: CAÍDO DEL CIELO
Francis rodaba en su Land Rover blanca por el desierto de Nuevo México, en medio de la más absoluta oscuridad de media noche. Iba a gran velocidad tratando de llegar lo antes posible al punto que titulaba insistentemente en una de las pantallas de los 3 aparatos ultramodernos que ocupaban el asiento del copiloto.
— Esta vez, sí lo lograre —se dio ánimos.
Al ser la Decano del Departamento De Investigaciones Astrofísicas de la Universidad de TromsØ, Noruega. Era la jefa inmediata de Jane Foster, y su mejor amiga, siendo así una gran confidente. Había logrado que Jane le contara todo lo sucedido en Nuevo México, hasta el último detalle y por otros medios tenía la información completa de lo sucedido en Nueva York, sabía todo lo que un terrícola podía saber sobre Asgard y sus habitantes.
Hábilmente había saboteado los artefactos de Foster, que en este instante estaba con Tony Stark y Steve Rogers en las llanuras de Australia buscando el punto de abertura del Bifröst, más que lejos de la realidad.
A la vez que trataba de no estrellarse gracias a la velocidad que llevaba, monitoreaba que los satélites no apuntarán al desierto de Nuevo México o sus planes se desvanecerían. No tenía idea de qué esperar, pero suponía fuertemente que podía ser Thor retornando a la tierra en busca de Jane, si era así se las apañaría para que ese hombre perdiera su interés en la insípida de Foster y se sumara a su objetivo.
Clavó los frenos al ver el gusano de viento que se formaba frente a ella, se bajó de la camioneta y se cubrió el rostro pues el viento huracanado levantaba la tierra haciéndola meter en sus ojos. Los relámpagos y rayos cruzaron el firmamento y por primera vez en esta cruzada que emprendía sintió miedo, pero no sería la última vez que experimentara ese sentimiento.
El cielo se calmó tan rápido como se había violentado, el viento dejo de soplar y el remolino de tierra comenzaba asentarse. Segura de sí misma encendió la linterna y caminó buscando "algo" a su alrededor. Un grito entre dolor y terror la sobresalto, giró hacia la izquierda y entre la nube de polvo distinguió una figura alta caer de bruces al suelo. Sacó la 9 mm que llevaba en su cintura y corrió hasta detenerse a una distancia prudencial. Detalló que la alta figura, era un hombre que estaba tendido boca abajo.
—¿Estás bien? —el ser no se movía —¿Estás bien? —insistió y el hombre se giró quedando boca arriba, pero no dijo nada. Vio una gran cantidad de sangre que salía de un costado del pecho —¡Rayos! —se acercó para examinarlo.
Se guardó la pistola en la pretina del pantalón, con desconfianza se arrodilló junto al hombre y apartando el sobretodo de cuero que tenía descubrió el pecho desnudo y una fea herida entre las costillas, no estaba muy segura de tocarlo o no, pero ya había llegado muy lejos, no era hora de acobardarse, con cuidado le quito el cabello negro que le cubría el rostro y consiguió lo que menos se esperaba.
—¡Loki! —jadeó al reconocer el rostro del asgardiano que había atacado a NY, maldijo en voz baja su suerte. A Jane le toco el héroe y a ella le tocaba el maniático, hedonista, megalómano de los Dioses Nórdicos.
Brincó hacía atrás cuando él abrió los ojos y le atrapo la mano.
—¿Qué reino es este? —se sentó aunque el esfuerzo le hizo doler las costillas.
—Tú lo llamas Midgard —trato de poner una sonrisa, pero estaba aterrada.
Loki puso cara de desagrado, la tomó de la chaqueta y la acerco muchísimo a él. Detalló el cabello castaño y liso que se unía en una cola alta, la pollina que estaba encima de los lentes de pasta negra y los hermosos ojos grises que se ocultaban bajo los cristales, los labios gruesos y seductores pintados con un brillo rosado. Era una mujer muy hermosa, más hermosa que muchas asgardianas y eso lo hizo sonreír, una mujer tan bella siempre era grato de ver.
