Cuando no hay nada…

Solo un pequeño objeto resplandeciente en el suelo.

Eso era aquella cuchilla que yacía frente a ella.

Un pequeño objeto…

El brillo incandescente de la navaja resplandecía en su mirada, y el aura que desprendía parecía envolverla en un macabro hechizo. Sentía el deseo arder en ella, sentía la adrenalina recorrer sus entrañas… sentía la anticipación agitarse fastidiada.

No podía evitar disfrutar de aquella sensación.

De aquella espera.

La desesperación por aquel momento.

Lo deseaba tan violentamente.

Sin embargo, ella esperaba. Aun cuando el deseo comenzaba a rasgar lentamente su interior… ella lo hacía.

Amaba ese juego siniestro.

Tal vez siempre lo hizo.

Tal vez se había tornado una obsesión.

Tal vez nunca lo sabría.

Solo espera

No importaba el tiempo. No importaba el frío o calor…

Lo único que verdaderamente importaba era que aquel brillo, que aquella irradiación que segregaba la cuchilla jamás se extinguiera.

Aquel deseo se encontraba más allá de su comprensión. No recordaba su comienzo, no recordaba la primera vez que aquella necesidad se había implantado en ella.

No recordaba nada más que una fuerte sensación.

A lo lejos, el resonar del cielo enfurecido se hizo presente. Las lágrimas del manto oscuro comenzaron a descender.

Y ella encerrada en aquel diminuto baño, sentada en el suelo de porcelana con la cabeza apoyada contra la puerta, se preguntaba si verdaderamente el momento de terminar con el juego había llegado.

La cuchilla, ahora en sus pálidas manos, la envolvía en su perverso encanto.

Poco a poco la acercó a su muñeca.

El corazón galopaba en sus oídos.

Los músculos se contrajeron.

Y luego una luz…

Una luz que rompió el hechizo.

Y un sonido que retumbó en la tierra.

Sus párpados se movieron por primera vez. Sus ojos dilatados volvieron a ver.

El cuchillo ahora a centímetros de su piel.

Un tenue suspiro escapó de sus labios. No había miedo, ni dolor… felicidad o alegría.

Estaba vacía.

En toda forma en la que puede estarlo un ser humano. No había nada. Y no importaba.

Se alzó del suelo, abrió la puerta y salió de aquel baño.

Estaba vacía, si... y hoy no era el día.

Pero tal vez mañana…

Tal vez mañana aquel juego se termine y lo único que quede sea eso…

Solo un pequeño objeto resplandeciente en el suelo.

OOO

Disclaimer: Todo pertenece a Stephenie Meyer. Solo juego con los personajes y trama.