N/A: ¡Regresé! Pensé en hacer varios de estos One-shots dedicados a los pensamientos de los dorados antes de sus respectivos enfrentamientos, esta vez le ha tocado a Camus de acuario ¡Espero les guste!
De Maestro a Alumno
Sabía que no podría lograrlo… así que en realidad le había hecho un favor, no quería que sufriera.
Pero… ¿Por qué?
¿Por qué había tenido que despertar del sueño eterno en el cual lo había puesto? Podría haber ido pacíficamente junto a su madre… sin el dolor y la humillación de perder contra alguien infinitamente más fuerte.
"Los sentimientos que tanto valoras van a matarte Hyoga ¿No lo ves? Para manejar completamente el puño de hielo debes de ser capaz de cerrar tu corazón y actuar con la mente fría. Tú no puedes hacerlo…
Tu corazón es demasiado blando, demasiado inocente para ello…"
Por eso había querido salvarlo, a su modo.
Estaba fuera de acuario, esperando a su alumno que había escapado de la muerte una vez, su fuerza de voluntad lo había hecho avanzar incluso más allá de escorpio… sabía que Milo había tenido sus razones para pelear contra Hyoga, incluso una parte de él se sentía orgulloso de que su alumno hubiera sido reconocido como un enemigo digno de ser enfrentado sin reparos.
Ya no era cuestión de si su causa era justa o no.
El viento hizo ondear la larga capa blanca que llevaba en los hombros, el dorado de su armadura contrastaba con la frialdad azul de sus ojos. Ojos que no perdían de vista las escaleras, detrás de la mirada helada cientos de recuerdos de entrenar en Siberia junto a sus alumnos llenaban su mente.
"¿Por qué Hyoga? ¿Por qué aún peleas?"
Esto iba más allá del Santuario, del patriarca o incluso de la misma Athena… era algo entre ellos, entre alumno y maestro.
Cuando Hyoga llegara al templo de acuario…
Cuando llegara…
Entonces terminaría su trabajo como maestro. Sería su última evaluación.
Lucharían con todas sus fuerzas… Seguramente Hyoga moriría… pero de ser así, al menos sería en sus manos, sin sufrimiento innecesario, sin dolor. Si Camus debía asesinarlo, se aseguraría de que fuera rápido.
Aunque… en el caso poco probable de que quien fuera vencido fuera él mismo… entonces…
No pudo evitar una sonrisa orgullosa, suave y cálida como los últimos rayos del sol antes de desaparecer. En caso de perder… entonces su labor realmente habría terminado, habría enseñado a Hyoga todo lo que tenía para dar, y este habría probado ser un caballero digno de recibir ese conocimiento y luchar por su propia justicia e ideales.
La sonrisa murió y su mirada volvió a tornarse fría.
Sería un camino espinoso que debería transitar sin su guía ni ayuda. Como el hombre que era debería tener fe en sí mismo y sus creencias, debería estar dispuesto a sacrificarse por ese ideal… A morir sin más paga que el haber hecho lo correcto. A matar por el bien mayor…
Se preguntaba si el corazón cálido de Hyoga aguantaría todo eso, cuando ni siquiera era capaz de desprenderse de su pasado.
Soportar todas esas penurias y derramar sangre es pos de la justicia y el amor en el mundo era el deber sagrado de los caballeros de Athena.
"Cuando llegues, veremos de qué estás hecho, Hyoga."
"Veremos si eres digno de ser un caballero de Athena"
Si lo era… Le daría su bendición desde el más allá. Y si no daba la talla… entonces se encargaría de que se reuniera con su madre, esta vez para siempre.
Se colocó el casco al sentir su cosmo cada vez más cerca.
Había llegado el momento.