—¿Quién eres? —le preguntó de mala gana. Ella respiro con fuerza y analizó la situación en un par de segundos.
—Por los momentos tu única amiga, unos 4 observatorios debieron ver el fenómeno de tu llegada y S.H.I.E.L.D estará aquí dentro de poco, así que debemos irnos —se fue a levantar pero él no la dejo.
—Respóndeme —exigió viéndola con despreció y eso encendió el carácter de la doctora.
—Escúchame bien niño bonito —lo apuntó con el arma—. Todo el planeta quiere tu cabeza en una bandeja. Y yo te estoy ofreciendo mi ayuda así que… —no termino de hablar pues Loki se desplomó desmayado — ¡FANTASTICO!
Lo tomó de los brazos y entre caídas y maldiciones lo arrastró hasta la camioneta. Otra historia fue montarlo en la misma, a pesar de ser tan delgado era muy alto y muy pesado, apenas logro meterlo le amarro las manos con una pañoleta de seda, se recriminaba no haber comprado cinta industrial o una cuerda, su pañoleta de Yves Saint Lourent se lo hubiese agradecido.
Hizo una breve parada en una farmacia y luego en una ferretería. Reemplazó la pañoleta por una cuerda gruesa. Rezaba porque Loki no se despertará cuando hizo las paradas, pero se estaba preocupando, hacía más de una hora que no reaccionaba. Se registró con otro nombre en un Motel de mala muerte y pagó en efectivo, sabía cómo borrar sus huellas y nada la asociaría a ese lugar.
Arrastras metió al asgardiano en la habitación. Estaba sudada, despeinada y llena de tierra, nada normal para la exquisita Francesca Mcgreen, agotada termino de meter su bolso y las cosas que había comprado en la habitación, miró al hombre y sintió pena por él, se veía tan tranquilo y tan pálido.
—Vamos niño bonito, no se te ocurra morir, no ahora y no conmigo —le limpió la herida que parecía una fea quemadura y la cubrió. Tenía varios cursos de primeros auxilios y había hecho dos semestres de medicina, así que sabía lo que hacía.
No se molestó en tratar de subirlo a la cama, solo le puso una almohada bajo la cabeza y espero a que despertara. Quería bañarse pero no lo dejaría solo tanto tiempo, además que en verdad estaba preocupada de que el extraterrestre no se despertaba.
—Tienes que despertar —le echo agua fría en la cara y él abrió los grandes ojos verdes.
—¿Cómo te atreves? —habló con desprecio y se sentó lentamente, miró que estaba amarrado de pies y manos y se echó a reír —Pequeña zorra midgardiana, ¿en vedad crees que eso me detendrá?
—Pues esto sí lo hará —lo apuntó con la pistola de 9 MM.
Loki comenzó a reír con descaró, y la risa se hacía cada vez más fuerte. Francis estaba desconcertada.
—Esto no tiene nada de gracioso —habló con aplomo y movió un poco el arma haciendo énfasis en que lo apuntaba.
Loki rio aún más, le pico el ojo y la cuerda que lo amarraba en los pies se deshizo como por arte de magia. Se puso en pie y se acercó un poco a ella. Ahora que lo miraba de cerca se percató que era mucho más alto de lo que creía, y también mucho más guapo, poseía la sensualidad propia de los chicos malos.
—No des otro paso —le dijo muy enserio.
Él se detuvo, sonrió malicioso y le volvió a picar el ojo, esta vez la cuerda que ataba sus manos desapareció, se abrió el sobretodo negro y miró las vendas en la herida.
—Es bonito que hayas tratado de curarme, aunque innecesario —se arrancó las gazas y la herida desapareció ante los ojos incrédulos de Francis—. Y ese juguete que tienes en la mano, es sólo eso querida, un juguete —hizo un pequeño ademan y la pistola comenzó a desarmarse por sí sola cayendo al suelo.
Francis brincó hacia atrás asustada, sabía que Thor cuando llegó a la tierra lo había hecho sin sus poderes, y había asumido erróneamente que Loki había perdido los suyos. Pensó en cómo salir de esa situación, ese hombre la mataría sin más, lo sabía, lo veía en la manera desquiciada con que la miraba. Tenía que huir, la perilla de la puerta estaba al alcance de su mano, eso haría, pero apenas tomó el pomo, Loki cayó al suelo revolcándose de dolor.
Francis cerró la puerta, no podía creer lo que veía, parecía que una fuerza invisible estuviese partiéndole los huesos a Loki, se revolcaba y gritaba. No sentía ninguna pena por él en ese momento, pero igual se le acercó para tratar de calmarlo, si seguía gritando así llamaría la atención de los demás huéspedes.
—¡Shh! Cálmate, ¿qué te está pasando? — le dio una palmadita en la espalda— ¡Shh! Ya va a pasar —parecía tener muchísimo dolor.
De repente se calmó y respiró profundamente. Francis tenía que ganarse la confianza de ese hombre de una manera u otra, así que le acarició superficialmente la espalda a modo de un lacónico consuelo.
—Ya pasará, solo relájate Loki, ¡Shh! — le acarició de nuevo la espalda y por un rato ninguno de los dos se movió.
—No me toques —la miró con asco.
—Púdrete…—iba a decirle algo mucho peor, pero se calló, ese hombre era poderoso y extraño— ¿Qué rayos te paso?
—No te importa —miró con detenimiento el cuartucho donde estaban, era pequeño, con una pintura beige en las paredes que estaba algo desconchada, los muebles escuetos y desgastados, además de viejo, se recostó de la cama jadeando por el dolor.
—Me importa, al igual que te importa a ti —Francis era sumamente analítica así que lo cuestionó—. Tú no deberías estar aquí, Thor te llevo a Asgard para responder ante la justicia de tu pueblo y sin embargo aquí estas. ¿Qué haces aquí?
— Sabes mucho para tu propio bien midgardiana, ¿Quién eres? —la miraba con dejadez.
— Lo único que se opone entre tú y Nick Fury, así que dulcifícame tu voz.
Loki se violentó, en un movimiento rápido la tomó del pie y de un soló jalón la tuvo dominada bajo su cuerpo.
—Hace tiempo que no tengo a una mujer en esta posición —Francis abrió los ojos como platos, completamente aterrada de lo que él le podía hacer —Tranquila pequeña, no soy como los hombres de este planeta que caen rendidos ante un par de senos grandes y unas buenas caderas. Quiero respuestas.
—Suéltame y te las daré —ocultó el miedo lo mejor que pudo.
—¿Quién te dijo que estamos negociando?
—Tengo un dispositivo de alto voltaje apuntado directamente contra tus pelotas… seas de Midgard o de Asgard, sigues siendo hombre, así que asumo que tus testículos te importan.
—Si lo haces, tú también te electrocutaras.
—Sí, pero será un suave sacudón comparado con el dolor que te causare —para mayor impresión, Loki le sonrió complacido.
—Tengo que admitir que sabes jugar sucio, pero te atrapare cuando ya no te queden cartas bajo la manga —poco a poco la liberó y Francis rauda salió de su opresión.
Se levantó y tomó la pistola desarmada en el suelo para comenzar a armarla otra vez, tenía una corazonada y la seguiría.
— Odín se sienta en el trono de Hlioskjálf, y desde allí puede ver todo lo que pasa en los 9 reinos, estoy segura que te está viendo ahora mismo —terminó de armar la pistola y lo volvió a apuntar—, y algo me dice que te está castigando.
— ¿Tú qué sabes? —estaba molesto porque ella probablemente tuviese razón.
—Mucho y nada a la vez, pero hagamos una prueba, trata de desarmarme —él le sonrió pícaro una vez más y movió la mano derecha, el arma se le cayó a Francis, pero no se desarmo como antes. Loki de inmediato sintió un terrible dolor en el brazo y se lo aguantó tratando de no gritar—. Lo sospechaba, eres un simple mortal como yo, te han arrebatado tus poderes de mago —esta vez fue el turno de Francis para reír, aún le tocaba lidiar con un hombre de 1.90 más fuerte que ella, pero había sido entrenada, no sería fácil pero al menos podría defenderse.
—¿Quién eres? Esta será la última vez que te lo pregunto niña, te matare aunque sea un simple mortal.
Pensar en eso le revolvió el estómago, había logrado escapar de Asgard pero la justicia de Odín lo había seguido hasta allí. No podía creer que el viejo le quitará sus poderes, pero se las apañaría para hacerlo pagar.
— Vamos a calmarnos —se sentó en una silla con la pistola en su regazo—. Soy la Dra. Francesca Mcgreen, soy colega de Jane Foster la mujer de tu hermano, imagino que sabes quién es —él solo asintió—, además tengo amigos en S.H.I.E.L.D, estoy al tanto de los por menores de lo que paso con el destructor y en Nueva York.
—¿Qué es lo que quieres? —la miró sintiéndose intrigado, ella le resultaba extrañamente interesante. Sabía que caer en Midgard era mucho mejor que caer en Alfheim con los elfos oscuros, pero eso no disminuía el odio que sentía por los humanos.
—Que seamos amigos.
Loki se levantó moviendo la cabeza para chequear su cuello, lentamente caminó hasta ella y Francis en el acto lo apuntó con el arma. Todo paso muy rápido, cuando se dio cuenta estaba boca abajo en la cama, con él encima hablándole al oído.
— No me gusta preguntar las cosas dos veces princesa, ¿Qué quieres de mí? —ella pensó brevemente pero sintió más presión en su brazo, si no hablaba pronto se lo partería.
—Como ya te dije soy tu única amiga, y tu esperanza, estas varado en la tierra, sin poderes y con todas las agencias del gobierno buscándote —le doblo un poco más el brazo y la hizo gritar de dolor — QUIERO QUE ME AYUDES A CONSTRUIR UN BIFRÖST —Loki la libero de su peso y se echó a reír una vez más.
— En verdad es una lástima que una mujer tan bella este loca —Francis obvió lo de "loca" y se quedó con "bella". Haría lo que tuviese que hacer para convencerlo.
—No estoy loca, crear un puente de Einstein-Rosen es posible, ustedes tienen uno y no es magia lo que lo hace funcionar, es ciencia. Agujeros de gusanos se han formado de forma espontánea en el espacio, el telescopio Hubble los ha fotografiado—se levantó de la cama y saco varios documentos de un maletín, le paso las fotos del telescopio.
—Sólo es un agujero negro —estaba escéptico.
—No es simplemente eso, lo sabes, el espacio se mueve y se dobla, se puede pasar a través de ese agujero, así fue como llegaste acá, así es como siempre se han movido de un mundo a otro. Juntos podemos lograrlo.
—¿Para qué quieres un agujero de gusano?
—Mis ambiciones son pequeñas en comparación con las tuyas, yo solo quiero dejar mi marca en la historia humana, tú quieres destronar Al Padre de Todos y ser el Rey, te estoy ofreciendo volver a Asgard, o destruirla con un Bifröst.
—No hay los materiales necesarios en este planeta para construir uno.
— Los componentes se pueden crear, Stark creo él solito un nuevo elemento, además yo tengo algo que te pertenece —le paso la foto del Cetro—. Algo se te quedo la última vez que estuviste aquí.
—Me lo darás de inmediato.
—Te lo daré cuando me sea conveniente dártelo —Loki la tomó del cuello, pero esta vez ella lucharía.
—Me lo darás ahora mismo.
—Te lo daré cuando me dé la gana y ya basta de ese tono de superioridad —le conectó un gancho derecho al pómulo, y luego uno directo a la nariz haciéndola explotar en sangre. Así logró liberarse de él y tosió mientras se sobaba el cuello, vio a Loki sentarse en la punta de la cama, se acercó a él y le paso la mano por los labios retirándole un poco la sangre — ¿Ahora lo ves? —le mostró la mano — Es roja como la de cualquier mortal, ahora eres eso y para sobrevivir en este patético mundo dependerás de mí, así que no me vuelvas… —un puñetazo en la boca la hizo callar, y caer de bruces al suelo con la boca llena de sangre.
—No olvides que soy tu pase a la historia, y que sin mí no tendrás nada —la tomó del brazo y la hizo poner de pie—. Según parece dependemos uno del otro, pero ni por un instante pienses que somos iguales —la soltó con un empujón y se encerró en el baño.
Loki se lavó la cara mientras sopesaba su siguiente movimiento, se sonrió al verse la nariz y el pómulo partidos, la muchachita no tenía tamaño pero sí fuerza y valentía, tenía que tener valor para pararse frente a él y hacer exigencias. Por 3 segundos se sintió mal por golpearla, pero no era la primera vez que le pegaba a una mujer, en la antigüedad se había peleado más de una vez con Sif, aunque Lady Sif era una guerrera, y solo la había golpeado mientras entrenaban, además ella no entraba entre los cánones normales de "lady", en cambio Francesca por mucho que se esforzara en ser ruda tenía el porte de una princesa.
Llegó a la conclusión que apenas tuviese oportunidad se alejaría de la doctora, él no jugaba en equipo, así que hacer alianzas con seres inferiores no era lo suyo. Salió del baño y la vio limpiándose la sangre de la boca y la nariz, pudo distinguir el rastro que varias lágrimas habían dejado al descender por las tostadas mejillas; tuvo el impulso de pedir disculpa pero se contuvo. Solo caminó hasta la cama y allí se sentó.
—¿Cuál es tu plan? —preguntó a Francis.
Ella se giró a mirarlo con muchísimo odio, jamás un hombre se había atrevido a golpearla y mucho menos a vivir para contarlo, pero lo necesitaba y no tenía muchas más opciones.
— Estoy pensando aún, no sabía con lo que me conseguiría en el desierto, pero de todas las posibilidades que creé en mi cabeza tú no eras ninguna de ellas —estaba demasiado molesta para pensar, solo quería matarlo, verle la nariz partida al igual que el pómulo le dio algo de paz—. Espero que seas inteligente y te quedes aquí, iré a comprar comida, estoy cansada y tengo hambre.
Salió para ver si la noche la calmaba, no podía dejar de temblar, aquel hombre era de la más baja calaña. Rápido llegó a un mini market, que hacía honor a la palabra "mini" solo compro un par de burritos de pollo y dos Coke, al pagar miró los tintes de cabello que estaban en un aparador cercano, una idea se formó en su cabeza, detalló más lo que había en el lugar y tomó una gorra horrenda que decía "NUEVO MEXICO", unos lentes de sol, una franela negra con "I Love New México" estampado al frente.
Por su parte Loki aprovecho la usencia de Francesca para pensar, quería irse de aquella pocilga donde la doctora lo había metido, pero ¿ir a dónde? Sabía que estaba en el medio del desierto. Salió de la habitación y sólo vio una vieja Wagoneer estacionada a lo lejos, él no sabía nada sobre "autos" pero el vehículo estaba en pésimas condiciones y eso era evidente.
Sabía que él se las podría arreglar solo en el mundo, pero era más inteligente que soberbio, Lady Francesca parecía tener un plan para que la gente de S.H.I.E.L.D no lo atrapara y eso era importante, además esa mujer tenía su Cetro y quería esa arma en sus manos de nuevo, se tranquilizó y por los momentos le seguiría el juego a Mcgreen.
Francis se devolvió al motel y respiro profundamente antes de entrar en la habitación que además esa noche tendrían que compartir. Al entrar lo vio sentado en la misma posición en que lo había dejado.
—Espero que no tengas un estomago delicado, no hay mucho de donde elegir —le dio el burrito y la soda.
Loki miró extrañado los objetos.
La verdad deseo dejarlo que se entendiera solo y que descubriera por sí mismo como funcionaba el mundo que menos preciaba, pero necesitaba la colaboración del asgardiano, tenía que ser amable. Volvió a tomar aire y volvió a ser la mujer fría y calculadora que normalmente era, tenía que dejar la pasión de lado, así que simplemente decidió olvidar el golpe a pesar de que aún le latía rostro por el dolor.
Sin emoción alguna le abrió la soda y le puso el pitillo dentro, luego destapo el burrito hasta dejarlo descubierto, le dio ambas cosas y para su asombro escucho.
—Gracias.
—De nada.
Se sentó lejos de él y comió en silencio.
—Compre estas cosas, no son de diseñador pero servirán a su propósito, con ese cabello y toda esa ropa de cuero encima pareces una rockstar, y no queremos llamar la atención, mañana saldremos de aquí de una manera u otra.
—¿Ya tienes un plan?
—Algo así, este mundo funciona con papeles, así que tenemos que crearte una personalidad falsa, mandar hacer pasaporte, licencia de conducir, cuentas en el banco, etc. Llamaré a algunos amigos para conseguir eso y un Jet privado para que mañana nos lleve a Seattle, me encantaría ir a New York pero creo que lo mejor es no pisar esa ciudad. La ventaja que tenemos es que la población no conoce tu rostro, la gente de S.H.I.E.L.D evito a toda costa que alguna imagen tuya llegara a los medios de comunicación.
—¿Y tú cómo sí me conoces? —Lo más fácil era decir la verdad, que el Agente Johnson era un ex amante y él le había dado la información, pero aún no sabía cuál personalidad debía sacar a relucir ante Loki.
—Conozco gente, mucha gente. Cuando Jane me contó todo lo que pasó hace un par años, me obsesione con el tema, además lo que pasó el año pasado en NY, me dejo más curiosa que antes y busque hasta que di con toda la información.
—Esa es una verdad a medias Dra. Mcgreen.
—Pero es la verdad.
—No toda la verdad.
—Es la verdad que necesitas conocer —ella era desafiante y a Loki le chocaba esa actitud, una vez más se levantó para amedrentarle con su cercanía.
— Tú no decides lo que necesito, o no necesito saber.
—No voy a discutir contigo, estoy cansada y me voy a dormir —tomó la mochila y se fue al baño.
Se quitó la chaqueta de cuero color miel, se sacó la camiseta que en épocas mejores era blanca y se limpió con toallitas húmedas que tenía, ni loca se bañaría en ese baño y menos pensar en estar desnuda estando tan cerca de ese hombre. Veloz se cambió los pantalones por nuevos jeans negros y se montó una camiseta azul marino encima, se sacó la cola y se peinó, estaba hecha un desastre, se adecentó lo mejor que pudo.
Salió del baño y Loki la detalló una vez más, tenía un espeso cabello castaño brillante, muy hermoso.
— Toma —le cedió un paño, las toallitas húmedas, un cepillo de dientes nuevo y la pasta— Es por si te quieres asear.
—¿Por qué eres amable?
—Porque es mi carácter — no dijo más y se metió debajo de las sabanas de la cama.
—¿Dormiremos juntos? —preguntó él y ella se echó a reír.
—Tranquilo niño bonito, no te quitare tu virtud solo dormiremos y recuerda que tengo esto — le mostró la pistola—, no te quieres pasar de listo.
Loki se bañó y salió vistiendo solo los pantalones de cuero, se acostó junto a ella pero no se metió bajo las sabanas, Francis lo vio y le dio la espalda para volver a cerrar los ojos. ‹‹Chica valiente›› volvió a pensar para sí mismo.
Loki ha sido muy mal muchacho con Francis pero se reivindicará "un poquito" en el capítulo 2.
